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Un encuentro inesperado por Yukine Kazuya

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Notas del capitulo:

Esta vez les dejo un capitulo un poco mas largo... es la compensacion por mantenerlos en suspenso hace algunos dias 

Antes que otra cosa MUCHISISMAS GRACIAS por todos sus review, no saben cuanto me hacen el día y me da mucho gusto que la historia les este gustanto. 

ahora si, me quito para que puedan leer este nuevo capitulo 

 

Los tres chicos aparecieron en su oficina, Kasamatsu levanto una ceja al verlos con un poco mas de atención, no recordaba que estuvieran golpeados sin embargo en ese momento que los tenía tan cerca podía ver que por lo menos el pequeño tenía en los brazos marcas rojas que indicaban que le habían pegado pero no era como de un golpe con la mano, parecía que le hubieran dado con alguna vara o algo parecido, los otros también tenían moretones pero eran menos notorios gracia a su piel bronceada.

-¿podría ser que ellos…

 

Los tres también lo veían atentamente, esta era la primera vez que un militar de tanto rango los llamaba para un trabajo. Ese era el motivo por lo que habían accedido a presentarse en la base. Si era alguien tan importante seguro tenía algo interesante para ellos y la recompensa tenía que ser bastante. Sin embargo que los observara tan fijamente y especialmente en sus brazos golpeados, impacientaba a Mei.

-dijeron que tenía algo interesante para nosotros, podría dejar de mirarnos y decirnos que hacemos aquí

-primero quisiera saber sus nombres –Mei rodo los ojos

-soy Mei y ellos son Taiga y Daiki, ya nos presentamos y ¿usted quien es?

-Yukio Kasamatsu general del reino del Sur

-y ¿Qué hace un general en estas tierras solicitando a tres mercenarios? –Aomine se mostraba desconfiado

-bien, estoy siguiendo a un contrabandista. Tenemos la sospecha de que es un infiltrado del ejercito del Norte, necesito que se hagan cargo de el

-y ¿Qué ganamos nosotros?

-hay una cuantiosa suma de dinero por esa persona, si lo traen la tendrán integra

-¿de quién se trata? –Mei empezaba a sospechar de quien se trataban

-bien lo llaman black mamba

 

Los tres se sonrieron y las miraba les brillaba de la misma manera que la primera vez que los vio en la taberna. Kasamatsu también sonrió estaba claro que ya los tenía en sus manos. 

-¿lo quieres vivo?

-mmm de preferencia, pero si no hay manera, no me molesta

 

Eso ensancho aun más sus sonrisas. Los tres abandonaron el edificio con la promesa de volver en menos de una semana. Moriyama entro a la sala una vez que salieron los menores

-¿tienes la información?

-así es, tal parece que tus mercenarios no lo son del todo –Yukio lo miro desde su lugar pidiéndole que continuara –no tienen padres y Kein es su propietario

-entonces son esclavos, lo que significa que los trabajos que hacen son por encargo de ese hombre. ¿A qué se dedica? ¿Los compró?

-me temo que no, mas bien su negocio son los esclavos

-ese bastardo los secuestró

-si seguramente, y les encontró un mejor uso a solo venderlos, saca más dinero usándolos como mercenarios

-entonces ese tal Kein les autorizo hacer esto ¿verdad?

-no lo creo, más bien están actuando por su cuenta y si es así…

-una vez que traigan a Black Mamba necesito que los tengas vigilados, los quiero en mis filas y ese hombre tal vez se niegue a entregármelos y más si ellos desobedecieron.

 

Tres días después aparecieron con Black Mamba, lo entregaron vivo, justo como lo había solicitado el general. Yukio estaba impresionando no esperaba que lo hicieran tan rápido. Los analizó, encontrando que a pesar de su eficacia no habían salido ilesos. Algunas vendas adornaban el brazo izquierdo de Aomine, Kagami tenían el pómulo morado, y Mei cojeaba un poco con la pierna derecha. Black Mamba tenían un aspecto deplorable y cada movimiento parecía acompañado de un tremendo dolor. Una sonrisa apareció en el rostro de Kasamatsu, que todo el ejercito del Norte se preparara, el acaba de encontrar su carta de triunfo.

-debo admitir que estoy impresionado. –Moriyama acompañado de otros tres soldados entraron a la oficina, el primero deposito un saco con monedas mientras que los otros sacaban al prisionero –aquí esta su recompensa, integra –por unos instantes los vio cruzar miradas y dudar un poco. Esa era su oportunidad –aun que podría ofrecerles algo mas, únanse a mi división

-no creo que sea posible

-y ¿Por qué no? Son capaces, en poco tiempo obtendrían altos rangos

-no podemos decidir

-A ¿No? –Kasamatsu levanto una ceja, conocía la respuesta pero quería oírla de sus labios, Kagami se paso la mano por el cuello

-no somos libres, y sobre ese dinero, preferiríamos que nos lo entregara dentro de dos días en la noche, en la taberna donde nos conoció

 

Yukio asintió, podía imaginar por donde iba aquello. Tenían la intensión de huir y necesitaban tener ese dinero en algún lugar seguro para cuando ejecutaran el plan.

 

Kasamatsu se presento a la cita pero ellos no lo hicieron. Aquello no le daba una buena señal. De vuelta en la base, necesitaba respuestas y solo Moriyama podía dárselas.

-nadie los ha visto, entraron a la propiedad de Kein pero no los vieron salir.

-¿huyeron?

-no, uno de nuestros hombres se acerco lo suficiente y alcanzo a escuchar los golpes de látigo sobre Aomine. Puede que los moliera a golpes por desobedecerle y no entregarle nada de la recompensa.

-entonces ¿están muertos?

-no, no creo que sea lo bastante tonto

 

No tenía idea de quién era Kein pero no podía evitar sentir odio hacia él. No  tanto por ser el único que se interponía entre el y sus cartas de triunfo, sino por tratarse de un traficante de esclavos.  Muy temprano al día siguiente se presentaron en aquella propiedad. El tal Kein no podía negarse a recibirlos, era la orden de un general. El lugar era toda una demostración de extravagancia y mal gusto. Entre los ayudantes de aquel hombre se encontraba el mismo sujeto con el que discutía cuando los conoció. Una mueca se formo en su rostro

-¿con que así funciona? Los provocan, los meten en problemas y aquí esta escoria los azota.

 

-¿Qué trae a un general a mi humilde hogar?

-seré directo, quiero a los tres chicos –el hombre abrió como platos los ojos antes de componer una mueca

-me temo que esos malagradecidos se han escapado, mis hombres los han buscado pero son astutos. Es una lástima porque eran una muy buena inversión –una vena comenzó a hinchar al general acompañada de una ceja levantada cuestionando al otro hombre

-con que buena inversión ¿estás seguro? Porque no creo que pagaras un solo centavo por ellos, seguramente asesinaste a sus padres y te hiciste de ellos. No quieras jugar conmigo se perfectamente cómo opera la escoria como tú. Y tampoco me trago el cuento de que escaparon, no se habrían largado sin la recompensa, por la cual tú los azotaste y seguramente los tienes encerrados en alguna de tus sucias cloacas

-¿COMO TE ATREVES…

-¡ME ATREVO! porque sé perfectamente lo que digo –Kein estaba de pie mirando con ira y completamente enrojecido al joven general, el cual le arrojo un saco de dinero –escúchame bien pedazo de basura, esa es la recompensa. Ahora  entrégame a esos tres o de lo contrario me asegurare que seas tu el que termine con un tatuaje en la espalda. –Kein sabía que Yukio no mentía, de mala gana dio la orden

-muéstrales el camino

 

Kasamatsu y Moriyama siguieron al sujeto fortachón hasta un enorme sótano. A lo lejos se escucho el movimiento de cadenas, de alguien que se incorpora acompañado de un quejido amortiguado. Los tres se encontraban en la última celda, Kagami y Aomine le tapaban la vista de Mei, los dos estaban muy golpeado pero en su ojos veía miedo, Taiga se movió ligeramente para dejar ver  a Mei, el cual les daba la espalda, la cual estaba en carne viva, por lo mismo temblaba con algo de violencia.

 

El general apretó con fuerza los puños antes de ordenar que abriera la maldita puerta. Aomine a pesar de también estar mal herido cargo con sumo cuidado al más pequeño. Moriyama se lo quito de los brazos para llevarlos a la base.

 

Kasamatsu decidió llevárselos de aquella región por miedo a que Kein se arrepintiera. En las condiciones que se encontraban, no había manera de que Aomine o Kagami representaran una amenaza. Los llevo a una aldea cerca de la frontera, la dueña de la taberna era su amiga, y tenía unas cuantas habitaciones disponibles donde Mei y el resto podía recuperarse. Los dejo con Moriyama para él informar al rey sobre su decisión.

 

-¿te tomaste tantas molestias por tres esclavos?

-su majestad, se que parece que no tiene sentido, pero ellos son… diferentes, actúan por instinto y eso es algo que nos hace falta. Puede que sean difíciles de controlar pero yo me hare responsable

-¿Cómo lo hiciste con lo de la recompensa? –Yukio frunció el ceño –estoy enterado que le entregaste la recompensa al traficante y también se la entregaste a ellos tres

-era suya… -se sentía ligeramente avergonzado y desvió la mirada

-Yukio confió en tu criterio, y creo que lo más conveniente es conservarlos y mantener en la medida de lo posible el secreto de que son esclavos

-si señor, no creo que ellos quieran que todo el mundo se entere. Solo los estrictamente necesarios tendrán la información

-quedaran bajo tu protección pero quiero que te quede bien en claro una cosa, ellos jamás dejaran de ser esclavos…

 

Kasamatsu regreso a su presente y a su realidad… donde Kagami y Aomine sentían el peso de la incertidumbre

-si, definitivamente mucho había pasado desde la primera vez que los había visto…

Notas finales:

Ahora en la proxima sabremos que esta pasando con Mei y como adelanto se sabra un detalle importante de un par de personajes

Gracias por darse una vuelta por este fic y ya saben comentarios, dudas y sugerencias son muy bien recibidas 

 

Saludos 


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