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A Prince In Love por EimmyAnnh

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Notas del capitulo:

Hola mis amores!!!

Ow estoy super feliz con todo su apoyo, en serio que nunca llegué a imaginar en mi extraña cabecita XD que este fic pudiera gustarle a alguien uwu y miren... cada vez se unen mas personitas bellas a leerlo y darme su opinión sobre él y eso me hace inmensamente feliz ;'D

Este cap. puede que deje a mas de alguien con cara de WTF pero como siempre les digo... es culpa del complot entre mi cerebro alocado y mis dedos XD

Mil agradecimientos a:

Joselyn

fi ward

Yami-chan

Caro

FranRiver

ShiroNeko46

Por los bellísimos rws que me dejaron en el cap. anterior *---* chicas en serio me sacaron miles de sonrisas y me hicieron sentir muy alagada :'3 Muchisisimas gracias ♥_♥

Este cap. raro y medio WTF va solo para ustedes ^---^

A Prince In Love

Chapter 9: Prelude

El primer impulso de Mello fue correr hasta ellos y encararlos a gritos con preguntas como “Por qué se besan si se supone que son hermanos” ó “Qué demonios es lo que esconden”, pero antes de que sus pies recibieran la órden de su cerebro para empezar a andar, la voz de Raito llegó hasta él y la curiosidad se superpuso por sobre la mezcla de sentimientos que experimentaba en ese momento, obligándolo a quedarse en su escondite lejos de ambos para averiguar un poco más de lo que se traían entre manos.

-Yo…-Light bajó la mirada más que azorado, el abatimiento y el bienestar repartiéndose a partes iguales en su interior.-Yo no… no debí…

-No es tu culpa.-Lo interrumpió Mail en voz firme, viéndose culpable, aunque bastante tranquilo, mientras dejaba una caricia suave en los labios del castaño con la punta de sus dedos.-Siento actuar siempre tan mal contigo. Te doy falsas esperanzas, juego con tus sentimientos sin proponérmelo y te lastimo con mis estupideces. Mírame, soy quien más quiere protegerte en esta vida, pero a la primera oportunidad que se me presenta te hago sufrir…-Soltó un suspiro extenso, al tiempo que se ponía de pie y lo miraba con remordimiento.-Yo no te amo como tú lo haces, Light. Para mí eres como un hermano… como un amigo incondicional y jamás podría atreverme a manchar eso tratando de imponerme sentimientos que quizá nunca llegue a sentir. Si te besé fue porque pensé que lo que siento por ti podía algún día aspirar a ser algo más; creí que besándote lo que siento cambiaría, pero no fue así. Yo te amo, sí, pero no como tú me amas a mí.

Ante esas palabras Light sintió que algo se hacía mil pedazos dentro de su pecho, mientras la sangre dejaba de fluir por sus venas y el aire se largaba de sus pulmones sin fecha de regreso. Por un bello momento llegó a creer que el pelirrojo quizá lo había notado, que quizá sentía lo mismo o al menos algo muy parecido. Pero no, otra vez los sentimientos le jugaban chueco y hacían que se sintiera vulnerable y al borde del llanto, haciéndosele demasiado difícil de aceptar el escuchar de propia boca del joven príncipe que jamás lo vería con otros ojos, que lo mejor sería mandar sus sentimientos bien lejos y que debía dejar de guardar esperanzas de un futuro junto a él. La vida acababa de escupirle en la cara el que su amor jamás sería correspondido y eso dolía como mil agujas clavándosele en el corazón.

Para Mello escuchar lo dicho por Matt, fue como si le arrojaran un balde de agua helada directo al rostro. Ahora sí que el título Hermanos para calificar la extraña relación del castaño y el pelirrojo era algo simplemente estúpido y no había forma alguna de hacerlo cambiar de opinión. Primero se besaban y luego el arrepentimiento más grande aparecía en los ojos de ambos, mientras que a Raito parecía caérsele el mundo a cada palabra que le decía Matt. ¿Qué diablos les pasaba? Necesitaba una explicaciónrazonable, ¡pero ya!, pues no creía poder aguantar más rodeado de tantas mentiras.

-E-Está bien…-Susurró Light con la voz entrecortada, aunque tratando de sonreír para no verse tan destrozado.-N-No es tu culpa… y-yo no debí nunca haberme ilusionado con que algún día me verías con los mismos ojos con que te veo yo y…-Contuvo un sollozo, también levantándose del banco y empezando a alejarse lentamente.-Se-será mejor que me vaya…

Y antes de que Mail pudiese detenerlo, el castaño se fue de ahí como movido por un rayo, sus pasos sonando como un eco constante y lejano conforme más se perdía a lo lejos, haciendo que el oji-esmeralda se sintiera cada vez más culpable y que una mueca que condensaba toda su inquietud y frustración se dibujara en sus bonitas facciones.

Pero cuando quiso darse la vuelta para irse hacia el estacionamiento y tomar su carro con la intención de largarse de esa universidad para siempre, la silueta a contra luz de alguien acercándose hasta él lo detuvo de hacer cualquier otro movimiento.

-¿Mello?-Preguntó sintiéndose increíblemente aturdido, mientras el bello rostro del oji-azul, bañado por suaves rayos de luna, era perfectamente visible.-¿Qué haces aquí?-Abrió los ojos desmesuradamente al caer en cuenta de que la expresión del rubio mostraba confusión en su máximo esplendor, claramente esperando de su parte algún tipo de explicación que disipara el inmenso caos mostrado en su mirada.-T-Tú… ¿Tú nos viste?

Mello asintió, mientras arrugaba el entrecejo y rodaba los ojos con notorio fastidio.

Matt se agarró la cabeza con ambas manos, al tiempo que soltaba un sonoro suspiro y dejaba salir de sus labios un gemido de pura frustración. ¡¿Cómo era posible que fuera tan imbécil?! ¡Qué le diría a Mello ahora! Claramente de seguir exponiéndose así, era cuestión de días para que su padre apareciera en el campus y lo obligara a punta de pistola a subir a una de sus muy elegantes limusinas para llevárselo de vuelta a Costa Paraíso, sin antes claro matar sin el más mínimo remordimiento a cualquier persona que quisiera impedírselo. Y Mail no podía permitir eso; no podía permitir que nadie quedara expuesto por su culpa, mucho menos ese peculiar grupo de chicos del que por unos gloriosos momentos se había sentido parte y del que ahora mismo debía apartarse si realmente deseaba alejarlos del inminente peligro que significaba estar cerca de él. Lo último que quería era irse del lugar donde tantas cosas buenas le habían pasado, mucho menos quería dejar atrás a Mello y los demás, porque junto a ellos se sentía al fin como un adolescente normal viviendo cosas típicas de su edad y no teniendo que madurar a la fuerza por culpa de las imposiciones de su padre. Pero tampoco deseaba que lastimaran a nadie a causa suya ni que atentaran contra ningún lugar donde él hubiese estado, sólo con el fin de obligarlo a regresar. Estaba en una horrible guerra mental y no tenía la más mínima idea de qué hacer para resolverla.

Miró a Mihael y algo muy dentro de él se removió inquieto. Azul y verde sus ojos hicieron contacto en una mirada llena de dudas y respuestas difíciles de decir, mientras el pelirrojo retrocedía lentamente y el rubio avanzaba sin dejarle escapar.

-Me dirás ahora mismo qué mierda estás escondiendo, Matt.-Le ordenó enojado, mientras terminaba de acorralarlo contra una pared y lo sujetaba con fuerza del brazo para evitar que se pudiera escapar.

Mail forcejeó contra su agarre, tratando de empujarlo lejos de él, pero fallando miserablemente en el proceso. La cercanía con el rubio lo hacía sentir incómodo y el percibir su respiración cerca de su rostro no hacía más que despertar en su interior sensaciones difíciles de descifrar. Una parte de sí mismo quería quedarse detenido en el tiempo en ese momento en que la distancia entre ellos parecía tan escasa como la separación entre los barrotes de una reja, mientras esos ojos tan azules y brillantes parecían consumirlo en un abismo tormentoso y lleno de tentaciones difíciles de rechazar. El recuerdo del reciente beso que ambos compartieron en el dormitorio de Elle, aunado al miedo espantoso que le causaba el que Mihael pudiera llegar a enterarse de su verdadera identidad, hacían que el corazón del pelirrojo latiera desbocado, mientras la respiración se le volvía errática y un sonrojo inexplicable acaloraba sus mejillas. La frase “Eres mío” dicha por el ojiazul el mismo día en que se conocieron resonaba como el soundtrack de la película de sus pocos recuerdos juntos, esos sonrosados labios delgados y de apariencia suave tentándolo como el más letal de los pecados capitales.

-V-Vamos a mi departamento.-Apenas logró decir con voz entrecortada y casi inaudible, no muy seguro de qué estaba haciendo realmente.-Allá te diré todo lo que quieras saber.

Entonces la calidez del cuerpo de Mello y el agarre en su brazo desaparecieron, siendo esto la pauta para obligarle a empezar a caminar hasta el estacionamiento de la universidad en busca de su carro. Escuchó los pasos del rubio junto a él y ese característico sonido que hacían sus dientes al arrancarle un trozo a una de las barras de chocolate que siempre comía, la guerra en su interior volviéndose cada vez más brutal.

¿Por qué le había dicho que fueran a su departamento? ¿Acaso no debía alejarlo por su bien? ¿Qué estaba haciendo y por qué? Estas eran sólo algunas de las preguntas que atormentaban su mente, mientras metía la llave en el contacto y encendía el motor, sentado ya en el lugar del copiloto ese impetuoso rubio de transparentes ojos azules.

Puso el vehículo en marcha y condujo fuera de las inmediaciones del campus, preguntándose una y otra vez qué demonios estaba haciendo y por qué…

~~~

Cuando Light entró al dormitorio que compartía con Elle, encontró el lugar en completo silencio. El olor a alcohol, cigarro y dulces aun estaba impregnado en el aire, varias botellas acomodadas de cualquier modo contra una de las paredes. No quiso encender la luz, pues pensó que su compañero quizá estuviera dormido, sin embargo al caminar en dirección a su cama, un brazo enredándose entorno a su cintura le hizo dar un respingo y ponerse tenso de inmediato.

-¿E-Elle?-Pronunció en voz débil, sintiéndose increíblemente azorado.

-El mismo.-Le respondió una voz varonil, aunque suave, justo en su oído; el agarre en su cintura apretándose, siendo guiado hacia quién sabe dónde en medio de la oscuridad.-¿Dónde estabas?

-Por ahí…-Le respondió apenas, mientras un sonrojo quemaba su rostro y sus piernas chocaban contra la orilla de una de las camas.-¿Q-qué haces?

Pero no obtuvo más respuesta que la de unos labios cálidos y ansiosos chocando contra los suyos, junto a un peso exquisito haciéndolo caer de espaldas contra la superficie blanda del colchón. Y aunque quiso negarse no pudo, ya que la demanda de ese beso ardiente hizo que su mente se vaciara de pensamientos, mientras su razón se lanzaba desde la ventana sin rumbo conocido y su cuerpo empezaba a reaccionar por instinto. Lo único que pudo hacer fue intentar responder torpemente, al tiempo que las manos del pelinegro se perdían bajo su camisa, tocando la piel expuesta que iba quedando a medida que exploraba ese abdomen tan terso y bien formado.

Fue entonces que la imagen del joven heredero al trono de Costa Paraíso apareció nítida entre los recuerdos de Light, junto al beso recién compartido y las miles de sensaciones que le hizo sentir, haciendo que el corazón se le contrayera de tristeza y que le invadieran unas ganas infinitas de sacárselo de adentro de una vez por todas.

-Ayúdame, Elle.-Suplicó el castaño casi en un sollozo, cuando tuvieron que separar sus bocas por falta de aire.-Por favor, ayúdame a olvidarlo…

~~~

Condujo a través de las calles semi vacías durante aproximadamente veinte minutos, hasta que al fin divisó a lo lejos el edificio de departamentos donde había comprado el suyo. Las rejas del condominio se abrieron al poner su dedo en el detector de huella digital, revelando una entrada enorme llena de áreas verdes y un gran estacionamiento donde el pelirrojo aparcó el carro. Subieron por el ascensor hasta el noveno piso y al encontrarse frente al departamento 1301, Mail sacó de su bolsillo las llaves y abrió la puerta para invitar a Mello a pasar. Los recibió una estancia tipo pent-house de dos plantas, llena de muebles costosos y varias puertas cerradas que el rubio supuso dirigían a las habitaciones.

Matt lo guió hasta la sala de estar y ambos se sentaron en el sofá, frente al cual estaba un plasma gigante y un mini bar arrinconado hacia una esquina. Pero cuando el príncipe quiso hablar, las palabras murieron en su garganta, ya que sus labios fueron asaltados de improviso por unos suaves y adictivos cuyo sabor a chocolate reconoció al instante.

-Vas a contarme todo sobre ti, cachorro.-Demandó el rubio en una voz que mezclaba la lujuria y el deseo a partes iguales, recostando al pelirrojo sobre el sofá y posicionándose sobre él con una pierna a cada lado de sus caderas, la mano izquierda sirviéndole de apoyo a un lado de su cabeza y la mano derecha manteniéndolo contra la superficie acolchonada del mueble.-Pero antes… serás mío.

Notas finales:

Que levante la mano la que no se esperaba eso XD

Próximamente escenitas muy sexys *w*

Aunque no sé... todo dependerá de lo que se le ocurra a mi cabecita  extraña jeje

Dejen sus rws en la cajita de comentarios nee? El botoncito no muerde y me harán inmensamente feliz! :'D


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