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Un encuentro inesperado por Yukine Kazuya

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Notas del capitulo:

Creo que este capítulo me quedo un poco corto pero así tenía que ser

Por suerte el que sigue ya esta en proceso

 

Pasen a leer no les quito mas el tiempo

 

El ruido de la batalla eran ensordecedor, el metal chocando entre sí creaba una extraña melodía que podría erizar la piel de cualquiera que no estuviera inmerso en el combate. Mei avanzaba con paso decidido, quitándose del camino a todo el que le estorbara para llegar a Midorima. No se sentía precisamente culpable por lo que le había pasado a Takao pero no podía dejar pasar que Shintaro se sintiera más que él como para tener el nervio de amenazarlo. Midorima también hacia su parte avanzando hacia el otro, podía notar que tanto Kise como Kuramochi disimuladamente lo seguían pero eso no serviría de nada, todo lo tenía perfectamente planeado y además su horóscopo le presagiaba buena suerte.

 

Mei sonrió cuando ya lo tenía a menos de tres metros, por fin estaba a su alcance, haciendo gala de su velocidad arremetió contra el más alto, obligándolo a retroceder un poco mientras sus espadas sacaban algunas chispas. El general del sur llevaba la ventaja y era el que llevaba el ritmo del combate, esa era su especialidad dominar arrastrando a su rival hacia su desesperación. Aquello parecía ridículo para todo lo que había alardeado, Shintaro estaba resultado ser toda una decepción. El zumbido de una flecha lo saco de sus pensamiento, por muy poco evito que la misma acertara sin embargo si alcanzo a rozarlo en el costado. Mas que una mueca de dolor fue una de fastidio, odiaba que intervinieran en sus combates, no servían más que para desperdiciar sus vidas. Su atención regreso de inmediato a Midorima al ver una sonrisa de triunfo que simplemente no encajaba.

 

Aomine y Kagami habían visto desde el otro extremo del terreno como su amigo había evitado la flecha. No había sido su intensión alejarse del menor pero en un enfrentamiento no puedes controlar donde terminaras peleando. Algo los inquieto en el momento en el que Mei empezó a retroceder, estaba claro que la flecha lo había rozado pero no parecía gran cosa como para tal comportamiento. Sus movimientos se volvían erráticos, con más frecuencia Midorima lograba herirlo.

 

-¡¿Qué demonios está pasando?!

 

La vista de Narumiya se estaba nublando y sus sentidos parecían adormecidos, sus movimientos eran lentos y el lugar donde la flecha lo había rozado ardía con mucha intensidad. Le comenzaba a hacer falta el aire y Midorima seguía sonriendo. Tropezó y golpeo su cabeza contra un escudo roto, sus piernas le habían fallado, intento incorporarse pero le resulto imposible sobretodo porque Midorima arremetió contra el aun en el piso,  con solo instinto fue capaz de levantar su espada y evitar que aquel ataque se convirtiera en alguna otra herida grave.

 

Sin previo aviso sintió un latigazo de dolo como si cientos de agujas atravesaran su cuerpo y nada tenían que ver con las heridas que Shintaro le provocaba, ya sangraba bastante cuando entendió lo que estaba pasando, se mordió el labio y miro con odio a su adversario.

-La flecha estaba envenenada

 

Kasamatsu contempla todo desde lo alto de la colina, sus dos acompañantes se removían nerviosos gracias al extraño comportamiento de su general. El por su parte no se dio cuenta que sostenía con demasiada fuerza las riendas de su caballo. También el se estaba poniendo nervioso.

 

No se lo pensó dos veces cuando vio a Mei caer y ser incapaz de levantarse, marco la retirada que sonó en todo el campo. Por  unos instante se hizo el silencio, todos prestaban atención a lo que pasaba con Narumiya y Midorima. Todos  los ojos estaban puestos en ellos cuando Midorima atravesó el costado de Mei y este dejo escapar un desgarrador grito que llego hasta cada rincón.

 

Aomine y Kagami corrían hacia él y se pararon en seco al verlo caer completamente suelto e inconsciente. Midorima permanecía de pie junto a él. Kasamatsu aun aferrando las riendas les exigió a los otros dos que regresaran, tenía que irse Midorima para que ellos tuvieran oportunidad de recoger a Mei.

 

Prácticamente ambos ejércitos había retrocedido, Kagami y compañía esperaban en la colina demasiado nerviosos, Midorima no había retrocedido y Mei no se movía, podían ser sus nervios pero lo veía perder color con gran rapidez

-¡maldita sea! ¿Qué está esperando? –Aomine se estaba impacientando, cada segundo era valioso.

 

Midorima dio un suspiro mientras contempla el cuerpo que yacía a sus pies. Una media sonrisa se poso en sus labios que alerto a sus enemigos. Sin mucha delicadeza se agacho y levanto el cuerpo del general. Una cantidad considerable de sangre cayó al suelo desde la espalda del muchacho inconsciente.

 

Aomine y Kagami se tensaron al ver la sangre y a Midorima dedicarles una mirada amenazante.

 

-Les dije que pagaría

 

Sin más Midorima se alejo en dirección a su base con un pálido Mei en sus brazos…

 

Yuuki e Isashiki tuvieron que detener a los dos generales de no ir tras Midorima

-¡lo va a matar! ¿Capitán Yuuki no lo entiende?

-Aomine cálmate –la voz de Kasamatsu sonó inexpresiva a pesar de que sus manos temblaban –no es su intensión matarlo. Hará que sufra tanto o más que Takao y matarlo no creo que sea su plan, si hubiera querido lo mataba y ya.

-¿y entonces? –Kagami hablo con la mandíbula apretada

-no tenemos de otra más que esperar. Por el momento nos ocuparemos de los heridos. Y de los cuerpos. Hay muchas cosas por hacer. ¡Muévanse! 

Notas finales:

Ahora si se puso tenso el asunto... 

 

No dire mas... 

 

bueno si, lo de siempre dejen sus reviews con sus comentarios, dudas y sugerencias

 

saluditos 


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