A Prince In Love
Chapter 5: Who are You?
Light corrió desesperado hasta Mail, sintiéndose morir al verlo tirado en el suelo como no más que un objeto inanimado. Se arrodilló a su lado y se apuró a tomarle el pulso, respirando aliviado al dar con las palpitaciones lentas de su corazón. Le apartó de la frente varios mechones pelirrojos, preocupándose cada vez más al notar la palidez mortuoria de su piel y lo frío que estaba su cuerpo. Su nombre resbaló de sus labios en forma de susurros suplicantes, mientras se decidía a levantarlo en sus brazos cuidadosamente para depositarlo en la cama.
-¡¿Matt?!-Mello entró al dormitorio también seguido por Elle, quedándose más que extrañado al ver sobre la cama el cuerpo inerte de su compañero y a un castaño casi al borde de las lágrimas a causa de la preocupación.“¿Qué le pasó?
Pero Light no respondió. En cambio corrió hasta el baño y trajo consigo el botiquín de primeros auxilios; tomó alcohol y empapó con el líquido un pedazo de algodón, ignorando en esos momentos a todo ser viviente que no fuera su amado príncipe de ojos esmeralda. Le acercó a la nariz el húmedo trozo de tela, rogando internamente que eso fuera suficiente para despertarle. Sabía que algo bastante malo aquejaba la salud del adolescente y sólo pedía que no tuviera nada que ver con la maldita enfermedad que aparecía siempre que se estresaba más de la cuenta. Poco a poco los ojos verdes se fueron abriendo y un quejido abandonó la garganta de Mail, el color volviendo a sus mejillas lentamente.
-¿Qué…?
-Por Dios, mi príncipe. Estaba tan preocupado, por favor dígame qué le sucedió… ¿cómo se siente?
Mail estaba demasiado desorientado para reparar en pequeños detalles como el hecho de que Light acababa de llamarlo “mi príncipe” delante de Elle y Mello, quienes se miraron entre sí bastante confundidos; claramente preguntándose por qué rayos el comportamiento de uno de los hermanos Yagami era tan extraño, hasta el punto de rayar en una obsesión casi incestuosa.
-Hm…-El rubio se aclaró la garganta, acercándose también hacia la cama y poniendo una mano sobre la cálida frente de Mail.-¿Puede alguien explicarme qué diablos pasó aquí?
-M-Mello yo…-Pero Matt no pudo terminar su frase, ya que una punzada terrible le dio justo en las sienes, haciendo que cerrara sus ojos verdes con fuerza. Sin contar el nuevo ataque de náuseas que le hizo llevarse las manos a la boca, para así reprimir lo que fuera que quisiera escapar de ella.-N-no… no es nada…
Mello resopló más que enojado, rodando los ojos y sentándose en la cama junto a él.
-Eres un maldito mentiroso, Matt.-Lo acusó, preocupándose bastante al ver las señales claras de malestar afectando al pelirrojo.-Como dije estás igual de pálido que un muerto y ya no puedes negarme que te sientes fatal.
Pero antes de que Mail recuperara fuerzas suficientes para soltar siquiera una palabra, Light se le adelantó, adoptando una pose desafiante, mientras veía al oji-azul con ojos fulminantes.
-Sal de aquí. Yo cuidaré de él.
Elle abrió la boca para intervenir, ya que conocía de sobra al rubio para asegurar que esa frase había sido la gota que colmó su vaso. Desde que los hermanos Yagami llegaron a la Universidad y Mello encontró en la cama desocupada de su dormitorio a ese pelirrojo de aspecto inocente durmiendo plácidamente, quedó prendado de él y más cuando vio esos ojos verdes de cachorro mirándolo con reproche por causa de su actitud posesiva. Elle sabía que el ojiazul era con sus amigos casi como un perro con su hueso y dudaba demasiado que aceptara así como así alejarse de Matt, ahora que todos en el campus sabían que le pertenecía. El chico era de temer cuando alguien se atrevía a meterse con algo que marcaba como suyo, lista que el oji-verde encabezaba por mucho.
-¿Quién mierda eres tú para echarme de mi propia habitación?-Se enfureció el rubio, mirando con ojos asesinos al oji-miel.
-El único que de verdad entiende a Matt y puede cuidarlo como se merece.-Contraatacó, devolviéndole la mirada con ojos todavía más asesinos.
-¡Basta!-Mail los calló, incorporándose pese a su malestar y mirando a ambos con reproche. “Raito, gracias por ayudarme, pero será mejor que ahora te vayas a tu cuarto.
Pero…
-Es una orden.
Light quedó boquiabierto, sintiéndose dolido y enojado a partes iguales. Las veces que Mail le ordenaba cosas eran casi nulas y le calaba en lo más hondo que ahora lo estuviera haciendo sólo porque ese niñato rubio estaba ahí. Le hervía la sangre saber que para su príncipe Mihael Keehl era más importante que él mismo, después de la infinidad de cosas que había hecho sin pedir a cambio nada más que unas cuantas migajas de cariño.
Rodó los ojos y frunció el entrecejo, dejando con fuerza el botiquín sobre el buró. Dedicó una última mirada llena de resentimiento hacia el ojiverde y salió del dormitorio a grandes zancadas, seguido por Elle quien estaba demasiado desconcertado con toda esa extraña situación.
Cuando finalmente estuvieron solos, Mello suspiró audiblemente y Matt volvió a acostarse en la cama.
-¿Vas a contarme qué está pasando?-Insistió Mihael, mirando a su compañero fijamente.
-¿Qué quieres saber exactamente?-Inquirió Mail, apoyándose en sus codos para poder mirarlo también.
-¿Por qué tu hermano te llama “mi príncipe”?-Interrogó, siendo esa su mayor duda hasta el momento.
El pelirrojo agachó la cabeza, para nada dispuesto a revelarle a Mello algo que podía acabar con su paz. Si le contaba la verdad posiblemente el blondo no le creería y si sí lo hacía, lo bombardearía con preguntas incómodas y hasta podía terminar alejándose de él. Para Mail no era un orgullo pertenecer a la dinastía real de Costa Paraíso, y no porque no le agradara la idea de regir a personas que habían nacido para ser gobernadas por alguien más, sino porque le desagradaban completamente las ideas drásticas que por años se habían puesto en práctica en el reino. Se sentía tan confundido con respecto a su identidad… lo único que quería era olvidarse de todo lo que significaba ser el único hijo barón de los reyes.
-Lo hace desde que somos niños…-Comenzó su mentira, ocultando el rostro en la almohada.-Raito siempre ha dicho que nuestros padres nos tratan como príncipe y plebeyo, para él yo soy el favorito. Supongo que por eso me dice así… la verdad no lo sé.
Mello no pareció muy convencido con la explicación, sin embargo muy a su pesar no pudo objetar nada, ya que la puerta volvió a abrirse y Light entró por ella seguido de un hombre al cual ambos reconocieron como el doctor de la Universidad.
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Diagnosticado con anemia en nivel medio, Matt tuvo que resignarse a quedarse en cama por tres días, tomando cápsulas de hierro y alimentándose a base de pura proteína y vegetales. Light a pesar de su antipatía con Mello y su sutil resentimiento con el pelirrojo por preferirlo por sobre él, estuvo siempre al tanto del joven príncipe, pendiente en todo momento si llegaba a necesitar de él. Algo le decía al castaño que Elle había notado sus sentimientos, ya que en varias ocasiones lo había abordado con frases como “Quieres mucho a Matt, ¿cierto?” o “Ustedes no parecen hermanos…”, poniéndole de los nervios.
Por supuesto Mihael se quedó con Mail todo el tiempo, dejándolo solo cuando iba a clases. Pese a su característica agresividad y falta de tacto, se había impuesto la tarea de cuidarlo y no permitir que nada malo le pasara cuando estuviera con él. Por alguna razón que no estaba interesado en saber, el pelirrojo se había metido en lo más profundo de su sistema, despertándole emociones que aun no se daba el tiempo de descifrar. Sólo sabía que esos ojos grandes y verdes le causaban una ternura infinita y que quería saberlo todo de ese cachorro mentiroso como acostumbraba a llamarle; algo le decía que Matt ocultaba cosas de él demasiado importantes y así se le fuera la vida en ello, lograría averiguar cuáles eran. La palabra príncipe seguía dando vueltas en su cabeza desde que Raito la pronunció y no entendía por qué, pero sabía que los secretos de Matt Yagami comenzaban a partir de ahí. .Y él, sin importar cómo, descubriría la verdad.