Mei despertó cuando había oscurecido, el dolor había disminuido considerablemente pero el vacio que se instaló en su corazón solo había aumentado. En ese momento se encontraba solo en su habitación y era algo que agradecía enormemente; no deseaba que lo siguieran viendo de aquella manera, estaba harto de llorar y de dar pena a quienes lo rodeaban, estaba harto de darse cuenta que las ultimas semanas había pasado demasiado tiempo en cama quejándose, estaba harto de todo.
Las voces le llegaban amortiguadas, sabía que estaban ahí pero no alcanzaba a distinguir de qué hablaban. Con movimientos lentos se cambio y salió de la cama. En silencio dejo la habitación, no quería que lo oyeran y lo regresaran a la cama. Conforme se acerco a las escaleras pudo percibir con claridad las voces de Kagami, Aomine, Kuramochi, Ryo y Kise, este último con un tono de voz tan serio que podía intuir que algo estaba pasando. Se recargo contra la pared para poder escuchar y que no lo vieran
-... Es un poco extraño que aun no tengamos noticias, para estas horas ya debería haber llegado un mensajero con el nuevo reporte
-bueno las cosas están bastante agitadas, cuando yo deje la ciudad estaban bastante tensos los capitanes Kasamatsu y Hyuuga. Además que la presencia del rey Akashi tenía a todos de nervios
-aun así, no puedo creer que las cosas se torcieran tanto -la voz de Kuramochi sonaba bastante tensa incluso con enojo -el padre de Miyuki es un completo imbécil. Sin saber cuál era la situación se le ocurrió abrir la boca y lo único que consiguió fue arruinarlo todo, ahora lo perdió absolutamente todo y hasta a Kazuya se lo llevo de paso -al escuchar que se referían a Miyuki apretó los puños, intuía que algo le estaban ocultando -ni siquiera sabemos si está vivo y tenemos que soportar la horrible idea de que si aparece va ser puesto como prisionero. No me parece para nada justo. ¿En qué estaba pensando el rey Akashi al imponer una orden como esa? Parece como si la familia de Kazuya viviera para complicarle la existencia.
-y luego está el asunto de Mei. ¿alguien ya le dijo esto? -la voz de Kise sonaba preocupada
-no tuve el valor, ya tenía bastante con saber que después de 4 días aun no se sabía nada
-pero necesita saberlo, tiene que estar preparado para lo peor
-pues yo creo que justo es lo peor, ¿qué podría superar el creer que está muerto?
-no estoy tan seguro -se hizo un corto silencio, esperaban a que Aomine continuara -que esté vivo pero te resulte imposible estar con él, ese tal vez sea el peor escenario.
Mei oía todo como a través de un cristal, se mordió el labio, estaba molesto
-¿desde cuando las personas me ocultan cosas por temor a que no lo soporte? No, no estoy dispuesto a esperar lo peor, no puedo con esa realidad. No la quiero
Apretó un poco más los puños y regreso a la habitación...
Haruichi y Eijun habían estado ocupados arreglando el almacén de los víveres que no se dieron cuenta cuando anocheció, Ryo apareció en la puerta y los mando a comer. Los siguió con la mirada mientras ambos caminaban y hablaban animadamente. Lo había estado pensando desde que había vuelto a ver a su hermano, no se atrevía a alejar a Sawamura de Haruichi. No necesitaba que nadie se lo dijera para darse cuenta del cariño y de la gran amistad que habían formado. Cuando todo esto se calmara y pudieran volver a casa, también se llevara a Eijun. El menor no lo decía pero cada vez que veía a Ryo, el temor aparecía en sus ojos y no porque le tuviera miedo sino porque temía que el Kominato mayor lo separara de Haruichi. Dejo escapar un suspiro imaginando como seria su vida una vez que todo tomara su lugar, no solo tendría de vuelto a su hermanito sino que ganaba un nuevo y además tendría a Kuramochi a su lado.
Kuramochi aun comía cuando los otros dos entraron y se sentaron a la mesa, contemplo a los tres y dejo escapar un suspiro de alivio, después de todo algo bueno había salido de todo aquello. De pronto Sawamura se puso de pie aun comiendo, los otros tres se sobresaltaron y voltearon a verlo, esperando a que hablara. Tardo unos segundos antes de pasarse la comida y preguntar:
-¿Mei-chan ya comió? -Ryo y Kuramochi intercambiaron miradas
-aun no, Aomine sugirió que lo dejáramos dormir un poco mas
-pero no ha probado bocado desde hace 4 días, sino se alimenta no va a poder recuperarse completamente y me imagino que intentara oponerse pero hay que obligarlo
-Ei-chan tiene razón aniki, debemos hacerlo comer
Kurmaochi y Ryo volvieron a mirarse, jamás se hubieran imaginado que un mercenario como Narumiya tuviera un lado tan amable como para ganarse el cariño de esos dos. Les quedaba claro que las apariencias en verdad son engañosas y que las cosas nunca son del todo negras o del todo blancas siempre existen los grises.
Una vez que los dos más chicos terminaron de comer se apresuraron a preparar un plato y llevarlo al cuarto del general. Llamaron a la puerta pero no recibieron respuesta, en realidad no le dieron importancia seguramente seguía dormido. Sin embargo se quedaron paralizados al ver el interior de la habitación
-MEIIII
Al oír los gritos de los menores, todos se apresuraron al lugar de donde provenían. Los primeros en llegar fueron Kuramochi y Ryo seguido de Aomine y Kise, el último en llegar fue Taiga, todos tenían el semblante pálido y les exigieron una explicación, a lo cual los menores solo señalaron el interior de la habitación
-se ha ido...
...
Cuando le entregaron el mensaje, Sanada se levanto de un salto y salió de la habitación, por más que se apresuraba sentía que no avanzaba, el mensaje no había sido claro, solo eran unas cuantas palabras
"lo hemos encontrado"
No se había dado cuenta que aun apretaba el papel en un puño tan cerrado que hasta los nudillos los tenia blancos. Camino por los pasillos con el semblante mas inexpresivo que podía, lo último que necesitaba era que lo cuestionaran o lo descubrieran por su expresión y no pudiera ayudar a Kazuya, aun así en su interior sentía demasiada angustia y solo se repetía
-Por favor que esté vivo, por favor que esté vivo, por favor que esté vivo...
Doblo la ultima esquina antes de llegar a su destino cuando de una de las puertas salió inesperadamente un soldado y choco contra él derribándolo en el proceso, maldijo por lo bajo, era lo último que necesitaba en ese momento, perder aun más tiempo. Aun así resoplo y le extendió la mano al soldado que recogía sus papeles, por suerte se trataba de Raichi, que lo miro extrañado
-capitán Sanada ¿por qué parece que estas a punto de llorar? -al instante Sanada abrió como platos los ojos, Todoroki era el que mejor lo conocía
-no seas ridículo, ¿qué estás haciendo?- Raichi levanto una ceja
-en serio no estás para nada bien, vine por los papeles que me pediste
-¡oh, cierto! Como sea necesito que me acompañes y que seas discreto -Todoroki frunció el seño, Sanada dio un resoplido y hablo -encontraron a Kazuya pero no tengo ni idea de cómo se encuentra
-entonces era eso...
Sanada ya no respondió y retomo el camino. No lo decía muy seguido pero la presencia de Raichi lo ayudo a calmarse un poco. Intuyendo que Shumpei necesitaba algún tipo de apoyo, Raichi deslizo su mano por la del capitán apretando con fuerza sus dedos, gesto que el mayor correspondió de igual manera. En la entrada del pasadizo ya los esperaba Midorima, su semblante era serio y bastante preocupado
-capitán Sanada, Christ-sensei ya entro, Takao no quiso despegarse de Miyuki
-¿cómo esta?
Midorima apretó los labios y desvió la mirada, eso no era para nada bueno. Sin más se adentro, Midorima lo siguió junto con Raichi. Los tres guardaban silencio y avanzaban no tan a prisa como quisieran gracias al montón de escombros que les dificultaba el paso.
Después de unos agónicos 20 minutos, que a Sanada le parecieron 2 horas, por fin Midorima se detuvo y les llego el rumor de voces
-es ahí…
Con paso tembloroso y aferrando la mano de Raichi avanzo los últimos metros hasta llegar a Takao y Christ que se encontraba agachado, sus ojos pasaron del soldado al doctor y a los escombros donde pudo distinguir una mano manchada de sangre, el corazón se le detuvo y temía preguntar, Todoroki lo noto y fue él quien hablo
-Christ-sensei ¿está vivo? -el eco de aquellas palabras retumbaron en el lugar, Christ dejo escapar un suspiro y vio directamente a los ojos del capitán con expresión seria
-apenas... Miyuki tiene una enorme fuerza de voluntad, esta intoxicado, el costado atravesado y una plancha de concreto lo tiene atrapado y puedo asumir que algunas costillas las tiene rotas, debería estar muerto. Su pulso es débil y le cuesta trabajo respirar, además de la deshidratación. Necesitamos sacarlo cuanto antes, no creo que le quede mucho tiempo. No parece tener ninguna lesión en la cabeza pero esta inconsciente -saber que estaba vivo hizo que una sensación de alivio lo recorriera aunque inmediatamente fue sustituida por una necesidad de urgencia -estoy enterado de la actual posición de Miyuki y si termina en una celda como lo ordeno el rey, no va a sobrevivir, necesita atención y las condiciones adecuadas
-lo se... -actuaria ilegalmente por el momento, después pensaría como complacer al rey y conseguir que la vida de Miyuki no se viera arruinada -y no permitiré que se muera solo por seguir una orden y no recibir el tratamiento adecuado. No mientras yo lo pueda evitar, lo sacaremos y lo llevaremos a mi casa, por suerte contamos con el amparo de la noche.
El trabajo de sacarlo les tomo más tiempo del que pensaban, debían tener cuidado de no lastimarlo, un movimiento equivocado podía terminar con la vida del general. Lo más difícil fue mover la plancha de concreto y retirar la viga que atravesaba su costado. Trabajaban en silencio y lo mas rápido que podían, cada minuto contaba. Cuando por fin lo liberaron Miyuki dejo escapar un grito ahogado peor no despertó.
Una vez que estuvo fuera de los escombros Christ lo reviso más a fondo y con una expresión que delataba urgencia y miedo se dirigió a Sanada
-tenemos que darnos prisa…