Una gran camioneta Van blindada de color negro se dirigía con calma para no llamar la atención por la carretera saliendo de Akita. El conductor era Tsukishima Kei un rubio de cabello corto con lentes que aclaraban la vista de sus ojos color avellana, el superaba el 1.80 metros de altura, algo serio con una habilidad de irritar a la gente de sangre caliente, a su lado como copiloto se encontraba Yamaguchi Tadashi un castaño pecoso que medía 1.79, siempre seguía a Tsukishima, tímido pero trabajador.
-Tsukki ya salimos de Akita, ahorita ya podríamos ir más rápido ¿no crees?-
-Ya lo sé Yamaguchi- dijo con tu típico tono cortante
-Lo siento Tsukki- dijo rascando un mejilla mientras sonriera
-Debemos volver, ¿Ya le avisaste a Daichi-san que terminamos?
-Sí, ahora solo debemos esperarlos en el cuartel-
Fijo su mirada en el camino y cambio de velocidad arrebozando algunas camionetas y automóviles. Su misión ya la habían concluido exitosamente aunque no fue sencilla, se sentía bastante satisfecho pero no lo demostraba.
-¡Oye Tsukishima! ¡No vayas tan rápido que Hinata se puede marear!- grito Kageyama
-Oh lo lamento pero no te puedo escuchar- respondió en tono burlón
-¡Oye maldito!-
-Encárgate de tu novia y yo de conducir si ¿Rey?-
-Tu bastardo…-
En la parte de atrás iban 4 personas. Una de ellas era Kageyama Tobio un chico pelinegro con ojos azul-gris que contaba con 1.80 cm de altura y una aura intimidante que se atribuye a su mal genio y tosca personalidad aun cuando no es mala persona, su acompañante era Hinata Shoyo un pequeño joven, y cuando me refiero a pequeño hablo en serio, el alegre, amistoso e inquieto chico media 1.62 y si no llamaba la atención por su estatura lo hacía con su cabellera anaranjada y expresivos ojos color marrón claro.
-Oye ¿Te encuentras bien?-
-S-Si, no estoy tan mal-
-Entre viajes, ¿Cómo te sientes?-
-C-Como aquel donde fui-mos a Budapest-
-Entonces no están tan mal, pero trata de respirar no me gustaría que vomitaras aquí-
Balbuceos de una tercera persona se hicieron presentes llamando la atención de ambos, se miraron entre si y decidieron quitarles el trapo de la boca que le impedía hablar claramente.
-Lamentamos esto- Hinata le desato liberando su boca-
-¡Desaten a Atsushi!-
-De acuerdo, hazlo tu Kageyama-
-¿Qué?-
-T-Tu hazlo-
-¿Por qué?-
-S-Solo hazlo-
-……..Le tienes miedo-
-¡C-Cállate y solo hazlo!-
-¡No me digas que hacer!- fui hacia el peli morado y lo libero permitiéndolo hablar
-Muro-chin ¿Qué está pasando?-
-No lo sé ¡¿Qué creen que están haciendo?!-
-Los secuestramos-
-Eso ya lo saben idiota- dio un golpe en la cabeza al peli naranja
-Más les vale no hacerle nada a Muro-chin o los aplastare-
Hinata se escondió detrás de Kageyama intimidado por el aura que desprendía el mayor, ya que 46 centímetros de altura podían poner asustado a casi cualquiera más si este parecía hablar en serio de ser capaz.
-No le haremos nada así que deja de intimidar a este idiota-
-…… ¿Gracias?- respondió Hinata
-Atsushi cálmate, y bien si no nos harán nada ¿Cuál es su objetivo?-
-Mejor dicho ¿quiénes son para empezar?- pregunto el peli morado
-Simple, somos los Hangman´s y nuestro objetivo se los diremos cuando lleguemos a nuestro destino-
≥w≤
Las vibraciones que emitía su teléfono lo sacaron de sus pensamientos, hace más de media hora que los niños se habían ido y el reloj marcaba las 8:56 pm, reviso su teléfono y noto un mensaje de Furihata preguntándole si iría a su casa así como avisando que Kise no iría hoy ya que saldría con su Senpai. Por una parte pensaba que debía dejar de molestar a Furi así como a su madre por un rato, así que dando una negativa creíble mando el mensaje, tomo sus cosas y se dirigió a la salida con rumbo a su casa, había dejando de llover hace horas así que solo estaban las calles húmedas con un aire fresco por lo cual Takao decidió que caminar no sería una mala idea, aunque vivía algo lejos pero una caminata no le vendría mal solo debería tener cuidado de que ningún conductor gracioso se le ocurriera mojarle con un charco.
Tomo sus audífonos y empezó a reproducir su música, las melodías y notas que recibía lo calmaban y relajaban permitiéndole caminar con una tranquilidad de película. Durante su trayecto empezó a reflexionar si era buena idea volver a su casa; se había vuelto un lugar frío, solitario dando no la mejor imagen, era difícil llamarlo hogar y lo que lo aterraba era que se había acostumbrado a ello y no le molestaba en absoluto. De alguna forma la soledad ya lo abrazaba y no le lastimaba.
Se froto los ojos tratando de evitar que estos traicioneros volvieran a soltar lágrimas. Esperaba en la esquina que el semáforo cambiara de color rojo para poder seguir su camino, la gente a su alrededor no lo hacía sentir menor solitario, estaban junto a él pero cada quien en su mundo, y él lo que más deseaba era la forma de poder colorear su mundo para que volviera hacer como antes. Estaba tan distraído que no escuchaba nada hasta que un policía lo detuvo.
-Joven debe tomar otra ruta, acaba de ocurrió un accidente y esta calle está cerrada-
Perfecto, lo que le faltaba. No dijo nada y giro a su derecha para retomar su camino por otra ruta, su nuevo rumbo era los complejos de lotes y casas en renta, aquel lugar apenas estaba remodelándose así que estaba algo vacío o más bien despoblado. Lo bueno es que no debía subir a máximo el volumen para poder escucharlo.
Estaba a la mitad del camino cuando escucho algo detrás de sí, volteo pero no había nada ni nadie, tal vez ya escuchaba mal por los audífonos así que se los quito y siguió, apenas logro guardar todo dentro de su mochila unos brazos lo aprisionaron inmovilizándolo y sin permitirle gritar, trataba de resistirse, patalear y tratar de librarse pero no podía, vio cómo se acercaban otras dos personas y trato de pedir ayuda pero sus esperanza se esfumaron cuando noto que llevaban cinta y soga. Las lágrimas que salían provocadas por el miedo así como su respiración agitada demostraban que no estaba soñando, con todas sus fuerzas piso el pie de su atacante para después proporcionarle un potente golpe con su cabeza, cuando tuvo la oportunidad corrió pero parecía que sus atacantes eran más rápidos por lo cual pudieron alcanzarlo, uno de ellos tomo sus manos otro los pies mientras que el tercero le tapaba la boca con la cinta, Takao estaba aterrado ya que no tenía oportunidad de escapar y todas las ideas espeluznantes y espantosas pasaban por su cabeza, esperaba lo peor.
Unas vez ya inmovilizado por los tres uno se fue y regreso con una camioneta negra, lo subieron y arrancaron dejando el lugar como si no hubiera ocurrido nada fuera de lo normal.
-Bien, uno listo faltan tres…. ¡JODER! ¡¿En serio esperan que nosotros solos nos hagamos cargo de esto?!-
-Eso mismo pensé así que pedí refuerzos-
-¡¿Enserio Suga-san?!-
-¿A quién llamaste Sugawara?-
-A Asahi y a Nishinoya-
-Genial, Asahi-san y Noya-san son perfectos-
-Ellos se encargaran del objetivo 014-
-¿Entonces nos quedamos con los 026 y 052?-
-Si, por lo que investigaron ellos siempre están juntos y trabajan donde mismo, así que es más fácil encontrarlos juntos y matamos dos pájaros de un tiro-
-Ya veo, creo que no es un mal plan-
-Bien hecho Suga-san-
-Gracias- sonrió- Oh por cierto Tanaka, tal vez haga mucho ruido y no queremos que se escape así que ponlo a dormir ¿vale?-
- Como usted diga- dijo recogiendo sus mangas
-Si sabes que hablo de que uses el gas ¿no idiota?-
-Lo sé ¿Qué pensaban?- dijo ofendido
Aventó a la parte de atrás un pomo donde empezó a salir un gas color violeta que tomo desprevenido al azabache el cual al aspirarlo empezó a pestañar y poner menos resistencias, poco tiempo paso para que cayera a fuerzas en los brazos de Morfeo.
≥n≤
Hace tiempo que no tenía una salida tan amena con otros, siempre se la pasaban con Kuroko, Takao y Furi porque habían pasado por lo mismo, cambiar un poco con la rutina no le caí mal y más si era con su Senpai. Se dirigieron a todos los ligares que el rubio quería, esta vez Ksamatsu no pondría resistencia ya que había pasado mucho tiempo desde que veía a su kōhai tan animado pero empezaba a sentir escalofríos, lo cual según él no era normal.
Como siempre no duraron mucho de compras ya que Kise empezó a llamar la atención y es poco decir que estaban escapando de una jauría de chichas con hormonas desquiciadas.
-Kise idiota esto es tú culpa-
-Lo siento-
-¡Deja de hablar y corre más rápido!-
-S-SI-
-Ven salta-
Una cerca de alambre fue ágilmente superada por Kasamatsu y de una forma algo torpe por Kise pero al menos ya estaban fuera de peligro. Pero notaron que estaban por la zona de burdeles, casinos, entre otros lugares de mala muerte. Kise se acercó al pelinegro al sentir que no podía ocurrir nada bueno al estar en aquel lugar, decidieron que debían caminar despreocupados aparentando estar en ambiente para que nadie se metiera con ellos. Aunque algunos les lanzaban miradas y más al rubio nadie se acercaba, pero aquellas miradas parecían desnudarlos y verles hasta la próstata.
Kise se estaba desesperando así que tomo la mano de Kasamatsu en busca de algo que lo hiciera sentirse más tranquilo. Con su mirada en frente tomo firmemente la mano del rubio y trato de buscar cual calle los sacaba de ahí, y al parecer su intuición estaba bien ya que veía como todos los moteles se estaban acabando, estaban en una calle T cuando una camioneta de color rojo tinto se detuvo enfrente de ellos y las puertas se abrieron dejando salir a dos hombres con pasamontañas que se abalanzaron contra ellos. Kasamatsu se interpuso entre ellos y Kise pero ellos lo golpearon en el abdomen sacándole el aire de sus pulmones y proporcionándole otro golpe en la cabeza noqueándolo.
-SENPAI-
Kise cayo inconsciente de misma forma por un golpe en la nuca. Los subieron a la camioneta y se alejaron de aquel lugar.
ÒnÓ
-Creo que esta vez solo somos tú y yo-
-Creo que sí pero se me hace raro que Kise y Takao no quisieran venir-
-Furihata-kun ellos tienen vidas-
-Lo sé pero me acostumbre a estar todos juntos-
Ambos se quitaron sus uniformes ya que su turno había acabado. Furihata con un conjunto de pantalones café, una camiseta de manga larga color naranja y unos tenis de bota color negro ya estaba listo y esperaba a Kuroko, el cual llevaba puesto unos pantalones de mezclilla y una camiseta a rayas de color grises y unos converse de color azules los cuales está atando.
-Bueno hoy le toca la cena a mamá así que ella cocinara-
-¿Debemos llevar algo?-
-Podemos pasar por una pastelería y comprar algo para el postre-
-De acuerdo-
-Bien, nos vemos después Jefe-
-Buen trabajo, que les vaya bien-
El circular ambos solos ya no era algo nuevo, desde hace tiempo se habían vuelto muy buenos amigos, tan cercanos que era difícil estar separados. Llegaron a la pastelería Dulce Sueños y vieron todos pasteles en exhibición; Había el clásico de chocolate, el de crema con fresas, uno de Kiwi, el pastel de Zanahoria no se veía nada mal, pastel de nuez, de chocolate blanco, pastel naranja, de durazno, pan de elote, pastel de café, entre varios más que hacían agua a la boca y por los cuales no te molestaría ser diabético.
Y así como algunas mujeres se tardan en el baño o al escoger su ropa ambos estaban en el dilema de que pastel llevar para la cena pero para su suerte el encargado de la tienda les asesoro y terminaron llevándose un Cheesecake con mermelada de fresa. Kuroko reviso el reloj de su muñeca y noto que ya eran las 9:22 así que decidieron apurarse acortando el camino estando a 3 cuadras de su destino.
-Mamá nos va a regañar-
-Apurémonos Furihata-kun-
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-De acuerdo según sabemos esta es la ruta-
-Ok, yo los esperare en el auto Daichi-san-
La vibración del celular se hizo presente. Sugawara saco su teléfono y vio que era una llamada de Asahi.
-Hola, aquí *Sugar-
-¡Hay un problema!-
-¿Q-Que pasó Asahi?-
-L-Lo siento es que….se nos adelantaron…-
-¡¿Qué?!-
-¡Ellos llegaron primero, tienen al objetivo 014!-
-Oh no…-colgó- Daichi debemos darnos prisa sino…-
≥o≤
Si pudieran correrían pero se estropearía el pastel así que parecían más competidores de una caminata. Al gira en una esquina se encontraron con dos hombres que estorbaban su paso, quisieron irse por la derecha pero se lo impidieron, parecían que estuvieran bailando.
-D-Disculpe pero ¿nos permite pasar?-
-Lo siento pero debemos hablar con ustedes-
-¿Los conocemos?-
-La verdad no pero necesitamos que nos sigan-
-No tenemos tiempo así que con su permiso, vamos Furihata-kun-
-Vamos, no les haremos nada-
-hemos dicho que no así que no estorben-
-Al parecer no escucharan, Suga-
-Entiendo Daichi-
Se acercaron a ellos tratando de acorralarlos pero de repente perdieron de vista al peli azul. Sugawara logro inmovilizar al castaño que no dejaba de temblar.
-Daichi ¡¿A dónde se fue el 026?!-
-Desapareció delante de mis ojos, verdaderamente los superiores tenían razón…-
Sugawara recibió de repente un golpe en la espalda y un piquete de ojos de parte de Kuroko, una vez libre Furi ayudo a Kuroko dándole al castaño una patada en donde hace llorar a un hombre, con ambos en el suelo inmovilizados por el momento corrieron con todas sus fuerzas para huir del lugar.
-¡¿Q-Que hacemos ahora?!- grito exaltado
-Debemos ir por tu mamá primero e ir con el departamento de policías-
-Está bien-
A solo una cuadra estaba su hogar y al girar la esquina distinguieron el color escarlata más brillante que habían visto. Llamas envolvían su casa, tiñéndola de ese color que empezaba a detestar. El calor se sentía y con ojos abiertos veía con horror el peor escenario que podía imaginarse, la gente gritaba y pedía ayuda, trataban de llamar a los bomberos pero el fuego se había encargado de evitarlo quemando los postes de teléfono y un trasformador de luz dejando algunas cuadras alrededor sin energía, la única luz era de aquella enorme fogata.
-M-Ma…Mam-á-
Se acercó un poco pero una explosión lo hizo retroceder, las lágrimas surcaban su rostro.
-¡MAMÁ! OH POR DIOS ¡NOOOO! ¡MAMÁ!-
-¡¿Furihata-kun que tratas de hacer?!-
-Ma-má… mi mamá está ahí dentro…. ¡DEBO IR CON ELLA!-
-¡NO! ¡PARA!-
Se aferró a su cintura tratando de evitar que su mejor amigo entrara en aquel infierno, él también estaba llorando al imaginarse a la señora Sawako. Lo único que podía hacer era proteger a su hijo, le debía mucho a Sawako, en su lugar evitaría que Furi le pasaran más cosas.
-F-Furihata-kun debemos irnos-
-¡N-NOOOO! ¡MAMÁ! ¡MAMÁ! ¡KUROKO QUIERO ESTAR CON ELLA! ¡NO DEBO DEJARLA SOLA!-
-Furihata-kun basta…-
-¡PAPÁ Y NII-SAN NO ESTAN! ¡YO DEBO PROTEGERLA!-
-¡Furihata-kun!, ¡ES INUTIL!-
-¡NO! ¡NO!-
-debemos irnos Furiha-
En ese momento llegaron Daichi y Suga. Los cuales empezaron a jalar a Kuroko para que los siguiera.
-S-Suéltenos-
Kouki cayó de rodillas derramando lágrimas mientras su mirada perdía aquel brillo que adquirió aquellas semanas de risas, parecía estar en shock total, incapaz de moverse. Kuroko en cambio parecía tratar de convertirse en una muralla para protegerlo.
-Tranquilo no queremos hacer nada-
-Vengan con nosotros-
-¡NO! Furihata-kun debemos irnos-
-Escúchenos deben venir con nosotros o más cosas malas pasaran-
-¿Cosas malas?.... ¡¿Ustedes causaron esto?!-
Una explosión mayor que logro romper todos los espejos dejando una libre una enorme llamarada así como una potencia tremenda hizo que todos cayeran contra el pavimento, todos los vecinos corrían para protegerse y algunos trataban en un esfuerzo de aplacar el incendio con cubetazos de agua hasta que los bomberos arribaran al lugar. En medio de la conmoción Furihata soltó un alarido de dolor y angustia, un claro grito de desesperación, con el humo como una capa de invisibilidad corrió perdiéndose entre todos, no podía seguir viendo aquello, con toda la velocidad que le deba sus piernas se alejó de aquel lugar.
-¡Furihata-kun!-
Sugawara lo sostuvo impidiendo que corriera, lo esposo pero este poco le importaba lastimarse con ellas. Seguía luchando
-¡Furihata-kun! ¡Furihata-kun!
-Tú súbelo, yo iré por el otro-
-Ten cuidado Daichi-
>n<
Su pecho subía y baja, su respiración era errática y las lágrimas que salían de sus ojos terminaban perdiéndose en el suelo. Estaba recargado con una mano contra la pared de un callejón mientras la otra se tapaba la boca, sentía las ganas de vomitar, tal vez se había alterado demasiado o el imaginarse el cuerpo de su madre le revolvía el estómago.
Después de todo, había ocurrido otra vez. De nuevo había perdido a una persona muy importante para él.
-Papá…..Nii-san….y ahora mamá-
Su mente trataba de reconfortarle diciéndole que todo era un sueño pero su conciencia rápidamente intervenía para que viera la realidad.
-¡Oye!-
-¡¿Eh?!-
Vio cómo se acercaba el mismo castaño de hace rato. No podía dejarse atrapar, no sabía que cosas podrían hacerles, y si ellos fueron los causantes de todo debía alejarse de él. No era muy rápido y que estaba agotado así que tiraba botes de basura como obstáculos, sin parar, sin detenerse y sin mirar Kouki avanzaba. El claxon de una camioneta rojo tinto lo hizo reaccionar y darse cuenta que estaba atravesando la calle, giro la cabeza a su derecha y la luz se acercaba y el solo podía ver en cámara lenta como se acercaba a él a toda velocidad, esperaba un golpe que acabara con toda su vida.
Al menos estaría con su familia, tampoco es como si tuviera algo que lo aferrara a este mundo. Lo había perdido todo; su familia, su hogar y sobre todo había perdido a su amor pero todo paso tan rápido. La camioneta derrapo de tal forma que al abrir la puerta lograron dar con él y meterlo en la camioneta, al terminar de dar las vueltas siguió su camino a toda velocidad.
-Oh no-
Detrás de ella aprecio venia otra camioneta que abrió fuego contra Daichi el cual no pudo evitar muy bien las balas que dieron contra su brazo y mano izquierda. Los vio alejarse y aun con aquellas heridas corrió hacia donde estaba Suga.
-¡Daichi! ¿Estás bien? ¿Qué ocurrió?-
-Fueron ellos…lograron llevarse a 052, ¡JODER!-
-Daichi….- está vendándole las heridas
-No logre cumplir con la misión, lo lamento es mi culpa-
-No es tu culpa-
-…que como sea, debemos ir rápido al cuartel- se encaminaron a la camioneta- hay que hallarlos-
-Sí, tienen a dos de ellos-
-Los encontraremos-
Subieron a la camioneta y Tanaka arranco. El en camino lo informaron de todo mientras se dirigían al cuartel general. Durante el trayecto Kuroko estaba alterado ya que pensaba que habían capturado a Furihata pero él estaba solo en la parte detrás, quería imaginarse que el castaño había logrado huir y ahorita está sano y salvo pero algo, un escalofrió le hacía pensar que era todo lo contrario. No podía entender nada, quería respuestas, quería saber que ocurría pero lo único que sabía era que sus días se habían tornado nuevamente oscuros.
Las luciérnagas, necesitan de la oscuridad para poder brillar.