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De pasados, presentes y futuros por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Hola, como lo prometí una semana después ya tenemos actualización. La siguiente actualización sera en dos semanas, es decir entre ek 23 y el 24 de noviembre. Y así se matendrá: una actualización por seman y otra a quincena. Como saben tengo otro fanfic al que debo tambien dedicarle tiempo. Les invito a leer si les gusta el midotaka!! Además subiré otro fanfci multishipping post manga, su vida universitaria y demás!!

Volvieno aquí... me gusto este capitulo por Himuro y Takao debo de confesarlo. y sabrán porque. La canción que canta Takao se lñlam optimistic negative thing, quede muy impresionada con su voz en esta canción. debe de escucharla y se los recomiendo que lo hagan mientras leen la parte en la que canta.

Hay muchas teorías al respecto del futuro. Gracias por sus comentarios, les adoro!!! así que por eso me esforzare en cumplir mis autoimpuestos plazos en los fics de knb!!!

Y lo del futuro, pues bien aun tengo muchas ideas al respecto. Vamos a ver como se desarrolla. Y no me ahorquen..???? creo que entenderan algo más del pasado sobre varios personajes y su sentimientos...

En el capitulo pasado nso quedamos en un momento crucial.. veremos que sucede!!!! Los dejo ler, les quiero no me peguen escuchen mucho olcodex..adoro la voz de Takao y nos vemos más abajo!!

 

Presente

Sus manos envuelven la espalda de Kagami, siente el peso de este sobre él. Si bien los omegas pueden ser frágiles para algunas cosas, son fuertes en otras como es en resistir toda la pasión desenfrenada y posesiva de un alfa hipnotizado por el celo del omega.

No concibe causas o consecuencias, ni puede razonar. No puede pensar en algo más que en el alfa que lo ha requerido esa noche. Siente su poder, su fuerza, como le toca con absoluta autoridad.

Los omegas son criaturas que obedecen ante la fuerza que tienen al frente y ese único ser que lo quiere reclamar es Kagami. Está bien así, por eso ha escogido entregarle su celo porque así no podrá pensar en nadie más.

Sin embargo, hay una sensación de vacío y otra de miedo que se anida en su vientre. Sus ojos derraman lágrimas y muy en el fondo sabe que no son solo de placer. Aun así, cuando Kagami lame su cuello, electricidad recorre su cuerpo. Los besos de su alfa descienden hasta el centro de su pecho.

Hacía tanto tiempo que no se había sentido deseado. Es bueno para su autoestima. Hace tanto que no tenía una noche de celo compartida: Todas sus noches de celo habían sido de dolor y anhelo por alguien que ya no estaba a su lado.

“Mío”

Escuchó un gruñido proveniente de Kagami.

Una pizca de alegría nació. Quiso sonreír y a la vez llorar. Un pensamiento le había carcomido todos estos años “Ya no eres digno de nadie más” Su omega había estado herido y culpándose con ese pensamiento año tras año. Solo cuando KJagami le aceptó con todo su pasado fue que pudo poco a poco recomponerse.

Esta noche ese pensamiento podía ser destruido.

Aprieta con fuerza la espalda de Kagami, le clava sus pequeñas garras. Emite un sonido de placer desde su garganta, Kagami y sus grandes manos le recorren sin par, su piel se eriza ante el contacto fuerte del otro. Sabe que aguantara toda su fuerza. Se pierde totalmente en la locura, en las pequeñas mordeduras que reparte en sus pezones erguidos.

Sus labios se conectan y siente las manos de Kagami presionarle contra la cama desde sus caderas. El momento  está muy cerca.

 

Besa a Kuroko suavemente, le observa y entiende que es perfecto. Sus mejillas son suaves pero están húmedas de lágrimas. Sonríe levemente muy orgulloso de sí mismo. Las garras de Kuroko clavadas en su espalda son muestra de que el placer es  abrumador para ambos.

Si estuviera en su estado humano racional no podría tocar a Kuroko de esta manera tan desvergonzada, pero ahora su tigre solo le exige tocar y saborear más del banquete frente suyo.

“Un omega a nacido para complacer a los alfas”. Aunque en la escuela le hayan enseñado que era un pensamiento arcaico, debe  admitirlo, es así: Sus gemidos, la forma en que su cuerpo se quiebra, las sustancia que lubricansu entrada, todo ello no hace más que enloquecerlo, de que lo toque con más fuerza, que olfatee con más anhelo el rico aroma de sus cabellos y de su cuello. Kuroko es suyo, gruñe alto y fuerte. Nadie va a quitárselo, peleara por él con garras y colmillos de ser necesario.

Aun así  el ser humano que vive dentro de él, le ama y quiere demostrárselo. Junta sus frentes y le observa. Se alegra de tenerlo en sus brazos. Cierra los ojos y sabe que Kuroko está expectante.

—Mio... mi omega

Kuroko sonríe levemente. Sin embargo esta agitado y necesitado. Lo entiende, Kuroko pasea sus manos por su espalda incitándole a continuar.

—Duele...tócame para que no duela…

Kagami besa de nuevo apasionadamente. Baja una mano y con ella acaricia el miembro de Kuroko hasta que sabe que está a punto de correrse por lo que para.

—Kagami-kun…

Su voz le urge. Baja y encuentra su entrada; se la  frota levemente y entierra dos dedos al mismo tiempo. Esta dilatado. No es extraño pues está en celo.

Le besa  profundamente, para luego girarle. Una sustancia transparente cae entre las piernas de Kuroko sin parar. Ahora puede verlo con claridad. Se relame. Se puso sobre él, mientras Kuroko presiona su pecho contra la cama  al mismo tiempo que  sus manos toman las sabanas para poder resistir el fuego que hay dentro de él.

El alfa besa primero sus cabellos, se deleita con su fuerte aroma, luego baja por su nuca y succiona. Baja por su columna y se  entierra en medio  de sus nalgas. Después de ello no puede parar. Con firmeza toma las piernas del menor y se las separa, dejándole ver su entrada bien dilatada y con el líquido trasparente caer desde esta.

Los gemidos y jadeos de Kuroko se escuchan más fuerte.

La cola peluda de Kuroko se balancea de ansiedad. Así que sin hacerlo esperar más pone su miembro entre sus nalgas.  Luego de frotarse por un buen rato entre estas,  presiona y se adentra. No hay dolor para ninguno. La unión entre un alfa y omega en celo no puede ser sino placentera. La naturaleza manda, ellos solo actúan.

Su interior le absorbe, se contrae una y otra vez provocándole  moverse. Es exquisito. Un lugar aprisionador, suave y húmedo es lo que obtiene.

Kuroko chilla, le llama, le ínsita con su voz tímida y dulce.

Kagami le  acomoda sobre sus manos y rodillas, mientras  se posiciona de forma perfecta para cubrirlo. El apareamiento ha comenzado. Entra y sale una y otra vez de su cuerpo. Cada vez con más fuerza. Se levanta un poco,  le toma de la cintura para hacerle ir más rápido. Kuroko se estremece, gime cada vez más fuertes. Él no puede parar pues le encanta como se siente estar dentro del omega.

Los movimientos duran más de lo que en un beta pueden durar. Es un alfa de alta categoría, su esperma debería preñar en esa misma noche a Kuroko.

Y es ahí cuando en medio de esa nube de placer su conciencia penetra y le hace pensar “Cachorros... unión definitiva”

Aun así, su cuerpo sigue moviéndose sin parar para cumplir con sus destinos de animales.

Llega el momento sin poder evitarlo, por lo que presiona fuerte hasta dejar marcas de sus dedos en las caderas de Kuroko.  El sonido de golpeteo se hace fuerte y ambos quiebran sus cuerpos al venirse. Kuroko cae. Kagami se presiona contra él en la cama: Se han anudado, el primer enlace que dejara claro a muchos que el omega ya tiene una pareja firme.

—Kagami-kun….

Le vuelve a llamar y él simplemente reparte besos en su nuca. La anudación le mantendrá unido a Kuroko por unos largos minutos. Es parte de su naturaleza para preñar con seguridad a Kuroko.

—Muérdeme…

Ahora debería ser el momento de hacerlo. Incluso debería haber sido al momento en que se corrieron para que el enlace sea más fuerte. Pero aun en aquella neblina sensual, sabe que no es el momento.

Yendo en contra de sus instintos, se controla y simplemente permanece enterrado entre los cabellos celestes de Kuroko. Mientras tanto, este llora silenciosamente, creyendo que ha sido rechazado. Una vergüenza profunda se cierne sobre su omega.

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Pasado

Con ya 16 años, Himuro era un preadolescente que hace un año tuvo su primer celo. Kagami se comportaba un tanto más protector desde entonces. Le habían explicado a grandes rasgos que Himuro había “florecido” como omega, por lo cual era  un joven listo para formar una familia. Himuro quiso ahogarse ahí mismo con la explicación cursi de sus madres a Kagami, el cual solo pregunto si el adolescente aun podía jugar básquet con él. Por supuesto que podía, a pesar de que sus padres creían que quizá era demasiado brusco para la belleza en la que se había convertido.

Aun así seguía asistiendo a la academia de básquet junto a Kagami, por pedido de este. En el entrenamiento era observado por todos. Alfas mayores a ellos le habían propuesto salir. Les había rechazado en su momento, pero luego se volvió divertido provocarles.

Himuro sintió que su pasión por el básquet disminuía, no era que dejó de gustarle, era solo que no llegó a encontrar lo que necesitaba en este juego. ¿Qué podría ser?

Lo había intentado en todo y en todo era medianamente bueno. Como omega prometido de Kagami Taiga le habían enseñado  desde coro, canto hasta a cocinar, de política y ahora estaba aprendiendo administración de empresas, ya que sus padres suponían que cuando tuvieran hijos se retiraría antes que Kagami de la vida de atleta.

 Realmente pensó que su vida seguiría ese curso. A pesar de que le hastiaba, tampoco encontraba algo en lo que enfocarse. Además le gustaba Kagami, no podía negarlo. Aunque le daba algo de vergüenza a su edad decir que era su prometido, Kagami últimamente parecía necesitar dejárselo a todos muy en claro.

Una tarde en la que se había librado del entrenamiento, un joven alfa le invitó a jugar con él un uno a uno. Se sintió halagado al acto por lo que aceptó. Sin embargo, pronto supo que era una excusa para tocarlo mientras le marcaba; aun así le pudo mostrar sus habilidades. El alfa se sintió impresionado.

—Hoy todo el equipo mixto de sub 18 vamos a ir a un bar. No te preocupes, no tomaremos o seria escandaloso pero hay una banda que va a presentarse…

 

El joven alfa se encontraba tan cerca de él que podía sentir su corazón agitado, para sentir que el corazón de este se agite aún más,  inclinó el cuello y el alfa se acercó a olfatear su aroma. Confiaba en sus propias habilidades para detener hasta a dos alfas si este intentaba propasarse.

Por lo que no se esperó que un balón fuera estrellado fuertemente en la cabeza del alfa que le invitó.

Ambos desviaron su mirada: Era Kagami, quien la había alcanzado. Y en su rostro ya no se mostraban celos infantiles del pasado, eran los ojos de una fiera enceguecida por que han ingresado en su territorio. Kagami era más alto que Himuro incluso con sus trece años. El alfa ofendido quiso ir en contra de Kagami pero Himuro se interpuso.

—Basta…acepto salir contigo— le dijo al alfa sin dedicarle una segunda mirada a Kagami.

El alfa observó por encima del hombro a Kagami, quien quiso abalanzarse sobre este, pero el otro alfa fue más rápido y se marchó; además, Himuro se interpuso para evitar un drama mayor.

— ¿Por qué aceptas su invitación? ¡Eres mi omega!

Himuro suspiró. Últimamente escuchaba mucho aquello y le fastidiaba.

—No soy un objeto, Taiga. Recuérdalo. — Su madre tacharía de incorrecto contestarle de esa manera, pero realmente no le agradaba lo peligroso que se volvía Kagami.  Se volvía cada vez más territorial con él.

— ¡Pero eres mi prometido!

Se sentó en las gradas que se encontraban alrededor de la cancha. Kagami le siguió aun con el entrecejo fruncido. Ambos se encontraron sentado lado a lado en las gradas.

—Me gustas Tatsuya. Lo sé. Y no es porque seas mi prometido. Ya no soy un niño, soy tu alfa y no quiero verte coquetear con otros.

Kagami había terminado por recostarlo con fuerza contra las gradas, Tatsuya recién noto ese detalle por lo que se sintió abochornado. Nunca un alfa le había acorralado de aquella manera. Sí, había coqueteado pero nunca había llegado ni a un beso con alguien más. Y ahora... el joven Kagami de trece años ¡le estaba besando!

Quiso separarse, pero su cuerpo tembló en resonancia con a las feromonas de Kagami.

“¡Oh dios! soy un maldito abusador de menores” se dijo a sí mismo. Finalmente logró escabullirse, pues su fuerza no pudo hacer nada contra la de Kagami. ¿Cómo un aun cachoro de trece años podía superarle en fuerza? realmente se volvería un fuerte alfa.

—Mi hermano, compañero, amante- le susurró de una manera poco decente en inglés.

Tatsuya dejó que le abrase por detrás. Sentía los latidos de Kagami contra su espalda, eran vigorosos, fuertes tanto como el pecho de este, sus músculos. El pelinegro sintió marearse por el calor que de pronto le invadió.

El alfa comenzó a  besar suavemente su cuello por el lado derecho, sin darse cuenta soltó un ligero gemido agudo, mientras le daba más espacio a seguir besándole, así pues Kagami continuo hasta llegar a su nuca y succionar levemente. ¿Dónde estaba la ansiedad o el miedo que debería de tener por ser un novicio en esos temas? No parecía existir. Supo en ese momento que faltaba muy poco para que su alfa terminara por reclamarlo como propio.

 En aquel momento sintió que tal vez no sería tan malo corresponder a su pasión, tener hijos con él y ser su compañero, pero un último acto de rebeldía cambió su vida para siempre.

En la noche se embarcó en el auto del alfa que le cortejó,  ambos se marcharon hacia el bar donde un joven omega se presentó junto a su banda.

Himuro se sintió cómodo en aquel ambiente lleno de humo, olor a licor, de cuerpos efervescentes de tanta emoción. La música resonando en todos lados era algo nuevo pero le hizo encender una llama que hace mucho había hecho el básquet.

Todos se acercaron al estrado donde la banda se presentaría. El alfa le abrazó pero aquello no le importó pues su mirada no pudo despegarse del omega que estaba en el escenario. Era tan imponente, con la guitarra en mano. Al parecer era el líder de la banda y cuando sus acordes comenzaron a sonar todos empezaron a saltar. Si bien el vocalista no era nada especial, la música que escuchó aquella noche hizo que su vida cobrase sentido.

¡Debía de estar ahí como ellos!

Fastidiado del alfa que quería acostarse con él, se deshizo de sus agarres con una de sus coquetas sonrisas y persiguió al omega que se había presentado. Si notaba bien este era sin duda de rasgos japoneses.

Al parecer, el vocalista que habían encontrado no era el adecuado por lo que solo por ese día cantó.

—Quiero hacer un casting para hacer su vocalista—quizás sonó un tanto arrogante.

Himuro se preciaba de ser una apersona de cabeza fría, de pensar mucho en lo que haría, pero este impulso estaba tan lleno de su corazón…

—Eres un niño rico... no queremos niños ricos…—farfulló el omega.

—Yo sé que puedo hacerlo. Y que adoraran mi voz.

Su seguridad podría ser malinterpretada pero el omega guitarrista al parecer vio algo que los otros miembros del grupo no.

—Está bien. Ven mañana a esta dirección y hazlo. Que sea temprano que tenemos que intentar otra presentación.

Antes de que Himuro pudiera responder, los miembros de  la banda se retiraron del local. El pelinegro enseguida se marchó, olvidándose por completo del alfa que le había traído. Tomo un taxi y regreso a la mansión de su familia.

Le cayeron innumerables de reprimendas. Pero fue Kagami quien se disculpó por él ante sus padres histéricos por no haberlo cuidado bien. Ver a un crío de trece años hacerlo le enfermó. Así que se retiró a su habitación aun con la tarjeta en manos.

Estaba seguro de tener una voz por lo menos afinada, pero quería impresionarlos, así que busco unas letras que se apegaran a su voz suave y aguda para causar la impresión que deseaba.

Durmió muy tarde pero fue despertado muy temprano como de costumbre. Sus ojos estaban enmarcados por ojeras. Así que escapó nuevamente del entrenamiento al que asistía con Kagami para irse al centro comercial a que le hicieran un tratamiento de belleza. Debía verse  perfecto pues era al fin una decisión tomada con su voluntad.

A pesar de su seguridad, estaba nervioso ahí frente todos ellos. Aun así se concentró y se imaginó en el escenario rodeado de mucha gente mirándole con admiración y empezó a cantar. Cuando terminó el rostro de todos era de sorpresa.

—Para serte sincero no pensé que cantarías una canción rock, me esperaba alguna mierda popera. Es lo que la mayoría de omegas cantan, más sin son niños ricos como tú.

La boca suelta de aquel omega le hizo sonreír.

—Soy japonés... todos los somos

Los otros miembros de la banda eran betas.

—Nuestros papeles caducan en dos meses. Así que estarás a prueba. Si funcionas y deseas seguirnos a Japón...bueno vas a necesitar un poco de ayuda— bromeó

 Himuro se sintió tan satisfecho consigo mismo como nunca.

—Mañana tenemos una  presentación en un bar. Si eres un éxito estas dentro, pero piensa ¿estás dispuesto a tener esta vida? Para serte sinceros la mayoría de nosotros ha sido expulsado de su clan.

Pensó sobre la vida que llevaría junto a Kagami, su monótona vida a su lado, con hijos en mano , cumpliendo con su obligación de animarlo en las gradas mientras el pelirrojo brilla; también se imaginó en las aburridas oficinas de las empresas familiares, firmando aquí y allá. Y solo pudo apretar el puño. Quería demasiado a Kagami, pero tampoco iba condenarle a estar con un omega que no será lo que él quiere, así que sin duda alguna y con el fuego en su corazón:

—Por supuesto que estoy decidido.

El omega se acercó a él y le tendió la  mano

—Bienvenido a bordo, soy Masaaki Lizuka

—Himuro Tatsuya.

Un nuevo camino se decidió aquella noche por la decisión del propio Tatsuya. A la noche siguiente con su rotundo éxito entre las personas que los vieron en el bar, se selló su destino. Pero no era un camino al azar, fue su decisión la que le llevaría a vivir todo lo que el camino le puso al frente. Y no fue para nada fácil, muchos de los problemas que tuvo que afrontar no se los había imaginado siquiera.

 

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Presente:

Como espero, Kagami ya no se encuentra a su lado. Así que de manera silenciosa, se  pone de pie con los miembros agarrotados. Su cuerpo ha sufrido un shock hormonal. Y es que normalmente o se comparte todo el celo con un alfa, lo cual dura tres días a una semana, dependiendo. O simplemente se controla con hormonas y supresores. En ambas situaciones, de igual manera debía de quedarse, en casa, en privado. Pero ayer, Kagami y él había intimado pero luego de ello había sido claramente rechazado. Le había pedido ser mordido y el otro simplemente se quedó en silencio sobre su cuerpo. Luego de que el nudo se desinflamara, y pudieran separar sus cuerpos, el alfa había buscado sus pastillas supresoras para controlar al tigre que aun quería manifestarse.

Kuroko encogió su cola y sus orejas. No tuvo ni siquiera ánimos  de intentar seducirle o preguntarle el porqué. Su cuerpo aun ardía pidiéndole seguir teniendo intimidad con el otro. Pero su pareja parecía a punto de sufrir un paro. Así que con algo de dignidad tomo la sabana y se envolvió en ella, se quedó tumbado.

Poco después, Kagami le llevó unas pastillas violetas. Las conocía perfectamente, era la dosis especial que tomaba cuando iba a estar cerca de Aomine. Kagami le observaba de una manera  confusa. Por un lado parecía que el tigre dentro de él quería abalanzarse sobre él. Por otro, que el humano sentía repelús. Por supuesto, cualquier alfa quiere follarse a un omega en celo sea cual sea, pero de ahí a tomarlo de pareja de por vida era otra historia, más si aún hueles a otro alfa.

Y ahora seguro olía un poco a ambos.

Se siente asqueado y pésimo consigo mismo.

“Es solo que hueles a él”

Le había dicho.

“No me refiero a no poder estar contigo porque le hayas pertenecido es solo que...”

 “No hace falta que sigas conmigo por lastima”—cortó todas sus palabras.

“No estoy contigo por lastimo, pequeño tonto”—quiso defenderse, Kagami.

“Solo deja que los supresores hagan efecto”

Ambos estaban agitados. Y si no iban a seguir uniéndose ni brindándose caricias era mejor que se separaran pues sería más agobiante y doloroso para ambos el no tocarse cuando ya habían dado la primera unión que era la anudación”

Ahora ya de mañana. Kuroko no soportaba el olor al sexo ni el olor de Kagami sobre su cuerpo o el de la habitación. Con esfuerzo, llegó a la ducha de su habitación; al llegar se zambulló en el agua helada. Sin secarse bien, tomo un pote de pastillas que servía en casos de emergencia para no quedar preñado. No iba a cargar con un bebe de esa manera. El solo pensar en esa posibilidad, todos sus dolores se profundizaron. Pero sobre todo uno en su corazón y su vientre.

Sus lágrimas caen sin parar y golpea la pared. Sale del baño y se seca apresurado. No desea permanecer más tiempo en su departamento. Todo lo asquea y marea.

Se pone las primeras ropas que encuentra y baja por el ascensor. No debería de salir en ese estado. Pero realmente no lo soporta. Toma  un taxi. Olfatea y nota que es un beta así que no habrá peligro alguno. No sabe adónde dirigirse, piensa en su mejor amigo, pero él no se encuentra en Japón. Luego piensa en Aomine, pero niega rápidamente. Solo sería peor para sí mismo. Piensa en Momoi, pero sería lo mismo que llamar a Aomine. Piensa en Kise y la vergüenza le embarga por lo sucedido con Aomine. Así que dentro de sus opciones, no puede creer que deba de recurrir a esa persona nuevamente…

“Akashi-kun…”

“Tetsuya… ¿dónde estás? ¿Dónde debo de recogerte?

Como siempre Akashi es capaz de saber todo lo que les sucede con solo oír su voz. No puede soportarlo y ahí en medio del taxi solloza mientras aun sostiene el celular.

“Akashi-kun, por favor no se lo digas a nadie”

“Te veo en el edificio de producción; me encuentro ahí” ¿O debería recogerte a tu departamento?

“No, no lo hagas no soporto estar ahí. Estoy en un taxi. Voy para allá”

No tiene a quien más recurrir, en quien más refugiarse y aunque no está seguro del cambio de su lejano primo, por ahora se permitirá ser protegido por él y su extraña fuerza no propia de un omega. Y es que nuevamente en su estado solo puede estar entre omegas o betas.

 

Baja del taxi.  Este le pregunta si no desea que llame a alguien pues seguramente su rostro realmente no debe de ser el mejor. Niega levemente. Camina hacia el ascensor  interno. Sube y presiona cualquier botón. Se supone que Akashi le esperaría en sus oficinas personales en el último piso pero su vista es borrosa. Siente nauseas, su vientre quema y duele, punza. Sabe lo que sucede, está seguro que sucede. Vomita sobre el suelo y termina sobre sus rodillas y sus manos. Llora, su omega está llorando como hace tanto no lo oía llorar. Debió tomar un anticonceptivo antes de entregarse a Kagami y no después. Sin embargo, es mejor de esta manera.

Su mente es difusa y siente que pierde el conocimiento, antes de ello el olor a sangre penetra sus fosas nasales. Antes de ver solo oscuridad reconoce el olor suave de un alfa. No es ninguno que conozca pero no es peligroso o al menos eso le pareció sentir.

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Aun no puede sacarse de la cabeza el dulce y atrayente aroma de Akashi Seijuro. Es simplemente único. No es plenamente dulce como el de la mayoría de omegas deseables, sino que tiene una sensación a flores rojas pero a la vez a frutos exóticos como las cerezas y las fresas. Sublime.

Los últimos días ha estado asistiendo a reuniones con omegas del grupo amical de su madre. Realmente no puede conectar con ellas. Su aroma es rico pero no deslumbrante. Sabe que  ninguna de ellas puede oler como alguno de los omegas que trabaja en la serie donde él apoya. Pero tampoco encuentra algo que le motive. Ellas son sumisas, saben de su clase social y de su ascendencia beta por lo cual siempre sonríen y se ríen de cualquier comentario que haga a pesar de que él mismo sabe que no dice nada realmente emocionante o  interesante. Aparte de trabajar cerca de estrellas inalcanzables, su vida es como la de cualquier otro. Pensó en quizás salir con betas, pero su madre tiene la ilusión de que se case con un omega y tenga nietos de un estatus sexual animal mejor.

¿No se supone que como alfa debería sentirse feliz de que haya chicas y chicos jovencitos interesados en él? Pero muchos de ellos solo sonríen con veracidad cuando les habla de su trabajo y de sus cruces casuales con Midorima Shintaro, Aomine Daiki, Kagami Taiga o los cantantes y modelos a los que asiste. Ellas y ellos siempre le piden si les puede traer autógrafos a cambio le dan algún beso que le da vergüenza pero que realmente no le emociona.

Suspira pesadamente. Y es en ese suspiro en el que olfatea el aroma claro de un omega, vainilla. Sin embargo ese aroma dulce quema. Anuncia de manera inequívoca que el omega del que proviene no se encuentra bien. Corre, su sorpresa es grande cuando las puertas del ascensor se abren y dejan ver a un omega peli celeste en medio de un charco de sangre, fluidos corporales y vomito. No lo piensa, no se asquea, solo siente preocupación sincera por aquel omega. Lo levanta en brazos y se sorprende de lo ligero que es. No tiene una herida expuesta por lo que teme que se trata de un aborto.

Toca el botón del ascensor que debería llamar a emergencia. Y espera.

Busca en su celular un teléfono que pueda ayudarle. Es tan temprano que casi no hay nadie en el edificio. Ya que la mayoría de artistas y trabajadores llega muy tarde. Él está ahí pues es asistente de producción y debe de vigilar que todo esté dispuesto para cuando las estrella lleguen.

Para su sorpresa el aroma fresas y cerezas choca en su nariz. Lo ve ahí, con esos hermosos ojos rojos, pero no llenos de burla como los que  le dedicaba él sino unos de sorpresa y ligera desesperación. Es como una leona atacada. Se dirige a él e intenta arrebatarle al peliceleste de sus brazos.

— ¡¿Qué le has hecho?! Te matare con mis manos. — grita con autoridad, pero desesperación.

—Cálmese, por favor. Lo encontré aquí. Ya llame a emergencia.

Akashi respira intranquilo y olfatea el cuerpo del peliceleste. Furihata se sorprende de como este toca al peliceleste sin asco, sin ningún tipo de miramiento. La preocupación y tristeza en sus ojos al comprender que le sucedió al menor le conmueve. Sabe que es incorrecto, que deben de atender al peliceleste, pero realmente siente  un abismo bajo sus pies al constatar que Akashi Seijuro realmente tiene un corazón y es un omega que se preocupa por sus amigos.

—Muévete, vamos a llevarlos de una vez.

Furihata sigue a Akashi con Kuroko en brazo al ascensor. Cuando llegan a la cochera. Akashi timbra su auto desbloqueando su cerradura. Furihata sube a la parte de atrás mientras Akashi con la mirada ya fría comienza a conducir en silencio.

—Por favor, cuida que no se atore con su vómito y que respira adecuadamente.

Furihata asiente con energía y se sorprende del “por favor”.  Es una imagen que seguramente no volverá a ver en aquel omega. Envuelve  a Kuroko en sus brazos para que no pierda más calor y  lo acomoda de tal manera que si vuelve a vomitar lo haga  a un costado y no se atore.

—¿Sabe de medicina?- pregunta tímido.

Akashi no despega su mirada de la autopista.

—Por supuesto. Mi prometido es estudiante de medicina. Un omega debe de saber sobre lo que su prometido estudia.

Asiente débilmente. Recordar que Akashi tiene por prometido a un alfa de linaje puro le hace sentirse tan inferior.

“Shintaro, Tetsuya ha tenido un aborto. Y parece tener un conflicto hormonal también. Voy a descuartizar a Kagami Taiga. Lo juro”

No sabe que responde Midorima pero ve como Akashi se calma y asiente a todo lo que este le dice. Aquello le frustra más. ¿Qué tan perfecto puede ser el alfa de Akashi como para que este omega tan orgulloso siempre vaya de su brazo y sea tan entregado a este?

—Akashi-kun…—susurra débilmente Kuroko en brazos de Furihata

—No se desespere- le consuela el castaño.

—Tetsuya, estoy aquí. Voy a llevarte con Shintaro para que te revise. No te preocupes todo va a salir bien.

Su voz era suave, amorosa y sincera. Furihata tembló. ¿Cómo alguien que le había humillado tanto podía ser capaz de regalar palabras dulces y con afecto de esa manera? Por supuesto, seguro el pequeño omega que estaba en sus brazos era un amigo muy querido. Furihata sonríe. El cariño entre dos omegas siempre hace sonreír a un alfa.

Sin embargo no siente ese calorcito en el pecho cuando imagina que seguramente ese tono amable y seguro que aun más dulce es dedicado día y noche hacia el alfa peliverde. Quiere apretar sus puños pero se contiene ¿Quién es él para sentirse de esa manera? Akashi es un noble, un omega destinado a un alfa puro. Nunca podría siquiera imaginar tener una oportunidad. Aunque quisiera, al menos, conocerlo mejor.

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Pasado:

Todo quedó listo para la presentación del Lantis festival donde la banda Grandrodeo se presentaría junto a su invitado, una nueva banda llamada Olcodex.

Himuro era alabado por invitar a una banda tan joven pero a la vez  cuestionado de si era la opción correcta, pues que el Lantis festival era un evento musical muy importante y no es desde hace un par de años que Himuro y su banda tienen tanto poder de decisión. Llegar a ser una autoridad en aquel  ese festival le costó mucho a Himuro. No tuvo la oportunidad de que alguien le tendiera la mano como él lo hacía con Takao, pero era simplemente que el chiquillo le agradaba, era tan inocente, espontaneo, reía y sonreía cuando quería que eran muchas veces al día, a diferencia suya y de todos los ídolos del momento que tenían esa perfecta sonrisa de dientes blancos y de labios sensuales perfectamente elaborada para encantar a sus fans.

Himuro era algo así como un héroe y hermano mayor para Takao, quien estaba sumamente nervioso. Sin embargo, no era solo por caerle bien.  Himuro era un omega amable y de buenos sentimientos, pero el mundo del espectáculo era un entrenamiento casi espartano. Había sobrevivido a este y ahora tenía más poder del que imagino. Sin embargo ese poder siempre debía de ser defendido. Y ahora le tendía la mano a una banda novicia. Lo que quería lograr era que su posición en el espectáculo fuera aún más firme. Así pues sí decía que tal artista o banda era buena debía significar que demostrara que lo eran. Era lo que quería lograr con Takao y su banda. Había declarado que en el Lantis festival todos se llevarían una enorme sorpresa, que Takao brillaría con luz propia y que él estaba en descuerdo con Kise Ryota y Akashi Seijorou, conforme a su estilo espontaneo. Se puede imaginar que los comentarios y el escandalo iban y venían en los medios de comunicación. Se había atrevido a desafiar a dos autoridades de la música y de la moda. Jóvenes, pero autoridades ya.

—Tatsu-chan ¿estás seguro que esto va funcionar?

Himuro observo de arriba a abajo a Takao con una sonrisa victoriosa.

—Por supuesto, creo que de hecho hoy vas a deslumbrar más que nadie. Hoy no  eres el invitado, serás la estrella.

Takao se sonrojó ante la mirada de confianza y la sonrisa coqueta de Himuro. Normalmente siempre se sentía con confianza antes de subir al escenario, pero realmente lo que hoy intentaría sería realmente diferente. Es decir, no totalmente diferente a sí mismo. Le gusto toda la performance que se escogió, el vestuario, el maquillaje, pero salir con tanto encima y con una coreografía preparada no era algo que realmente hubiese hecho antes. Pero suponía que debía de hacerlo. No siempre serían él, su grupo y un micrófono. Se supone que apuntaban a volverse estrellas, a cantar incluso en el tokyo dome. Si hoy era un éxito seguramente lo lograrían.

Himuro se acercó a él por detrás y le pasó los brazos.

—Realmente... creo que te envidio. Te van a amar, odiar y envidiar todo al mismo tiempo. Debes de ser el de siempre, moverte con soltura, debes de mirar a los ojos a cada fan que puedas como si le dedicaras una confesión. Siente la canción.

—No pensé que pudiera cantar de esa manera.

El omega sonrió, abrazándose a sí mismo.

—Yo tampoco pensé que fueras capaz de tanto. Me sorprendes.

Ver el rostro de Himuro, esa absoluta confianza le hizo sentir seguro de que lo lograría. Hoy pertenecía a su público. Le entregaría todo lo que tenía, su ser entero, su voz, su baile, su alma entera.

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El público estaba expectante, Midorima Shintaro odiaba esos lugares. Realmente tampoco entendía que hacían en una serie, pero eran negocios de Akashi y del impulso que buscaba darle a las industrias editoriales con una revista de música, idols, y artistas. Gracias a la serie de sus propias vidas realmente había tenido un gran despegue.

Ese día era el Lantis festival, según Akashi uno de los festivales más importantes del medio musical. Muchos artistas invitados desfilarían con una o dos canciones y se supone que la banda Granrodeo por tercera vez consecutiva cerraría el festival con una presentación impresionante. Este año estaría una banda escogida por Himuro. Decisión por algunos criticada y otros, alabada.

Akashi parecía realmente concentrado en cada detalle del escenario, de los fans, incluso parecía concentrado en el minúscula mota de polvo de algún instrumento de sonido.

Midorima lógicamente no podía dejar ir a su omega un evento así solo. Pero realmente lamentaba haber tenido que ir.

Siguió lamentándolo con aun más fuerza cuando inicio. Y banda tras banda iniciaron su desfile con sus mejores canciones del año. Abrió el programa y comenzó a leer banda por banda.

—Akashi, ¿no dijiste que la banda de  Himuro-san estaría última?

—Sí, ya que es la banda estelar esta al final.

Midorima acercó a su prometido y le enseñó el programa. Akashi no se había tomado la molestia en revisarlo pues sus contactos le habían informado el orden desde que se inició la programación de las bandas. Quedó perplejo cuando la banda final era la de ese sujeto, de ese novicio que Akashi pensaba enterrar después de que la serie finalizara.

Estaban en plena fila, así que cuando la banda de Himuro salió, todos empujaron hacia adelante, se puso lógicamente a espaldas de Akashi para protegerle, pero en vez de sentir el calor natural por tener cerca a su omega sintió un estremecimiento nada erótico . Akashi arrugaba el programa de una manera tan tensa que incluso sus manos temblaban. Aun no entendía cuál era la fijación de Akashi por ambos. Entendía que Himuro le había retado usando  a aquel omega, pero parecía que el hecho de usar a ese omega era lo que más le enardecía.

No era un secreto que existía una rivalidad en el ámbito artístico entre Himuro y la familia Akashi. Aún recuerda como el padre de Akashi intentó hundir a Himuro. Akashi simplemente había seguido con la tradición.

Pero ahí estaban, tocando y cantando junto a su banda. Midorima debía admitir que aquel pelinegro era hermoso y sin duda tenía una magnifica gracia y elegancia en todas sus acciones. Aplaudió en contraste con los casi aullidos de todos los alfas presentes y los chillidos de los betas y omegas. Akashi simplemente observaba serio. Cuando su presentación finalizo y presentó que lo estelar recién iniciaba, Akashi se tensó notablemente.

—Abrázame.

Midorima no entendió ese pedido de su omega. Sí, como siempre había orden en sus palabras, pero también había algo triste y necesitado en su voz. El alfa no opuso resistencia: abrazó con firmeza a su prometido y poso su cabeza en el hombro de este para aspirar su aroma.

Sin embargo, cuando empezaba a concentrarse en su dulce aroma, la música inició, era muy inusual, el sonido suave de la guitara, junto con un sonido sintético. Realmente estimulaba a su alfa interno, le comenzó a hipnotizar, todo ello para que después el sonido grave de la guitara siendo rasgada con fuerza iniciara. Sus ojos fueron atraídos hacia el escenario. Las luces se movían sin darle espacio a nadie. Se notaba las sombras de los músicos, sus instrumentos brillaban de un pálido azul, ellos mimos parecían irreales pues tenían un brillo en todos lados. De debajo del escenario aparecieron bailarines cubiertos totalmente con un traje sintético negro, los cabellos de estos eran un poco largos, y tenían diamantina en toda esta, sus ojos estaban delineados, tenía especie de garras en su manos, se movían contorsionándose al ritmo de la música, totalmente al compás,  en sintonía uno con el otro. Era como si estuvieran desesperados, esperando por alguien. Midorima incluso podía sentir esa desesperación. Todos se encontraban mudos y expectantes. ¿Qué sucedería? ¿Por qué ese extraño sentimiento?

No pudo apartar su vista de esos cuerpos sinuoso que se movían hipnotizados, sensualmente, haciéndose desear por todos. Nadie sabía si eran alfas, omegas, betas, hombres o mujeres, eran simples seres fuera de este mundo.

Sin embargo, todos ellos parecieron levantar la cabeza, buscaban algo o alguien.

Justo cuando las luces y los cortadores así como el humo se volvía casi asfixiante un grito se escuchó. Algo se venía, temor lleno sus corazones. La música siguió a los bailarines se movían de nuevo como trepando de manera felina hacia una pequeña colina, hacia un estrado que parecía haber salido también de debajo. Era algo blanco, aun no se observaba. Y su voz estallo en todo el ambiente. Era un quejido angelical, que estaba cortado por el sintetizador, como un ángel de un videojuego, un alma pura celestial de los androides. Su voz salía de esa era dulce, alargada, pero tenía un tono robótico inimitable. Iba totalmente de blanco. Unas alas transparentes que nadie entendía si era hologramas, salieron de su espalda. Midorima no entendía como consiguieron esa magia.

Por fin todos lo vieron. Era simplemente espectacular. Sus ojos estaban perfectamente delineados, sus iris eran de un color antinatural, brillaban cuando las luces se apagaron y solo quedó él y su voz. Sus manos se movían como intentando buscar algo, sus movimientos eran como los de un androide en forma de perfecto ángel. Y su voz siguió suave, de nuevo acompañado por la música. Los bailarines parecían demonios queriendo hacerlo caer. “Así que de ese se trataba”

La túnica blanca con su capa del mismo color de Takao que dejaba ver sus hombros parecía querer ser arrancada. La música subió de grados y de intempestiva forma se volvió lenta nuevamente. Y se apagó. La voz de Takao siguió. Se movió, camino a través de aquellos demonios como si se dejara seducir lentamente por ellos. Estos lo rodeaban, le tocaban los brazos, se inclinaban, le reverenciaban. Y de pronto dos de esos atrevidos de improvisto lo abrazaron por detrás, acariciaron su cuerpo con un deseo que encendió al público. Midorima trago seco, se olvidó completamente que su prometido estaba entre sus brazos, no pudo sentir el aroma de Akashi. Sus ojos no podían dejar ir a Takao y sus movimientos insinuantes, su sonrisa pícara pero espontanea, ese rostro angelical y sufrido cambiaba al igual que su voz. El ángel iba cayendo, los demonios le despojaron de su túnica blanca brillante y de esas alas hechas de luces que se perdieron entre los juegos de sombras. Los demonios rodearon su cuerpo, nadie pudo ver solo podían escuchar su voz salir entre ellos. Como un grito amortiguado. Cuando los demonios se apartaron de él, era diferente, solo un traje negro le cubría: eran pantalones tan pegados, que sus formas se mostraban impúdicas, sus brazos estaban descubiertos dejando ver su piel blanca. Takao empezó a moverse con todos.

La boca de Midorima se lleno de saliva, se sintió avergonzado y excitado. Su cuerpo se sentía pesado y caliente.

Era Takao, era el mismo chiquillo que revoloteaba en el escenario solo que ahora sus revoloteos tenían una carga sensual, pero a la vez espontanea que nadie se había percatado de forma tan directa.

La ropa parecía lo suficientemente cómoda a pesar de dejar mucho a  descubierto como sus brazos y hombros, traía una especie de bivirí, manga cero hecho de un material brillante con detalles de dragón en naranja dorado como si el fuego lo consumiera. El escenario ya no presentaba más la blancura de principio, todo eran llamas de fuego por las cuales Takao se paseaba junto a sus bailarines sin dejar de moverse al ritmo de su música y su voz. Sus manos paseaban por su cuerpo y luego tocaban con caricias lentas el cuerpo de los bailarines coqueteándoles. Era ahora Takao quien seducía a los demonios, quienes encantados caían a sus pies y morían.

Takao finalmente quedó solo en medio del escenario y observó a su fans con aquellos profundos y brillantes ojos azules metálicos. Su voz resonó lenta pero subiendo tono a tono hasta estallar. Todos sintieron sus corazones pesados y angustiantes. Eran llantos desgarradores. Todos estaban absolutamente hipnotizados por Takao.

Empezó a saltar en medio del escenario. El público entero salto junto a él. Porque el ángel caído era ahora un demonio dispuesto a enterrarse en la humanidad y cantar junto a todo el público. Su voz se apagó en un murmullo y todas las luces se apagaron dejando ciegos a todos.

Midorima pudo notar el aliento pesado de todos y como las feromonas de alfas y omegas estaban disparadas. Era esto incluso peligroso.

Su propio alfa interno estaba despierto, demasiado que sentía no podría controlarlo. Su respiración era más agitada de cuando tenía un entrenamiento de básquet. Quería estar junto a él, sintió tantas ganas de acercarse al demonio que hoy le había cautivado, que le tentaba a dejarse llevar fuera de cualquier norma. Olfateo el aire y aun en medio de tantos aromas y auras encontró el de Takao. Estaba debajo del escenario. Dio un paso, dio otro pero unos delgados brazos lo detuvieron. Bajo su cabeza: Akashi tenía su camisa aferrada entre sus brazos, sus garras estaban fuera. Este no le mostraba el rostro. Aun pudo sentir el aroma de Takao tan diferente y único a los veinte mil aromas del estadio.

—Creo que deberíamos irnos.

Akashi dio un simple asentimiento, pero pudo sentir su cuerpo más relajado ante aquellas palabras. Entender que tan fuerte se volvieron los sentimientos del pelirrojo por él, le enternecían. Sin embargo, saber que aún quedaba una canción más para que Takao se presentara le dio una sensación amarga. Todos eso miles de alfa disfrutarían nuevamente de su angelical y a la vez fuerte voz, así como de su cuerpo  espontáneamente seductor.

—Vámonos, Shintaro.

Ahí estaba nuevamente su omega, con su voz autoritaria. Comprendió que le gustaba oírlo de aquella manera a verlo temblar con las pequeñas garras afuera, aferrarse a él.

Tomo toda su parte racional y pidió a los de seguridad que los ayudaran a salir. Lo hicieron pues muchos omegas e incluso alfas habían colapsado luego de la presentación de Takao. Aquello daría mucho de qué hablar mañana en los programas de variedades.

Akashi Seijurou juró que se vengaría tanto de Takao Kazunari como de Himuro Tatsuya, pero por esa noche solo quería sentir las caricias de su prometido y a la vez planear como responder a todos los comentarios mal intencionados que sin duda le harían de muchas revistas. Él mismo tendría que escribir algo acerca del festival de hoy en la revista que su empresa manejaba.

Suspiró y quedo dormido en brazos de su prometido cuando ya se encontraron en el auto.

Mientras tanto, Takao saltaba emocionado siendo abrazado por Yorke por su presentación fenomenal. Todos iban vestidos de maneras sobrenaturales. Himuro se acercó a él y le brindo un abrazo. Estaba más que satisfecho con lo de esa presentación. Este sería sin duda el despegue para ambos. Nunca Tatsuya había deseado que el día siguiente llegara.

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Presente

Abre los ojos lentamente. Se siente muy débil, mucho más de lo que se sintió aquella vez. Sin embargo, utiliza todo lo que le quedaba de energía parar lograr  enfocar su vista. Tiene la cabeza recostada a un lado por lo que puede distinguir a alguien en bata blanca tomando algunos apuntes.

—Midorima-kun

Midorima se acerca a  él, le toca la frente con aprecio. Un suspiro cansino brota de sus labios.

—Realmente te gusta llamar la atención, Kuroko.

No hubo alguna mal intención real en el comentario. Por lo que solo puede ser tomado como verdadera preocupación.

—Pensé que habías dejado la carrera—contesta con un mohín por sentirse como un niño castigado.

—No, además esta es la clínica de mi familia, puedo ejercer cuando lo desee sigo teniendo un título.

El peliceleste sonríe en respuesta.

—Que yo sepa aun no has finalizado

—Me falta muy poco, estoy haciendo mi residencia. Pero si no me crees calificado puedo llamar al médico encargado. Akashi fue quien exigió que fuese yo, a pesar de todo, quien viera por ti.

Kuroko sonríe débilmente. Es cálido sentir que le aprecian y se preocupan  por su bienestar.

—Akashi-kun puede ser muy insistente.

—Mucho.

Se siente calmado, quizá es por los calmantes que le habían puesto intravenosa a través de esa vía que tenía conectado a su brazo. Su omega también está en paz, seguramente se siente tranquilo. Midorima nunca había destilado feromonas sexuales hacia él o alguien aparte de Akashi o aquel sujeto. Por lo cual era como estar cerca de un hermano mayor o un padre.

—Kuroko. Sé que lo sabes pero debiste tomar precauciones si ibas tomar las pastillas de emergencia. No entiendo que te proponías. Tu pareja debería por ley estar aquí contigo. De hecho esta afuera.

Kuroko suspiró pesadamente.

—No quiero ver a Kagami-kun por ahora.

—Akashi no quiso que se supiera pero el taxista que te llevo parece que finalmente te reconoció y estuvo hablando al respecto. El chisme se esparció y dos personas más que seguro no quieres ver están también ahí.

Desvío la mirada.

— ¿Kise-kun y Aomine-kun?

El alfa sonrió de lado un poco divertido con la situación.

—Para serte sincero están a punto de lanzarse al cuello del otro, pues se encuentra el prometido de Kise a su lado como es su derecho. ¿Qué debo hacer, Kuroko? ¿A quién quieres recibir?

EL omega cierra los ojos y piensa en todo lo sucedido. Hay alguien con quien realmente debe de hablar, por lo que…

—Creo que deberías dejar pasar a…

 

Notas finales:

Bueno..hola?? no golpes please.... creo que era algo que debía de suceder, pero si me soprendía mí misma lo mucho que hice sufrir a Kuroko en este capitulo. Les explico, la epoca de celo es la epoca en la que es absolutamente seguro que un omega quede en celo si no se toman las precauciones adecuadas..aunque tambien depende de la compatibilidad entre alfa y omega. Osea de una violación podría ser dificil que el oemga qude preñado o de que sea capaz de sostener un embarazo ya que deb de haber un minimo de afecto puesto que el padre debe de reconocer al omega y al cachorro. La epoca de celo dura aproximadamente tres días hatsa una seman varia de especie en especie. Así que Kuroko estuvo con Kagami sin cuidado alguno y encima se anudó por lo que la cocnepción se dio. Lo que tomo, es como la pastilla del día sigui8ente, que noes abortiva, tomando en cuenta el temrino medico de que embarazo es cuando el cigoto se implanta en el utero. Aun así, como estas son especies semi animales, el omega interno que ya esta en edad de tenr cachorros de Kuroko, sufre por la perdida de todas maneras.

Kuroko siente que ha sido rechazado por su pareja por lo que no iba a tener exito en un embarazo si el alfa le rechaza de todas maneras. Eso es un dato importante a tener en cuenta. Y lo del desbalance hormonal es porque esta en celo y a pesar de calamarse por haber tenido intimidad debió seguir esta actividad por todo el celo, al tomar supresors en pleno celo es un choque fuerte.

Bueno en este capitulo sufrieron Kagami y Kuroko.. pero anda que todos van a sufrir...

¿Kuroko y akashi familiares? que les digo es por su parecido y eso de que el autor quería hacerlos hermanos. Además menciono un datillo por ahí al principio. Hay pequeñas cosas aquí y allá sobre otros temas que ya se veran directamente poco a poco.

Me gustó mucho escribir el pasado de Kagami y Himuro.... los adoro.. y a veces me roban el corazón la verdad. El próximo capitulo su rompimiento final y parte de toda la odisea que le hizo vivir la familia Akashi a Himuro.

Takao, adoro escribirlo cantando....y bueno aquí vemos como es que ya empeiza a realmente gustarle a Midorima. pero recuerden que eso esparte del pasado, en el presente Akashi sigue siendo prometido de Midorima. 

Akafuri!!! me pareció tierno el acercamiento aunque por ahora va más pór el lado de Furihata hacia Akashi. Pienso realmente que Akashi se vuelve otro cuando una persona que quiere esta en peligro.

Para el próximo capitulo Murahimu y sus primeros acercamientos en el pasado; sí, tienen un pequeño pasado, no por nada Mura se siente tan posesivo al respecto en el presente.

Y por cierto, Himuro le quedó un trauma con que un joven kagami de trece años le besara de esa manera...No se olviden que actualmente esta comprometido con Nijimura..si ya se vea como es que terminó con él y no con Mura. Pero aun falta mucho para saber con quien al final quedará.

Y si la guerra continua entre Akashi vs Takao y Himuro.. veremos..yo creo que sí

Entonces proximo capitulo: kagahimu, murahimu, akafuri,kagakuro ( pasado) teiko time (aokuro aoki midoaka). Ya saben en dos semanas!!!

¿A quien querrá ver primero Kuroko? La situación del hospital esta más que tensa con todos ellos ahí.

Dejen sus posibilidades y sus apuestas...realmente el rompimiento de kagami y himuro.. seriamente me encatará escribirlo....lo imagino muy....ya veran en el rpximo capitulo!! diganme sus percepciones..nos leemos!!

 


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