—Joven Kim, me alegro verlo nuevamente. —Saludó el doctor, estrechando la mano del nombrado y de WooHyun. Hablaron un rato acerca de los recientes dolores que estaba teniendo SungGyu en sus ojos y el médico dijo que era normal.
—Eso es un alivio…—Susurró el chico de cabellos rojos mientras le sentaban en la silla frente a una máquina.
—Mira, sólo falta este mes para que puedas volver a ver, puesto que ya comenzaremos a quitar la venda por lo menos diez minutos por día. Pero si es mucho el dolor, serán sólo veinte minutos por semana, ¿Les parece? —Habló el médico mientras le iba quitando la venda a SungGyu lentamente.
El corazón de ambos chicos latía con fuerza, SungGyu al fin podría ver el rostro de WooHyun y WooHyun al fin podría ver los ojos de SungGyu.
—Creí que aún faltaba un mes más para eso. —Comentó el menor de todos los presentes mientras estaba atento a lo que el médico le hacía a su novio.
—Su recuperación ha sido bastante rápida así que nos podemos dar el privilegio de saltarnos ese mes. Listo, SungGyu, necesito que abras lentamente los ojos cuando te ponga estos lentes, ¿Correcto? —Habló el médico mientras sacaba lo que parecían unos lentes de sol pero claramente eso no eran.
El pelirrojo tembló cuando sintió los lentes puestos en su rostro, WooHyun tomó su mano para darle apoyo silencioso, y sólo entonces comenzó a abrir sus ojos lentamente.
—¿P-puedes ver algo? —Preguntó WooHyun luego de largos segundos en los que SungGyu se mantenía parpadeando en completo silencio. — Hyung…
—Puedo ver…WooHyun, puedo ver…—Fue lo que obtuvo como respuesta por parte de su novio y el menor soltó un suspiro de alivio, sentía hasta sus ojos humedecerse.
—Ahora debes seguir este lápiz con la mirada. —El doctor pasó un lápiz negro frente a los ojos del chico quien siguió pero cuando sintió su cabeza doler ya no pudo más. — Muy bien, lo hiciste bien, SungGyu. WooHyun-ah, necesito que hagas este mismo ejercicio todos los días en los diez minutos que debes mantenerle sin venda en los ojos pero que la habitación no tenga tanta luz natural, eso le puede hacer daño aún.
WooHyun tomó nota de lo que debería hacer con una sonrisa en el rostro, hoy había sido un día grandioso.
—¿Qué está haciendo? —La voz de SungGyu lo sacó de sus pensamientos, el médico estaba volviendo a colocar la venda en los ojos del pelirrojo.
—Ya es mucho por hoy, ya mañana podrás hacer esto mismo en tu casa pero por hoy ha sido suficiente. Te recetaré unos medicamentos para cuando sientas dolor de cabeza y espero sigan lo que les he dicho. —Informó el médico mientras iba a hacer la receta. El mayor frunció los labios, no había podido ver a WooHyun.
Mientras el médico estaba escribiendo algo en unos papeles, WooHyun se acercó a SungGyu para dejar un corto beso sobre los labios de este.
—Eres genial, hyung…—Le susurró el menor mientras le acariciaba el cabello lentamente.
—No lo soy, no te pude ver…—El más alto soltó un suspiro mientras fruncía sus labios. Se sentía frustrado consigo mismo.
—Mañana podrás hacerlo…hyung, han pasado meses desde que pudiste ver, comprende que esto es un gran avance. —Finalmente SungGyu sonrió, WooHyun tenía razón.
—Con esto podrás seguir el tratamiento y en una semana más necesito que vengan para ver cómo va el avance de SungGyu, ¿Les parece? —La pareja asintió y se despidieron del amable médico una vez que WooHyun cogió la receta.
—¿Te apetece ir a comer? —Preguntó WooHyun mientras que SungGyu iba sujeto a su brazo para no caer.
—Claro, ¿Qué se te antoja?
—Podríamos ir al restaurante donde trabaja uno de mis más grandes amigos, estoy seguro que tendremos un buen descuento. —Ambos chicos rieron mientras seguían caminando por la calle. SungGyu llamó a su chofer para que se fuera y descansara. El mayor estaba emocionado, tendría su primera cita con WooHyun.
Pasaron varias calles en donde ambos chicos conversaban de una y otra cosa, disfrutando de la compañía del otro, riendo por sus absurdas anécdotas, compartiendo las metas que tenían en un futuro. Y sin darse cuenta ya habían llegado al tan esperado restaurante.
—¿Cómo es tu amigo? —Preguntó SungGyu mientras se sentaba en una de las cómodas sillas luego de haber encontrado una mesa vacía.
—Rubio, bien parecido, muy simpático y lo más importante, demasiado sincero para mi gusto. —WooHyun hizo un puchero luego de decir aquello, aunque claro, SungGyu sólo pudo pasar su pulgar por el grueso labio del menor.
—Entonces debe ser agradable.
Ambos pidieron algo ligero y mientras esperaban la orden, un chico ahora castaño se les acercó con una enorme sonrisa.
—¡WooHyun! —Exclamó de nada más verle y le abrazó, casi ignorando el chico con el que se encontraba el menor. Casi. —¿Quién es él?
—Hoya, tanto tiempo…se te ve bien el nuevo color de cabello. —Comentó el chico mientras se separaba de aquel efusivo abrazo. — Te presento a Kim SungGyu y él…
—Ah, es el chico mimado del que me hablaste, ¿Verdad? —El pelirrojo quitó la sonrisa de su rostro y luego frunció el ceño. — No, de seguro te obligó a venir, ¿Verdad, WooHyun?
—¿Mimado…? —Susurró SungGyu y WooHyun no podía estar más sorprendido.
—Hyung, yo no…—El mayor se levantó y a tientas llegó hasta la salida del local. Por otra parte WooHyun se quedó sin aliento, si bien en un principio dijo esas cosas, ahora era distinto.
—¿Por qué dijiste eso…? —Susurró el enfermero a un muy confundido Hoya. — SungGyu hyung es mi novio…
—No lo sabía, WooHyun, lo siento…—El menor se levantó antes de siquiera escuchar la disculpa de su amigo y luego corrió a buscar al mayor.
SungGyu podía tener un accidente por su culpa.
Pasaron largos treinta minutos y WooHyun estabadesesperado, cuando quiso llamar a su pareja, se dio cuenta que su celular estaba sin batería. Cuando estaba a punto de llamar al chofer de la familia Kim, encontró a SungGyu a punto de cruzar una calle en rojo.
WooHyun corrió y le abrazó por la cintura para evitar que diese un solo paso más. Con la respiración agitada, siguió abrazando al mayor fuertemente.
—¿Quién te dio permiso de abrazarme? —Preguntó en un tono gélido el pelirrojo sin siquiera mover un músculo.
—Hyung…lo que dijo Hoya es cierto, pero fue antes de conocerte…—Trató de explicar WooHyun siendo callado cuando SungGyu quitó las manos ajenas de su cuerpo. — Hyung…
—Llama al chofer, quiero ir a casa. Como soy un niño mimado…—Susurró el mayor, tragando con dificultad. WooHyun suspiró, estaba dolido, su intensión nunca fue herir a su novio. Jamás se le pasó siquiera por la cabeza que algo así iba a suceder.
—Como usted quiera, joven Kim. —WooHyun marcó el número desde el celular del mayor y a los pocos minutos, ya se encontraban abordando la tan conocida limusina para llevarles de vuelta a la mansión de los Kim.
En todo el tiempo que estuvieron solos en casa, el mayor no le dirigía palabra alguna a WooHyun, además, cuando SungGyu fue a su salón de música, le cerró la puerta en la cara al menor.
Cuando dieron las tres de la mañana, SungGyu salió del cuarto de música y tropezó con el dormido cuerpo de WooHyun. El mayor se levantó a duras penas por el dolor en sus rodillas y luego palpó hasta tocar el rostro del pelinegro. Se sentía tan culpable pero a la vez tan herido.
—Idiota…
—Pero soy un idiota que está enamorado de ti…—Susurró WooHyun con la voz ronca al estar recién despertando. Se fue sentando lentamente y con una mueca de dolor se acomodó de rodillas frente a SungGyu.
—No deberías hablarle a un chico mimado como yo. —Murmuró el mayor mientras se dejaba envolver por los cálidos brazos de WooHyun. — Debería estar enojado contigo, ¿sabes? Pero no puedo…
—Déjame explicarte…si bien dije que eras un chico mimado, fue porque me dejé llevar por los comentarios de los otros chicos del centro de rehabilitación y lo lamento mucho…
—Tenías razón, tu amigo es demasiado sincero y la verdad no me cayó para nada bien…—SungGyu acomodó su rostro en el espacio del cuello de WooHyun mientras suspiraba. — Te escribí una canción…
—¿Es en serio? Quisiera escucharla…—Susurró el menor con una amplia sonrisa adornando su apenado rostro. — Pero tendrá que ser mañana…aunque quisiera oírla en este mismo instante, debes descansar.
—Entonces…duerme conmigo, ya me acostumbre a dormir contigo, no quiero que vuelvas a la habitación que se te dio nunca más.
Dicho y hecho, a la mañana siguiente, WooHyun traspasó las pocas cosas que tenía en la mansión Kim hasta la habitación de SungGyu.
Cuando dieron las tres de la tarde, luego de haber almorzado algo ligero, ambos chicos se encontraban en la habitación de música de SungGyu con poca luz, sentados uno frente al otro.
—Tus manos están temblando. —Comentó WooHyun mientras le quitaba lentamente la venda al mayor, acariciando de vez en cuando las mejillas de este.
—Es porque estoy nervioso…será la primera vez que te vea. —Respondió el chico de cabellos rojos. Cuando la venda finalmente estuvo lejos de sus ojos, fue abriendo lentamente sus ojos, enfocando a un guapo chico frente a él.