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Ojos verdes por Lonny

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CAPÍTULO 16

Tenía la cabeza como un bombo. Odiaba ese tipo de reuniones y, por eso, siempre intentaba evitarlas. Pero ese día no lo había podido hacer gracias, o por culpa, de la perspicacia de Pepper y la inestimable ayuda de Happy, al que juró represalias dolorosas. Los tipos del consejo eran una panda de vejestorios arrugados con cara amargada que no paraban de echarle en cara un montón de tonterías que ni los tendría que preocupar. La empresa iba bien, tenia beneficios y sus proyectos estaban muy avanzados; habían ganado tres contratos nuevos ese año, además de haber renovado otros tres. ¿Qué querían más? A veces pensaba que si su padre aun viviera, quizás si Obadiyah no se hubiera ido, aquello sería diferente. O, al menos, se consolaba pensando que sí.

Después de mirar su reloj de pulsera catorce veces en la última hora, la reunión finalizó con las mismas caras alargadas mirándole reprobatoriamente. Parecía que no aprobaban su actitud ni la imagen que daba de su empresa, pero daba la casualidad que no le importaba un comino y si por él fuera los mandaría a todos al infierno. Pero Pepper nunca le dejaría; insistía en que los necesitaba, aunque nunca había sido capaz de explicarle para qué.

Se quedó en silencio, un maravilloso y placentero silencio, mientras admiraba la gran vista que se podía apreciar de Nueva York desde esa altura. No era tan impactante como la que disfrutaba desde su piso, pero no estaba mal. A su espalda, la puerta se abrió dejando entrar a una Pepper demasiado seria, casi con expresión compungida. Se lo quedó mirando un rato y supo que había algo que andaba mal.

¿Qué ocurre?- preguntó al cabo de un rato al no decirle nada.

Ha venido un hombre. Quiere verte y es urgente- Tony frunció sus labios y se acomodó en el sillón.

Ya sabes cómo funciona el horario de consultas y visitas. Arregla un día de estos y…- pero ella dio un paso hacia delante.

No va a ser necesario, Tony- ella negó con la cabeza- Esta vez no hay alternativa- el moreno miró hacia la puerta, viendo a un hombre alto, de cabello blanco y mirada adusta. No lo reconocía- Los dejaré solos- y Pepper se fue de la sala, no sin antes dedicarle una mirada extraña a su amigo. Tony se cruzó de brazos, examinando a ese hombre que no le quitaba la vista de encima.

Permita que me presente, señor Stark- tanto formalismo lo puso en guardia- Soy Odín, el padre de Loki- aquello sí que lo descompuso- Como imaginará, he venido a hablar de mi hijo- Tony se acomodó en su sitio, invitando al hombre a que tomara asiento. De repente sentía una cierta ansiedad apoderarse de su cuerpo- He esperado unos días hasta confirmar que mi hijo se encontraba conviviendo con usted, en el piso que posee en lo alto de esta torre- Tony recordó las palabras que Loki le había dicho, palabras que se había tomado un poco con sorna. Entonces era verdad que tenía espías…- Quizás él pensó que había sido muy listo viniendo aquí, pero no pudo ser más evidente- la superioridad con la que hablaba, la templanza capaz de intimidar a cualquiera. Entendía que Loki nunca se hubiera sentido a gusto al lado de ese hombre.

¿Y qué busca aquí, señor? ¿Ayuda? ¿Comprensión?- eso no era el colegio. Odín apoyó sus manos encima de la mesa.

Vengo a buscar a mi hijo- Tony negó con la cabeza.

Pues aquí no está-

Ahora…- le replicó Odín- Pero volverá, como cada día- el moreno no soportaba esa actitud mezquina, controladora. No quería ni imaginar cuántos ojos habrían seguido cada uno de sus pasos en cuanto salían del edificio.

Entonces hable con él- era adulto, él era su padre y Stark entendía que él no pintaba nada en esa ecuación.

Estoy hablando con usted porque quiero que le haga entender que esto debe acabar- Tony frunció el ceño.

¿Qué?-

Ya me ha oído. Este juego debe acabar. Ninguno de los dos entiende la inconveniencia de esta relación- el moreno se levantó, caminando por el lugar.

A ver si lo entiendo… ¿usted me pide que acabe mi relación con Loki?- Odín se lo quedó mirando- No puede hablar en serio- el hombre bajó levemente su rostro.

Al contrario, señor Stark. Hablo muy en serio- el moreno frunció, más si cabe, su ceño- No quiero ofenderle, pero usted no es apropiado para mi hijo- Tony alzó sus cejas, sorprendido.

Entonces, ¿el problema soy yo?-

Sólo quiero rememorar las veces que ha salido en prensa, las mujeres y los hombres que habrán pasado por su cama por simple y puro placer. Un placer egoísta, sin pensar en la otra persona. ¿O me equivoco?- Tony se apoyó en la madera, dando un golpe.

¡No tiene ningún derecho a juzgarme!- Odín se quedó en silencio, mirándole sin cambiar su expresión.

Ni lo pretendo, pero debe admitir que tiene un pasado y su pasado habla. ¿Acaso no se acuerda de la joven que se acercó a su mesa en el restaurante? Como esas, hay muchas. Y no todas son tan discretas-

¿Me está amenazando?-Odín negó con la cabeza.

En absoluto. Sólo quiero hacerle ver lo voluble de su carácter, lo caprichoso que puede ser en el sexo y no quiero que mi hijo forme parte de esa lista, aunque lamento haber intervenido tan tarde- Tony se sentó en el sillón, confundido- Ahora cree amar a Loki, lo creo sinceramente, pero ¿Cuánto dura su amor? ¿Días, semanas, meses? Pero sabe que tiene caducidad, como siempre. Y Loki no será la excepción, y lo sabe- el moreno se acarició los cabellos. Ese tipo le estaba echando en la cara todas las dudas que había tenido hasta ahora. Sus miedos, sus culpas, esas sensaciones que junto a Loki desaparecían. ¿Y si estaba equivocado?

Es distinto. Loki es distinto- dijo en un susurro.

Ahora es distinto. Cree que es distinto, pero sabe que volverá a aburrirse y Loki será quién pague el pato- Tony lo miró con rabia.

¿Por qué esta tan seguro de nuestro fracaso?- Odín lo miró fijamente.

Porque lo he visto antes. Y usted también, ¿cierto?- ¡Steve! ¿Se refería a Steve? Miró al hombre y vio cómo se levantaba casi a cámara lenta. ¿O era él que no podía verlo bien?- Piénselo bien. Piense en Loki y en el daño que le ahorrará- Tony sonrió tristemente.

Si conociera a su hijo, como cree, sabría que el daño será igual- lo miró- ¿Qué hizo después de lo del Peter? ¿También fue a hablar con ese tipo o prefirió que su hijo pasara por ese calvario solo? ¿Fue a avisarle de su mala actitud, de sus falsas intenciones, de sus engaños?- Odín se mantuvo de pie, imperturbable.

El caso era distinto. No tenía conocimiento del carácter de Peter, mientras que…-

Del mío sí, ¿no?- Tony estaba dolido por el juicio al que estaba siendo sometido- Haga lo que haga, Loki sufrirá; tanto si meto la pata ahora como si lo hago dentro de un tiempo. Pero no existe una certeza de que lo haga- Odín tiró hacia delante su cuerpo.

Lamento decir, señor Stark, que lo hará. Y usted, mejor que nadie, lo sabe- Tony se quedó observando como el hombre abandonaba la sala tal y como había entrado. Sentía el cuerpo pesado, la respiración agitada y tenía ganas de llorar. Se sentó de nuevo en el sillón, con la mirada perdida y sudoroso. ¿Cuándo había empezado a sudar? Se tocó la frente, mojada. Tenía que salir de allí, tenía que irse lejos y respirar un poco de aire.

Salió corriendo de la torre Stark mirando a todos lados, buscando su coche sin recordar dónde lo había dejado. Pidió a uno de los mozos a que se lo fuera a buscar con celeridad, ansioso por irse. Sentía que la torre estaba a punto de caérsele encima, aprisionándolo. Sacó al mozo casi en volandas del volante y saltó dentro del coche, pisando a fondo el acelerador, haciendo zigzag entre los coches de la avenida hasta salir fuera de Manhattan. Cuando la carretera se limpió de coches, cuando se metió en uno de esos caminos secundarios que llevaban no sabía dónde, se sintió un poco más libre. Paró cerca de una arboleda y apagó el coche, dejándose caer encima del volante, llorando desconsoladamente.

*^*^*^*^*^*^*^

Había intentado hablar con Thor y con Jane, pero parecía que ninguno de los dos estaba localizable, algo extraño. Suponía que estarían ocupados. Subió por el ascensor hasta el último piso revisando los apuntes que había cogido durante su última clase y que podrían serle muy útiles para su tesis. Era un nuevo enfoque, quizás algo arriesgado, pero quería que su trabajo fuera diferente, nada mediocre y que sorprendiera al tribunal que lo iba a juzgar. Con una amplia sonrisa de aquél que ve cómo sus ideas van cobrando forma, Loki salió del ascensor buscando a Tony con la mirada. Sabía que no estaba en el taller, ya que Bruce le había informado que no se había presentado en todo el día a causa del número de reuniones que había estado aplazando durante semanas. Aquello no había sorprendido al joven, ya que sabía que Stark era reacio a ese tipo de acontecimientos a los que calificaba de aburrido e insulsos.

Se sorprendió de encontrarlo sentado cerca de la terraza, admirando las vistas con una copa de whisky y la cara desencajada. Loki dejó sus cosas encima de la barra del bar y se acercó a él por la espalda, dándole un beso en el cuello. Tony ni se movió.

¿Qué ocurre?- preguntó el joven. El moreno dio un trago largo a su bebida hasta extinguirla. En su expresión podía notar que no era la primera que tomaba.

He tenido una visita muy interesante esta mañana- Tony se giró para mirarle- El señor Odinson me ha honrado con su presencia- el moreno se levantó de su asiento y se dirigió a la barra para servirse otra copa. Loki se quedó en la misma posición, clavando sus dedos en el respaldo.

¿Y qué quería?- el moreno sonrió de lado, mirando cómo el líquido ambarino caía en su vaso.

Lo normal que quiere un padre en estas circunstancias- miró al joven- Que me aleje de su hijo- Loki se reincorporó.

¿Y qué le has dicho?- Tony se encogió de hombros.

Obviamente, que no- aquello hizo sonreír a Loki, pero la expresión en la cara de Stark no era la que esperaba.

¿Qué pasa?- le preguntó, acercándose a él-

Nada- desvió su mirada, sin ánimo para poder aguantársela.

No, si no pasara nada más, no estarías en este estado- odiaba que le mintieran, pues él reconocía las mentiras de lejos y aquello era demasiado evidente como para ignorarlo. Había algo más, algo que Tony se negaba a contarle- ¿Qué pasa?- y el moreno le miró.

¿Y si tiene razón?- Loki frunció el ceño- ¿Y si te uso como he hecho con todos los demás?-

Eso no lo sabemos. No lo sabes- Tony bebió toda la copa de un trago.

O quizás nos negamos a ver lo evidente- el joven lo miró negando con la cabeza.

¿Qué estás diciendo?- Loki se acercó a él, quién pretendía servirse otra copa, pero se lo impidió- ¡Deja la botella, Tony!- el moreno lo miró y se alejó de él, sentándose en el sofá- Sea lo que sea, ¡dilo! ¡Dilo de una vez!- el hombre se giró hacia él.

¡No estoy seguro de que pueda continuar con todo esto!- Loki bajó su rostro con una sonrisa triste.

Entonces, ¿ya está? ¿Viene mi padre, te dice un par de cosas y tú las crees de buenas a primeras?- estaba rabioso, cabreado, con ganas de pegarle un puñetazo para que reaccionara. ¿Dónde estaba aquél Tony burlón, sobrado y que usualmente se creía por encima de cualquiera? No lo veía. Algo había hecho Odín con él para destruir aquello que creía que los unía.

Tu padre sólo me ha repetido aquello que no dejan de decirme todos desde que te conozco- el joven se sorprendió ante aquella revelación.

¿Y por eso crees que tienen razón? ¿Por qué todos lo dicen?- Tony se tapó los ojos- ¿Y qué hay de lo que pensamos nosotros, de lo que sentimos? ¿Es eso también una mentira?- le obligó a mirarle a la cara- ¡Dime!- el moreno se deshizo de sus manos y volvió a levantarse.

¡No lo sé!- gritó sin mirarle- Le he dado tantas vueltas que ni tan siquiera sé qué pienso- Loki lo miró fríamente.

Entonces, ¿qué más puedo hacer?- dijo como si hablara con él mismo, encogiéndose de hombros- Resulta que el gran Tony Stark no es el hombre que tanto presume ser, sino un cobarde que se deja dominar por lo que dicen otros- el moreno lo miró con el ceño fruncido.

Sabes que no es así. ¡No lo es!-

¿Y entonces qué es, eh? ¡Dime!- se mordió el labio, intentando calmarse- ¿Qué ha cambiado desde esta mañana a ahora?-

La duda- dijo Tony- No puedo obviarla cuando esta tan metida en mi cabeza- aquello hizo sonreír a Loki.

Ya… y las dudas no se pueden disipar sin el miedo de que, en el futuro, venga alguien y te diga: Ya te lo dije, ¿no?- seguía sin dejar de sonreír, incrédulo- Pensaba que te daba tan igual como a mí, que sólo hacías lo que querías sin importarte lo que vendría después-

Supongo que tengo que aprender de mis errores-

Y, supongo, que yo soy uno de ellos…- Loki caminó hacia la habitación y empezó a recoger sus cosas. Aquello empezaba a ser una tediosa rutina. ¿Por qué tenía que ser siempre así? ¿Por qué cuando parecía que su vida cogía un buen camino, que incluso estaba cerca de ser feliz, había algo o alguien que lo destrozaba? Parecía que aquello eran señales, señales que le indicaban que su destino era estar solo, apartado de la gente, aislado para que nadie pudiera hacerle daño. Tiró su maleta en el suelo y fue a la barra a recoger sus cosas- ¿Sabes cuál es la gracia de todo esto?- Tony no le miraba- Que tus temores se han hecho realidad antes de tiempo. Siéntete satisfecho por ello. ¡Y recuerda que yo no soy Steve!- el moreno lo miró, mientras el joven se acercaba al ascensor- Supongo que entenderás que mis prácticas hayan acabado antes de hora. Le agradezco, señor Stark, todo lo que me ha enseñado. Espero que me perdone estos últimos días. Convalídelos por las horas extras que he pasado en su cama- Y sin mirarle, entró en el ascensor y desapareció.

Caminó sin mirar a nadie, aguantando el rostro impasible, sin dejar salir ninguna emoción. No iba a darle a ninguno de esos estúpidos con los que se cruzaba la satisfacción de verle llorar o dilucidar algún rastro de pena en su rostro, no. Podían irse todos al infierno, del primero al último. Cuando salió del edificio sintió que la opresión en el pecho se aliviaba, notando el aire frío del otoño jugar con su cabello. Bajó el rostro y respiró profundamente, mientras una sonrisa histriónica se formaba en su rostro. No tenía elección.

Llamó a un taxi. No tenía ganas de arrastrar todo aquél equipaje por media ciudad. No tenía el cuerpo como para aguantar más peso. Tenía la vaga sensación que se desmoronaría en cuestión de minutos y estar dentro de un coche sería mucho más seguro para él. Se frotó la cara, viendo las calles llenas de gente, a sus ojos, vulgar, ir de un lado para otro con sonrisas en su rostro. Odiaba ver a gente feliz cuando él era tan desdichado. Era un defecto en su carácter, pero qué le importaba en ese momento. Apremió al taxista para que se diera prisa a llegar, harto de aguantar aquel olor a sudor que impregnaba todo el coche. Al llegar a su destino, Loki se bajó rápidamente pagando, quizás, más de la cuenta la carrera, pero no tenía ganas de discutir. Agarró sus pertenencias y se arrastró hasta la puerta de la casa, picando dos veces al timbre.

Loki…- dijo Jane- ¿Qué…?- y no tuvo que decir nada más al ver las maletas- Thor te quería avisar, te llamó,…- el joven bajó el rostro.

Ahora lo sé…- la volvió a mirar- ¿Puedo pasar?- ella le sonrió y le ayudó a entrar las cosas.


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