Diario personal de Alphonse Elric, 10 de mayo 1846
Luego de recorrer Alemania unos ratos a pie, otros a caballo y en carreta, en lo que parecían unas vacaciones de ensueño delirante, decidimos establecernos en un tiempo en una pequeña cabaña rural en las afueras de Praga... mas precaria que aquella casa donde vivimos cuando niños, pero igual era el campo.
Mi hermano Ed estaba feliz, por fin estabamos juntos después de años y había logrado uno de sus mas grandes deseos: que yo, su hermano menor, recuperara mi cuerpo, estos días andaba más feliz que de costumbre, todas las mañanas muy temprano se levantaba silvando y sembraba coles, patatas, zanahorias, maíz y otras cosas en una pequeña parcela que se incluía en la renta de la cabaña.
Eso era hasta el día de ayer... por la mañana, cuando se levantó Noa ya no estaba. Solían dormir juntos en la habitación mientras yo me quedaba en el sofá de la sala... pero juro que no escuché cuando se marchó, debío salir por la ventana o algo.
Noa, la gitana no sólo abandonó a mi hermano, si no que lo dejó desamparado, mientras el dormía se llevó sus protésis de pierna y brazo... las últimas que Winry hizo para él aquella vez que estuvimos en Shambala, se despertó tan dormido que no se dio cuenta hasta que cayó al sueño por la falta de apoyo de la pierna.
No quisimos creer que fue ella, incluso pensamos que la habían secuestrado, yo salí a toda velocidad en su búsqueda y luego tomé un caballo del vecino prestado para llegar al pueblo... uno de los vendedores me dijo que la había visto pasar con un bulto grande envuelto, que llevaba cosas que al parecer vendía porque a cada tanto lo iba mostrando a la gente.
Creo que comprendió que esas protésis valían mucho dinero porque una mujer me dijo que abordó un autobús a la capital...
Ya dimos el aviso a la policía. Ahora está ahí postrado en su cama semi desnudo, con las conexiones de metal en su cuerpo vacías, no ha querido probar bocado y tampoco me deja entrar a su habitación... yo no sé que decirle.
13 de mayo 1846
La policía no nos ha dado respuesta, dicen que la han visto aquí y allá, ellos están tras su pista, yo pienso salir muy pronto a buscarla también... pero no me puedo ir dejar a mi hermano así, tengo que obligarlo a levantarse, darse un baño y a comer... si sigue así voy a tener que tumbar la puerta.
La verdad es que me siento impotente, Ed hizo todo lo posible por devolverme mi cuerpo, y luego hizo todo lo posible por que pudieramos estar juntos... bueno hizo hasta lo imposible, muchas personas en shambala y en la tierra sufrieron las consecuencias de nuestro deseo de vernos nuevamente... pero eso ya pasó y yo no me arrepiento, no sé él... disfrutaba tanto de la vida.
Pienso que no es justo porque yo recuperé mi cuerpo y el nunca pudo recobrar ni su brazo ni su pierna.
Que debo hacer?
14 de mayo 1846.
He recogido mi pelo en una coleta... no me dí cuenta lo mucho que había crecido nuevamente, me dí un baño y me quedé de pie en la puerda de Ed... iba a tocar, pero mejor la rompí de una patada.
Estaba aún tendido en la cama, con el pelo suelto, boca abajo con el rostro recargado en su unico brazo y la pierna extendida cuan largo era.
-Mi pobre Edward... murmuré.- sabía que eso le iba a molestar.
-No me tengas lástima, idiota.
Me senté junto a él al borde de la cama: él no se movió.
Con cuidado extendí mi mano hacia él y recorrí el borde metalizado se su hombro con las yemas de los dedos, se estremeció.
-Tienes que levantarte y darte un baño Ed, apestas.
-No tengo pierna...
-Yo te ayudaré.
-No es necesario...
-Demonios Onee-san!!! donde esta tu alegría? vamos saca un poco de ese valor, te mandaremos mientras a hacer otras protésis.
-No quiero otras protésis!!! quiero las que Winry me dió!!
-Las recuperaremos...
-A estas alturas ya debío de haberlas vendido por un montón de dinero... es tecnología muy avanzada que los médicos querrán copiar.
Me puse un poco sobre él y rodeando su pecho con mis brazos lo sostuve para levantarlo, lo hice sentar y darme la cara.
-De momento no les será posible, pero alegrate... el que intenten copiarla beneficiará a muchas personas que no tienen brazos y piernas en este mundo.
-Tienes razon- dijo sonriendo un poco.
-Hermano que puedo hacer por tí... tu te has sacrificado tanto para regresarme mi cuerpo, gracias a tí puedo sentir nuevamente el sol, el viento y la lluvia en mi piel, puedo probar alimentos puedo... tocar tu piel otra vez... dime, haré lo que sea...
Edward me miró directamente a los ojos, era la primera vez que veía una cara como esa en mi hermano, una mirada suplicante, unos ojos de cachorro abandonado, se arrastró un poco sobre su cadera para quedar muy cerca de mí.
-De verdad Al?
-Si Onee san.
Se arrastró sobre su única pierna hasta quedar frente a mí.
-Entonces quedate a mi lado- dijo y presiono sus labios sobre los míos.
La sopresa me impidio moverme... Edward me estaba besando?? Mi hermano mayor me estaba tratando como a una mujer... como un amante, me sentí aterrado, asqueado... sentí una arqueada ascender a mi estómago pero la reprimí, el seguía moviendo sus labios sobre los míos de una forma desesperada.
No es pecado esto?? me pregunté... no es un tabú??
Mi hermano es un experto en meterse con los tabús....
Quise empujarlo, decirle que estaba loco, vomitar... pero no podía, le había dicho que haría lo que sea, le había dicho que estaba dispuesto a todo... el me había regresado mi cuerpo, no podía negarme.
Iba a hacer esto por él.
Es mi hermano y lo amo... pero no en esa forma, no en la manera que el espera... pero a pesar de eso he jurado hacerlo feliz, así que respondí a ese beso lo mejor que pude.
-Estas seguro?
-Si Ed...
-Alphonse yo... yo siempre hice todo por recuperar tu cuerpo porque quería poder tocarte, quería poder abrazarte, sentir tu piel... nunca te lo dije... pero ni Winry... ni Noa... son lo que tu eres para mí... vamos... que construía cohetes y abrí un portal de horror a Shambala por voverte a ver... Te amo Al...
Estaba atónito, mi casa se puso roja... no sabía que decir o donde esconderme, así que forcé una sonrisa.
-Yo tambien te amo Ed- no era mentira... pero no lo amo de la forma en que el desea.
Es un pecado, lo sé, es asqueroso... lo sé, pero no puedo negarme, permaneceré al lado de mi Onee san, le entregaré los besos, las caricias que pida, le entregaré mi cuerpo si es necesario, para que recobre la felicidad. Es lo menos que puedo hacer.