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De pasados, presentes y futuros por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Hola!!!!! ven no demore demasiado... fueron solo dos semanitas e intentaré tener el siguiente en solo una.. pero como dije no me retrasare como la otra vez que fueron..un mes??? en fin.. Les traigo el nuevo capitulo asi que diganme que les pareció que dejar review no hace daño a nadie sino que nos hace felices y además me ayuda mejorar y plantear mejor los siguientes capitulos. He hecho un reajuste en mi forma de escribir, espero que les guste. Por otro lado aun no supero el fin del anime.. en serio osea fue hermoso el final, salió por la puerta grande pero sigo sitiendo el vacío.... escribri es un buen refugio. Y el extra game!! lo han leido??? OMG le doy puntos al aoki por ese capitulo. Aunque tambien hubo kikuro aokuro... como estan todos juntos hay fellings por todos lados y el emperador al fin salió a la cancha!!!!!! Akashi sera el heroe!!! Sus reviews ya estan contestados 

Para este capitulo se promete sufrimiento... a leer!!

Por todo lo que llegaste a amar

¿Me llegaste a amar? O ¿lo nuestro llegó ser verdadero o solo fue actuación combinado con los calores del momento? ¿Realmente hubo un sentimiento tan intenso como Aomine le demostró algunas veces? Porque para Kuroko, Aomine un día lo fue todo.

Esas eran las  preguntas que se hacía Kuroko Tetsuya hace algunos años. Luego de conocer a Kagami Taiga en el extranjero pudo dejar de hacérselas o más bien se obligó a dejar de hacérselas. Toda su razón la concentró en querer a Kagami. Tampoco fue tan difícil llegar al grado de cariño que le tenía en la actualidad. Kagami es muy impulsivo para algunas cosas y al principio parecía que la simple presencia de Kuroko le sacaba de quicio, pero luego poco a poco se fue ganando el cariño de este, pues así con sus gritillos no propios de un alfa, Kuroko empezó a sonreír. Nunca como antes, pero al menos la alegría provenía de su corazón y no de una mueca estudiada. Con Kagami no necesito nuevamente verse ante un espejo antes de sonreír para alguien más. El pelirrojo desde el día uno en que sus vidas se cruzaron le trató con el más cuidadoso trato, algo difícil de ignorar en un herido omega como el peliceleste. Kagami a pesar de esos ojos de fuego ardiente  fue como un bálsamo refrescante sus numerosas heridas.

Aun recuerda cómo es que había conocido a Kagami. Fue un momento bastante interesante pues había sido casi acción del destino; pero también llegó a ser un momento tierno y cómico.

Flashback

Llevaba ya varios meses en Estados Unidos. La prensa japonesa no le dejaba en paz en su país natal, por lo que su amiga Momoi le aconsejó viajar a otro país, aunque nunca le dijo algo tan lejano como irse a otro continente. Sin embargo, ya que su amigo beta Ogiwara tenía un departamento confortable en este país, producto de años de esfuerzo, se fue vivir ahí y buscar su compañía. Lo que menos necesitaba era tener a su lado a un alfa que quisiera aprovecharse de su situación y tampoco un omega que sentiría su dolor como igual. Lo que Kuroko Tetsuya había pasado podía ser incluso olido en su cuerpo, sentido a través de sus emociones y su aura. En aquel momento creía que sus bonitas orejas felpudas y su cola esponjosa nunca volverían a salir… pues sentía que su omega interno había entrado en un sueño intenso. Su propia razón lo había sumido ahí, pues para el omega seria insoportable lo que había sucedido. No podía evitarse: era parte de la naturaleza omega. Problemas como el que había pasado ocasionaron que su naturaleza omega se replegase y dejase que su lado humano tomara el control.

Así que estar al lado de un beta era lo ideal. Ogiwara sentía un gran cariño por Kuroko pero tenía la voluntad grande como para no dejar que su amigo se hundiera y dada su naturaleza beta no podría siquiera pasarle por la cabeza el intentar aprovecharse de su debilidad.

Sin embargo, aquel día no había querido quedarse quieto en el departamento de su amigo. Por lo que salió a dar una vuelta.

Al vislumbrar ahí una cancha de básquet no pudo evitar que la nostalgia le invadiera. Miles de recuerdos felices en las canchas de básquet invadieron su mente: sus compañeros y amigos que una vez habían sido, los rivales a los que enfrentaron pero sobre todo a la persona que había amado, el alfa que enlazaba su mano a la suya después de terminar un partido, aquel que le había besado en medio de todo el público cuando ninguno podía con la felicidad de la primera victoria oficial. Fue por estar metido en aquellos pensamientos que no noto como una pelota volaba en su dirección.  Así pues, ni siquiera escuchó los gritos de los niños que le avisaban del inminente accidente, sino que solo sintió el fuerte impacto en el lado derecho de su cabeza. Ni el dolor hizo mella en él pues después del impacto y sentir que su cabeza se tambaleaba cayó al suelo, antes de sentir el impacto de este, todo se tornó negro. Definitivamente en esos últimos años como actor había perdido la práctica de los golpes de un balón de baloncesto.

Despertó encima de una grada.  Abrió sus ojos rápidamente pues sintió el aroma de varios alfa a su alrededor, por lo que su corazón se agitó con temor. Sin embargo, notó que estaba en la misma cancha pública a la que había ido por nostalgia, pero todos los alfas ahí presentes eran cachorros aun; así que no corría algún peligro. Es más, al olfatearlos bien su cuerpo se estremeció ante la sensación de cachorros a su alrededor. Los mismos chicos sintieron el aroma de un omega y se acercaron. Eran niños de no más de 10 años por lo que estos aun no despertaban su sexualidad, así que en presencia de un omega solo podían querer que este les mime como sus madres lo harían. Kuroko sonrió cuando estos niños se acercaron a él

— ¿Quién de ustedes fue?- pregunto con algo de severidad.

Los niños se miraron nerviosos y hasta un poco sonrojados. La voz de un omega para unos niños era una orden que no podían desobedecer.

—Umm fue Taiga- dijeron al unísono las niñas y niños alfa presentes.

—Vaya y eso que dijeron que no iban a delatarme.

El sentido de protección de Kuroko se activó esta vez. La voz grave era clara de un alfa adulto, su aroma lo corroboro; además, olía a alfa sin emparejar y probablemente en busca de ello, por lo que para Kuroko no era seguro. Menos cuando lo observó: aquel alfa era bastante grande y aun cuando había sido amigo de un alfa mucho más alto, eso no le aseguraba el poder defenderse.

—Hermano Taiga, estas asustándolo- grito una de las niñas alfa.

Y entonces el enorme pelirrojo rio nerviosamente buscando tranquilizar a Kuroko.

—Lo... siento... yo no...- el enorme sonrojo y el tartamudeo del alto pelirrojo quitó toda tensión del cuerpo de Kuroko,  quien solo pudo reír como en mucho tiempo no lo había hecho. Era demasiado divertido ver a un enorme alfa sonrojado, nervioso y tratando de disculparse por que su apariencia produzca lo que debe (miedo y respeto). Para Tetsuya era algo totalmente novedoso, sobre todo por el antecedente de tener compañeros alfa todo lo contrario, Aomine, Murasakibara y Midorima siempre intentaban transmitir ese poderío que la naturaleza les otorgó... al menos en aquellos últimos años fue así.

— ¿Tú eres japonés?- pregunto Taiga.

— ¿Cómo lo sabes?

Kagami sonrió nervioso, mientras con una de sus manos rascaba su nuca.

—Bueno… porque al hablar en ingles tienes el mismo acento que mis padres. Yo soy mitad japonés y mitad americano, así que mi acento es mejor.

Kuroko prestó mayor atención entonces a la forma de hablar de los niños y de Taiga y entendió a qué se refería, su ingles aún era muy deficiente en cuanto a habla. Después de todo era solo un inglés aprendido por orden de Akashi; aunque finalmente le había resultado útil para irse a vivir a Estados Unidos. .

—Mi nombre es Kagami Taiga- le tendió una de sus fuertes manos.

Kuroko entonces sonrió levemente, ninguna de las feromonas de Kagami venía dirigida a estimularlo en el aspecto sexual ni a imponerse, es más parecía que lo controlaba perfectamente. Así pues, sintiéndose en una extraña confortabilidad le estrechó la mano. Al hacerlo sintió una ligera corriente por su cuerpo. Esa mano se parecía tanto a la de alguien... Su ensoñación fue notada por todos. Cada vez que pensaba en esa persona sus sentidos se dopaban.

— ¿Sucede algo?

Kuroko se despertó de la ensoñación. Se supone que su sentido humano era quien gobernaba, pero a veces la nostalgia producía que su lado omega se despertase solo para torturarse a sí mismo con recuerdos de  una relación que había acabado.

—Es solo que no pude evitar notar que… ¿juegas básquet profesionalmente no?

El alfa le mostró una sonrisa orgullosa más acorde con su naturaleza. Eso respondía el porqué de ese tacto. Vaya que conocía muy bien las manos de un basquetbolista profesional. De nuevo su mente viajó hacia el recuerdo de  las caricias de aquel alfa que tocaron su cuerpo con enormes manos callosas, firmes, acostumbradas no a la piel suave de un omega sino a la rugosa contextura de la pelota. Y aun así, Kuroko había adorado sentir sus manos por sobre su cuerpo, en toda su piel, incluso en los lugares más recónditos. En aquellos lugares que probablemente solo su madre había visto de pequeño.

—Sí, nuestro hermano es basquetbolista profesional y está a punto de ser reclutado para la NBA ¿no es fantástico?

— ¿Hermano?

Recién había notado que se llaman hermanos entre ellos. Le pareció curioso  por lo que su mente dejó de herirle con recuerdos del pasado.

—Ahh hermanos de juego... estos enanos aquí presentes son mis hermanos de juego. Les enseño a perfeccionarse, pues lo mismo hizo conmigo mi maestra.

—Entiendo.

Kuroko se levantó del asiento en el que estaba y todos los pequeños alfa estaban al pendiente de que no se volviera a caer o desmayar. Era muy tierna su preocupación propia de niños.

—No se preocupen, estaré bien. Quisiera pedirles... si—dudó.

—Adelante—le  pidió con voz que invitaba a la confianza.

— ¿Podría jugar?- pregunto un poco nervioso pero con su voz suave era difícil que algún alfa le negase algo. Eso era un pequeño truco que había aprendido en su vida como artista de un omega que en esos momentos no se le apetecía recordar para nada.

— ¿También juegas profesionalmente?- preguntaron emocionados los cachorros.

Kuroko puso una mirada de añoranza y tristeza. A pesar que sus facciones no decían mucho, sus ojos sí.

—Más o menos... verán mi estilo de juego es diferente al usual... pero alguna vez les fue útil a mis compañeros...ya no sé si pueda usarlo pero...

—Muéstranos... siempre es emociónate conocer gente que ame el básquet… ¿tu nombre?

Kuroko se despabiló de otra ola de recuerdos y se presentó con una ligera reverencia tan propia de un japonés.

—Kuroko Tetsuya.

A partir de ese día y de esa palmadita en el hombro de Kagami se reuniría con este todas las tardes a jugar con aquellos niños y niñas alfa.

Fin del flashback

El yo omega y el yo humano racional no deberían estar en una disputa por el control del cuerpo en un omega o en un alfa, pero dad la actualidad, las leyes, la protección en contra de la dominancia alfa… esta distinción hacía mucha más compleja las relaciones entre alfa y omega. Pues antes ese “yo” racional humano no existía en los omegas; estos simplemente estaban a disposición de los alfa, quienes por instinto tomarían al omega que sus sentidos les dijera más cachorros. Sin embargo, en el Japón actual, el mundo de alfas y omega no era algo tan simple: el corazón y el cuerpo de Tetsuya estaban en constante conflicto…

 

Unos brazos bastantes conocidos le envuelven en un tierno y afectuoso abrazo. Sus pieles se contrastan a la perfección, eran sus naturalezas opuestas y complementarias quizás las que los hacía perfectos el uno con el otro. Las manos de su pareja le envuelven hasta posarse sobre su vientre cálido. Todo omega tiene una tibieza especial en el vientre, sobre todo cuando pasan de la edad de 16 años. La edad en la que dejaban de ser cachorros para convertirse en futuros prospectos de parejas y madres.

—Ya quiero enseñarle a jugar básquet- le dice a su oído su pareja mientras le estrecha más de lo debido.

Kuroko solo puede sonreír ante aquellas palabras. Según le habían dicho, su mirada carga con más dulzura que antes; además que aparentemente el niño que lleva dentro sería un alfa como su padre pues su presencia hacía que Kuroko ya no pudiera desaparecer. Lo cual era sumamente ventajoso para su esposo pues puede estrecharlo contra su cuerpo cada vez que su animal interior y él mismo quieren, ya que necesitan percatarse de que el bebe dentro de Kuroko se vuelva una cría grande y fuerte. Para un alfa, tener a su amado omega embarazado era uno de los mayores júbilos y orgullo; mientras que para el omega era una felicidad increíble sentir que su cachorro era amado por su pareja, además de que se sentía un gran alivio saber qué hacía feliz a su alfa.

Y así mientras Aomine le abraza con firmeza pero con cuidado como nunca antes, a la vez, comienza a repartir besos por su pálida piel mientras que él como omega que era solo puede echar su cabeza hacia un lado para que el otro siga marcando su territorio.

El ambiente general es de una tensión sexual absoluta, se siente las feromonas del alfa queriendo imponerse sobre el omega, el deseo de  marcarlo como suyo, el enorme deseo de clavarle los dientes en la nuca mientras lo hacía suyo, mientras llenaba sus entrañas con su esencia.

Todos los camarógrafos, los técnicos de las luces y sonido, incluso el director están con la boca entreabierta como si no supiesen que era lo que pasaría. Incluso los demás actores están al pendiente. No pueden dar crédito a la escena que sus ojos veían. Saben que era una actuación pero esas muecas de ternura en ambos parecen tan reales, se ven tan sublimes juntos.

Un golpe en una de las escenografías rompió la concentración de todos incluso de los actores. Kuroko y Aomine se separaran o debería decirse que Kuroko se alejó asustado de sí mismo. Observa con confusión a Aomine como si no pudiera entender que hacía tan complacido entre sus brazos hace unos instantes.  O que es lo que sucede a su alrededor. Las voces se fueron elevando y un “corten” se escuchó en todo el escenario.

—Tenía que ser Kagami Taiga- chasqueo Akashi, quien estaba disfrutando de la escena de una manera bastante morbosa.

—No pareciera que hayas cambiado mucho, Akashi, parecía que disfrutabas del sufrimiento de Kagami.

—Shintaro…. Estos es lo más divertido e interesante que he visto en mucho tiempo- sonríe de manera maliciosa.

— ¿Aun así me dices que quieres lo mejor para Tetsuya?

Akashi resopla y dirige una mirada hacia Kuroko que está siendo atendido por Momoi y Riko una de las nuevas asistentes del programa. Seguramente le darían alguna pastilla para controlar el evidente aroma que invade todo el set. Que su aroma dulce a vainilla este por todos lados solo puede significar que el omega dentro de Tetsuya respondía al fuerte aura y presencia de Aomine como alfa.

—Sabes que si yo fuera alfa no me comportaría como ninguno de eso idiotas. Tetsuya sería mío. Pero ya que no se puede pues…- y de nuevo aquella sonrisa juguetona se dibuja en su rostro...

Midorima casi puede sentir lastima por aquel triangulo que formaban Kuroko, Kagami y Aomine y... otra persona más con la cual se complicaban las cosa aún más. Los sentimientos aun en el mundo alfa y omega eran algo complejos. Por eso mismo él se convertiría en el alfa de Akashi, ambos se entendían y él comprendía aquellas facetas oscuras de Akashi. Sin embargo no todo es tan fácil como quisiera.

Estaba seguro que su futuro con Akashi será brillante: Akashi heredaría las empresas Seijuro, Midorima la de sus padres, Akashi sería la cabeza de ambas familia, él sería su apoyo y lo protegería de todo como alfa que era. Ambos tenían planes de tener una familia excepcional pero nunca serían como sus padres.  En el fondo, ambos saben que se darán calor y tendrán a sus cachorros rodeados de amor. Sus planes eran preciosos y perfectos, sino fuera porque alguien de cabellos negros quien estaba riendo como si nada con los miembros de su banda.

— ¿Qué miras, Shintaro?

Ahí estaban aquellos dos ojos rojos que siempre le hipnotizaban con aquella mirada cálida que le aseguraba que una familia junto a él sería perfecta. Sin embargo, cuando Akashi volteo hacia la dirección que antes miraba Midorima y diviso al vocalista de Olcoldex, su mirada cambió a una que siempre hacía temblar de ansiedad a Midorima. Akashi tenía una personalidad compleja, era alguien posesivo pero se preocupaba por los que quería; sin embargo, producto del perfeccionismo que su padre le metió en la cabeza había desarrollado una personalidad que a veces se manifestaba, era exactamente como una leona que podía ser bastante cariñosa con sus manada pero que podía ser terrorífica cuando sentía su territorio amenazado, o cuando querían arrebatarle a su presa. Y al parecer en ese momento Midorima era su presa.

Akashi observándole con una mirada ya no tan cálida, con ojos más afilados enrolló sus brazos en el cuello de Midorima y le dio un beso en los labios, embotándolo con su aliento a frutos del bosque...tan dulce pero a la vez salvaje...

—Mírame solo a mí, Shintaro o voy a clavarte un par de tijeras y lamentablemente tendremos que quedarnos sin cachorros. —le susurra al oído con su pesado aliento a frutas frescas y rojas—No hagas eso que quiero tenerlos.

Podría ser interpretado como broma si Akashi fuera un simple omega celoso, pero en su caso Midorima debía de tener en consideración a esta amenaza. Así que no pudo observar como unos ojos afilados de un azul metálico le observaban desde el área de maquillaje pues estaba en prueba de maquillaje y vestuario.

………………………………………………

Takao Kazunari era vocalista de Ocoldex, una banda que había visto su gran salto al estrellato después de darle la música a la serie juvenil Teiko days hace 5 años. Si antes de ello se presentaban en pequeños bares luego de mucho insistir luego de que pasaran un casting para elegir que banda apoyaría a Granrodeo en la música de la nueva serie, sus presentaciones comenzaron a crecer, compartieron escenario muchas veces con la banda Granrodeo ( la otra banda que daba musica a la serie) fueron de giras junto al cast , hicieron presentaciones especiales sacaron dos álbumes lleno de éxito. Y así Takao Kazunari, un omega bastante diferente a lo usual, se volvió uno de los jóvenes más importantes del medio musical juvenil así como uno de los omegas más queridos y deseados entre el público.

Takao poseía una hermosa voz que sabía matizar de acuerdo a la letra de sus canciones. Podía cantar con una voz sumamente dulce que hacía gala gracias su condición de omega, para luego de solo unos segundos después pasar a una voz grave llena de sentimientos y fuerza. Podía estremecer a todo el Tokio dome solo con uno de su cantos de voz grave. Aquella facilidad  vocal, el dinamismo e hiperactividad de su cuerpo en los escenarios le había ganado muy buenas críticas y una buena legión de fans.

 Por fin sus sueños se veían cumplidos. Aquel estilo juguetón, carisma iba de a tono con su vestimenta. Pues si bien poseía un cuerpo bastante formado, un rostro pícaro y un cabello negro bastante agradable al tacto su forma de vestir era como la de un joven rebelde, bastante lejos del vestir sensual de Himuro o Kise. Se podía verle cantar con sus poleras anchas grises, su gorrita o un par de pantalones abombados mientras saltaba de un lado a otro, lo bastante cómodo para poder divertirse a la vez que estremecía a miles de personas con su voz grave o con su voz aguda y suave.

—Hey, hermano ¿no me digas que aun estas detrás de ese nerd?- le pregunto… un beta que siempre cuidaba de él y que las feromonas de los alfas del grupo  no se les subiera a la cabeza.

— ¿Shin-chan?... claro que no… sabes que ya tengo a alguien. Le dedicó una de sus mejores sonrisas traviesas.

—Ese es mi chico… más te vale que sea cierto que ya le di mi aprobación tu nuevo galán.

Takao simplemente respondió con otra sonrisa. A pesar de que el alfa que le pretendía era el alfa de ensueños por alguna razón su yo omega no se sentía totalmente alagado. ¿Pero qué rayos le sucedía a su omega? Se suponía que ante el desplante de un alfa ya no debería insistir pero ahí estaba, girando su vista hacia “Shin-chan” como él le había apodado una tarde bastante peculiar. Pero el tal “Shn-chan” no volteaba a verlo sino que se dedicaba a besuquear a su omega. Takao lo sabía, por favor, si todo Japón sabía que ambos estaban prometidos, muchos incluso pensaban que quizás Midorima ya se había por lo menos anudado a Akashi, algo que le causaba pesar.

“¿En qué demonios pienso? Se sacudió y se golpeó las mejillas un poco para animarse. Había aceptado participar en la serie como actor para promocionar su nuevo álbum y su nueva gira así que debía de concentrarse en ello, en vez de estar imaginándose a Midorima en situaciones comprometedoras con Akashi ¿pero que clase de masoquista era?

….

— ¡Tetsu!

Casi pareciera que aún seguían filmando pues acciones como estas eran dignas de un melodrama tele novelero. Kuroko al ver que fue Kagami quien no pudo contenerse y rompió parte de la cuidada escenografía, salió corriendo, luego de que le dieran de tomar los supresores, para intentar explicarle; pero ahora se pregunta: ¿explicarle qué? ¿Que había olvidado que era una actuación? ¿Que al sentir que Aomine no fingía sino que lamía su cuello de verdad, se sintió como en las nubes? Que su omega interno disfruto tanto de las atenciones de Aomine en vez de sentirse humillado o insultado… ¿que había extrañado tanto estar en sus brazos, la forma en como sus pieles contrastaban? ¿Eso era lo que le explicaría a Kagami? Y por si no fuera suficientemente, digno de un dorama, Aomine le perseguía, en estos instantes.

— ¡Tetsu!

Finalmente le había alcanzado. Por supuesto un omega jamás podría ganarle en velocidad a un alfa.

—No me toques, Aomine-kun

Pero Aomine no le suelta, sino que aprieta su mano en torno a su antebrazo. Y por si no fuera poco, Aomine le toma por ambos antebrazos y lo estrella contra la pared más cercana. Aomine estaba siendo cegado por su alfa interno. Ello sería peligroso, sino fuera porque el omega en el interior de Tetsu aun estaba medio adormecido por los supresores, no podría resistirse.

El alfa se agacha hasta que su nariz quede a la altura de su cuello, a un lado, aspira suavemente y luego exhala, el aliento de Aomine le produce unas exquisitas cosquillas que viajan desde el lugar donde cayó el aliento hasta la punta de su cabello.

—No puedes escapar de mí.- le anuncia con voz grave.

—Sabes que no tiene siquiera sentido que lo hagas. Por más que me busques un remplazo nunca será el alfa que deseas. Nunca serás su omega, siempre serás mi sombra, mi omega.

Como odia aquellas palabras. Su parte racional quiere llorar, quiere golpearle por esta humillación. Esta usando su control alfa sobre él, como omega no puede hacer demasiado. Si Aomine utiliza toda su voz de alfa estaría perdido, podría hacer y deshacer lo que quisiera con él, sobre todo por el pasado que ambos compartían. Si fuera cualquier otro alfa tendría alguna posibilidad a menos de no sería tomado por voluntad… pero si Aomine quisiera podría hacerle caer en su redes, seducirlo, imponerse por completo. Incluso con los supresores tomados su omega intenta por todos los medios despertarse y presentarse ante el poderoso alfa que le llamaba. Tetsu desea que los supresores pronto duerman a su omega pero parece que no funcionaran del todo…

—El solo es una falsa luz. Un remedo, una imitación nunca te deslumbrara como yo. Tet...su

Su susurro, su nombre en susurros roncos. Su cuerpo tiembla nuevamente.

Un adormecimiento pronto recorre su ser, su omega interior, el leal omega que tenía dentro finalmente quedó dormido nuevamente. Sin embargo eso no durara demasiado tiempo; si Aomine sigue presionando con su aroma tan masculino, podría terminar por despertar al joven omega interno y Tetsu estaría en sus manos. Como Tetsuya, el ser humano racional, se pregunta ¿Qué es lo que su omega aún seguía buscando en Aomine? Si ante él solo está la persona que rompió con sus ilusiones en muchas facetas.

La sonrisa de Kagami, su abrazo sin malas intenciones pero lleno de amor, le hizo tener las energías suficientes para tomar una decisión, para que su voluntad fuera más fuerte que su instinto animal.

Cuando Aomine bajo hacia sus labios y ambas bocas chocaron, saco sus pequeños colmillos y le mordió. El moreno se sorprende. Nunca se esperó eso de su omega, mucho menos que le mirase con esa mirada hiriente. Tetsu era un omega de carita indiferente pero con matices dulces. Muy pocas veces le ha visto con esa expresión embravecida.

— ¿Cómo te atreves?—La voz del omega es de total indignación.

—Tet...su…

—Nunca... nunca... te lo dije mil veces en el pasado y te lo repito.

Aomine no pudo sostenerle entre sus brazos por más tiempo pues no quería lastimarle. Soltó a Tetsu, quien de un manotazo aleja cualquier intento de disculpa. El omega corre en busca de su actual pareja, pero Aomine solo puede sonreír.

—Y solo haces que mi alfa se siente con ganas de cazarte. Tetsu—sonríe con malicia y deseo.

Si, era una actuación hace unos instantes, pero sentir el suave cuerpo de Tetsuya entre sus brazos despertó a la pantera celosa y posesiva que vivía dentro de él. No iba a dejar que alguien más posara sus manos sobre su omega. Tetsu aun olía a suyo. Kagami no le había marcado y casi estaba seguro que ni siquiera habían pasado de besos. Estaba conforme.

 Además de ello, grabar una escena en la que aparentemente esperaban cachorros había golpeado fuertemente en su instinto de alfa. Quería cachorros, quería plantar su semilla dentro de Tetsu y preñarle de muchos cachorros. Dada las circunstancias en las que su relación se dio era algo bastante egoísta, pero los alfas, los animales que vivían dentro de ellos no entendían razones: si sentía que tal o cual omega les pertenecía era así de simple. No iban a parar hasta obtenerlos.

………………….

— ¡Kagami-kun!

No sabe qué hacer. Podría dar simplemente unos pasos y abrazarle por la espalda, pero Kuroko prefiere observar la amplia espalda de Kagami, mientras su labio es mordido suavemente por sus dientes. ¿Qué debería de decirle? No se entiende ni a sí mismo.

Iba más allá de su razón. Esta simplemente no puede controlar a sus instintos básicos de omega sin la ayuda de supresores. Se abraza a sí mismo, entristecido por no haberse podido controlar.

Quisiera ir y decirle al alfa pelirrojo que solo fue una actuación. Que todo lo que pase durante estos meses de grabación será nada más que actuación. Pero después de tan solo una escena, Kuroko no está para nada seguro de que solo puede mantener su relación con Aomine en ese margen. Por supuesto, su razón esta con Kagami, pero sus instintos de omega le podrían traicionar en cualquier momento si es que no es cuidadoso con su medicación de supresores.

Estuvo tan distraído que no sintió en ningún  momento de su debate mental los pasos de su pareja. Kagami le abraza con un cuidado que el omega siente no merecer. Sin embargo, se refugia en estos sin prestar mayor atención a su conciencia.

Quería a Kagami, le quería mucho. Estaba completamente seguro de ello. ¿Pero sería lo mismo que amar? Sabe que a Aomine le llegó a amar, además está el hecho que su omega sigue sintiendo que le pertenece a Aomine.

— ¿Me amas, Kagami-kun?

El pelirrojo le abraza aún más fuerte sin darle una respuesta clara. Así que simplemente ambos se consuelan en medio de la calidez del otro. Porque ya ninguno sabe que es amar, que es querer. Saben que es diferente, saben que hay muchos factores en contra de su relación, pero con sus pensamientos racionales aun en pie se quieren. Kagami ha suprimido con toda la fuerza de voluntad y razón que tiene que su tigre interno salga y le haga decir cualquier estupidez, pero sabe lo que piensa, sabe lo que su alfa desea hacer. Taiga sufre de dolores y su juego ha bajado desde que toma supresores para no fallarle a Tetsuya, pero es hora de dejarlo. Un alfa tomando supresores, un alfa con pareja de años tomando supresores era sin duda dañino a largo plazo.

—Es mi decisión, Kuroko. Es tu decisión... siempre va a ser tu decisión

Se separan y Kagami le dedica una sonrisa. Kuroko tiene su expresión indiferente de siempre, pero sus ojos retienen sus lágrimas. No son lágrimas por sí mismo, sino por Kagami.

Sin importarle algo más, se inclina sobre las puntas de sus pies y junta sus labios con los de su pareja.

—Es mi decisión, Kagami-kun.- le responde con una sonrisa típica de él.

Más allá de esas palabras sencillas, Kagami y su alfa sienten que hay muchas razones por las que puede realmente sonreír.

…………………………………………………………………………………………………………………

No sabe qué demonios hace en un backstage y menos con Murasakibara a su lado. Eso realmente no habla bien de sus amistades. Y no es que no tenga ningún amigo aparte de  Murasakibara, quién de hecho no es del todo su amigo; sino que simplemente no quería ir solo y su amigo de la facultad de medicina Miyagui-san está en su época de celo ya que era un omega. Porque sí, su mejor amigo en la facultad era un omega.

Regularmente no se llevaba bien con otros alfa, pues estos cuando se reunían se las pasaban hablando  de omegas o cosas que a él no le importaban. Miyagui-san, por otro lado, era alguien interesante con quien hablar, destilaba un aura bastante maternal; después de todo era un omega ya emparejado, por lo que no corría riesgo. Sin embargo, aun en un omega con cachorros el celo era una época para pasarla en la intimidad de su hogar y su pareja.

Por otro lado, Akashi no se opone a su amistad con Miyagui. Un día, recuerda, llegó con el suave olor de su sempai de la facultad; Akashi al sentir el olor se acercó a Midorima, pasó sus brazos por su nuca y con su nariz olfateo suavemente el aroma de este.

Solo dijo: “Un omega de clase menor emparejado. No me importa que sigas siendo amigo de este”.

Puede parecer que siempre hace lo que Akashi le diga, bueno a pesar de ser alfa, había sido criado con el estatus de ser apacible, de usar su razón por sobre sus instintos, y de respetar el lugar de Akashi. Después de todo, habían estado comprometidos desde bastante jóvenes, recién los habían presentado ya en la adolescencia. Realmente no se quejaba, Akashi entra en todo lo que desea de un omega para formar una familia… pero… entonces ¿qué demonios hace en el back stage de la banda olcoldex?

No tenía la menor idea de porque había recibido una invitación de Takao para ingresar al exclusivo back stage de la banda. Pero eso no importaba pues debió de rechazarla.

Había meditado las dos últimas noches ello en la soledad de su habitación; observó una y otra vez el pase doble sin atreverse a contarle nada a nadie. Reprodujo videos de live action de esta banda y  se memorizó cada canción sin proponérselo, pues la voz de Takao le había llevado a hacerlo. Admitía que era una voz dotada.

—Supongo que sabes que si Akashi-chin me pregunta le diré que vinimos a verlos.

El sonido de las papas siendo trituradas por los fuertes dientes de Murasakibara cierra la oración. Ciertamente Midorima sabe que Murasakibara tiende a contarle la verdad  a Akashi, a pesar de ya no ser tan cercanos como en la época de secundaria. De hecho, ninguno de los cinco es cercano desde esa época. Quizás decirlo tal cual era algo duro de procesar, porque aunque no lo admitiese, alguna vez habían sido buenos amigos y por supuesto grandes compañeros.

—No tienes que mentirle. Yo mismo se lo diré.

—Humm

Murasakibara, la mayor parte del tiempo parece alguien indiferente, egocéntrico y preocupado por sus golosinas, alguien infantil pero de vez en cuando y si lo llegabas a conocer bien podía toparte con las otras dos caras de su personalidad. Una de ellas era esta: la mirada seria y penetrante casi analítica, pero que a la vez te daba la sensación de que estaba atascado  en algún pensamiento, con una mano cerca su boca, una papa frita que no llega a ser comida.

—Pero Mido-chin ¿por qué lo haces?

Midorima se le queda viendo. Había extrañado también esta personalidad de Murasakibara.

—No lo sé, dímelo tú.

Y es porque Midorima sabía que Murasakibara no había aceptado acompañarlo por el riquísimo melón pan relleno de crema batida que le había obligado a comprarle, muchos menos por la amistad perdida. Murasakibara está ahí a su lado, porque la presentación de olcoldex era una especial, una en donde las dos bandas que colaboraban con la serie Teiko days participaban  e incluso algunas canciones serian cantadas y tocadas por ambas bandas.

La otra cara de Murasakibara se hace presente… es esa que casi no se muestra pero que Midorima reconoce muy bien, pues es un alfa también: es la cara alfa de Murasakibara, aquella en la que su mirada ya no tiene tristeza ni nostalgia ni seriedad sino agresividad. Y esa mirada en busca de poseer algo o más bien a alguien solo se la dedica ese chico; Himuro Tatsuya, vocalista de Granrodeo.

—Mido-chin me tendió una trampa- susurró Murasakibara con una voz grave que hasta aterrador sería si Midorima no fuera también un alfa.

—Tú te la tendiste solo, Murasakibara.

Ambos se dedican miradas frías. Pues ambos comprenden y a la vez no el que hacían ahí. Por eso era que quizás Midorima no sentía del todo celos que Murasakibara fuera a ser pareja de Akashi en la serie y con ella muchas actuaciones de besos y demás… ¿o sí?

Alguna vez pensó que Akashi le dejaría por Murasakibara… alguna vez pero eso es ya tan lejano…. Digamos que Midorima y Murasakibara eran los más cercanos seguidores de Akashi Seijuro… pero ahora ¿Qué hacían ambos en el concierto de dos jóvenes omegas vocalistas que ahora mismo contorneaban sus cuerpos al ritmo de la música de sus canciones?

Ninguno dice más, ambos giran su mirada hacia el escenario, observando las espaldas de los dos omegas contorneándose por los sentimientos que dejan ir en sus voces.

Ambos son tan diferentes en sus estilos: Takao viste una polera blanca hasta los medios muslos con pantalones hasta las pantorrillas bombachos y sus zapatillas blancas, sus manos tienen pulseras negras y su cabello esta acomodado aun lado, su vestimenta siempre es cómoda, lista e ideal para que salte al ritmo que marca su voz, con fuerza, con detalle; mientras Himuro  es tan sensual como su ropa demuestra su naturaleza. Era un lobo quizás esa era la razón de sus ropas entalladas de cuero, su saco manga cero color rojo de algodón sus botines negros, también las cadenas y pulseras que llevaba y sus cabellos brillantes a la ves de los gestos sugerentes que con su boca hacía. Ambos desbordaban sensualidad y atracción pero de formas diferentes, uno espontaneo y otro sugerente.

Midorima y Murasakibara los observan sin perderse detalle. Ambos deben de buscar una forma de explicarle a Akashi cuando deban de regresar.

El recital acaba: Himuro y Takao se despiden de su pública e ingresan  tras bastidores.

— ¡Shin-chan!

El rostro levemente sonrosado y sorprendido de Takao toma desprevenido a Midorima quien no sabe cómo explicar su presencia. Pues el gesto de Takao demuestra que non tenía idea de que Midorima estaría presente.

—Takao-kun, perdona pero invite a Atsuhi y a su amigo a nuestro recital compartido- se disculpa Himuro con sus manos en posición de ruego.

Takao con su voz suave ríe al restarle importancia. Midorima había extrañado como ni el mismo tenía idea esas risas qua su aparecer son estruendosas. Adora la voz de Takao cuando canta pero sus risas son tan llenas de vida que adora aún más su voz en esas circunstancias.

—Solo acompaño a Murasakibara...-no sabe si ese tono es una especie de disculpa para Takao o para sí mismo puesto siente que su orgullo está siendo afectado.

Giró hacia su amigo y observa como aquel omega pelinegro de aspecto sensual acaricia un hombro a Murasakibara mientras le guiña un ojo pero no de una forma coqueta o que busque atraerlo sino como un hermano mayor siéndole cómplice. Himuro le da un dulce al pelimorado y por primera vez Midorima ve a Atsushi observar un dulce con desgano. Y comprende todo.

Murasakibara lo ha utilizado para ver a Himuro de modo que no pareciera  interesado.

Seguramente Himuro piensa que está haciéndole un favor al peliverde, Midorima se siente utilizado pero no va a reclamar pues él también utilizó a Murasakibara.

Takao aún sigue frente suyo, le sorprende su calma. Esta sudando pero solo se limita a limpiarse un poco con la toalla.

—Shin-chan, Murasakibara-kun no quiero ser fastidioso pero necesitamos cambiarnos sino moriremos.

Himuro tuerce su gesto pero asiente: parece que una idea ha tomado posesión de su mente.

—Vamos a tomar algo después. Mi banda y yo solemos tomar algo caliente después de un recital. ¿Por qué no invitas a los de tu banda, Takao-kun?

Takao asiente. Está seguro que a Takao le encanta la idea de ir a  tomar algo, pero está seguro que ese rostro de poco ánimo es porque Midorima también está invitado. Al peliverde le duele saber ello.

—Por supuesto, Atsushi, tú y tu amigo pueden venir.

Himuro es un omega amable que ve a su amigo gigante como un niño travieso y caprichoso. Siente lastima por su amigo, pues pronto se verá envuelto en los jueguecillos de Akashi, y a la vez vera al omega que le gusta tratarle como un hermano menor. No había algo más humillante para un alfa que su pareja le trate como alguien inferior pues se supone que el omega debe estar sometido al alfa y verlo con admiración.

 

Murasakibara y Midorima están esperando cerca al garaje, donde están las camionetas de ambas bandas. El más alto está mordisqueando una paleta dulce de fresa, pareciera que no lo disfruta como normalmente lo hace sino que lo destroza porque no quiere perder el control.

Murasakibara ya se ha dejado vencer por su yo  animal, además es alguien muy difícil de volver a hacerle retomar el control.  Solo alguien ha podido tranquilizar a su yo alfa…ese era Akashi. Pero ahora no estaba, el titán necesitaba sacar fuera de sí sus frustraciones.

La banda de Takao, Olcoldex, tenía cinco miembros con él incluido. Todos eran mayores al vocalista, había dos alfas y dos betas, el único omega era este. Sus padres no querían dejarle a que siguiera su sueño, por lo que su mejor amigo beta, el que pintaba los murales y le ayudaba en los coros, se hizo cargo de este. Para Takao, su banda es su familia y es de disfrutar totalmente.

—Kazu-chan, date prisa.

Yorke decidió llamar a Takao luego de verle tan cerca de aquel sujeto que le hizo daño a su protegido años atrás cuando Takao solo era un omega inocente. Takao se había vuelto alguien bastante seductor a su manera luego de todos estos años, luego de muchas enseñanzas de parte de profesores, de los fans, de sí mismo descubriéndose como omega,  pero sobre todo luego de aquel incidente hace tantos años. En aquella serie que les dio la fama que habían deseado cuando fundaron la banda pero que a cambio les costó muchas lágrimas a toda la banda sobre todo a Takao y a Yorke por ser su beta, mejor amigo.

Takao termina de arreglarse frente al espejo del camerino. Normalmente siempre toma la primera polera suelta y una chompa confortable, pero esta vez acepta los consejos de Himuro. Himuro y Takao se hicieron amigos luego de muchas giras juntos por ponerles la música a la serie juvenil. Aun así mayormente ambos mantienen sus estilos de canto, vestuario, actuación y seducción de formas diferente, pero Takao se encuentra inquieto aunque no quiera demostrarlo. Yorke lo sabe y le duele ello.

Takao se acerca a su mejor amigo beta y este le toca la cabeza como a un niño, sonríe  estirando sus labios en una mueca amable que se acentúa gracias a su barba y bigote castaños claros. Takao le abraza intempestivamente y Yorke deja que lo haga,  para luego sentir las gotas de agua que resbalan de la cabellera de su amigo.

Los beta no pueden alterarse ante los dulces olores de los omegas pero de igual manera pueden olerlo en un nivel bajo y si está cerca de ellos, a menos que el olor sea demasiado fuerte.

—Kazu-chan, Himuro-san, deben de calmarse y tomar los supresores.

Takao asiente y regresa al lado de Himuro, ambos sacan esas píldoras azules que todo omega debe cargar como protección. Las toman y están listo para salir en grupo al lado den dos alfas con unas presencias bastante fuertes.

Es una situación evidentemente incomoda. El camarero beta que los entiende lo siente a pesar de que sus sentidos no son agudos. Sin embargo debe ser valiente y atenderlos pues ningún camarero omega quiere acercarse a la mesa, todos tiene miedo. Y un camarero alfa, pues se activarían sus intentos territoriales a pesar de que todos toman supresores. Y es que entre los miembros de la banda olcoldex no paraban de murmurar y de mirar mal al alfa Midorima y solo por estar a su lado a Murasakibara. Masaki, compañero de Himuro solo resoplaba aburrido, manteniéndose a la defensiva pues él era un omega.  Entre Himuro y él decidieron que no por ser omegas no podrían tener una banda. Sin embargo, dos miembros de seguridad beta se mentían en alerta por si algo sucedía.

Los únicos que verdaderamente parecían disfrutarlo eran Himuro y Takao quienes parecía que cada vez congeniaban más y se hacían cercanos. Ellos simplemente estaban ahí tomándose un par de té relajantes y tibios para no dañar su garganta, acompañado de panecillos dietéticos. A Takao le encanta comer bien pero solo después de los conciertos acepta los consejos de buena alimentación y de cuidar su garganta, pues ama cantar, siente que puede liberar todo lo que siente al hacerlo.

Las horas pasan, Midorima siente que finalmente fue una pérdida de tiempo. No podrá hablar con Takao, pero... ¿Exactamente que iba decirle? ¿Por qué quería hablarle a solas?

Antes de que pudiera pensarlo mejor, vio su oportunidad cuando Takao se disculpó con una sonrisa amigable, teléfono en mano. El cantante recibía una llamada de alguien que le hacía sonrojar. Midorima no presta atención a ese detalle y prefiere concentrarse en que tiene una oportunidad.

Se pone de pie, todos vuelven la vista hacia el alfa. Yorke quiere no dejarle ir, sabe que podría hacerle sufrir a su protegido, pero el resto de la banda con una mirada le indica que es mejor dejar que suceda lo inevitable. Entonces todos se concentran en seguir platicando de cosas sobre el mundo musical con Tatsuya y Masaki. Los dos alfas de Olcoldex se mantienen con los sentidos despiertos, sobretodo los oídos para rastrear a su compañero omega.

………

—Ok... nos vemos mañana…

Takao corta la llamada pues su olfato le indica que un alfa bastante conocido esta justo detrás de él. No quería quedarse solo con él, pero al parecer el otro no perdió la oportunidad. Se dice que va a jalarle las orejas a todos sus compañeros por no evitar este embarazoso momento.

—Takao...

—Shin-chan…- susurra, para luego sonreír amigablemente como si no sintiera su estómago retorcerse, las ganas de que sus pequeñas garras salgan para defenderse, su omega esta asustado, pero debe mantener la calma que le resta y enfrentar esto con dignidad una que no tuvo hace muchos años

— ¿Por qué viniste?- pregunta mientras guarda su celular en su bolsillo.

Midorima se acerca, y sin poder evitarlo su alfa hace que su postura cambia, dejando ver lo alto que es en comparación con Kazunari. El alfa al interior de Midorima quiere demostrarle al omega que tiene en frente cuan superior es, que lo tiene en sus manos.

Hay casi una enferma necesidad de demostrarle que podría dominarlo si quisiera.

—Heh...- sonríe Takao— ¿Piensas que vas a asustarme con tu tamaño?

La jugada le sale mal a Midorima pues Takao se acerca ya sin miedo.

Hace unos segundos olfateaba al omega de Takao como este intentaba resguardarse pero ahora nada... no olía a nada…

—Es el poder de estas niñas...- la enseña su pequeño pomo de píldoras.

Era cierto, había escuchado que había píldoras supresoras que eran tan fuertes como para ocultar totalmente el olor de un omega pero tenían algunos efectos contraproducentes.

—Eso te va dañar, idiota— le regaño con fastidio pues quería oler el aroma cítrico de Takao.

—No te preocupes, Shin-chan- disminuyó la distancia aún más cerca de Midorima—estas pequeñas solo las uso cuando tengo conciertos muy largos, después de ellos pues ya sabes uno termina más alterado.

Midorima lo sabe. Aquellas píldoras solo debían ser tomadas en actos de emergencia. Para los días comunes se tomaba sustancias más naturales que solo escondían parte de su aroma para que no enloqueciera a los alfas.

Sin embargo, Midorima recordó que era lo que producían las píldoras que Takao tomaba. Recordarlo fue devastador para el normal control que siempre tenía de su lado animal; de todos los efectos secundarios solo su mente de alfa pudo resaltar uno, uno que le llenaba de ira y de ganas de arrancarle la ropa al omega que tenía enfrente.

Toma a Takao de las muñecas y lo pone contra la pared del restaurante, así a vista de muchas personas que caminaban por la calzada.

— ¿Que sucede, Shin-chan? ¿Recordaste que es lo que produce estas chicas en la época de celo?

Sus manos presionaron aún más las muñecas del pelinegro, sus dientes empezaron castañear de ira, siento sus colmillos salir, sus  uñas crecer, su fuerza aumentar a niveles animales.

Todas las personas a su alrededor prefirieron alejarse, especialmente omegas; los alfas estaban en duda de si defender al omega o no puesto que no se le veía asustado o pidiendo ayuda. Después de todo, las relaciones entre alfas y omega siempre son complejas. Si un omega hacía algo incorrecto a ojos de su alfa la agresividad era aceptable si el omega se veía sumiso, pues quería decir que el omega acepta su culpa. Aquello era ambiguo pues por naturaleza un omega emparejado acepta sus culpas frente a la dominancia de su alfa pareja.

Takao muerde su labio inferior, enfrenta con su mirada metálica a la verde candente de Shin-chan. Takao nunca ha conocido un color verde que imite al fuego pero los ojos de Midorima eran exactamente así en  estos instantes. Takao sabe que esta tentando demasiado su suerte, pero no baja la mirada en sumisión. Su omega no quiere someterse a pesar de su naturaleza, después de todo, todo lo que siente cuando ve a Midorima es el recuerdo de una humillación.

Porque Takao estaba seguro que esos ojos que le miraban tan abiertos, tan cadentes eran solo por orgullo, y que por supuesto ninguna palabra o pensamiento de amor podrían estar contenidos. Midorima estaba ardido, golpeado en su orgullo de alfa, pero al final, Takao sabía que cuando Akashi le dijera alguna palabra provocativa y dulce iría tras de él sin siquiera pensarlo.

—Solo déjalo en paz.

Yorke y los demás miembros de la banda ya estaban presentes, listo para pelear si tenían que hacerlo por su compañero.

—Yorke-chan, ya te he dicho que yo peleo mis luchas.- sonrie pícaro y confiado, como si no tuviera a un alfa aplastándole contra la pared. Como si no supiera que con un alfa encima era muy difícil sino imposible defenderse. Pero Takao seguía ahí cómodamente apoyado en la pared como si no estuviera siendo obligado a estarlo.

—Ya basta, Mido-chin. Cuando se entere Akashi no le gustara para nada.

Takao siente el estremecimiento de Midorima al escuchar el nombre de su pareja oficial. Los ojos metálicos de Takao simplemente pierden algo de su brillo, pero una sonrisa irónica y auto dañino se instala en sus labios.

—Ve… arrodíllate ante tu emperador antes que alguna cámara nos grabe.

Por suerte ninguno de los presentes había notado totalmente que tenía parte de las estrellas del momento y eso era por las horas de la noche, no había demasiada gente. Pero si seguían gritando de esa manera con seguridad lo notarían y todo se complicaría.

Murasakibara, como siempre, impaciente se acercó y jaloneó a Midorima, impone su fuerza a la de este. El peliverde suelta a su presa en respuesta.

—Vamos ya...- bostezo el pelimorado—Tengo hambre.

Himuro y su compañero permanecieron a un par de metros cuando Midorima y Murasakibara se abrieron camino entre los miembros de la banda olcoldex, Himuro se acercó a Murasakibara con cautela.

—Atsushi…nos estamos viendo.

Murasakibara lo observa rápidamente, pero fue una mirada que el omega podía jurar era de entre desprecio e indiferencia. Lo acepta, le duele esa mirada, pero solo sonrie falsamente como si no le importara realmente. Trae a su memoria la información de que el alfa es solo un niño grandote y testarudo por lo que no debía sentirse realmente mal. Extrañamente ese pensamiento no le sirvió para nada.

 

Takao y su banda se despiden de Himuro y Masaki. Ambas bandas están hospedadas en el mismo lujoso hotel pero tienen suites diferentes. Así que después de subir por el ascensor, ambas toman diferentes caminos pues todos se encuentran demasiado cansados. Takao, por su lado, solo quiere toma un baño tibio, dejar que todas sus ideas se vayan muy lejos. No es una persona que en apariencia se tome en serio las cosas; de hecho sus padres siempre le culpaban de ser demasiado holgazán y despreocupado, pero lo que en verdad sucedía era que no había encontrado algo que realmente le gustase, que le hiciese latir el corazó0n de verdad, que le dijese el porque estaba vivo. Yorke le trajo eso a su vida: la música.

Aún recuerda como comenzó todo, fue una simple casualidad realmente. Takao viene de una familia de clase media-baja. Por lo que en su infancia no pasó necesidades básicas, si hubiera querido hubiese podido estudiar en la universidad con esfuerzo. Solo que no era lo que realmente quiso. Su madre era una omega femenina de padres alfa y beta; su padre era un alfa de linaje puro. Por lo que podría decirse en cuanto a clase sexual no era un omega de gran linaje pero tampoco era un total omega de clase baja, podría atribuírsele que era de clase media: tenía el aroma dulce de todo omega y algunas veces podía hacer que aparecieran sus rasgos animales, pasaba el celo con la misma angustia que los otros omegas y su olor y aroma resultaban atrayentes hasta para alfa puros. Aunque las leyes dictaban que esos rasgos de alfa u omega puro no importaban lo cierto es que biológicamente y socialmente tenían su relevancia. Un omega puro y uno medio resulta mucho más atrayentes que uno inferior. Además mientras más pura la sangre más resistentes y habilidades se tenía.

Yorke, por el contrario era un beta puro, descendiente de otros beta. Sin embargo, se hicieron amigos en el club de baloncesto de su distrito. Takao le había gustado mucho jugar al baloncesto, pero en el mismo palacio municipal se dictaba cursos artísticos, por lo que un día cuando iba junto a Yorke al entrenamiento vieron a alguien tocar la guitarra… les apreció grandioso. A pesar de ello,  su madre le negó el matricularle pues ya había gastado lo suficiente por aquel verano. Finalmente solo Yorke comenzó a asistir. Al terminar el curso, Yorke había demostrado una gran destreza para ello así como la manipulación de otros instrumentos, pero como todo niño sus intereses cambian y cuando empezó la escuela se inscribió en un curso de pintura y quedó aún más maravillado. Takao se quedó con la espina de que sería tener un instrumento musical en sus manos, así que luego de mucho insistir Yorke le empezó a enseñar luego de las actividades del club.

No paso mucho tiempo para que ambos notaran que si bien Takao tenía buen odio musical no era un prodigio con los instrumentos musicales. Eso deprimió al pelinegro, pero dado que sentía en su interior una pasión mucho más fuerte que por la que sintió por el baloncesto, decidió entrar al coro de la escuela. Yorke quedo maravillado con su voz; todos lo hicieron, tenía una gran facilidad para cambiar de un tono a otro.

Así que ambos empezaron a reunirse los fines de semana a cantar y tocar. Pero Yorke aun amaba la pintura, por lo que una idea extraña les atravesó: Combinar ambas aficiones.

Ya habían llegado al adolescencia para esa época, con catorce Takao y Yorke con 17, el cual ya estaba cerca a terminar la escuela por lo que decidió no ir por los exámenes de ingreso sino abocarse a la música y la pintura. Takao decidió lo mismo. Por fin había algo que le hacía sentir vivo. Su madre protestó pues quería un hijo exitoso en los estándares normales: con profesión, emparejado con otro profesional y con cachorros pronto. Takao ya había pasado por su celo; significó un episodio espantoso pues nunca se había sentido tan necesitado de alguien. A pesar de conocer su propia naturaleza no se sentía con la necesidad de procrear y tener pareja. La música era su más grande pasión y quien le llevaba al orgasmo, de alguna manera.

Así que solo con el medio consentimiento de su padre empezó su búsqueda de nuevos músicos. Las cosas no iban del todo bien pero poco a poco los otros tres se unieron a su búsqueda de oportunidades, pronto se hicieron cercanos, quizás por la simpática forma de ser de Takao.

Con 16 años ya los miembros de la generación milagrosa eran sumamente conocidos en el mundo deportivo.  Aparecían en las noticias pues no solo eran atletas superdotados sino que tenía una belleza inigualable cada uno. Por aquel entonces, Takao no veía demasiado las noticias: le deprimía toparse con bandas o grupos de idols que empezaron en menos tiempo y ya tenían una multitud de fans y aunque su rostro podría dar para ser un idol, él quería tocar la música que le gustaba.

 

Una tarde en la que descasaban, luego de que la madrugada pasada hubiera tocado en un bar, se topó en la televisión con una entrevista a los jóvenes prodigios del básquet. Era irónico pues alguna vez se había sentido conectado a ese deporte, pero la música opaco cualquier otro gusto. Aun jugaba pero era más que nada para mantenerse en forma y porque le gustaba estar en movimiento. Yorke se recostó a su lado  y se quedó observando el programa con él. Los otros chicos habían salido de compras para el almuerzo de la semana.

—Es increíble que tengan esa edad y sean super famosos

—Pero solo son atletas ¿Por qué aparecen tanto en la televisión?- pregunto Takao

— ¿No te enteraste? La etiqueta de prodigios les queda corta, Los especialistas deportivos nunca habían visto tamaño potencial en jugadores de su edad.

 

—Yorke-chan, se me hace rarísimo verte tan sorprendido por alguien- rio el joven omega—¿No será que eres fan de alguno de ellos? ¡Te gusta uno de los alfas!

Yorke le jalo de la patilla un poco enojado. Ambos eran como hermanos así que no había incomodidad en apretarse así de juntos encima de un montón de mantas. El departamento que compartía toda la banda era pequeño por lo que dormían en una misma habitación.

—Pero, Yorke-chan, lo entiendo de ese gigante pero... por ejemplo de ese tío con lentes no me lo creo...

A primera vista el alfa peliverde no le resulto atractivo a Takao. Es decir, él era un omega y aunque no tuviera interés en emparejarse aunque sabía que algún día sería inminente, podía distinguir entre alfas atractivos que se veían capaces de proteger a un omega, pero ese tal Midorima no le parecía uno en absoluto.

Yorke rio ante las meucas de su mejor amigo, abrazó con fuerza a Takao y le desordenó los cabellos.

—Ese alfa así de nerd como lo vez tú, es un lanzador prodigio. Ya van varias veces que ha lanzado desde la media cancha.

— ¿En serio?=- grito sorprendido

—Sip... luego te muestro uno de sus juegos—un dej de admiración se dejó entrever en sus palbras.

— ¡eres fan!

—Óyeme… alguna vez me gusto el básquet y aun me gusta verlo por la tv... es en serio, sus juegos son todo un espectáculo.

—Entiendo, entiendo.

Siguieron observando como de forma resuelta respondían las preguntas sobre sus vidas privadas sin ningún tipo de nervios. A la vista de ambos amigos era evidente que ese grupo estaba más que acostumbrado a las entrevistas y las fotos. Parecían más estrellas de la música o el cine que atletas. Todos conservaban una especie de aura de ganadores única.

—Yorke-chan, tienes razón todos tienen atractivo.

—Si- resopló— y además tiene lo que tú dirías: dinero, fama y talento además de belleza. Por ejemplo ese nerd peliverde está comprometido con ese omega pelirrojo

— ¿Tan jóvenes?-preguntó sorprendido el omega.

—Sí, porque… veras…todos ellos son alfas u omegas puros. No todos se ahogan en dinero pero tienen una elevada clase social o vienen de familias conocidas. Por ejemplo, ese omega rubio es modelo y proviene de una familia de artistas, sus hermanas son modelos también. Y ese pelirrojo es hijo de una familia antigua. El peliverde es su prometido pero a la vez es hijo de una familia distinguida de médicos; son dueños de las clínicas Shiori que está asociada a la familia Akashi por eso su compromiso.

Takao tenía los ojos bastante abiertos, de hecho su postura ya no era la relajada que tenía hace unos instantes.

— ¿Y ese pequeño peliceleste?

Yorke rio

—Cierto…es que él siempre pasa un poco desaparecido aunque eso le ha ganado su fama también. Buena vista, Kazu-chan, pues es un omega puro; dicen que tiene un aroma muy delicioso, pertenece a una antigua familia de guardianes de templo Inu. Es de clase media-alta.

El pelinegro asintió con simpleza. Le causaba un poco de ternura aquel omega; y es que le parecía diferente a los demás, pero a la vez se veía que era parte de la familia. Porque a pesar de verse inalcanzables, todos sonreían y muchas de sus sonrisas parecían naturales. Había algo de calidez en cómo se trataban entre ellos, a pesar de su profesionalismo con los entrevistadores.

De pronto un anunció les causó sorpresa. Grabarían una serie basándose en la historia de estos prodigios donde actuarían ellos mismos. Por lo que si no eran ya famosos pues ahora lo serían el doble o triple. Los productores y directores ingresaron al set del programa. Saludaron y pidieron que les apoyaran con este proyecto. Al parecer las estrellas se volverían aún más brillantes. Según lo que Yorke le mencionaba pues seguro sí que tenían unas vidas de lo más interesantes. Iba a cambiar de canal cuando un anuncio de uno de los productores le hizo quedarse quieto junto a su amigo.

“Esta serie es juvenil, dirigida un público que quiere entretenerse con historias nuevas, por lo que para la música tenemos ya a la banda Granrodeo; pero queremos anunciar que se hará un casting para escoger a la segunda banda que acompañara a Granrodeo en la música, así que invitamos a todos las bandas hindie al casting para deleitarnos con su música...”

Lo siguiente fueron los datos de donde y en que horario sería el casting. Les quedaba un mes de tiempo para prepararse.

— ¡Yorke-chan esta es nuestra oportunidad!

—Pero… Kazu-chan…— los ojos de su protegido brillaban con real felicidad por lo que el beta solo asintió contagiado de esa alegría.

Un mes y medio después recibieron la noticia de que eran parte de Teiko days, por lo que pondrían la música junto a una banda que ya tenía una legión de fans llamada Granrodeo.

Takao junto a su banda estaba listo para comenzar: ese día conocerían a todo el equipo incluido a los actores. Lo que no sabía es que toda una gama de sensaciones que Takao había ignorado por años desde su primer celo daría inicio en ese momento.

 

 

 

Notas finales:

Bueno estoy empezando a utilizar el tiempo presente apra escribir y en las aprtes de recuerdos o sucesos del pasado pues el tiempo pasado... y es que me di cuenta que el uso de gerundios no esta bien utilizado... -bueno en mi cursod e investigación la jefa de practica nos tenía locas con eso.. en fin- 

Volviendo a la trama pues sí no iba inventarme un nombre de banda para Takao y Himuro cuando cada vez que lso escucho cantarn a los seiyu en sus bandas siento que son Takao y Himuro... asi que meti a los otros integrantes de la banda.. no sé exactamente si su formación como banda fue algo como lo descrito eso ya es invención mía para el universo en el que estamos.. me encanta la musica de ambos y sus voces!!

A lo que Himuro y Takao toman.. bueno los omega regularmente toman supresores sino tendrían los alfas queriendo con ellos siempre, pero el supresor que ellos tomaron es algo mas fuerte como las pastillas del plan B algo de lo que no se deb abusar, pero dado que estuvieron en un concierto del que salen euforicos y van a salir con alfas era encesario. Y el efecto secundario que no el agrada nada a Midorima es que se vuelven más "nesecitados" en el celo y como Takao tiene novio.. buen provecho  para el novio

Por cierto con quien creen que takao podría salir???? me he estado preguntando ello... se aceptan sugerencias.. 

para el proximo capitulo contaremos con la perespectiva de Kise... preparense para ello... Nos vemos pronto!!


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