Haruichi actuaba con eficacia y ayudaba en todo lo que podía a los heridos y en reorganizar no solo su división sino la de Aomine. Había vendado a Taiga-kun mientas Ei-chan atendía a Jun-san. Como cada que había enfrentamiento todo parecía un completo caos pero en ese momento él se sentía aun más confuso. Ya para el final del combate había escuchado claramente su nombre y esa voz le resultaba familiar aunque no sabía de dónde, tal vez de un sueño…
No podía recordar a su familia, ni el rostro de sus padre ni si había tenido algún hermano o hermana pero en sus sueños siempre escuchaba la misma voz llamándolo, a veces llorando, a veces con alegría y muchas otras con impotencia; como queriendo alcanzarlo pero sin la fuerza suficiente para hacerlo. Muchas noches se había preguntado si alguien lo buscaba, si alguien sufría por su ausencia pero no quería aferrarse a ningún tipo de esperanza… habían pasado muchos años. Aun así ese día en medio del caos había escuchado esa voz y sonaba desesperada pero a la vez aliviada, como si por fin su búsqueda hubiera terminado…
-Haruchi, dice el capitán Kasamatsu que le ayudemos a recoger los reportes… ¿Haruchi?… ¡Haruuuchi! –parecía que el mas bajo estaba perdido en sus pensamientos y no fue hasta que Ei-chan agito su mano frente a su cara que el otro reacción
-¡aahh lo siento! Ei-chan no te escuche ¿me decías? –Sawamura frunció los labios y levanto una ceja
-¿estás bien? ¿Seguro que no te paso nada?
-estoy bien Ei-chan
-jmmm pues deberías estar por lo menos un poco confundido, alguien grito tu nombre en el campo de batalla… ¿será un viejo enemigo? o ¿alguien que quiera venganza por algo que le hayas hecho?
-¡Ei-chan no le he hecho nada malo a nadie!
-bueno, bueno, yo solo decía
-SAWAMUUUURAAA –la voz de Yukio salió desde una de las oficinas, obviamente se daba cuenta que su subordinado se había puesto a platicar a mitad de una tarea que le había asignado
-¡aaahhh esto es tu culpa Haruchi! El jefe nos llama. ¡Corre o nos asesinara!
Eijun tomo la mano de Haruichi y corrió por los pasillos de la base para buscar a Yuuki. Haruichi se dejo llevar aunque saber que Eijun también había escuchado lo ponía un poco más nervioso
-entonces tal vez si hay alguien buscándome…
Mientras regresaban con los reportes para Kasamatsu, pasaron por la puerta de Aomine y tenía un semblante bastante confuso y ponía poca atención a lo que fuera que Kagami le decía. Como no tenían tiempo para detenerse siguieron su camino
-el también está muy raro desde que llego, ¿crees que tuviera algo que ver con que un general fuera herido?
-no lo creo, Mei también es general y vio cuando lo hirieron
-sí, supongo pero a Mei no lo veía como un general sino como a un amigo, entonces pienso que tal vez ver a otro general herido pudiera haberle hecho ver que hasta los de alto rango pueden salir heridos…
-creo que has madurado un poco Ei-chan
-verdad que si, ¡soy increíble!
Por supuesto que Eijun estaba muy lejos de la realidad, a Aomine no podía importarle menos lo que le pasaba a ese general del Norte pero no se podía negar que estaba pensando en un general del Norte. Porque estaba casi seguro que Kise Ryouta era un general y peor aún era su enemigo. La peor parte de eso era lo idiota que se sentía
-¿cómo es posible que no me diera cuenta? Asumí que se trataba de un señorito de buena familia y nada más.
Su mente no dejaba de darle vuelta, comenzando a conectar los puntos, ahora las pesadillas de Kise tenían sentido, había estado en el campo de batalla y era una persona demasiado amable, tanta muerte a su alrededor por supuesto que lo afectaron. Algunas heridas que en un noble no tenían sentido, dejaban huella en la piel de Ryouta. Claro, para Daiki había sido conveniente no hablar del pasado o de a que se dedicaba, no quería perder a Kise si se enteraba que era esclavo pero Ryouta también había guardado silencio. No porque no lo le importara el pasado de Aomine sino porque era peligroso revelar que se trataba de un general.
Hasta el hecho de que sus tiempos coincidieran ahora tomaba una nueva perspectiva. Aomine se sentía demasiado exhausto y molesto, no tenían que ser así las cosas. No paraba de preguntarse si el mundo lo odiaba; sacado de su hogar, vendido como esclavo y cuando por fin encuentra a alguien que vale la pena en su vida, resulta que es su enemigo. El no tenia ningún lazo con el reino del Sur, en realidad le daba lo mismo lo que le pasara pero sabía que Ryouta era diferente, en el si pesaba su reino.
Necesitaba hablar con él, aunque no estaba muy seguro de que le diría. Era la primera vez que se daba cuenta lo mucho que esa larga guerra estaba afectando a las personas. Se tallo el cabello y apretó con fuerza los ojos. Sabía que la próxima vez que se encontrara con Ryouta las cosas tomarían un rumbo completamente diferente… o bien se terminaba todo o buscaban una manera para que aquello no se perdiera. Todo dependía de si Ryouta era capaz de soportar la dura realidad…