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Ojos verdes por Lonny

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CAPÍTULO 24

Se frotó las manos, ávido por ver la cara que se le quedaría a ese grandullón cuando supiera la fiesta que le tenían preparada. Lo cierto es que le hacía hasta ilusión todo aquello, aunque no fuera para él; pero había participado tan activamente en el proyecto que no podía evitar sentir esa sensación de anticipación. Golpeó dos veces en la puerta de madera de roble y esperó pacientemente con las manos a su espalda. Hacía demasiado que no iba por aquél sitio, justamente desde que Loki había decidido mudarse a casa de su hermano, por lo que le había parecido extraño que su amigo lo citara en la casa familiar.

La puerta se abrió, apareciendo la buena señora Odinson con una sonrisa más brillante que en anteriores ocasiones. Extrañas ideas se le aparecieron en su mente, por lo que zarandeó su cabeza lo más que pudo para disiparlas.

Encantada de verte de nuevo, Clint – dijo Frigga, mientras observaba cómo el joven entraba en casa – Hacía mucho tiempo que no te veía por aquí. ¿Dónde has dejado a Natasha? – el joven asintió, metiendo sus manos en sus bolsillos algo incómodo.

Bueno, ya sabe que ella no puede venir con nosotros – y era cierto. Las mujeres que participaban en una despedida de soltero eran, de todo, menos familiares o parejas de las participantes.

Lo que me sorprende es que esté tranquila dejándote ir solo – y Clint rió de esa forma falsa, consecuencia inmediata de las palabras que su querida novia le había dedicado justo antes de salir por la puerta. "Como me entere que has jugado con alguna stripper, que sabes que me enteraré, date por muerto". Así de directa era Natasha. Y por eso la amaba tanto.

Créame, el inquieto soy yo – y Frigga amplió su sonrisa, desapareciendo por el pasillo camino al comedor. Clint entendió aquello como una invitación a subir hasta la habitación de su amigo. Arriba, Loki iba de aquí para allá al son de una música que nunca le había escuchado poner - ¿Desde cuándo escuchas a AC/DC? – espetó nada más cruzar el umbral de la puerta. Loki se paró en seco, dejando lo que tenía en las manos encima de su cama y se cruzó de brazos.

¿Algún problema? – Clint observó todo lo que había encima de la cama de su amigo y cogió lo que, se suponía, Thor debía llevar en su pecho.

No – examinó un par de bongos en forma de coraza – Sólo me sorprende. Llevo tiempo esperando a que los escuches, pero siempre me has dado calabazas – dejó los bongos en la cama y también se cruzó de brazos – He oído por ahí que a Stark le encantan. Incluso creo que los conoce… - Loki suspiró, señal que había dado en el blanco con sus deducciones. En el fondo, por muy complicado que quisiera mostrarse, era del todo simple – Y, ¿cuándo vamos a por Thor? Supongo que habrás contactado con sus amigos… - el moreno asintió, sacando del armario un saco repleto de cascos vikingos con sendos cuernos.

Sí, lo hice. Al principio, como no, quisieron vacilarme – rodó los ojos ante el recuerdo de tan lamentable conversación, pues sabía que los había pillado en una de sus borracheras de victoria – Pero fue nombrar "Thor, vikingo, cerveza y tarta" y me empezaron a tomar en serio. De verdad, podrías haberles llamado tú – Clint abrió mucho los ojos.

¿Yo? Eres tú su hermano, Loki. Además, no sé ni quiénes son. Jamás he hablado con ellos y tú, amigo mío, los conoces desde que eras un niño – sí, los conocía, pero bien hubiera deseado no hacerlo. Aquella pandilla de idiotas descerebrados le habían sometido a un sinfín de "bromas" durante toda su niñez ante los ojos impasibles de su hermanito, quién estaba demasiado ocupado riendo y disfrutando de tan bochornosas situaciones como para ayudarle. Quizás de ahí venía su mala relación.

Sea como fuere ya está hecho y estamos a punto de secuestrar a Thor – cogió uno de los gorros y se lo puso a Clint - ¿Qué me dices? – el joven se acercó al espejo y se miró y remiró, asintiendo conforme.

Pues que podría entrar en el Valhalla con los galones puestos – y sonrió de lado, disfrutando de la expresión de desquite de su amigo. Sabía que no era por eso. Sabía que había algo que no dejaba de darle vueltas a la cabeza - ¿Lo has decidido ya? – Loki se puso también su gorro.

No, pero estuve hablando con el doctor Banner y parece interesado en que lo ayude en su proyecto – entonces se encogió de hombros y guardó todos los gorros en el saco junto a las partes del disfraz que habían escogido para Thor.

¿Entonces? – Clint se acercó, posando una mano sobre el hombro ajeno - ¿Qué necesitas más para acabar de dar el paso definitivo? – Loki lo tenía claro, pues quería volver a Industrias Stark como fuera. Ya no sólo era un sueño realidad, pues el hecho que Bruce quisiera de su ayuda, aún sin estar graduado, era más que un premio para él. Pero también estaba el elemento Tony Stark. Podía negarse un sinfín de veces que lo quisiera en su vida, que volvieran a compartir vivencias, pero la realidad es que ese hombre era su debilidad y suponía que, por eso, actuaba a contracorriente.

Ahora eso no viene a cuento– justo en ese momento le sonó el móvil. Thor ya había llegado a casa y restaba en la ducha, según Jane. Era el momento perfecto para ir – Mueve el culo, Clint. La fiesta nos espera…

Se tambaleaban de aquí para allá, abrazados y algunos más perjudicados que otros. Sobretodo uno de ellos. No habían podido evitar empezar la fiesta un par de horas antes de lo acordado, con la excusa de ir con el punto necesario de ánimo a la fiesta que tendrían aquella misma noche. Su amigo se casaba y, por eso, debían de lo mejor de ellos mismos para que fuera inolvidable.

¿Era aquí o en la casa del viejo? – preguntó Fandral, quitándose el pesado brazo de Volstagg de encima de los hombros. Ese hombre parecía no tener medida con el alcohol; mucho menos cuando una velada como esa tenía lugar.

Loki dijo que debíamos venir aquí – y Hogun se giró para mirarles – Jane le avisó que Thor ya había llegado y estaba en la ducha – Volstagg sonrió, acercándose a la puerta con ganas de golpearla, como casi siempre hacía cuando los iba a visitar, pero Hogun lo detuvo – Aun no podemos hacer acto de presencia. Loki aún no ha llegado –

¿Y qué me importa si ha llegado o no ese tipo? – se quejó enfurruñado, cruzándose de brazos – Ese no me manda, y menos siendo un crío tan raro – Hogun desvió su mirada, mientras Fandral sonreía, dándole un pequeño empujón con el puño.

No deberías ser tan duro con el chaval. Ya estamos creciditos, ¿no crees? – pero Volstagg no parecía muy convencido de aquello. Había algo en él que se negaba a soportar a Loki, nunca lo había hecho y sólo le provocaba meterse con él a conciencia.

Por su parte, Loki y Clint caminaban hacia la casa de Thor cargados, mientras el moreno no dejaba de darle vueltas al asunto que le había negado a su amigo. Confesar a voz alzada que Clint pudiera tener razón podría ser una de las peores equivocaciones de su vida; y ya no sería porque estuviera en lo cierto o no, sino por las veces que se lo echaría en cara durante más tiempo de lo debido. Pero no tuvo mucho tiempo para dedicarse a esos pensamientos, pues las características siluetas de esos tipos delante de la casa, y el ruido que estaban haciendo, lo sacó de sus pensamientos. Clint se dio cuenta del cambio de actitud, pues no parecía el mismo Loki de siempre, y eso le preocupó.

¿Todo bien, amigo? – el moreno tragó saliva y lo miró ladeando su cuello para dedicarle una sonrisa del todo falsa.

Completamente – entonces hizo un gesto muy extraño con su boca y empezó a caminar a paso rápido, aferrándose casi sin darse cuenta a aquel saco que portaba. Las cosas no mejoraron cuando aquellos tres lo vieron y sus sonrisas, al igual que la de Loki, se volvieron extrañas. Para Clint aquello le suponía una guerra fría que parecía durar desde hacía muchos años.

Vaya, ya empezábamos a pensar que te habrías rajado. Como siempre – espetó Volstagg, dando un paso hacia adelante tocándose levemente su oronda barriga. Clint lo miró de arriba abajo y supo, de inmediato, qué clase de tipo era aquél. El matón.

Lo que sea – dijo Loki desviando su mirada hacia la puerta de la casa. Suponía que Jane estaría esperándolos impaciente.

Tampoco te pongas así, Lokillo – dijo Fandral con sorna – Eres tú el que ha llegado tarde, no nosotros – el moreno se giró para mirarle. Sabía perfectamente lo mucho que le molestaba ese apodo, desde siempre, desde que esa estúpida de Sif se lo había dicho en el recreo de hacía ¿cuánto? ¿15 años?

Ya noté que habíais empezado la fiesta. Apesta a cerveza a kilómetros – empezó a subir los escalones de la casa, dejando a Clint estupefacto por aquél 'buen ambiente' que se respiraba. "Definitivamente, esta fiesta será memorable. Aunque aún no sé cómo". Loki llamó al timbre, esperando que aquella panda de borrachos descerebrados y Clint se acercaran a él. Se suponía que debían 'secuestrar' a Thor con el mayor de los ánimos, pues no quería que tuviera un mal recuerdo de su despedida de soltero. Por eso, cuando el susodicho abrió la puerta y se encontró envuelto de confeti y guirnaldas de todos los colores, lo único que pudo hacer fue reír a carcajadas, mientras mantenía los ojos cerrados. Jane, a su espalda, se encontraba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados, disfrutando del espectáculo. Thor se giró hacia ella, buscando explicaciones.

A mí no me digas nada – se disculpó, alzando sus manos en señal de inocencia hasta señalar con la cabeza a Loki, quién se mantenía medio oculto entre tanto jolgorio. Thor se acercó a él y lo abrazó, susurrando un "Gracias, hermano" que Loki sintió que iba directo a su corazón.

Vamos, venga, dejaros de mariconadas – espetó Volstagg separándolos con ambas manos – Bueno, más o menos – y rió, mirando de reojo a Loki, quién no pudo evitar bajar el rostro avergonzado. Thor estaba a punto de replicar algo cuando el mismo Loki le alargó el saco.

Como toda despedida de soltero, el novio debe vestir un atuendo especial para la ocasión. Espero que sea de tu agrado – Thor dibujó una leve sonrisa en sus labios, abrazándole de nuevo. "Eres un gran tipo, Loki. Que nadie te haga pensar lo contrario". Y entonces se alejó, subiendo escaleras arriba mientras el grupo entraba en la casa, cerrando la puerta de golpe. Al notarlo, Jane se giró.

Tened cuidados, hombretones. Aún la estamos pagando – y miró fijamente a aquellos tres tipos, cuyo olor a cerveza impregnó parte de la sala de estar – Os invitaría a tomar algo, pero creo que no será necesario – y con un movimiento sensual de caderas, Jane se perdió al fondo del pasillo donde estaba la cocina. Loki no tardó en seguirla, más por no estar mucho tiempo junto a aquellos tipos que por sed – Para ti y tu amigo tengo refrescante limonada, si queréis- el moreno bajó el rostro, negando con la cabeza ante la picardía de su cuñada. Thor era un hombre con suerte.

No diré que no a tu limonada – se giró y miró hacia el pasillo, haciéndole un gesto cómplice a Clint para que se acercara – Y gracias por lo de 'hombretones' – Jane le dio un vaso lleno y besó su mejilla.

Nadie se mete con mi consentido, a menos que sea yo – en ese momento Clint apareció y se quedó con la extraña imagen de Jane besando a Loki. Si no hubiera sabido del rompecabezas que era la vida sentimental de su amigo, mil ideas, y ninguna buena, habrían acudido a su cabeza.

Al cabo de unos largos y pesados diez minutos de espera, Thor bajó haciendo retumbar sus pies intentando recolocar la coraza que debía llevar en su pecho. No sabía si era muy estrecha o su pecho demasiado ancho. Loki cogió a Jane de la mano y la atrajo hasta el final de la escalera para que presenciara aquél espectáculo. Describir aquello sería paupérrimo en comparación a verlo. Fue en ese momento en que pensó cuál sería la opinión de su padre si lo viera en esas fachas y si miraría a su primogénito de otra manera.

El rubio llegó hasta el final de la escalera, más o menos a gusto con la posición de su coraza femenina. Al verlo, Jane se tapó la boca con dos manos, pues no sabía si reír o gritar de la emoción de ver a su futuro marido así. Loki había escogido un bonito vestido de polipiel, o algo similar, de tirantes cuya falda acababa con unos pliegues que, se suponía, debían acentuar la feminidad de la persona que lo vestía. En la zona de los pechos, una coraza, o similar, rodeaba sus pectorales juntándolos hasta conseguir algo similar a un canalillo. Si aquello debía ser la imagen de la sensualidad, Loki abandonaba toda esperanza.

¿Dónde has dejado el casco? ¿Y los otros complementos? – preguntó Clint, rompiendo el clima de tensa calma que se había instaurado. Thor pareció confundido, aun preocupado por su coraza.

Encima de la cama – Jane subió un par de escalones y lo ayudó a colocársela todo lo bien que podía, aunque era difícil.

Estás muy guapo, incluso vestido de mujer – Thor se sonrojó un poco, besando a su prometida ante los silbidos y aplausos de los demás, quiénes ya vestían esos cascos de vikingos que él mismo tenía.

¡Vamos, Thor! – dijo Volstagg de golpe – Muévete que es tarde y la noche es larga – y lo agarró del brazo, tirando de él hasta la puerta de salida sin que Jane no pudiera hacer nada, salvo despedirse esperando que todo fuera sin incidentes.

Clint tiró de Loki, dedicándole una mirada de circunstancias, pues todo aquello empezaba a incomodarlo. ¿Y su amigo pretendía que fuera él quién los llamara? ¡Ni de coña!

La camioneta de Hogun los estaba esperando a dos calles de allí, lo que provocó que algunos de los vecinos y gente que paseaba por la zona le dedicaran algunas lindezas a Thor y a su exótica vestimenta, provocando la burla de los presentes y el sonrojo del protagonista, aunque la oscuridad la ocultara. El llegar y meterse dentro de la camioneta supuso un gran alivio para él.

Tardaron cerca de veinte minutos en llegar al local que habían alquilado para esa noche, aunque la fiesta ya había empezado dentro del vehículo con el reparto de champagne por parte de Fandral a todos los presentes, excepto Hogun, y la música a todo volumen que se escapaba por las ventanillas. Cualquier persona o coche que estuviera cerca se giraba para ver de dónde procedía tamaña escándalo, aun siendo relativamente temprano.

Empiezo a arrepentirme de haber venido – dijo Clint, acabándose su vaso de champagne de una vez y apoyando su cabeza en el reposacabezas de su asiento. Se sentía fuera de lugar y algo incómodo, sobre todo con la presencia de ese bocazas de Volstagg.

Espero que esto no haga que desaparezcas en medio de la celebración – dijo Loki, mirándole de reojo. Sólo le faltaría quedarse a solas con esa jauría borracha.

Eso es más propio de ti. ¿O crees que he olvidado aquella vez en que creí que te había pasado algo malo, pero simplemente estabas tonteando ya con Stark? – Loki sonrió, recordando aquellos inicios en que las cosas parecían más fáciles que ahora. Los extrañaba.

¿Stark? – repitió Volstagg, más pendiente de las conversaciones ajenas que de preocuparse por el bienestar de Thor, quién empezaba a estar algo mareado con tanta vuelta – Tío, no tienes límite, ¿verdad? – Loki resopló, incapaz de aguantar un solo segundo más las payasadas y los comentarios de ese neandertal.

Oye, esto es una conversación privada – dijo Clint, mirándole fijamente. Volstagg empezó a reírse como un poseso, escupiendo algo del champagne que había ingerido.

¿Te has buscado un buen guardaespaldas, eh? – y rió más ampliamente – No quiero imaginar qué puedes darle a cambio – y Clint sintió ganas de abofetearle, a no ser, claro, por la rápida intervención de Loki, quién se puso por en medio.

Seguramente aquello que te encantaría tener a ti, ¿verdad, tío? – Volstagg enrojeció, aunque no supo si de vergüenza o de ira contenida, pero no tuvo tiempo para averiguarlo. La camioneta paró en seco y empezaron a bajar paulatinamente, olvidando in situ la tensión que habían vivido instantes atrás. Thor bajó tambaleándose un poco. El champagne nunca le había sentado bien y Loki temía que aquello fuera a estropearles la noche. Sin novio, poca fiesta podrían tener.

Mientras se recuperaba de su casi discusión con Volstagg, Loki entró en el local enseñando, previamente, parte de los papeles que le habían dado para la contratación del lugar. Con el paso libre, el grupo entró en una gran sala de corte medieval con grandes vigas de madera y antorchas encendidas decorando las paredes, dando así cierto ambiente íntimo y antiguo. Las risas y las expresiones de total deleite empezaron a surgir, aunque Loki estaba más pendiente de los detalles que de cualquier reacción. Clint, a su espalda, admiró con deleite todo el lugar pues en verdad parecía una de esas tabernas que tantas veces había visto en el cine. Habían hecho un magnífico trabajo. Fue en ese instante que Thor apareció por su espalda, abrazándolos a ambos hasta levantarlos, riendo y zarandeándolos como si de un par de muñecos se tratasen. Parecía muy satisfecho con la sorpresa.

¿Este abrazo es que te gusta? – preguntó Loki apenas al ser zarandeado. El rubio los dejó en el suelo para correr hasta una de las largas mesas de madera que habían y donde presumía que cenarían. Ya en lo alto estiró sus brazos y, preso de la euforia que sentía en esos momentos, empezó a gritar en tonos agudos como si de una princesa guerrera se tratara. Y, la verdad, con el traje que vestía bien podría serlo.

La salida de camareros, vestidos con túnicas largas y frondosas barbas, hizo que Thor volviera en sí por unos instantes y bajara de su pedestal principesco. El menú estaba listo para ser consumido, eso sí, los nombres de los platos normales habían sido cambiados por algo más insinuante y erótico para darle un toque más picante. Por eso durante la noche se pudieron catar manjares tales como "semental insaciable" para las carnes, "sirena ninfómana" para los pescados y "tetas de novicia" para la parte del postre, algo que dio mucho juego vistos la forma de los flanes que sirvieron con guinda y todo.

No deberías llenarte mucho de comida, Thor – dijo Clint acabándose parte de su plato – Aun queda el verdadero "postre" – y le dedicó una de sus más auténticas sonrisas burlonas. Por entonces, más de una docena de jarras de cerveza vacías reposaban a lo largo y ancho de la mesa. Fue en ese instante en que lo que parecían unas trompetas resonaron por toda la estancia, callándolos a todo de golpe, algo que había sido casi imposible hasta ese momento. Y entonces apareció. Una tarta de nata de dos metros, y tres pisos de bizcocho, llegó arrastrada por dos de los camareros que los habían atendido hasta ese momento. Loki miró a Thor mientras se acababa su pinta, observando su reacción. Como había pensado era de total sorpresa.

¿Qué… qué es esto? – balbuceó confuso, mientras hacia el amago de levantarse. El mareo inicial se había convertido en una lucha constante por mantenerse de pie. Como no, no lo consiguió y se cayó sentado.

Una tarta con sorpresa, hermano – dijo Loki entre risas, disfrutando de la cara de bobo que ponía Thor. Dudaba tan siquiera que fuera consciente de lo que estaba pasando realmente.

Y las luces se apagaron de pronto, apareciendo únicamente un foco que iluminaba la tarta y una música sensual. El tope de la tarta empezó a abrirse, dejando ver una mano cuyos dedos se movían con sensualidad al son del ritmo. Esa mano fue seguida por un brazo y por otra mano que lo acariciaba de arriba abajo hasta erizarle la piel. Thor abrió mucho los ojos, como si estuviera viendo uno de esos partidos de fútbol que acostumbraba.

Las manos desaparecieron para empezar a ver otras partes más sugerentes del cuerpo, como unos ojos brillantes y de un color indefinido, junto a un cabello del color del fuego. La joven se levantó mostrando una sonrisa de auto suficiencia, observándolos a todos. No tuvo problema en adivinar quién era el novio, la persona en quien debía focalizar toda su atención.

Salió de la tarta, no sin antes untarse a conciencia, aunque lo hiciera como si fuera un error, de parte de la nata que decoraba ese pastel gigante de cartón piedra. La idea era que el novio pudiera lamerla, probarla, aunque sólo era una sugerencia. La joven se presentó vestida con un diminuto traje de piel que simulaba el de una guerrera, aunque hecho trizas. Todo deliberado para explotar la imaginación de los hombres.

Esa mujer es puro sexo, ¿no creéis? – dijo Volstagg, dándole una severa calada al puro que se había encendido. Fandral sonrió a su lado.

Y qué lo digas – la miró de arriba abajo mientras comenzaba su sensual baile con Thor – Me estoy planteando entrarle – Hogun, a su lado, negó con la cabeza escondiendo una sonrisa. Siempre acababan igual. Clint, al escucharlo, se giró hacia él. Así que ese era el donjuán.

Es una profesional. Sólo va a bailar para el novio, tal y como especificó antes de firmar nada – Fandral rió más alto, dándole un pequeño golpe a Volstagg.

Eres demasiado joven para entender la psicología femenina – Clint alzó sus cejas. Si conocieran a Nat…

Y, claro, supongo que tú eres un gran entendido en la materia – Volstagg explotó en risas, algo que llamó la atención de Loki, quién había estado observando el espectáculo.

Tú no sabes de lo que es capaz de hacer este tipo, chico – y agarró a Fandral por los hombros – Lo he visto estar con tres tías a la vez y ninguna se ha enterado – el aludido asintió, alzando su copa para brindar con su amigo. Aquella había sido una jugada magistral. Debía repetirla.

Bueno, conozco a gente que también sabe seducir a gran escala, aunque no vaya proclamándolo por todos sitios para agrandar su ego – aquella alusión al ego no pareció gustar a ninguno de los amigos.

¿Y quiénes son? – Clint alzó su mentón y agarró a Loki del cuello.

Él – y nada más nombrarle, tanto Fandral como Volstagg estallaron en carcajadas que incluso llamaron la atención de la joven que bailaba.

¡Debes estar de broma! – espetó Volstagg, limpiándose una lágrima con el dedo – Loki sólo sabe agarrarse a tíos. ¡Tíos! Y ya sabes que los hombres, por un polvo, se aguanta lo que sea – Loki se mordió el labio, convenciéndose de que debía callar por el bien de la noche de Thor, aunque este estuviera más que borracho y no acabaría por enterarse de nada.

¿Seguro? – dijo Clint sin soltar a Loki – Porque, la verdad, lo que yo creo es que en el fondo teméis que os supere – los aludidos se quedaron mudos con los ojos exorbitados por las palabras de ese niño, cuyo nombre no recordaban – Sí, un marica teniendo más suerte que dos machos como vosotros – Loki miró a Clint de reojo y este le devolvió la mirada, convencido de sus palabras.

Eso se comprueba con facilidad, niñato – dijo Fandral, ya perdiendo las formas por el alcohol y el orgullo herido.

Y eso fue lo que le impulsó a acercarse a la joven bailarina y agarrarla por la cintura, moviéndose contra ella. Al notar tal proximidad, la chica se giró y, sin miramiento alguno, le empujó con fuerza para alejarlo de ella. A esas alturas, Thor apenas y veía a nadie con nitidez, por lo que siguió moviéndose, de un lado al otro, como si la chica aun siguiera allí. La joven se quedó quieta, mirando a Fandral volver hacia ella intentando poner cara de pena.

Oye, ¿por qué me tratas tan mal? – preguntó poniendo cara de inocente, más ebrio que nunca. Volstagg, desde la mesa, lo animaba a seguir y acercarse mientras se servía una nueva jarra de cerveza.

Aléjate, no tengo nada que ver contigo – la joven miró a los demás y, al ver a Loki, se acercó, pues se acordaba de él de la última visita al lugar. Aquello enfureció a Fandral, pero el gesto obsceno de Clint por detrás, fue la gota que colmó el vaso. Y, sin pensarlo, se tiró encima de Loki para descargar toda su ira sobre él.


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