Nos situamos en el séptimo año de curso de Harry, bueno octavo si no hubiera faltado un año a Hogwarts para buscar los Horocruxes, gracias a la nueva directora había llamado al trio de oro y algunos de su edad que habían faltado el anterior año, como Draco Malfoy, para que terminaran su último de año que les quedaba. Por lo que ahora todos ellos se encontraban estudiando de nuevo.
Estaba siendo un curso muy normal y tranquilo cosa que agradecían todos los alumnos y profesores, sobre todo, el que más lo agradecía era Harry, que podía disfrutar por fin de su juventud.
Las novedades fueron muchas en este año, y las que más se comentaban eran las siguientes:
Ron y Hermione estaban en una relación formal, y según los rumores de los chismosos en cuanto terminaran sus estudios se casarían al fin. Harry cuando oyó ese rumor quiso preguntárselo a sus amigos, pero, decidió que no era quien para decidir sobre su futuro, esperaría a que se lo contaran ellos mismos.
Y por supuesto debido a esta relación pasaban tanto tiempo juntos, que sin quererlo, dejaron de relacionarse con Harry. Aun se juntaban pero ya no era lo mismo. Harry lo noto pero no le importo es más pensó que era normal y merecían pasar todo lo que pudieran juntos por lo que no se metería en medio. Sonrió por ellos, en verdad estaba feliz a los que consideraba sus mejores amigos.
La otra novedad que Shookeo a la mayoría es que Neville y Luna empezaban a salir juntos, a muchos les llamo la atención de tan curiosa pareja, la verdad es que nadie se imaginaba que tal pareja se formara. Harry cuando oyó estos comentarios sonrió ampliamente mientras pensaba que para el cuándo se entero fue una sorpresa también.
Pero las dos últimas noticias sí que fueron impactantes para los estudiantes de Hogwarts.
La primera es que Draco Malfoy era Gay, lo supieron cuando una chica de 3° curso pillo al rubio besándose apasionadamente con otro chico de la edad de Draco. Rápidamente la noticia se corrió como la pólvora por lo que a regañadientes el rubio confirmo que le gustaban los chicos. Esta noticia en su momento sorprendió demasiado a Harry, por nada del mundo se esperaba tal noticia por parte del rubio. Pero bueno si él era feliz ¿Quién era el para decirle nada?
Y la cosa sorprendente es que estos dos ya no peleaban cada vez que se veían, tampoco se insultaban ya, ¿Para qué? la guerra había transformado a muchos y uno de ellos fue Draco, ahora cada vez que se veían se trataban con cordialidad, no eran amigos pero si respeto, hacia la otra persona, cosa que le agradaba mucho a Harry.
Y la otra noticia impactante que trajo montones de cotilleos, pasa su desgracia se trataba de nuevo sobre él. ¿Qué era lo que había sucedido? Pues resulta que él y Ginny habían roto, cosa que le dolió mucho a Harry ya que la amaba demasiado. Pero como dicen en el dicho, en el corazón no se manda. Así que aun con mucho dolor acepto su ruptura deseándole con todo su corazón que Ginny fuera feliz con Deán, porque si, estaba saliendo con el de nuevo. Harry siempre llevaría con dolor aquel fatídico día que le rompieron el corazón.
*INICIO FLASBACK*
Era alrededor de diciembre, dos semanas antes de navidad. Era media noche, y Harry se encontraba despierto en su alcoba sin poder dormir. Como no podía cogió sus gafas, se las puso, y también cogió el mapa del merodeador y su varita. Susurro "Lumus" muy bajito para no despertar a nadie. Una pequeña luz ilumino la punta de su varita, para después dirigir su varita al mapa que con un toque en él, murmuro," Juro que mis intenciones no son buenas" y ante el todo el mapa del castillo se le revelo. Curioseo a ver quién se encontraba despierto, y para su sorpresa, vio a Ginny en la torre de la astronomía. Frunció el ceño ante esto. ¿Qué hacia su novia allí a estas horas? Lleno de intriga y con ganas de verla, recogió el mapa y fue a su baúl a por la capa de la invisibilidad. Se la coloco, y con varita y mapa en la mano, salió de las habitaciones y sala común de Gryffindor. Con cuidado, sin hacer apenas ruido, iba hasta la torre de astronomía, para no encontrarse a ningún profesor por el camino. Si hubiera revisado el mapa antes de entrar, cuando hubo llegado a la torre, hubiera evitado presenciar la escena que iba a romper su corazón.
Harry iba a quitarse la capa cuando distinguió a su Ginny, pero antes de hacerlo pudo ver que no estaba sola. Frunció el ceño y se quedó ahí estático, esperando el momento oportuno para hablar con Ginny.
-Ginny por favor ¿Cuándo vas a hablar con él? Esta situación no puede seguir así, yo no quiero que sufra y cada vez que lo veo sonreírme no puedo evitar sentirme culpable- Hablo Deán en voz baja, pero en su tono de voz se veía llena de angustia.
A Harry el corazón le empezó a doler con fuerza, no podía ser cierto que le estuvieran haciendo eso, si sus sospechas eran las que se estaba imaginando su corazón estaba a punto de hacerse añicos.
-Deán compréndeme, la situación es más difícil para mí, sabes lo importante que fue Harry para mí, lo ame mucho en su momento, y aún sigue siendo muy importante para mí, como si fuera un hermano, por eso si le digo que no he podido olvidarme de ti y que estoy saliendo contigo le hare mucho daño- Dijo con tristeza la pelirroja.
Sus sospechas se confirmaron, Ginny ya no le amaba. O nunca lo amo lo suficiente, pero ahora eso ya no importaba. Su corazón había sido destrozado de manera cruel.
Harry se quitó la capa, haciéndose visible a los dos presentes, que cuando lo vieron, palidecieron rápidamente.
Harry por mucho que le doliera aquello hablo con toda la calma que no sentía en ese momento.
-Ginny...- Empezó a hablar con voz algo ronca, por las ganas de llorar que sentía- No importa si con el eres feliz yo lo estaré, solo deseo lo mejor para ti. En verdad me ha gustado estar contigo Ginny has sido muy especial para mí y aunque ya no estemos juntos siempre serás alguien muy importante para mí. Deán cuídala mucho, espero que seáis felices de verdad. - Sonrió, aunque era una sonrisa triste, con sinceridad.
-H-Harry...yo perdóname...lo siento lo siento- Se disculpó Ginny entre lágrimas.
- Harry...- Dean tampoco podía articular palabra coherente, ya que sentía las mismas ganas de llorar que Ginny.
-Lo sé no os preocupéis no os odio, lo siento me tengo que ir, nos vemos por ahí chicos- Dijo de despedida, pero antes de irse oyó unas últimas palabras de Ginny.
-Harry... yo sé que tú algún día encontraras a esa persona que será tu verdadero amor y estaréis juntos siempre p-porque tú te lo mereces- Dijo Ginny, rompiendo a llorar de nuevo en las últimas palabras.
Harry le agradeció con una sonrisa triste, antes de ponerse la capa de invisibilidad y salir de la torre de astronomía. Mientras bajaba las escaleras sentía que las lágrimas caían por su rostro. Ella era su luz y ya no estaba, de nuevo se sentía perdido y sin que nadie estuviera a su lado para consolarlo. Como echaba de menos en esos momentos a Sirius o a Remus, o a los consejos de Dumbeldor que siempre le daban esperanza. ¿Ahora que le quedaba? Solo una profunda tristeza que nada podría sacarlo de ahí.
*FIN FLASBACK*
Aquel día no volvió a los dormitorios, si no que se fue directo a la sala de los menesteres.
Necesitaba un lugar para estar solo y esa habitación era perfecta para el en momentos como ese. Aquella noche lloro mucho, dejando escapar todo el dolor que sentía. Ahí podía ser libre de desahogarse sin que nadie lo viera.
Al día siguiente, Harry no sabía cómo, pero todo Hogwarts se enteró de que Harry y Ginny habían roto y que ahora volvía a estar junto a Dean. Por supuesto que cuando Harry entro al comedor fue objeto de todas las miradas y cotilleos. Y como no se sentía con ganas de soportar aquello se salió del comedor nuevamente sin probar bocado.
Ron al enterarse de lo sucedido como buen amigo de Harry le hecho la bronca del siglo delante del todo el mundo, le exigió que por qué no le había dicho a su amigo las cosas de frente, en vez de enterarse de esa manera tan cruel. Esta conversación se lo comento Hermione un día que estaban los dos solos, también le comento que Ginny no pudo evitar llorar ya que sabía que su hermano tenía razón, y que no merecía que lo hubieras descubierto de esa manera. Harry al enterarse se sorprendió por la actitud del pelirrojo, nunca esperaba que le defendiera de esa manera y siempre se lo agradecería, pero tenía que hablar con él. No quería que Ron estuviera enfada con ella por él. No lo podía permitir. Su dolor era grande como si le hubieran lanzado una flecha en el corazón y no pudiera sacárselo. Pero esperaba que con el tiempo pudiera sacarse esa flecha que le atenazaba el corazón.
Pasaron dos semanas, y ya era casi navidad, Harry se encontraba en la torre de astronomía contemplando el horizonte solo con aire pensativo. Ron y Hermione se fueron a pasar las vacaciones a La Madriguera, que había sido restaurada nuevamente, y ellos le pidieron que fueran con él, pero Harry se negó. Ron intento convencerlo que pasara de Ginny y Deán pero Harry sabía que incomodaría, además no quería ver de nuevo caras llenas de compasión. Demasiadas veces las había visto. Así que, dando una excusa de que le apetecía pasar las últimas navidades allí en el colegio, se quedó junto a unos pocos alumnos más en Howarts.
Harry dio un suspiro mientras observaba el rojo atardecer que iluminaba la torre. Sin quererlo sonrió ligeramente. Este lugar le transmitía una paz que aunque estuviera triste o enfadado le relajaba. Por eso era su lugar su favorito de todo el castillo.
Mientras observaba el horizonte recuerdos le vinieron de Ginny y el. Muchos buenos. Nunca los olvidaría, por mucho que acabara así aquellos recuerdos para el eran inolvidables
Luego sus recuerdos se dirigieron hacia otras personas. El primero hacia su padrino, dios mío como lo echaba de menos, necesitaba su cariño, sus pequeñas charlas, sus bromas... Un nuevo suspiro salió de la boca de Harry. Otra oleada de recuerdos le invadió. Esta vez recordó a Remus, siempre podía contar con sus consejos y su chocolate que siempre llevaba encima. Remus también fue muy importante para él y desearía haberlo mantenido alejado de todo peligro al igual que a Sirius. Dio otro suspiro, esta vez más largo y profundo.
Al siguiente que recordó fue al Director, aun con sus secretos y enigmas, que tanto sacaban de desquicio a Harry, sentía al profesor como si fuera su propio abuelo.
Siempre sonriéndole con calidez, siempre creyendo en sus palabras, aunque para el resto del mundo no le creyeran. Y, aunque lo exasperaba muchas veces, le gustaban aquellas charlas que tenían, ya que eran profundas y daban que meditar al chico.
Y por último su pensamiento a su profesor de pociones. Quien iba a decir que tal persona fuera la persona más valiente que hubiera conocido en su vida. Todos esos años con ese odio hacia su profesor, si lo hubiera sabido a alguna forma hubiera cambiado su actitud y habría hecho el esfuerzo por conocerlo mejor.
No llevaba las cuentas de las veces que suspiro, pero dio otro suspiro.
Cerro los ojos y dejo la mente en blanco. Harry pensó que era una ironía. Tantos meses sin conseguir dejar la mente en blanco y ahora lo conseguía de repente.
Cuando volvió a abrir los ojos se dio cuenta con gran sorpresa de que ya estaba anocheciendo.
"¿Cómo es posible? ¿Me abre quedado dormido?" Pensó confundido el moreno.
-será mejor que me vaya ya, si no la directora me castigara o me quitara puntos, pero mañana volveré, este lugar me transmite una paz increíble, aun sucedido aquello de hace dos semanas.- Se dijo a si mismo con una leve sonrisa.
Y tras decirse aquello a sí mismo, se puso la capa invisible que traía consigo, junto con el mapa merodeador, y se alejó de la torre de astronomía.
Nada más irse una extraña figura apareció iluminada, en el mismo lugar donde momentos antes había estado Harry, y sonreía en dirección por donde se había marchado el de los ojos verdes.
-"Mañana es el día... Mañana una nueva oportunidad se os dará"-Dijo silenciosamente la silueta con una amplia sonrisa, antes de desaparecer nuevamente.
Al día siguiente Harry despertó muy temprano, con sudor en el cuerpo, por un sueño que había tenido. No recordaba de que iba el sueño, pero por la forma que había despertado no había sido muy bueno.
Fue a los lavabos para ducharse y quitarse todo el sudor de la noche. Una vez duchado y vestido, se dirigió a la sala común, que se encontraba vacía. Ya que nadie de Griffyndor se había quedado para las navidades.
Harry se acercó dónde estaba el árbol de navidad, y ahí vio los regalos a su nombre. Si, era navidad. Pero por primera vez desde que estaba en Howarts no se sentía feliz ante ese día.
Harry abrió los regalos sin mucha emoción en ellos. Recibió regalos de Hermione, Ron, Hagrid, y de los padres de los Weasley, que con el regalo de estos últimos le llego una carta de la madre de Ron donde le echaba la bronca porque no fuera con ellos a pasar la navidad. Sonrió un poco ante la carta de Molly. Era tan buena con él. Pero no tenía la voluntad de estar con ellos después de todo lo sucedido. Harry no recibió mas regalos, pero con amargura pensó que ni siquiera merecía aquellos regalos.
Suspiro profundamente, se estaba deprimiendo mucho ante este día. Lo mejor sería que no saliera en todo el día, no quería encontrarse con nadie y que le felicitaran. Porque para Harry, aquellas Navidades no eran felices, por lo que no quería mentir cuando lo felicitaran.
A la hora de la comida un elfo vino a su habitación, preguntándole con educación que si no iba a ir al comedor a comer. El peli azabache negó con la cabeza. El elfo le insistió en traerle la comida, pero Harry le contesto que no tenía hambre. El elfo al fin se rindió en lo de respecto a la comida, pero antes de irse le dirigió una mala mirada al chico de los ojos esmeraldas.
Harry suspiro. Sabía que si se enteraban de que no comía como es debido, se enfadarían, pero en verdad no tenía ganas de probar bocado alguno.
Paso toda la tarde en la sala común. Haciendo deberes, leyendo, echando un vistazo al mapa del merodeador... Pero Harry estaba cansado de estar encerrado por lo que sin coger la capa y el mapa, ya que a esas horas no era necesario, se dirigió a la torre de astronomía.
Una vez allí se asomó por el ventanal. Era un hermoso atardecer. Los rayos del sol se colaban por los grandes ventanales, por lo que a esa hora la habitación parecía estar brillando como si la habitación fuera de oro.
Cerró los ojos mientras suspiraba profundamente. Aquel lugar era su sitio favorito, le transmitía tanta paz... No se cansaba nunca de visitarlo.
Estuvo tan relajado, como si estuviera dormido, tanto tiempo, que no se dio cuenta de que había otra persona en la habitación.
-¿En qué tanto piensas Potter?- Pregunto de repente alguien, con burla en la voz, aunque por el tono de la voz también se notaba que estaba curioso.
Harry se sobresaltó al oír aquella voz. No se esperaba que hubiera alguien más en esa habitación, y mucho menos que esa voz fuera el dueño de cierto rubio presumido y de ojos grises.
-Malfoy… ¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que quieres?-Pregunto con molestia, por no poder estar solo con sus pensamientos.
-Vaya que recibimiento, ¿Acaso no puedo venir aquí a pensar?- pregunto divertido Draco.
Harry lo miro con el entrecejo fruncido. No quería ser borde, pero Harry no tenía ganas de hablar con nadie, y mucho menos con el rubio.
-Si no necesitas nada, déjame solo por favor Malfoy- Dijo Harry con voz cansada.
Draco suspiro y se le borro esa sonrisa de burla. Compuso un rostro serio y se puso al lado de Harry. Este último lo miraba sorprendido pero no dijo nada.
Estuvieron observando el horizonte por un buen rato en un agradable silencio, cuando Draco hablo de nuevo.
-No te has ido a pasar las vacaciones con los wesly. ¿Por qué?- Pregunto curioso, sin ningún rastro de maldad en su voz. Cosa que noto Harry con gran sorpresa.
Como el rubio estaba siendo agradable decidió que a lo mejor hablar con él le ayudaría.
-No tenía las fuerzas para mirar a Molly y a los demás miembros a la cara- Dijo con un suspiro triste.
Draco frunció el ceño, mientras lo miraba fijamente.
-¿Aun estas mal por la pequeña comadreja? Mira Harry sé que creías que era el amor de tu vida pero no puedes seguir deprimido por ella siempre, y mucho menos evitar a toda su familia solo por ello- Dijo Draco serio de carrerilla, sin apenas tiempo para coger aire para respirar.
Harry abrió bien grandes los ojos de nuevo debido a la sorpresa que le dio el rubio. L-Lo estaba consolando ¿O era su imaginación?
Pero lo que en verdad sorprendió a Harry fue que lo llamara por su nombre, sin rastro de burla, maldad, asqueo.. Nada de eso se notó en su voz. Su nombre sonó como... si fueran amigos...
-¿Me has llamado por mi nombre?- Pregunto Harry con voz lleno de sorpresa.
Draco al darse cuenta de lo que hizo, se puso algo rojo por la vergüenza. Carraspeo un poco para transparentar indiferencia ante aquello, sin conseguirlo del todo.
-Yo...Bueno sí... lo hice ¿Algún problema con ello?- Le pregunto Draco orgulloso.
Harry soltó una pequeña carcajada. Aquello fue inesperado para el azabache pero no le supo malo. Draco sonrió ligeramente también divertido antes de ponerse serio de nuevo. Volvió a mirar a Harry con el ceño fruncido. Aun no le había contestado a su anterior pregunta y no le gustaba que desviaran el tema.
-Bueno y volviendo a mi pregunta ¿Fue por la peli roja que te has quedado aquí?- Insistió preguntando el rubio.
Harry volvió a mostrar en su cara sus ojos sin brillo, y un rastro de melancolía, cuando se volteo a ver el horizonte con un suspiro.
Pasaron unos minutos, y Draco pensaba que no iba a responderle cuando de repente oyó la voz de Harry que le respondía con mucha tristeza en ella..:
-Por una parte si, la ame mucho, creo que fue mi primer amor, corrección la sigo amando, y seria doloroso para mi verla con Deán abrazándose, dedicándose palabras bonitas y esas cosas...Pero mi mayor razón es por Fred...- Se calló porque al pensar el gemelo caído en combate, sintió in nudo en la garganta. Draco estuvo callado, sabia que para el aquella situación era más difícil de lo que imaginaban todos. A pesar de lo que mucho decían el rubio era el que mejor comprendía a Harry, y por eso cuando no lo vio en el comedor sabía que era el momento de hablar con él. Harry ajeno a los pensamientos del oji gris volvió a hablar con algo de dificultad- Si fuera a la madriguera no podría mirar a las caras de ninguno de ellos. Sobre todo la de Molly, Arthur y la de George. ¡No puedo! ¡Si yo hubiera acabado con Tom antes el estaría vivo...!- Harry no pudo continuar, grandes lágrimas caen por su rostro. Un gran nudo se le hizo en la garganta. Pensaba que el dolor había desaparecido hace un tiempo. Pero no. Seguía doliendo, como si hubiera sido ayer el momento en el que murieron todos ellos.
Draco lo miro con pena infinita. Y apretó sus nudillos con fuerza, mientras cerraba los ojos por la frustración. Era consciente que había sido un capullo todo el tiempo. Por eso quería cambiar. Ser otra persona. Nada de Malfoy. Solo quería ser Draco. Y cuando vio de esa manera a Harry no pudo evitarlo y le abrazo con fuerza.
Harry se sorprendió pero no dijo nada, se dejó abrazar, mientras gruesas lagrimas saladas caían de sus brillantes ojos esmeraldas, que ahora mismo expresaban todo el sufrimiento que sentía.
Draco apretó el abrazo, mientras intentaba tranquilizarlo con amables palabras. Pero en un momento dado, Harry dijo, en susurro apenas audible por el llanto, algo que le impresiono mucho y le rompió el corazón por el dolor al saber cómo se sentía el azabache.
-Ya no me queda nada en este mundo. No tengo nada. Todos tienen sus vidas encaminadas ya. Luna y Neville, Ron y Hermione, Deán y Ginny... Yo... Yo sobro…
No tengo lugar ya en esta nueva etapa. Lo mejor seria es que yo desapareciera de este mundo- Susurro con dolor.
Draco lo aparto del abrazo y lo agarro de los hombros con fuerza, mientras lo obligaba a mirarlo a los ojos. Draco nunca había estado tan serio como en esos momentos.
-Harry... al igual que yo no conocemos el amor verdadero... pero sé que algún día lo encontraremos. No te rindas. Tú eras el que daba las fuerzas para continuar con la guerra, y con tus palabras ninguno nos rendimos. Luchamos todos con todas nuestras fuerzas. No seas falso y te rindas ahora ¿De acuerdo? Sé que algún día encontraremos los dos lo que es la verdadera felicidad.
Ahora... Dime Harry… dímelo desde el fondo de tu corazón ¿Qué es lo que más deseas en este mundo?- Dijo seguro aquellas palabras y pregunto lo último con seriedad, mientras agarraba fuertemente los hombros del azabache y miraba con fuerza a los ojos esmeraldas opacos, esperando por su respuesta.
Harry dejo de llorar. Inspiro varias veces pensando en las palabras de Draco. Cerró los ojos varios segundos.
Harry los abrió de nuevo. Draco vio en ellos una nueva determinación. Sonrió ampliamente ante esos ojos.
Harry contesto sin ninguna duda:
-¡Quiero ser feliz!-Deseo desde el fondo de su corazón.
Draco sonrió.
-Bien dicho- Le contesto con una amplia sonrisa.
Entonces ocurrió lo inesperado. En las mentes de los dos chicos oyeron una voz desconocida para ellos que decía:
"Tu sacrifico y tu gran corazón nos han llegado hasta nosotros. Vuestro deseo será concedido. Tenéis una oportunidad más para comenzar de cero. “Y con esas palabras una gran luz dorada los cegó por completo.
Los dos sin saberlo aún, habían desaparecido de ese mundo... para reaparecer en otro mundo, en el que tendrían el poder para amar de nuevo definitivamente.