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De pasados, presentes y futuros por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Hola!! como lo he dicho en fanfiction no me he demiorado por problemas serios, simplemente me entusiasme con escribir y no edite por lo que no podía publicarlo. Espero disculpen la demora y de recompensa traeré la siguiente actualización este fin de semana si cometahn!! ok-chanttaje- en fin le tengo bien pensado y espero me digan como les parece que irá la historia ya que como veran, realmente puede pasar de todo!!

Después del incidente en el parque Kise y Aomine comenzaron a pasar más tiempo juntos. No había palabras dichas, solo una sensación de que ambos comprendían. De vez en cuando se dirigían una mirada y ambos recordaban lo cercano que estuvieron aquella tarde. Mucho paso por sus cabezas, sus cuerpos se estremecían al pensar que hubiera sucedido si el policía no les hubiera parado ¿Hubiera sido bueno? ¿Hubiera sido correcto? “correcto” hablando de lo social pues para su alfa y omega internos era claro que lo era.

Por su lado Kise mantenía cerrada su boca ante las preguntas de su hermana Megumi. La adoraba y tenía deseos de pedirle consejos, pero tenía miedo de que ella no se pusiera de su lado. Y pensar en Maya, su hermana mayor, era peor. Por el lado de  Aomine, este sentía unas “animales” ganas de estar cerca de Kise, comenzó a asustarse de aquellas sensaciones. Le habían explicado que era parte natural sentir atracción por varios omegas sobre todo porque muchos de ellos estaban en celo. Pero no dejaba de ser confuso.

En aquel tiempo, después de clases y del entrenamiento en vez de quedarse junto a Aomine, Kise y Momoi, Kuroko comenzó a quedarse en otro gimnasio al lado de Akashi para practicar. Este le enseñó como manejar su aroma y su aura, como controlarlo. Lo puso en práctica cuando regresaba a casa junto a Aomine y los demás. Aomine había perdido la práctica de sentirlo cercano. Kuroko sonrió para sí pues estaba funcionado aunque a la vez ello le diera mayor avance a Kise para con Aomine.

No quería decir que Aomine le haya olvidado por completo. Ello parecía del todo imposible de suceder y por el momento Kuroko se sentía bien con ello. Aun así, algo dentro rasgaba por querer llamar su atención. Por intentar hacer que Aomine desvié su atención cuando se centra en Kise.

Kuroko decidió que antes de preocuparse por esas sensaciones nuevas en su cuerpo, esa temperatura que se eleva y baja dependiendo de qué tan cerca de Aomine este, iba a lograr  su técnica, estaba convencido de que lo lograría. Este era un oportunidad única para él, para poder estar junto a Aomine y poder jugar el deporte que ambos amaban.

Según Akashi tenía un talento especial, quizás heredado de sus ancestros para esconder su aroma, pero le faltaba poder hacerlo a voluntad, poder domesticar su omega interno para no llamar la atención de ningún otro omega o alfa sobre todo del equipo contrario. Akashi le puso por ello mismo la misión de hacer que Aomine dejase de notar el suave aroma que  desprendía. Parecía que lo había logrado con excelencia. Aun así era doloroso. Siguió trabajando en ello. Sería suficiente en un juego.

Normalmente tanto alfas como omegas tiene un aroma y una presencia fuertes, de maneras muy diferentes pero están ahí, listas para ser sentidas y olfateadas por todos a su alrededor. En un equipo, los lazos entre los alfas y omegas y betas logran que los aromas y presencias del otro equipo no dañen a los suyos. Los alfas traen la fuerza, protección al equipo mientras los omegas con sus dulces aromas logran distraer al otro pero también logran mantener el control, los betas mantiene estabilidad y la cabeza fría. Pues en un mismo equipo puede desatarse sensaciones animales. Los alfa de un equipo sentirán por completo que los omegas de su equipo les pertenecen, por lo menos durante el juego es así. Todos ellos eran como uno, como una antigua manada.

Kuroko no aplicaba a una categoría ofensiva ni podría embrutecer a alguien con su aroma pues esta es de por sí muy suave solo se manifiesta cuando sus emociones se disparan y eso es al lado de Aomine, por lo que lograr controlarlo para disminuirlo incluso de Aomine era el logro que llevaría y cambiaría la historia del equipo. …

 

 

Aquel día aparentaba ser un día como cualquier otro: entrenamiento sin fin, sonrisas de confianza, las miradas entre Kise y Aomine, las expresiones de sorpresa y admiración del rubio para con el moreno; los gritos de Nijimura, capitán hasta el momento, las observaciones acertadas de Akashi para el entrenador y para su sempai. Sin embargo, poco antes de dar finalizado el entrenamiento del grupo de la primera división, es decir donde pertenecían los que algún día serían llamado “kiseki no sedai”, se comenzó a nombrar quienes participarían en el siguiente juego. La decisión de poner a Kise sobre el beta Haizaki no agrado al beta. Kise era un joven criado de manera mimada, por lo que no iba a aguantar que un beta le mira por sobre el hombre como si con aquella mirada asesina él se pusiera a llorar. Kise era alguien que no se intimida fácilmente, es más sintió adrenalina de defenderse si era necesario.

Pero Haizaki no se iba a contener con solo observarle de manera envidiosa...

—Shougo, mañana es un encuentro de prueba. Necesitamos saber que tan bien funciona Kise en un juego. —Interrumpió el capitán aquel choque de miradas entre Kise y Haizaki— Además es alero va a jugar haciendo equipo con Aomine. Tú odias hacer equipo con alguien más.

La posición de alero era una posición ideal para un beta u omega pues era muy flexible, podría manejar el juego a la vez hacer pases y anotar desde mediana distancia. No necesitaba la fuerza descomunal de Murasakibara o la fiereza de Aomine. Pero normalmente se hacía equipo o dúo junto al ala pivot, Aomine era quien tenía esa posición. Haizaki a pesar de ser beta odiaba hacer equipo, sobre todo con Aomine. Despreciaba su condición de beta y de tener que sentir esa sensación de agachar la cabeza ante un alfa o de querer aceptar a un omega.

Así que Haizaki ignoró las palabras de su capitán y caminó directamente hacia Kise, tirando la pelota que sostenía a un lado,  de manera sorpresiva levantó a Kise de las solapas de su camiseta de entrenamiento. Kise iba a responderle, arañarle si era necesario, pero antes de que incluso Njimura interviniera, Aomine empujó con fuerza a Haizaki y se puso delante de Kise, sorprendiendo a todos. Todo el grupo de primera división e incluso de la segunda se quedaron estáticos, giraron sus cabezas al sentir el claro aroma de un alfa protegiendo su territorio. Esto sería para el escándalo y el chismorreo de toda la escuela con seguridad: Aomine Daiki había defendido a Kise Ryota. Pero no solo ello sino que las garras y colmillos de Aomine así como su mirada de pantera se mostraban claramente.

—Escucha, pobre imbécil,  más te vale que apartes tus manos de Kise o vas a lamentarlo, las golpizas del capitán te sabrán gloria en comparación.

Aomine uso la segunda voz, aquella voz con la que antiguamente un alfa llamaba a los otros alfas de su manada para la pelea, aquella voz de líder natural en los alfas con la que defienden y se hacen obedecer. Haizaki lógicamente no quiere agachar la cabeza pero el porte de Aomine listo para matarlo le impide a su naturaleza soltar algún insulto o algo parecido. Solo puede dedicarle una mirada furibunda al omega rubio y decir:

—No siempre vas a tener encima Aomine y ahí nos encontraremos Kise.

Se marchó, el peli azul estuvo a punto de seguirle y obligarle a retirar su amenaza pero Nijimura se interpuso y lo detuvo. Nijimura era un alfa mayor también de sangre pura por lo que podía controlarlo aun. Sabía que llegaría el momento en que no pudiera.

—Kise, llévatelo. Si por defenderte se puso así pues seguro puedes calmarlo.

Todos estaban alerta por si tenían que intervenir sobre todo Midorima y Murasakibara. Pero el omega rubio con algo de temor se acercó decidido. Se sentía halagado obviamente, pero la mirada de Aomine no volvía a ser normal. Intentó tocarle, pero el otro puso una mano delante de él impidiéndoselo. Kise se quedó quieto. Aomine dio una honda respiración pero el calor que sentía su cuerpo no se calmaba. No era un calor lujurioso sino uno que le hacía arder la piel.

—Akashi, ¿vas a entrenar con Tetsu de nuevo no?—pregunto agitado

Akashi asintió

—Te encargo a Tetsu y Satsuki, entonces

Sin decir algo más tomo de la muñeca a Kise y se marchó del entrenamiento.

Aomine estaba bastante seguro que Midorima jamás dejaría solo a Akashi y que este pelirrojo estaba comprometido en cuidar de Tetsu y Momoi por lo que Midorima como alfa cuidaría de ellos también. Eso era suficiente para poder retirarse. Como alfa que ha sido retado por un beta sentía que tener la seguridad que a sus personas cercanas no les pasaría nada.

Kise siguió a Aomine hasta los vestidores este solo tomo su casaca y se la paso. Kise hizo lo mismo, probablemente enfermaría por no cambiarse pero la mirada de Aomine no indicaba que fuera bueno replicarle o darle alguna sugerencia. No sabía cómo calmarlo. Como omega debería de tener la capacidad para hacerlo, sobre todo si este alfa se toma la atribución de protegerte. Se suponía que era algo natural, pero esto no se manifestaba, su omega interno estaba tan confundido como él mismo. Era un gesto de correspondencia importante entre sus animales internos, pero no sabía que debía de hacer. Sus hermanas nunca le enseñaron, ellas nunca estuvieron en una situación similar.

Antes de poder intentar algo, Aomine arrastró nuevamente a Kise fuera del gimnasio y luego fuera de la escuela. Ambos acabaron cerca un parque enorme dónde podías perderte. Este parque era visitado usualmente por los corredores matutinos que querían empezar sus días con buen ánimo y adrenalina. Sin embargo, a esa hora estaba más o menos vacío. Aomine pudo cerrar los ojos y calmarse. Poco a poco fue lográndolo hasta que finalmente luego de varias respiraciones forzadas pudo abrir los ojos y en ellos ya no se veía la mirada de depredador que tenía.

—Aominecchi.

—Lo siento, Kise. No te deje con los demás porque al parecer mi pantera interior no iba a calmarse sino estaba seguro que el imbécil de Shougo no se iba a atrever a hacerte algo.

Viendo que el alfa estaba más calmado, el rubio pudo relajarse un poco y sonreír levemente.

—Sabes que puedo defenderme bien de Haizaki. Es solo un beta. —comentó con algo de orgullo.

—Aun así… sé que ahora se habla todo eso de la igualdad pero mi alfa interno sigue considerando a los betas inferiores y tú eres…. Bueno…no iba dejar que me faltara al respeto.

Aomine seguía sin observarle, solo mirando hacia el cielo.

“Faltarle el respeto” Kise se sonrojo levemente. Pues eso indicaba claramente que el alfa de Aomine reconocía al omega de Kise como suyo y por tal una falta de respeto a él era una para el alfa de Aomine.

—Pero me faltó al respeto a mí no a ti

—Es lo mismo, tonto…aparentemente. —le dijo al fin devolviéndole la mirada al vez que le daba un toque en su cabeza.

Kise sonrió ampliamente con una pizca de coquetería. Por fin se sentía realmente importante en la vida de Aomine. Este estaba tan al pendiente de él tanto como compañeros como amigos y como rivales que era satisfactorio más de lo que su hermana le dijo que sería con un alfa. No era cuestión de dignidad o debilidad, era su simple naturaleza, ver que un Alfa le protege era algo que hacía dichoso al omega interno.

Sin poder evitarlo quiso “agradecer” a Aomine. Su omega interior se lo mandaba y Kise tenía muchas ganas de retribuirle el esfuerzo a Aomine.

Se acercó a este con sutileza como si su orgullo no estuviera por las nubes, sino con la suavidad propia de un omega. Kise conocía como era que debía cercarse a un alfa, así que con cuidado primero posó su mano sobre la mejilla de Aomine, sus vistas chocaron. Aomine no se apartó, dejó que el omega siguiera incitándole. Incluso puso una mirada más altiva. Un alfa no iba negarse a la muestra de agradecimiento de un omega si es uno que reconoce como propio

Muchas veces pensó en que era un fastidio tener un omega pero el cuerpo cálido de Kise le decía que quizás no sería tan mala idea. Su alfa interno necesitaba probar de los omegas, aún era joven pero sus deseos sexuales comenzaban a ir bastante rápido. Y Kise se veía tan esplendido, su aroma miel de manzanilla delataba que era virgen y que estaba más que dispuesto.

Kise seguía lamiendo suavemente la barbilla de Aomine; este de improviso le toma de la cintura y lo estrelló contra el césped, se posiciona sobre él. El omega pudo vislumbrar sus ojos rasgados de fiera, pero no de la misma manera en como observaba a Haizaki sino de otra.

Se acerca al lado izquierdo del cuello de Kise y aspiró su aroma concentrado. Le fascino. Sin embargo el recuerdo del aroma de alguien más le despertó de aquel trance en el que su alfa le había sometido. Su lado racional comenzó a dar batalla a todo ese calor y embrutecimiento en el que le sumió el gesto de Kise. La lujuria que poco a poco comenzó a reclamar terreno dentro de sí se disipó como nubes de vapor.

Kise le parece un omega hermoso, deseable, pero no se atreve a seguir. No sabe si es correcto hacerlo. Como persona humana no sabe si lo es y menos en medio de un parque. En cambio su alfa interior estaba más que dispuesto. Después de todo tiene a un omega tan dulce como Kise entre sus brazos. Por esa vez la razón venció, por lo que se sentó, atrajo a Kise y le envolvió con fuerza en sus brazos. Poco después dejó que Kise se levante, tenía un gesto triste. Por lo que Aomine le atrajpo con fuerza y tosquedad para juntar sus labios en un beso. Un beso que fue siendo controlado por su lado racional. Antes de que su lado animal salte por los sedosos que son los labios del otro se detuvo. Se quedaron así por muchos minutos, juntos pero sin llegar a tocarse. El aroma de Kise cada vez se hacía más fuerte... aquello solo indicaba algo, su primer celo estaba cada vez más cerca y era hora de tener cuidado.

…………………….

……………………………………………………………………………………

Takao Kazunari se encuentra fumando un cigarrillo en el balcón de su departamento. Tiene un departamento lujoso ahora, propio, solo de Yorke y de él. Los otros integrantes de la banda viven un piso más abajo. Se sorprende mucho de mirar su vida hacia atrás y estar parado ahí, como si estuviera en la cima de Tokio. Puede ver cada calle y avenida. Su mirada gira hacia abajo y se da cuenta de que seguro si se cayera ni siquiera sentiría el dolor.

Dicen que mientras más alto se esté más dolorosa es la caída. Takao piensa que tiene razón en parte, pero en otra no. Pues si a la altura es demasiado seguramente se muere en el camino por lo que el golpe no sería doloroso, pero seguro sería una muerte asfixiante.

Este tipo de pensamientos se supone no son usuales en un omega. Un omega no tiene pensamientos tan profundos, se dice. Pero él nunca ha sido un omega común; mucho menos se enamoró de un alfa común.  Siempre escogió lo más difícil, la carrera más difícil, la pareja más difícil. Y ahora que está casi a punto de llegar a la cima se da cuenta que también el futuro más difícil.

¿Quería probarse algo? Probablemente que aun siendo omega iba a obtener lo que quería. Aun cuando en su pueblo natal lo tacharan de  “alguien que no conoce su lugar”, siempre se demostró que haría lo que a él le pareciera.

¿Siempre fue así no?

—Kazu-chan, parece que estas más meditabundo que antes.

Kazunari sonríe suavemente. Yorke es el único en el mundo probamente que sabe que en realidad es una persona muy pensativa con tendencias depresivas y un poco autodestructivas, después de todo quien cargo con el desastre en el que se convirtió hace años fue Yorke y nadie más que él.

—El manager vino a darme esto.

Kazunari bota el humo de sus pulmones y apaga el cigarro, se acera a su amigo y toma la carpeta llena de cartas. Eran sus admiradores alfa, beta y omega . Realmente le conmueven, ellos le hacen recordar por qué peleo tanto por estar en este piso lujoso. A veces lo olvida y necesita recordar cual era la meta.

—Yorke-chan!

Yorke aguanta el abrazo intempestivo de su mejor amigo. Sabía que él era así: unos momentos esta ido en su mente, otras está totalmente activo parecía que sufría de hiperactividad. Sin embargo le adora demasiado.

Juntos empiezan a leer carta por carta sin descuidar. De la nada Takao se levanta y  le alcanza una guitarra a Yorke y sonríe con entusiasmo. Seguramente iba salirle con algo inesperado. El ser inesperado era lo usual en Takao.

— ¡Al fin!

— ¿Cómo que al fin?—pregunta, quiere descifrar que oculta esa tierna sonrisa en su amigo, pero no logra demasiado.

—Bueno que Tatsuya-chan ya tiene la canción que presentara para la nueva serie. Nosotros vamos muy retardados con ello.

Yorke exhala. Todo el tema sobre la nueva serie tiene muy ido a su mejor amigo, lo cual le preocupa y no solo porque un beta siempre se preocupa por los omega su alrededor sino porque Takao es como su hermanito menor.

—Kazu-chan, quizás es demasiado que actúes y seas uno de los intérpretes. —comenta con sutileza.

—Nada de eso... Yorke-chan —niga con su cabeza muy expresivamente—nuestra promesa es de no parar hasta tocar las estrellas. Estamos cerca pero no las hemos tocado aun.

El beta exhala resignado pues sabe que cuando Takao tiene eso ataques de hiperactividad nada lo parara hasta culminar con lo que quiere hacer. Y eso es mejor a tenerlo viendo la ciudad con matices depresivos, seguramente pensando en aquel alfa al que tanto odia el beta.

— ¿Entonces la tienes?

— ¡Por supuesto!

En respuesta esa sonrisa segura empieza  a rasgar las cuerdas de la guitarra suavemente. Takao cierra los ojos,  y su voz sale muy suave. Yorke comprende que son parte de sus sentimientos en este momento, así que como supuso era una canción lenta. Prosiguen, logran acoplarse poco a poco.  Si bien Yorke no toca en el grupo durante las presentaciones ni los PV es quien compone  la música e incluso a veces la letra. Se rota esa labor entre Yorke y Takao. Algunas veces los demás miembros del equipo aportan pero eran usualmente ellos quienes se encargan de la música y las letras.

La preview estaba lista así que sin demorar mucho más llamaron al resto de la banda.

Para el amanecer todos sonríen  pues la canción está terminada. Aunque Yorke no está seguro de si debían de presentarla pues tiene mucho de Takao mismo en ella.

Sin embargo el mismo Takao llama a los productores de la serie para acordar una cita y cantarla frente a todo el staff incluido los actores. La cita se concreta en el estudio de grabación donde Takao y los demás siempre graban sus discos.

Todos los actores principales están presentes, un poco incomodos, pero imponen su profesionalismo por encima de cualquier otro sentimiento. Akashi se sintió conforme con ello. Podría odiar al muchacho que tenía enfrente; de hecho le odia por completo desde sus cabellos negros hasta la punta de sus pies, pero debía de acepar que tenía una voz prodigiosa. Y solo lo confirma cuando lo escucha cantar.

Era una canción nostálgica de una letra con diversas interpretaciones justo como debía de ser dado el plop de esta temporada.

De repente me di cuenta que perdí algo

…y es muy tarde para regresar

A todos les conmueve de diferentes maneras cada letra.  Akashi puede vislumbrarlo en el rostro de cada uno. ¿Es que el niñato había usado de referencia sus vidas? No, por supuesto que no, solo su propia historia pero lo quiera o no aceptar el pelirrojo sabe que está relacionado a ellos.

Debí ser capaz de avanzar constantemente

El tono siguió siendo lento, suave, encantador. El león omega debía de admitirlo. Observa hacia un lado y Midorima muestra una serie de sentimientos encontrados. Takao solo mantiene sus ojos cerrados mientras canta. De repente su tono de voz sube, presionando en el corazón de todos.

Es por eso que me apresuré…hacia un futuro incierto

Los días en los que podíamos reír ya son muy distantes

El tono no hizo más que subir. Akashi sentía ganas de arañarle el rostro con fuerza, pero simplemente cerró los ojos. Recordar las imágenes que se habían publicado en aquella revista le causa dolor, uno muy punzante. Y esa letra solo le hace recordar su relación con Midorima. Aun no había platicado con este sobre las imágenes. No sabía bien si el cobarde era el alfa o él mismo.

Entonces, corrí hacia el paisaje distante que se disolvía

Porque el mundo se está por abrir para nosotros

La respuesta a la que llegaste se perdió en el aire,

Aunque cierres los ojos, bajo la luz del sol que nos golpea, siempre estaré a tu lado

El preview termina: esto es en concreto el camino por el que la canción seguiría. El alma de la canción por lo que Akashi palmea, de esta manera todos salen de sus profundos pensamientos. Y acompañan a los aplausos iniciados por el antiguo capitán.

—Shintaro- le llama

Midorima dirige sus ojos a los de su prometido quien solo lo desvía débilmente. El peliverde nota que su prometido se siente herido y se desespera por intentar no causarle más dolor.

El director se acerca a ellos y les dispersa de en medio de sus pensamientos

— ¿Qué te pareció, Akashi-kun?- le pregunta con respeto.

—Me apreció adecuada para el final de la serie. Después de todo ya tenemos escrito el final de esta historia.

Aquellas palabras fueron dichas con una manera tan absoluta que el director se sintió un poco perdido para luego reír.

—Claro…claro ya sabemos cómo termina . Tienes razón esta canción le encantará a los fans.

En cambio Midorima sintió que aquellas palabras connotaron algo más. Tiembla e intenta no descubrir que.

El director, con un ademan, desaparece de su campo visual para dirigirse hacia la banda y coordinar la grabación de la canción así como diversos temas adyacentes. Akashi tomo la mano de Midorima y se lo lleva de ahí.

Ambos se encontraban en un café lujoso, el cual tenía pequeños espacios apartados; fue ahí donde se sientan a hablar.

—Sobre las fotos…—empieza Midorima. Debe ser un alfa digno así que va afrontar lo que venga.

—Está todo arreglado, Shintaro. Reo va a mover sus influencias Y con las que están en la red nos ocuparemos de ello diciendo que es propaganda.

—Ese no es el problema…—responde en un murmullo perfectamente audible para el pelirrojo.

Akashi se pone de pie, se acerca con elegancia hacia Midorima, se sienta en su regazo y le pasa los brazos por el cuello. Baja su mano izquierda por el pecho de este. Cuando siente como el cuerpo de Midorima tiembla de ansiedad se separa lentamente.

— ¿Entonces qué?

—No lo entiendo…

— ¿Me vas decir que vas a volver a fallarme Shintaro? Perdono una falla, dos no. Así que despeja tu mente y ordena tus prioridades.

Akashi se separó antes de ser atrapado en los brazos de Midorima. Akashi era un omega orgulloso pero precavido; sabe que si Midoorima logra envolverle en sus brazos perdería el control de sí mismo aunque no lo aparentara. Así que con rapidez pero sin perder su estilo, toma su chaqueta y se marcha del café. El alfa quedó hundido entre sus pensamientos. Quizás deba aprovechar el momento en solitario para coordinar qué camino tomar para su futuro.

………………………………………………………………….

Pasado

Le leyenda de la luz y sombra evidentemente no se basó en Aomine y Kise. Así que la historia del pasado, sobre la relación de los tres recién inicia.

 

Momoi siguió apoyando a su amigo. Es decir, Kise le caía muy bien ya por aquellos meses pero Tetsu es su mejor amigo. Pero sobre todo  es Akashi quien hace la jugada más importante. Una que cambia el curso de la historia para siempre. Kuroko finalmente se convirtió en  más de lo que las expectativas de Akashi previeron. Quedó complacido con el curso que Kuroko siguió. Su sexto hombre fantasma le mostró sus habilidades. El pelirrojo sonrió complacido mientras todos los demás quedaron sorprendidos.

Las manos de Kise y Aomine habían estado tomadas sin notarlo, cuando Momoi les llama para que vean a Kuroko y su nuevo talento. Es entonces cuando Aomine suelta la mano de Kise y este recién nota que las tenían entrelazadas. Aomine está asombrado. Todo lo que tenga que ver con el básquet le emocionaba de forma incalculable. Antes que cualquiera se acerca a Tetsu , se acercó y le despeinó los cabellos juguetonamente mientras reía.

—Maldito enano debiste decirme que te alejabas para preparar esto. La verdad no entendía tus preguntas sobre cómo ser de utilidad. No sabía que ibas hacerme caso sobre los pases.

Kuroko se permitió reír pues había sumido un rostro aún más indiferente que antes, pero que en manos de Aomine era demasiado poder  resistirse a responderle las sonrisas.

—Supongo que podría funcionar, Akashi- argumento Nijnmura—Bien, grupo de vagos, todos, vuelvan al entrenamiento. Tetsuya Kuroko, tengo que hablar contigo y Akashi junto al entrenador.

Kuroko se marchó junto a ellos, Aomine sintió ganas de seguirle. Su hermana se acercó a él y le dio un palmadita.

— ¿No es genial? Estoy segura que le dirán que podrá unirse al equipo titular—comentó ella muy contenta por su amigo.

—Tienes razón- dijo animado, demasiado, más de lo que él mismo hubiera previsto. Era Tetsu junto al básquet, eran dos cosas que juntas le encendían de una manera poco usual.

—Bueno pónganse todos en tres filas para seguir practicando- sentenció Midorima

Todos hicieron caso ante las palabras del alfa peliverde incluso Murasakiabra, un alfa bastante dificil que cada vez se hacía cada vez más fuerte.

—Murasakibara quita esa cara- bromeo Aomine.

Parecía que su animosidad por entrenar y jugar había crecido aún más. Murasakibara no llegaba entender del todo ese ánimo, pero de alguna manera todo le resultaba divertido. El pelimorado no amaba aquel deporte pero le resultaba interesante ver el esfuerzo de todos, acompañado de  todos, especialmente de Akashi se sentía cómodo.

—Es cierto, Murasakibacchi, debes sonreír más. —aportó Kise para animarle y animarse a sí mismo.

—SI Mukk-kun  entrena duro hoy prometo regalarle los pockys de uva que viste en mi locker- sonrió Momoi

— ¿En serio?

Esta vez sí que parecía animado. La muchacha sonrió y asintió con ánimo. Saber que su mejor amigo se uniría pronto a su grupo de amigos le animaba de sobremanera. Dentro de ella sabía que todo terminará bien, que todo se volvería cálido como una familia.

Sin que ninguno lo supiese en aquel momento en que Kuroko presentó su verdadera naturaleza para el juego fue que el camino se selló. El futuro fue escrito en ese instante y nada iba a cambiarlo ahora. Con todas sus sombras y luces, con sus días soleados y llenos de risas y con los venideros inviernos llenos de llantos por igual.

Ryota no pudo dejar de preguntarse porque esa sensación de desasosiego luego de que Aomine soltase su mano para felicitar a su amigo. El rubio quería convencerse de lo natural que era que Aomine se emocione, además de que acepta que Tetsuya es igual de importante que él mismo en la vida del alfa. Pero aun así no puede evitar que la presión en su pecho sea aún más fuerte.

Piensa en Aomine, en su beso, en aquel contacto que no se repitió por más que elevara las feromonas a su alrededor. Sin darse cuenta, ahí en medio de la tina de su enorme baño sus orejas y cola aparecieron. Se sintió con sed, la saliva costó pasar por su garganta. No es normal. Ya se ha sentido caliente pero esa manera fue totalmente diferente a cualquiera anterior. Su respiración se volvió más errática. Pero de alguna manera su instinto le dijo que no es enfermedad. De hecho Kise se ve más hermoso que nunca: desnudo, húmedo y sonrojado. De haber prestado atención a su alrededor hubiera notado que sus intenciones por llamar la atención de Aomine terminaron por llamar la atención de otros alfa. Su feromonas podían sentirse a la distancia, pero ninguno se atrevió a siquiera acercarse por miedo a las feromonas de Aomine, por el suave olor que deja impregnado en la piel de Kise con solo una palmadita en su espalda o un toque en sus cabellos.

Y en aquel momento, Kise llamó a Aomine, su omega interior lo hizo. El olor dulce de miel estalló como una bomba. El agua estaba helada pero Kise no sintió que ello cambie su temperatura. Bajó su mano derecha por su cuerpo y de sus labios salió un sonido vergonzoso que le hizo sonrojar aún más. Sus piernas temblaron, su miembro se puso erecto. Le dolió cuando se tocó. Sus ojos se pusieron llorosos. Y de su boca solo salió un nombre una y otra vez: “Aominecchi”

El lado racional se extinguió. Se levantó como pudo y en su mente solo se plantó la orden de buscarle. Así sin más desnudo como esta. Ni siquiera recordó que tiene el número de Aomine en su celular y que pudo usar aquel aparato para llamarlo. El animal dentro de Kise solo piensa en salir a la calle como esta y buscarle. Estaba seguro que Aomine le protegería para luego envolverle  en sus brazos. El zorro dentro de Kise no entendía que hay miles de alfa sin emparejar que podrían lastimarlo de por vida, que Aomine estaba a muchos kilómetros de distancia, en su habitación escuchando música mientras lee una revista de Mari-chan, su idol favorita.

 

Las relaciones ya no son como en antaño, pequeño zorrito, pero este no lo comprende. Ya no hay bosque en los cuales esconderse, solo muchas pistas y semáforos, muchos edificios repletos de personas.

Felizmente antes de que siquiera pueda llegar a la puerta de su habitación esta se abre y por ella ingresa Megumi y luego Aya.

Ambas son omega pero percibieron perfectamente el aroma de su hermano menor. Ellas parecían en parte felices pues la llegada del celo de un omega completa toda una etapa en su vida. Kise dejó de ser su bebe. Al menos biológicamente. Sin embargo algo en el cuerpo de Kise les llamó la atención, lo notaron, se mordieron el labio pero se callaron para regañar a su hermano después.

—Maya, contenlo o es capaz de saltar por la ventana y sabes que en este estado no se romperá ni un hueso  al hacerlo.

Por supuesto que no. Un omega en celo es casi 80 por ciento animales en todo sentido. Las características propias de sus cualidades físicas están presentes cuando un omega entra en celo. Tiene más fuerza bruta, más resistencia y agilidad

Las hermanas de él lo etendían pues padecieron de ello también

—¡Aominecchi!- grita Kise entre sollozos.

Lo deseaba.

Deseaba tanto que esté ahí para rescatarlo de entre los brazos de sus hermanas que lo contenían con toda la fuerza que pueden. Lo tumbaron en su cama y se sentaron en encima para que el otro no se libere. Pero Kise patalea. La urgencia animal de sentirse completado era más grande que la preocupación por lastimarse o lastimar a sus hermanas. Para el pequeño zorro dentro de Kise ellas solo eran unas rivales que no permiten que se empareje y procree con Aomine.

—Ahhh..ahh Aomiecchi., ven a mi…

Maya observó con perspicacia a su otra hermana y esta desvió  la mirada.

—Estoy segura que voy a tener que repartir palmadas y no va ser solo para Ryota- susurró mientras con una mano intentaba hacer una llamada.

Por la puerta ingresó la matriarca del clan Kise. Aunque ya no era  la líder tenía una presencia fuerte de omega madre. Las feromonas de madre calmaron un poco al rubio menor pero este aun intentaba rasguñar a sus hermanas

— ¡suéltenme, malditas perras!

Ellas le jalaron el cabello ofendidas luego recuerdan que ellas insultaron de peor manera a su madre.

—Madre, no podemos contenerlo.

—Por supuesto que no. Ustedes no tenían un  macho al cual seguir solo rostros desconocidos y las ganas  de empalarse. Este muchacho ya ha escogido. ¿O me equivoco, Megumi?

Ella asiente con debilidad. Teme lo peor.

La mujer rubia y altiva, como toda una matriarca a la cual no se le notan ni un ápice los 110 años que lleva a encima, hace un gesto con la mano. Por ella aparecen tres alfas.

—Sujétenlo y llévenlo a la recamara del sótano.

—Madre...

Si bien su padre, y sus parejas eran alfas que no herirían a Kise. Tanto a Megumi como Maya no les agradaba la idea de que su hermanito fuera visto desnudo y en ese estado por otros alfa.

—Antes que digan nada. A mí o a ustedes iba a terminar dañándonos. Ryota esta desesperado por alguien y si se escapa saben que será terrible.

Ellas asintieron con respeto.

—Preparen esto. Ayudará a calmarlo. Solo esperemos que no se haga mucho daño.

Las muchachas leen con atención al receta que sus madre les entregó. Es una receta que pasó de tradición por todas las líderes omega del clan Kise. Es solo un calmante natural que ayudara a que sea menos doloroso el transito del primer celo.

Para Kise iba ser más doloroso pues ya tenía en mente a alguien. Ellas se limitaron a prepararlo en silencio.

Su hermanito se quedó instalado en la recamara del sótano. Una especial para omegas en celo solteros. Estaba amueblabo y alfombrado a totalidad. Tenía baño propio y por debajo de la puerta se podía pasar la comida. Dentro de la cual  había agua en abundancia en bidones de fácil abrir. El omega dentro de Kise usara la inteligencia humana para abrir y los botellones y comer. Nunca mataría de hambre a su humano. Al menos eso esperan.

A Kise le dura 15 días completos el celo el cual pasa entre lágrimas, gritos desesperados porque calmen el calor de su cuerpo. Sub omega sabía  a quién quiere así que no descansó en ningún momento en llamar a Aomine.

Y mientras la familia Kise debían de escuchar aquello lastimeros llamados, Ao0mine sigue con su vida junto a Kuroko y Momoi.

 

 

Fue difícil al principio para Kuroko congeniar con Murasakibara y Midorima, eran los que tenían peor carácter dentro del equipo. Le era difícil de tratar, no entendía como es que Akashi podía ser tan cercano a ellos; luego comprendió que había una manera única de que los alfas de estos le reconocieran como parte del equipo. Con Midorima fue cauteloso, conversando de temas que tenían en común como los libros. Fue duro pero sin que lo notara Midorima ya se sentía un poco responsable de lo que sucediera con Kuroko lo cual a sin duda señal de aprobación.

Con Murasakibara fue totalmente distinto. Más bien tuvo que usar sus instintos maternos con él. Sin embargo, había algo que sin duda le hizo cercano a Murasakibara: los postres y dulces. Juntos planeaban escapes temerarios para ir a la nueva dulcería que había abierto o iban a buscar el nuevo producto de golosina que había salido al mercado. Intercambiaban los dulces y los sabores. Por supuesto terminaban por ser descubiertos, pero eso los acercó más.

Aunque se llevase al fin bien con todos, bueno casi todos pues con Haizaki en estas tres semanas que llevaba de entrenamiento en la primera categoría, este solo sabía molestarle, robarle parte de su almuerzo por lo cual las peleas entre Haizaki y Aomine se agudizaron. Kuroko intentó ser amable, entenderlo y ello solo causaba aún más ganas de Aomine de aplastar la cabeza de Haizaki contra una pared  muy dura. Los entrenamientos eran el doble de extenuantes de los que tenía en la tercera categoría. Kuroko no se rendía. Incluso hoy después de haber vomitado dos veces aún seguía con entusiasmo de seguir a pesar de que Akashi le aconsejó irse a descansar a la enfermería.

— ¡¿Cómo que el idiota de Kise no ha venido?! ¡¿Por qué carajo nadie me avisa cuando se enferma?!

Y sucedió lo que Akashi prevenía, así que con una señal le indico a Kuroko que se lo llevara del gimnasio.

Kuroko sonrió un poco y asintió débilmente pues su fuerzas no eran las mejores; sin embargo los colmillos de Aomine no causaron algún miedo en sí. Algo que por supuesto no pasó desapercibido en el omega pelirrojo.

—Aomine-kun, debe de venir conmigo ahora.

Aomine no termina de acostumbrarse a ese rostro tan serio de su amigo. Se le hace intrigante pero a la vez tierno. Se deja guiar por Kuroko fuera del gimnasio. Su preocupación por el omega rubio aumenta.

— ¿Kise… le paso algo malo?

El rostro indiferente de su compañero cambio y le regala una pequeña sonrisa que hace latir más deprisa el corazón del alfa.

—No... solo estas indispuesto

—Entonces iré a verlo

Kuroko baja su mirada un poco pues entiende por qué Aomine necesita estar seguro que Kise este sano.

—No puedes... en realidad no podemos. Sobre todo tú…

—...Hice algo para…- se le vienen a la memoria millones de razones por la que Kise pueda estar molestó—…molestarlo

Kuroko ríe ante el rostro preocupado y nervioso de Aomine

—No, Aomine-kun, Kise kun no está enojado porque leas porno—dice sin darle tregua y Aomine termina dando un respingo.

— ¿Me estas amenazando, pequeño?

El menor hace un puchero ligero y le da un codazo en la boca del estómago ¿Dónde demonios ese pequeño aprendió a dar golpes precisos?

—No me subestimes, Aomine-kun, —le dijo amenazante—Momoi-chan te descubrió tus revistas… E incluso dice que tienes muchas más... que mal y yo pensé que eras alguien honorable...—Hizo una mueca falsa de decepción.

— ¡Oi Tetsu aun soy honorable!

Kuroko dejó su pose pensativa y sonrió con gracia.

Tetsu le parece tan elegante algunas veces pero otras  veces también es un desastre total.

—No te preocupes. Kise-kun está bien y aun no sabe de tu nueva afición por Mari-chan.

— ¿Cómo demonios se enteraron de Mari-chan?}

Aomien sabe lo sádicos que podían llegar a ser Kuroko y Momoi por lo cual revisa mentalmente dónde dejó sus revistas.

—No le haré nada  a tu Mari-chan... aun—dice muy convencido

—yayaya … cambiemos de tema.. ¿Por qué Kise no viene a la escuela?

Casi está seguro de ver un pequeño tono rosado en las mejillas del omega.

—Está pasando por ... esa etapa

Aomine lada su cabeza.

—ya sabes por el que pasamos todos los omegas.

“Celo”

“Celo”

“Celo en Kise”

Esas palabras ingresaron su cerebro como si fuera un ataque de corriente eléctrica. Le sacude por completo. Pero se tranquiliza. De nuevo se golpeó mentalmente por haber visto una porno de un omega en celo. Insiste en no imaginarse la escena de la actriz porno en Kise.

—Ah... era eso...— suelta sin caber que decir.

—Si... solo eso

El silencio les invade. Sus miradas nuevamente no se cruzan. Es un tema que cada vez se hace incomodo de tratar entre omegas y alfa. No entiende porque pero haya algo que les impedía hablar de manera totalmente directa.

—Y…

—Dime, Tetsu

— ¿Quieres ir a verle?

—Hahhh?

Aomine se sonrojo rápidamente al entender a qué se refiere Tetsuya. Sacude su cabeza en negación demasiadas veces y de manera exagerada

—Hey hey no soy un pervertido … ok... ni mucho menos... por supuesto que no quiero ver el celo de Kise ... como ...

—Cálmate, Aomine-kun. Según el profesor es natural que...

—Solo cállate.

Kuroko aun mantiene su sonrisa en el rostro. Una pregunta se formó en la mente de Aomine. Una muy inconsciente por la que tiene curiosidad. Una que no entendía en aquel momento y que por tanto no pudo retenerla.

— ¿Tu ya pasaste por tu primer celo?

Preguntarle ello a su amigo le sorprendió. Y de pronto no pudo evitar imaginarse a Tetsuya gritando, gimiendo sin poder respirar adecuadamente. Se tapa la boca al darse cuenta que imagino a su amigo de formas nada sanas. ¿Qué demonios pasa con él? Se recriminó.  “Quizás debo de seguir el cosnejo de mi  tío”… quizá….Pensó en su mente.

Su cuerpo se puso caliente de repente.

—Amine-kun, sabía que eras un pervertido—aseguró con ese rostro inexpresivo.

—-No lo soy, pequeño imbécil... es solo que … bueno como Momoi, Kise y Akashi ya pasaron solo se me ocurrió… nada más!

Ambos se quedaron callados. Kuroko tiene un leve tono rosado en sus mejillas. Aomine estaba demasiado sonrojado, sus miradas se unieron y no pudieron despegar la una de la otra.

—Aomine-kun... todos dicen que tú y Kise están saliendo…eso es...

—No lo sé

Aomine se sacudió, se jaloneó unos pocos cabellos. Y luego pasó una mano en su frente mientras con la otra acarició la mejilla de su amigo. La siente tan suave y sedosa. Después posa las yemas de sus dedos por sus labios

—No sé qué demonios me pasa con ustedes dos— soltó con seguridad.

Kuroko en vez de reclamarle algo, su naturaleza comprensiva de omega sale y toma la mano de Aomine entre las suyas y la acaricia con dulzura.

—No importa.

Con ese “no importa” quiso decirle muchas cosas que Aomine entendió y por las cuales se sintió feliz. Además que un extraño orgullo se instaló en su pantera interior. Así que en respuesta inconsciente tomó delicadamente de la cintura a su amigo, lo acercó contra su cuerpo. Kuroko normalmente detesta los abrazos pero el posesivo pero a la vez dulce contacto que Aomine le proporcionó le sentó reconfortante por lo cual apoyó su cabeza en el pecho del otro. Escuchar el latido apresurado de Aomine hizo que Tetsu sonriese suavemente. Así, quietos y abrazados se quedaron por un largo momento. El cual solo fue roto por el llamado del capitán Nijimura, pero antes de volver al entrenamiento Aomine le dio un beso sin malicia en los cabellos con lo cual este aprovechó para aspirar su aroma a vainilla.

“Vainilla y miel, solo míos” fue un pensamiento que circuló rápidamente por la mente de Aomine.

 

 

 

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—Parece que tu novio no pudo acompañarte... hehh es un alfa que no valora lo que tiene.

La voz en busca de causar fastidio era notoria.

—Mira quien habla, Aominecchi.

El “Aominecchi” no sonó igual que hace tanto. Pero, por supuesto ¿cómo podría sonar igual?

Aomine para en medio de  aquel pasadizo. No sabe bien porque sigue Kise;  pero ahí están cerca del garaje del edificio de la productora. Los autos están dentro de edificio pues sino sería fastidioso para alguno de ellos salir del edificio y dirigirse a sus respectivos hogares.

— ¿En verdad vas a casarte?

Kise también deja de caminar. Pero continúa dándole la espalda, pues no podía girar y verle. No cuando esa última pregunta sonó tan melancólica ¿Por qué Aomine le pregunta tales cosas con ese tono den voz? ¿Que no es evidente que aun el omega de Kise desea obedecerle?

—Si. —responde con autocontrol.

— ¿Con quién?—esta vez sí suena una clara demanda de respuesta.

—No te incumbe— intenta responder seguro.

—Lo hace y lo sabes

Kise ríe amargamente. Es tan doloroso que solo puede reír, no va a llorar frente a él. Así que con una sonrisa amarga le hará frente.

— ¿Vas a darle tu bendición? No juegues conmigo

Aomine entrecierra los ojos, se muerde el labio inferior. Se acerca a este y pone su mano derecha sobre su hombro. Kise tiembla ligeramente, Aomine siente algo removérsele en lo profundo. Sus miradas no son dulces ni cálidas pero hay un sentimiento fuerte, una gran mezcla de emociones que están a punto de desbordarse peor que no saben en que podría terminar. El aliento de Kise se vuelve errático, le cuesta tomar aire, el aroma de Aomine ingresa por sus fosas nasales y le hace sentir tan expuesto. Estar atrapado entre la pared y el cuerpo de su ex alfa no es algo fácil de sobrellevar.

“Vamos, pantera estúpida, que estoy tomando supresores para no ser un Ganguro”. Él, una pantera tan orgullosa no quería volver a lastimar a quienes fueron sus omega, por lo que a pesar de que desmejoraría su juego les respetaría a la fuerza por lo que tomaba dos supresores diarios para no perder el control pero tener a Kise temblando no le ayudaba precisamente.

¿En qué demonios pensó cuando se decidió por acorralarlo contra la pared? Kise no debería oler pero sin poder evitarlo, cierra sus ojos y olfatea. Está ahí, su aroma a miel dulce, tan dulce y tan suyo está ahí. Aunque  también es evidente que huele a alguien más. Gruñe en respuesta. Kise sabe que debe de pararle o el alfa de Aomine se desatara y ambos estarán en problemas.

 

—Perdónenme, no quise interrumpir.

Aomine quiere estrellar su cabeza contra la pared. ¿De todas las personas del maldito grupo que conformaban tenía que ser Tetsu quien decidiera ir por el mismo camino? Por supuesto que sí. Le notaba su carita triste a pesar de querer aparentar sentir indiferencia. Apartó la mano del hombro de Kise. Esta escena es casi tan parecida a  lo sucedido hace tantos años.

—Kurokocchi, no es lo que piensas- se disculpó Kise sin darse la vuelta.

Tanto Kise como Kuroko podían hablarse incluso se mandaban mensajes. Claro Kuroko siempre tenía su toque cruel en el trato con Kise mientras el rubio era por demás empalagoso, pero en este instante esa vieja cicatriz que ambos tienen se abre lentamente; ambos recordaban estar en la misma posición que ese instante, solo que desemboco en algo muchísimo peor. Ambos a cada lado del mismo alfa.

Kise apreciaba mucho a Kuroko.  Esté se había ganado su respeto por que lucho como nadie para ser titular de Teiko, porque les dio ánimos y fue el único que conservo la sencillez después de todo el estrellato al que fue fueron disparados, antes de que los medio de comunicación hablasen de ellos hasta el cansancio. Cuando ninguno aun conocía diversas cosas en el plano sexual cuando la pequeña rencilla de celos entre Kise y Kuroko dio fin y se volvieron amigos junto a los demás.

Pero ahora Kise volvía a querer captar la atención de Aomine, quería girar su mirada  e intentar llamarle, pero en vez de ello, abrumado por las culpas caminó rápidamente. En su fuero interno esperó que Aomine fuera detrás de él justo como aquel día en que se dieron sus primeras caricias hasta que un policía casi los detuvo. Pero solo escucho unos pasos de Aomine en la dirección opuesta. Así que apresura sus pasos; cuando llega al estacionamiento, abre la puerta de su auto y se adentra.  Dentro de ahí apoya su rostro contra el del timón, sus lágrimas salen sin parar, gemidos incontrolables se atoran en su garganta, intenta tragarlas pero siente que se ahoga.

—Heyy, baka….

Su llanto cesa momentáneamente, su mano cubre sus labios mientras levanta su mirada, sus ojos se abren. Por un instante su mente le engaña y ve a un alfa moreno y peliazul, pero luego ve quien es realmente: Ahí frente suyo esta quien será su alfa. Sonríe levemente, abre la puerta de piloto y se pasa a la de copiloto rápidamente.

—Te dije idiota, que me dejaras acompañarte. No puedo creer que venga de sorpresa y te encuentre lloriqueando.

Kasamatsu Yukio, su prometido, no dijo más simplemente se acerca y le da un beso en los cabellos, para después alejarse con el ceño fruncido y las mejillas levemente sonrojadas;  el contraste hace sonreír al rubio. Sus lágrimas continúan corriendo pero la calidez de que Kasamatsu esté a su lado poco a poco va  tranquilizando a su corazón adolorido.

El auto arranca y ambos prometidos se marchan del edificio de grabaciones. Kasamatsu quiere darle una sorpresa….

“Nunca más volverás a estar solo” es lo que piensa el alfa de Kise.

……………….

No supo en que momento  iniciaron esta locura; pero ahora mismo lo único que quería era continuar con ello. Tetsu no le corresponde pero tampoco le rechaza por lo que para él era suficiente. Su lado racional predomina por sobre el animal por los supresores pero aun así parece que en algún punto su lado animal le había vencido pues sino ¿Cómo es que acorralaría a Tetsu contra la misma pared en la que acorraló a Kise para besarle? Quizás era porque el anterior encuentro con Kise le había desestabilizado, quizás era solo Tetsu y su singular forma de seducirle sin proponérselo. Ya no recuerda si han cruzado palabras, ni cómo logró atraparlo entre sus brazos, solo sabe que el cuerpo de Tetsu le llena de calidez.

Una enorme  necesidad le arrebató cualquier control sobre sí. Sin embargo, los ojos fieros de Tetsu le hacen menguar la pasión que le quema. Aun así presiente que esa mirada fiera no sobrevivirá por mucho.

—Tetsu... –susurra.

—Aomine-kun

La voz del más pequeño sonó preocupada, confundida, ansiosa. El cuerpo de Tetsu comienza a temblar. Es la respuesta natural que Aomine sabe que siempre va a producir en quien fue suyo. Y quien aún lo es. Kuroko no huele a estar emparejado con alguien más, mientras Kise sí.

—Tetsu, no te desesperes…

Aomine parece realmente preocupado por este, pero tampoco puede evitar que la culpa le carcoma un poco por no seguir a Kise.

 Es como aquel momento…

Sin embargo ahora se concentra en el pequeño omega que tiene entre sus brazos. Sabe que también siente culpa por no haberle apartado. Ambos mueren en ella. Ambos serán condenados por ella. Aomine siente culpa por hacerle esto al propio Tetsu también, sabe que la parte racional de Tetsu le odia, debe de hacerlo;  pero también sabe que la parte animal de este aun le adora y aprovecha ello.

A pesar de que los medio de comunicación piensen que el único desleal fue Kise Ryota. Tanto Kuroko como Aomine saben que es más complejo que ello. Y si Tetsu ahora sentía algo aunque sea mínimo por Kagami Taiga y Kise por el tal prometido, Aomine no sabía si podría mantenerse mucho tiempo más en control. Algo iba a explotar entre todos ellos.

Sus ojos se encontraron con los de Tetsuya y ambos olvidaron sus culpas y carga, lentamente, sus labios se tocan, se recuerdan como si no hubiera pasado tiempo. Un pequeño toque su vuelve en un juego superficial. El alfa sale del sueño de los supresores, así que con delicadeza para hacer olvidar de que tiene un novio en alguna parte de esa inmensa ciudad, Aomine suelta sus manos para sostenerle de la cintura con una mientras se apoya contra la pared con otra. Su cabeza baja y sus labios se vuelven a encontrar con los de Tetsu. Besa sus mejillas húmedas y puede percibir el aroma a vainilla. Su mano juega en la cintura de Tetsu de arriba a abajo constantemente, recordando su forma; el omega  le regala ese sonido erótico que no puede evitar dejar ir. Aomine lo extraño como nunca. Y ahora al fin lo tiene entre sus garras pues estas ya hacen presencia en sus dedos… desea marcarlo…

Tetsu sube sus manos lentamente a los cabellos de Aomine, se  los acaricia con respeto, con uno que su parte racional sabe que no debe de tener. Pero que su omega interno quiere demostrar.

Aomine quiere sonreír con orgullo,  pero el recuerdo de alguien no le deja. Sabe que va atormentarle de todas  maneras. Por los ojos llorosos de su omega sabe que este también siente culpa pero eso no les impide que el siguiente beso sea aún más apasionado. Sus lenguas se tocan y sienten que todo puede irse muy lejos, ya no importa, no mientras sus cuerpos sigan rozándose de aquella manera. Envuelve con su propia lengua la de Tetsu, la absorbe, juega, le da un pequeño mordisco. Tetsu no le recrimina como nunca lo hizo en el pasado sino que le sigue el juego, haciéndose más a él, mostrándole con su propio cuerpo lo muy entregado a él que esta.

Aprieta a Tetsu contra la pared mientras este le regala otro gemido. Así que en respuesta inicia a  acariciar su cuerpo por debajo de la ropa y arde por dentro. Su piel suave esta erizada. Desea hacerlo suyo nuevamente reforzar sus lazos y dejarle claro a Kagami Taiga que no tiene nada que hacer sobre este omega.

Los labios de Aomine bajan hacia el cuello de Kuroko, besa esa piel que tanto extraño.

¡Oh dios claro que sí!

La pantera interna de Aomine ruge, esta despierta al fin  y va a comenzar a llamar al canino que es su omega y cuando suceda nada importara no habrá marcha atrás. Cuando las orejas y cola de Kuroko aparezcan, cuando le ceda espacio en su cuello en señal de sumisión ya anda podrá separarlos. Lo morderá mientras lo toma y todo habrá terminado… una nueva vida dará inicio.

Pero ambos olvidaron que el pasadizo hacia el garaje no era un lugar precisamente privado.

Los miembros de la banda Olcoldex los están observando con los ojos muy abiertos y algo calientes, sobre todo los alfas. Takao no puede evitar reír escandalosamente.

—Oh por dios… saben chicos si quieren serle infiel a alguien este no es precisamente el mejor lugar. —comenta con tono bromista.

Aomine ruge contra ellos puesto que le han interrumpido, algo bastante imperdonable para un alfa. Rápidamente, Takao es empujado hacia atrás por los dos alfa de su banda, por lo cual resopla fastidiado.

—Oye chico calma tu alfa. —ordena uno de los alfas de la banda. Después de todo, es un saber común que es una capacidad del omega el poder calmar a su alfa con unas frases y un poco de su aroma.

Kuroko se separa avergonzado de sí mismo… Pero inhala fuertemente para obviar que lo que va hacer evidencia el aun lazo que tienen, sobre todo lo indestructible que aparenta ser;   susurra en el oído de Aomine un “estoy bien” deja lo máximo que puede que su aliento a vainilla envuelva a Aomine. Ese pequeño llamado siempre había sido suficiente para recomponer a Aomine y es un éxito aún. Lo cual le trae mucha nostalgia pero también ganas de golpearse así mismo. Sabe porque ha sucedido, su omega esta desesperado pues sus personalidades están diseccionadas y mientras el humano Kuroko quiere a Kagami el omega canino quiere retornar con Aomine, su parte animal sabe que esta punto de entrar en celo por lo que le incito a seguir a Aomine y evitar que sucediera algo con Kise.  Se siente culpable pues conoce perfectamente los sentimientos del omega rubio. Pero ¿no es algo hipócrita? A su omega interior no le importan los sentimientos de su compañero rubio. Pero sobre todo su omega sabe que esta punto de forzar algo. Su decisión está tomada y tomara este beso como una despedida de verdad, solo espera que lo que está a punto de hacer sea suficiente...

 —Lo sentimos...- se disculpa Kuroko con una reverencia

Takao ríe sin poder evitarlo. Siempre le apreció divertido todo ese drama amoroso entre aquellos tres personajes y ahora que hay algunos más será incluso más entretenido. Sin embargo, sabe que hay alguien a quien no le agradará saber cómo juegan con su hermano.

—Solo espero que tengan conocidos en este edificio porque estoy seguro que debe haber al menos una cámara de seguridad…

Takao y su gente pasan a un lado de ello sin darles mucha importancia. Pronto comienzan a hablar de sus asuntos.

Aomine está agitado aun, quisiera seguir, quisiera llevarlo a su departamento y darle fin a lo que iniciaron.

—Lo siento Tetsu… No quise forzarte nuevamente... pero sabes que no puedo evitarlo... eres mío Tetsu eras tan mío…—susurra pero su voz es segura y a la vez necesitada.

—Fue mi culpa también. — confiesa avergonzado, Aomine gira su rostro levemente mientras aún se apoya en la pared. Observa el rostro de su omega y no puede evitar que la ternura le invada. Quisiera consolarlo con sus propias manos. Se siente frustrado pero a la vez tan expuesto. Un alfa nunca debería sentirse así pero solo dos omegas han logrado ello, en especial Tetsuya. La naturaleza puede ser una jodida dictadora a veces.

—Anda márchate o no podré contenerme.

—Aomine-kun...

Esta manera amable de ser que a veces Aomine saca a relucir hace que la decisión de Tetsu se tambalee como una hoja en una ventisca.

—Sé que he cometido errores que he sido un estúpido pero así como tú tomaste una decisión yo también la he tomado y soy muy terco y lo sabes.

—No deberías... vas a...

—Lo sé... sé que te estoy haciendo año, que estoy dañando a Kise, que me estoy haciendo daño joder que a todo el mundo le estoy jodiendo la vida pero no importa…no voy a dejarte escapar otra vez. Nunca más, Tetsu. Vas a ser mío nuevamente no tengas dudas y te juro que será diferente. Lo de hoy con Kise… fue algo que….

Kuroko quiere responderle pero después de haberle besado de aquella manera no puede. Se siente en falta incluso con el propio Aomine. Una parte de él quiere confesarle lo que esta punto de hacer para que lo evite; la otra le mantiene callado. Así que simplemente asiente.

—Yo... hubiera querido que las cosas fueran diferentes... pero es tu naturaleza.  Tu naturaleza me hace daño.

—Lo sé, Tetsu.

Escuchar su nombre como una caricia en la voz de Aomine le hace nuevamente querer girarse y besarle, pero camina con paso apresurado hasta la salida.

—No te preocupes, por las cámaras de seguridad. Yo me encargo.

Escucha la voz autoritaria de Aomine y sabe que todo va estar bien con respecto a ello. Aomine nunca expondría algo como lo que hicieron. Puede que sea muchas cosas, pero no haría una cosa así.

Cuando Tetsu se sube a su auto y al fin puede manejar se marcha.

 Aomine llama a Akashi para que le ayude a recuperar los videos de seguridad. Por supuesto, nunca expondría a Tetsu de esa manera ni siquiera para recuperarlo.

 

………………………………………….

Kagami había decidido no acompañar a Kuroko a la presentación intempestiva que se dio con el fin de escuchar y juzgar la futura canción de cierre de la nueva serie a estrenar. Después de todo, hoy iba a visitarle su hermano, quien fue su primera pareja, por así decirlo. Y es que su relación fue extraña variaba entre la hermandad la rivalidad y una pizca de coquetería incipiente de ambos.

Sin embargo, Tatsuya parece muy cómodo sobre él aunque sabía que lo hacía para fastidiarlo.

—Taiga, vamos a tener unas escenas interesantes ¿no quieres practicarlas?

Kagami rio, y separa a su hermano, le sienta su lado, ante lo cual Tatsuya ríe divertido pues sabía que produciría esa reacción en su “hermano” si le provocaba. Realmente no va con intenciones de seducirle o algo parecido, pero era divertido fastidiarle.

—Me parece que el mundo del espectáculo te hizo gustar de bromas nada sanas— le mira de reojo el pelirrojo.

—Oh came, brother you don’t an innocent child!

Ingles... esos perfectos susurros en el idioma con el cual se criaron y con el cual se sienten familiar. Hablarlo en Japón para ellos es algo íntimo. Tetsuya va vestido de forma perfecta: con una polera suelta negra con algunas líneas y trazos en fucsia, un pantalón que delinea sus tornadas piernas y los zapatos de cuero perfectamente pulcros y brillantes, unas cintas fucsias en sus muñecas, su cabello negra pero sedoso, con esas gestos y esa mirada tan seductora. Su hermano se ha convertido en un omega digno de ser deseado por Japón y por todo el mundo. Y él a veces no puede apartar su mirada de su perfecto cuerpo elegante.

—Tatsuya... eres increíble.

Himuro se puso de pie y se dirige a la cocina del departamento de su amigo. Solo después de regalarle otra de esas sonrisas que le hacen temblar como el alfa inocente que una vez fue.

—Supongo es un departamento provisional. ¿Piensas volver a America?

—Por supuesto, estoy de descanso pero pienso retomar mi carrera en la NBA . Me costó mucho llegar ahí… sabes…

—Por supuesto. —Ambos saben en nombre de qué se convirtió Kagami en un jugador estrella, por quien. Himuro sonríe pero también un atisbo de enojo y tristeza cruza por sus ojos.

Tatsuya saca una botella de té verde y se sienta al frente de su hermano.

—Es toda una notica que estés saliendo con al ex pareja de Aomine-san. —comenta mientras toma un poco.

—No quiero hablar de eso... más bien ¿Por qué vuelves a esta serie si casi te meten preso por ello?

Himuro dejo que su fleco el cubra aún más el rostro. Por supuesto no era algo agradable de recordar en el escándalo que casi se mete, pero  definitivamente era algo que debía de dejar atrás.

—Ahora tengo una pareja, un alfa. —Comienza serio, con una mirada un poco fría—Ya que tú no querías colaborarme pues…- volvió a bromear

—Vamos, Tatsuya, creo que te estas engañando. ¿Por qué simplemente no lo aceptas?—Replica con preocupación Kagami quien conoce mejor que nadie a Tatsuya, incluso que el mismo omega.

—Ahhh… sabes que mejor no hablemos de nuestras parejas o terminaremos peleando porque te diré lo mucho que me revienta que ese mocoso este jugando contigo.

Himuro solía ser alguien bastante pacifico o más bien eso aparenta pero lo cierto es que siempre está listo para atacar. Eso era algo bien conocido por Taiga. Como el alfa lo llamaba Himuro es una persona de corazón ardiente pero mente fría. Su rostro parece pacifico, suave, tratable, pero lo cierto es que cada cosa que desea de verdad lo lleva cabo con una pasión irrefrenable.

Así que inesperadamente toma entre sus brazos a su hermano y le envolvió. Realmente necesita ese abrazo que le era devuelto de inmediato.

Se separaron levemente y sus rostros se quedaron cerca. Tatsuya le dio un beso rápido en los labios. Kagami se sonroja levemente pero luego ambos ríen.

—Tatsuya, te extrañe demasiado... ¿Por qué sigues en Japón?

—Porque tengo una banda, y así como no piensas renunciar por nadie a tu carrera en la NBA. Yo no pienso renunciar pro nadie a mi música.

—Bueno lo admito eres espectacular en el escenario-

Ambos se recuestan juntos en el sofá sin malicia alguna, solo dándose calidez. Tatsuya se acomoda sobre el pecho de su hermano y se queda dormido. Kagami sonríe, pues debajo de esas capas de maquillaje sabía que tenía un par de ojeras. Su hermoso hermano... siempre le apreció de esa manera desde que lo conoció.

La familia Kagami y la familia Himuro eran de esa pequeña elite que ya no se sabe si pertenece a Japón o a Estados Unidos. Siempre ocupan el puesto de altos funcionarios en el extranjero. Así que estudiaban en una escuela americana dónde aprendieron desde pequeños en inglés. Ambos permanecían un tiempo en Japón y otro en Estados Unidos por lo que se comprendieron desde el inicio a los seis años Tatsuya y tres Kagami. Los almuerzos que las familias organizaban siempre estaban presentes, por lo que una tarde cuando ya tenía cinco años Kagami y Himuro de ocho le empezó a enseñar a jugar baloncesto. Si bien había otros niños de la edad de Tatsuya este prefería por mucho jugar con Kagami.

Para Kagami Tatsuya era el omega más hermoso después de su madre, el cual era un omega de alta alcurnia tigre igual que su padre un poderoso alfa tigre. Himuro a diferencia provenía de una ancestral familia de lobos, sus rasgos eran marcadamente japoneses pero tenían un brillo que parecía al de una porcelana, era etéreo en toda la palabra.

Así que Kagami por aquellos años estaba lo suficientemente encandilado con Tatsuya como para pedirle a su padre omega que le comprara dos anillos de compromiso. El joven omega se quedó pasmado, pero su padre alfa estaba orgulloso. Pues a pesar de que Himuro fuera unos años mayor eso no tendría importancia en el futuro. Era un cariño infantil e inocente, ninguno despertaba aun su necesidad sexual pero las familias de ambos ya estaban planeando como seria una futura unión. Ambos tenían negocios tanto en Japón como en Estados Unidos, sacándole provecho a su doble estancia. Por lo que sus pequeños retoños se llevaran tan bien era sin duda una bendición.

Así pues cuando la familia de Himuro viajo a estados unidos y la familia Kagami tuvo que quedarse,  Kagami viajó con la familia Himuro. Poco a poco se hicieron cercanos a los niños de las familias más acomodadas en su residencia en Florida, una bella casa de campo con un enrome patio. Sin embargo, poco después los niños fueron llevados a Los Ángeles junto con el padre de Himuro pues pensaron que un ambiente en el que conocieran más niños les ayudaría relacionarse. Estaban seguros que sus hijos se casarían en un futuro pero ambos serían diplomáticos y dirigirían los negocios de la familia por lo que debían de saber relacionarse.

Así pues una tarde como cualquier otra el pequeño Himuro, un bello omega de diez años, estaba acompañado de Kagami un niño alfa de siete, este ya era consciente de todo a su alrededor y adoraba aún más a Himuro. Cuando sus padres el decían que se casarían en un futuro no podía evitar sonrojarse y la felicidad inevitablemente le invadía. Por el lado de Himuro no parecía tan entusiasmado y esto era porque en su interior Himuro odiaba la vida que tenían sus padres, el sentía que necesitaría algo diferente en el futuro. Pero aun no sabía exactamente a qué, por ahora su refugio era el básquet y Kagami.

Ambos se dedicaron a jugar en una cancha pública. No habían avisado a sus padres pues sabían que no les dejarían. Pronto unos niños mucho mayores que ambos se acercaron para acorralarlos. Himuro sabía pelear dada su educación pero frente su condición de omega y además de que eran demasiados no pudo evitar que un golpe le tumbara al suelo. Kagami se asustó y se puso al frente de Himuro los niños a su alrededor se burlaron, iban a darle un golpe a Kagami, pero Himuro en un rápido movimiento lo bloqueo solo para luego ser levantado por otro niño de los cabellos. Kagami le lanzó una piedra pero otro de los niños le dio una patada que lo tumbo.

—Mocosos japoneses que se creen  con autoridad para quitarnos la cancha.

—Y tú te debes de sentir muy macho golpeando a un par de cachorros. Me das lástima- Nunca llegarás a ser un alfa de verdad.

El niño que fue insultado giro hacia la voz de la que provenía solo para toparse con una gran alfa rubia de porte inquebrantable. Su sola presencia transmitía respeto. Soltó rápido a Tatsuya y corrió

—No quiero verlos en esta cancha que es para estos cachorros ¿entendido?

Los niños mayores asintieron, para luego correr sin dirección.

La mujer alfa que se presentó era Alexandra García, ella levantó a Tatsuya y le acarició el rostro.

—Vaya sí que eres un omega valiente y tú un alfa digno.

La sonrisa de ella les hizo tener confianza a pesar de que en la escuela enseñaban que sobre todo hay que cuidarse de los alfa adulto sean hombre o mujer.

Sus instintos no les fallaron en aquel momento pues Alex se convertiría en su mentora luego de que ambos chicos la acosaran lo suficiente. Ella era una alfa por lo que tenía su orgullo y los cachorros no le provocaban demasiado como a un omega sí lo haría, sin embargo su instinto de alfa protector se activó. Por primera vez después de venirse abajo luego de su enfermedad se sintió útil y orgullosa de ser una alfa. Tatsuya y Kagami pasaron aquel verano siendo entrenados y protegidos por ella.

Sin embargo a la llegada de Tatsuya a la pubertad muchas cosas en la vida de ambos cambiaría. Después de todo, la pubertad siempre es una época en la que surgen situaciones inesperadas debido a la inexperiencia de ambos.

 

Kagami despertó de sus recuerdos sobre su vida con Tatsuya cuando sintió un ligero aroma de vainilla, pero al notar que no había nadie y que su sobresalto solo fastidió los sueños de su hermano, abrazó nuevamente a este y cerró los ojos. No falto mucho para que también quedase dormido. 

Notas finales:

Que les pareció la vida a Himuro y Kagami? Me gusto mucho escribir a Himurio defendiendo a Kagami cuando pequeños, como en el replace aqui tambien es alguine sumamente hermoso pero valiente y capaz de enfrentarse a otros. Y aqui la salvadora es Alex quien es una alfa, osea sí las mujeres pueden ser alfa u omegas asi pienso es mas equitativo. Alex puede tener una omegachica o una omega hombre y sí quien queda embarazo siempre es el omega, nunca el alfa asi sea mujer u hombre, eso es secundario. 

No maten a Kuroko.. solo es victima de mi y de su naturaleza!!! Aomien no desaprvehca con ninguno!! que sucedió entonces? umm ya veremos

Y bueno a ver si van deduciendoa qe se refería kagami con los comentarios que le hizo a Himuro!!!

Sineto una especie de mal palcer doloros en ahcer suifrir al emperador perob aun nada esta dicho!!!

Nos vemos este fin de semana!!


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