Dentro del cuartel, todos veían con asombro a Midorima, incluso Kuroko tenía una expresión un tanto afectada, nadie entendía las intensiones del general al traerlo. Miyuki y compañía también estaban tensos, el general no pudo evitar poner especial atención en el camino de sangre que venía dejando aquel cuerpo.
Miyagi apareció al lado de Midorima cuando este lo llamo, cada movimiento era seguido de cerca por el resto de los presentes. Sin la menor delicadeza le entrego el cuerpo a su subalterno, por primera vez Mei sufría un espasmo de dolor, confirmándoles a todos que no estaba muerto.
-Déjalo en la celdas de abajo, así no escucharemos sus gritos. Después te veo en el cuarto de Takao para escuchar el reporte.
Hiuuga alterno su mirada entre Midorima y Miyagi que tomaban caminos diferentes. Tenía el ceño fruncido, no le agradaba la idea de tener a un general como prisionero y mucho menos a ese. Los otros dos no tardarían en moverse y conociéndolos no terminaría para nada bien aquel asunto, resoplo sabiendo que cualquier razón en ese momento no era válida.
-los quiero en mi oficina
Los otros dos capitanes y los generales regresaron su atención a Hiuuga, por unos segundos se quedaron esperando algo pero al no obtener nada avanzaron detrás de él. Miyuki se rezago un poco. Kuramochi y Ryo-san lo esperaban.
-síganlo y cuando se vaya, revisen en qué estado se encuentra
Los otros dos asintieron antes de alejarse
Ya lo esperaban en la oficina. El ambiente estaba tenso a pesar de haber forzado la retirada del otro ejército. La fama de los tres generales del Sur era que no actuaban siguiendo las reglas y no se frenaban a observar lo que sus actos podrían hacer. El ataque que sufrió Takao era prueba suficiente, aun que había algo que a Miyuki no le cuadraba de precisamente ese hecho. Sin embargo no podían estar relajados, no les extrañaría que en cualquier momento los otros dos aparecieran para llevárselo y si por azares del destino Narumiya moría, no podía imaginar lo que podía pasar.
Sin embargo la expresión de Kuroko no tenía nada que ver con el miedo a que los otros dos aparecieran, mas bien era un debate interno entre sentir odio hacia aquel individuo o hacer algo por ayudarlo
-creo que no deberíamos dejar que se muriera, vivo nos esa más útil. Podríamos obtener alguna información. Además… -no continuo, solo se llevo las manos al rostro y se lo restregó, de verdad aquello lo estaba afectando como para que se comportara así
-Narumiya Mei es demasiado arrogante y engreído, no creo que podamos obtener nada de el
-aun así debe de ser horrible agonizar hasta morir en una celda sin la compañía de nadie
-¿kise lo estas compadeciendo? –la voz de Sanada sonaba completamente sorprendida
-n-no yo solo…
-creo que debemos esperar a saber cuáles son las intensiones de Midorima, obviamente no tiene la intensión de matarlo por el momento.
-el capitán Hiuuga tiene razón, además seria un buen objeto para negociar – todos miraron a Miyuki, en momentos como esos su personalidad retorcida hacia acto de presencia, Hiuuga soltó un suspiro y negó con la cabeza
-bueno nos ocuparemos de eso mas tarde, ahora necesito los reportes.
Miyagi dejo caer el cuerpo de Mei, el cual hizo un ruido seco, acompañado de un gemido, tocio sangre y se encogió sosteniendo la herida. Narumiya entraba y salía de la inconsciencia, solo captaba borrosas imágenes antes de que el dolor lo dominara y lo hiciera desmayarse, antes de hacerlo escucho la reja cerrarse y tal vez minutos mas tarde vio un par de sombras acercarse pero todo volvió a irse a negro.
Youichi y Riou-san, observaban a Mei con el seño fruncido, la sangre seguía escurriendo sobretodo del costado y cada tanto espasmos recorrían su cuerpo acompañados de gemidos mientras se encogía. Parecía que algo desde adentro le estuviera afectando, antes de terminar el enfrentamiento ya habían comprendido que la flecha estaba envenenada. Entonces esos eran los efectos del mismo.
-necesita atención medica, eso no hay duda
-si pero es nuestro enemigo ¿para qué molestarse?
-bueno ¿para qué se molesto Shintaron en un primer lugar? Además podríamos obtener información
-¿de Narumiya Mei? No lo creo Youichi, no es esa clase de persona, solo actúa por instinto. Estuve investigando y Midorima lo amenazo cuando paso lo de Takao, dijo que sufriría aun mas que el.
-entonces ¿pretende torturarlo? Mmmm no suena a Midorima
-no tal vez no, pero lo empujaron a su límite y me temo que por proteger lo que se ama se pueden hacer cosas impensables.
Transcurrieron algunos minutos cuando se escucharon los pasos de Miyuki, apareció justo cuando Mei dejaba de retorcerse por una particularmente larga nueva oleada de dolor. Lo observo y luego dirigió su mirada a los otros dos
-¿y bien?
-está mal herido y envenenado, al parecer lo está matando lentamente, aun que es más probable que no pase la noche por culpa de la herida en su costado.
-je, Midorima sí que es cruel –Kominato se limito a encogerse de hombros
De pronto, Mei se movió bruscamente atrayendo la atención del general, lo tenia de frente y sus ojos estaban posados en el, a pesar de todo tenían un brillo fascinante. Una vez más una descarga eléctrica recorrió la columna de Kazuya, se mordió el labio mientras veía como al otro le costaba trabajo respirar
-m-ma… matame
Un nuevo ataque lo recorrió, Miyuki se acerco y se aferro a los barrotes sin ser consciente de sus actos. Los otros dos solo lo contemplaron algo sorprendidos, era la primera vez que lo veían actuar de esa manera. La cara de Mei quedo contra el frio piso que de algún modo le daba algo de alivio, tenía la parte de atrás de la ropa desgarrada gracia a un corte de espada. Los ojos marrones recorrieron cada centímetro y entonces lo vio… apretó con más fuerza los barrotes, Narumiya tenía en la espada el tatuaje de un dragón azul. Inmediatamente llevo su mirada a su tobillo, traía botas, así que le era imposible saber si tenía también la pulsera. Nadie podía saber lo que acaba de descubrir, no tenía idea de el por qué pero no podían saberlo y menos Midorima.
-traigan a Chris. Quiero que sean discretos. Nadie mas puede saber que nosotros lo curamos y me asegurare que nadie mas lo cure
-¿Qué acabas de descubrir Kazuya?
-Que el general del Sur: Narumiya Mei es un esclavo