Sin saberlo terminamos así.
Quién lo diría.
~*~
-¡Vaya, Vegeta! Dime, ¿cuándo te creció así? –dijo totalmente emocionado.
-¿Yo que voy a saber, Kakarotto? –habló el mayor iracundo.
-Es muy bonita. –acercó su rostro a la peluda cola marrón oscuro.
-Aléjate. –se apartó bruscamente generando un puchero triste del menor.
-Sólo quiero tocarla, se ve muy suavecita, espera y-
-Tócala y te masacro, estúpido. –miró al otro con unos ojos que Goku nunca había divisado. Mientras, anudó su cola a la cintura.
-Yo… Nada. –su mirada rápidamente se entristeció.
-Tranquilo, Goku. Vegeta siempre amanece así, no te entristezcas por algo sin objeto. –dijo la mujer de cabellos celestes.
-¡TÚ NO TIENES NINGÚN DERECHO A OPINAR CON RESPECTO A MÍ, MUJER!
-¡NO ME HABLES ASÍ, VEGETA! –Goku se halló de más en la discusión y se encogió de hombros para luego retirarse- No enfrente de Goku. –tomó la mano del joven- Descuida, todo estará bien, es normal que esto ocurra, ehm, con nosotros.
-Yo n-no-
-¡NO SOMOS NOSOTROS! ¡ERES TÚ SOLA Y LO SABES MUY BIEN! ¡ME LARGO! –soltó irradiando furia para luego despegar con rumbo desconocido atravesando la ventana de la cocina de Capsule Corp.
-Cielo santo. –dijo la mujer frotándose el tabique nasal.
-Lo siento, vine en un mal momento. Nos vemos. –fingió una sonrisa preparándose para irse también.
-¡No Goku! Espera, quédate un poco más, por favor.
-Mira Bulma, sabes que Vegeta detesta mi presencia, mejor me voy y así evito más conflictos si vuelve.
-Espera, ¿quieres un poco de Té de Sakura?
-No lo sé…
-Vamos, es tu favorito. –insinuó sonriente.
-Buenoo… Supongo que me quedaré un poco más. –enseñó una sonrisa, esta vez, real.
Varios minutos habían pasado, Goku estaba bebiendo con devoción la exquisita infusión y saboreándola una y otra vez. Absorbió el delicioso aroma de la taza para luego llevársela a la boca una vez más procurando no quemarse los labios. Ambos se encontraban hablando, sentados en la gran mesa-comedor de la mansión.
-Y por eso estamos así.
-¿Terminaron? –dijo el joven saiyajin perplejo.
-¿Terminamos qué? Nunca tuvimos nada. Fue más bien como una unión libre. Lo único bueno que vino de él en esta ‘relación’ –señaló con sus dedos- fue Trunks. Únicamente fue esa noche en la cual valí algo para él. No dijo nada. Sólo empezó y acabó. No puedo negar que soy feliz con Trunks. A veces sólo quiero que desaparezca por completo.
-Bulma, no hables así. –dijo suavemente, triste.
-¿Cómo no hablar así de alguien tan… tan odioso, desconsiderado, manipulador, antipático, ensimismado y petulante como Vegeta? ¿Eh? –inquirió irónicamente sobresaltando un poco a Goku.
-Eres mi mejor amiga, lo sabes, así que perdón si esto suena mal, pero… ¿Qué esperabas de Vegeta? ¿Qué esperabas de un saiyajin de sangre pura proveniente de la realeza? Antes de meterte con él sabías quién era. Viste claramente las atrocidades que cometió en Namekusei. ¿Qué más querías? Sinceramente alguien como él nunca cambiará.
-Lo sé. Haha. Pero no me lamento, es más, estoy feliz con que hayamos terminado. Lo único que quiero es hacer las paces con él. Todavía lo aprecio como un amigo. Y no me importaría que se quedara a vivir con nosotros como un zángano mientras seamos amigos. –rió con gracia mientras sorbía más té.
-Eres una buena amiga, Bulma. –ambos se abrazaron.
-Lo sé, lo sé. –habló orgullosa- El problema es que él se niega a ser ‘amigo mío’. Aunque con Trunks habla de vez en cuando y a veces entrena con el niño cuando está aburrido, por lo menos eso le agradezco.
-Trunks, pues, ¿ya sabe de esto?
-¿Qué si sabe? ¡Pues claro! Y mi pequeño lo tomó de una manera muy madura. Su padre le cae bien, es más, lo admira.
-Eso está muy bien. Oye, ¿de casualidad no sabes cómo es que a Vegeta le creció la cola?
-No, se despertó igual, como siempre en su habitación, se dio cuenta de la cola cuando se fue a bañar. Pegó un grito gutural.
-Ah. ¡A mí me gustaría tener una cola así!
-¿En serio?
-¡Claro! –sonrió tiernamente, dejando la taza vacía en la mesa.
-Bueno, si quieres, creo que Dende con sus poderes mágicos podría ayudarte.
-¿De verdad? –habló con ojos destellantes.
-Claro que sí, después de todo es Kamisama. Como tienes un cuerpo tan joven a pesar de tener una edad adulta creo que sería más fácil hacerte crecer tu colita. -sonrió de vuelta.
-Entonces iré. ¡Gracias Bulma! Por el té y por todo. –la abrazó para luego despejar a toda velocidad por los cielos.
-Ahh, ese Goku, nunca cambiará esa mentalidad tan linda y precoz de un niño. Igual que cuando nos conocimos. –sonrió con añoranza.
-¡MAMÁ! –gritó un niño de cabellos lila corriendo hacia la mujer.
-¿Qué pasa?
-¡MI ABUELA ME QUIERE OBLIGAR A COMER UNA SOPA DE ESPÁRRAGOS CON ESPINACA Y ESTÁ MUY VERDE Y ASQUEROSA PERO DICE QUE ME SERVIRÁ PARA CRECER GRANDE Y FUERTE PERO YO NO QUIERO COMERLA WÁKALA!
-Tienes que comer, Trunks. –dijo seria.
-¡No mamá! –se cruzó de brazos.
-A comer, anda, vamos. Si no, te quitaré todos tus videojuegos.
-Mamá. –hizo un pequeño mohín y fue resignado al encuentro con la sopa.
[…]
-¡Hola Dende! –saludó sonriente.
-¿Eh? ¡Hola Goku! ¿Qué le trae por aquí? –se levantó de su sillón y fue a saludar al saiyajin que tenía al frente.
-Dende, esto… Me preguntaba si podrías hacerme crecer la cola con tus poderes místicos y eso, pues, ya sabes… -dijo un poco sonrojado.
-¿La cola?
-Ajá. –asintió.
-Bueno, veamos qué se puede hacer. –sonrió sinceramente el joven de piel verde y guió a Goku dentro del palacio.
(…)
-Bien, ¡listo!
-¡UUFF! ¡Tomó tiempo! ¡Vaya, qué linda es mi colita! ¿Uh? Es negra. –dijo admirando su cola- Antes era marrón.
-Eso se debe a que creciste. O algo así. –pensó Kamisama con una gota de sudor bajando por su frente.
-Ah. ¡Muchas gracias! –abrazó al joven.
-¡Ugh! ¡Por nada, Goku! –luchaba por respirar.
Goku surcaba el cielo muy contento, su sedosa y brillante cola de pelaje negro batía el aire a medida que pasaba demostrando su felicidad. De repente sintió un Ki muy familiar y decidió ir a investigar.
[…]
-Hola, Vegeta.
-Yo buscando paz y miren quién se aparece, ahh, -relajó su ceño- ¿Qué quieres, Kakarotto?
-Estoo… yo sólo quería hacerte compañía, o algo así. –un rosa pálido se apoderó de las mejillas del menor.
Vegeta estaba sentado con la espalda recostada en un gran árbol, una pierna recogida y otra suelta, mirando el cielo oscuro iluminado sólo por las estrellas, la luna nueva no se alcanzaba a apreciar.
-Está bien. –dijo con expresión neutra.
-Bueno, yo sólo decía, bueno ya me voy, espera, ¡¿QUÉ!?
-Sólo no hagas ruido. No abras la boca para decir estupideces y estarás bien. –pronunció cortante.
-Bueno, me voy a sentar aquí. –dijo tratando de ocultar la inmensa felicidad que brotaba en su interior.
Goku suavemente dejó descansar su retaguardia en el suave pasto justo a centímetros de Vegeta. El mayor, por su parte, miraba impasible el cielo, por momentos cerraba los ojos y suspiraba levemente. Estaba totalmente relajado. Llevó sus brazos detrás de la cabeza y nuevamente unió sus párpados.
Goku miraba fijamente el rostro del mayor, mandíbula perfilada, nariz perfecta: bien formada, recta; mirada rasgada manteniendo su ceño fruncido, ahora relajado, altos pómulos y finalmente cabello sumamente sexy. Un hombre perfecto.
En un breve instante, Goku sintió un aroma muy peculiar, atrayente, sensual y delicioso, proveniente de ¡¿VEGETA!?
-Mmm… -cerró los ojos y dejó que el varonil almizcle penetrara sus fosas nasales.
Suavemente aprovechó que Vegeta tenía los brazos alzados, para recostarse con cautela a su lado. El mayor estaba dormido.
-Huele tan bien, Kami, podría quedarme toda la noche aquí con él. Mmm…
Inconscientemente, la cola negra de Goku buscó a la marrón de Vegeta, hasta apretarla suavemente y soltar un ronroneo. Vegeta despertó de inmediato.
-¡¿Q-QUÉ!?
-¡Lo siento! Discúlpame. -se alejó rápidamente.
-¿Qué… hacías?
-Lo siento, no sé qué me pasó y…y… creo que Milk me llama, adiós. –se excusó rápidamente de manera estúpida.
-Espera. –dijo con voz grave estremeciendo al más joven.
-¿S-Sí?
-¿¡TIENES COLA TAMBIÉN!? –exclamó atónito viendo la peluda cola negra de Goku soltarse del agarre de la suya.
-Ahh, esto… Le pedí a Dende que me la hiciera crecer. –se rascó la nuca.
-No puedes ver que me tire del décimo piso porque ahí vas tú y te tiras también. –insinuó.
-Hehe, eso. Verás, Milk debe estar muy furiosa, me retrasé dos horas, mejor me voy.
-Eres el hombre más poderoso del universo y te dejas mandar por una simplona terrícola. Heh, gran cosa hombrecito.
-Yo, no sé…
-Eres el único insecto digno de pelear conmigo, las demás escorias son muy débiles y no vale la pena tener un combate serio con ellas. Mañana entrenaremos. Te iré a buscar, más te vale estar listo en la mañana.
-Pero yo…
No pudo objetar nada porque Vegeta había despegado a toda velocidad.
[…]
-¡L-LO SIENTO MILK!
-¡SIEMPRE LO MISMO, GOKU! ¡ME TIENES HARTA!
-¡Mamá, por favor deja de regañar a mi papá por cosas tan banales como esta!
-¡NO TE METAS GOHAN!
-¡Pero es la verdad!
-¡A TU HABITACIÓN, TÚ TAMBIÉN GOTEN!
-Pero, mamá.
-¡SIN PEROS GOTEN, ANDEN YA!
-Está bien. –ambos fueron a sus habitaciones con el ceño fruncido.
-Y tú, Goku. Ten, dormirás afuera. –le lanzó a la cara una almohada y una cobija gruesa.
-¡P-Pero Milk!
La mujer se fue a su habitación y la cerró de un portazo.
-Bueno, supongo que me gané esto. Van tres noches que llego después de 8:00 PM a casa. –se dirigió a un gran árbol y organizó la cobija para poder combatir el fuerte frío que hacía.
-Aun no entiendo por qué me sentí tan atraído a Vegeta.