-¿creí que viajaríamos a la capital?
-guarda silencio, que esto es importante
Mei frunció los labios y cruzo los brazos, se encontraban a las fueras del reino en una zona neutral donde ambos reyes se encontrarían. No era la primera vez que algo como esto pasaba pero nunca llegaban a ningún acuerdo. Por lo general tenían muchos más enfrentamientos después de estas reuniones. Por supuesto a Kagami y a Aomine esto los emocionaba, por lo regular también a Mei le agradaba pero en esta ocasión la decepción de no ir a la capital no le permitía alegrarse.
Isashiki tenía una vena hinchada ante el capricho del joven general pero con el rey tan cerca no podía gritarle a sus anchas, Yuuki se lo había advertido.
-ponga atención, ustedes se quedan aquí… manténganse alerta por cualquier eventualidad. Aun que Akashi bien puede manejarse… no lo arruinen
-¿Qué? ¿Pasaremos la tarde sentados aquí? Creí que estábamos aquí como elemento de intimidación o ¿algo así?
-JA ni que fueran tan importantes, ahora obedece y siéntate Mei, que si todo sale como suele pasar, en menos de lo que crees estarás en el campo de batalla mostrando tus talentos
Aomine y Kagami ya se habían acomodado en uno de los sillones que se encontraba afuera de la sala de reuniones. Mientras que el otro seguía haciendo rabieta.
Dentro de la sala más de un par de oídos había captado las quejas, Kasamatsu fruncía el seño, mientras Akashi sonreía abiertamente
-tan impetuosos como siempre
-ah mis disculpas, no hay manera que los haga comportarse
-en realidad no espero que lo hagas, sería ir en contra de su naturaleza y es por eso que nos son de utilidad
-supongo que si, su majestad, fue usted quien acepto que se quedaran cuando yo los encontré
-y como siempre no me equivoque, me han sido de mucha utilidad en los últimos enfrentamientos y creo que tal vez lo sean aun mas después de lo que paso la última vez con Midorima, no tardara mucho en arremeter en nuestra contra
-sobre eso… Mei sigue diciendo que no fue su culpa, y yo siento que no es su estilo
-mmm, eso es aun más interesante, como sea hazte cargo de esa información que necesito y sal de una vez de aquí.
-si, señor
Kise y Kuroko veían de reojo a Miyuki que dormía tranquilamente mientras se dirigían a la reunión. Lo habían recogido a medio camino y no habían tenido una verdadera conversación. El rey había estado presente y las ojeras debajo de los ojos de Kazuya dejaban en claro que había estado de guardia toda la noche.
-pues no parece haber cambiado mucho
-esa tampoco es una muy buena noticia, si mal no recuerdo tenían una personalidad algo retorcida cuando estábamos en la academia
-si bueno, pero no puedes negar que también era divertido pasar tiempo con él.
-supongo que más vale tenerlo de nuestro lado, eso es lo único que se me ocurre.
Miyuki también había sido compañero de Tetsuya y Ryouta, por lo regular molestaba mucho a este ultimo pero aun así, pasaban casi todo su tiempo juntos. Los tres junto con Midorima habían sido catalogados como los mejores de su generación y a Kazuya también lo habían llamado genio, lo cual no era novedad para él, había crecido en la corte del rey donde todos solían alabarlo y admirarlo con el único fin de tener el favor de su padre. Por eso le agradaba la compañía de Kuroko y de Kise, que en ningún momento se habían fijado en su nombre y siempre eran sinceros con el aun cuando no fueran cosas buenas.
El constante murmullo de Kise lo despertó pero permaneció uno minutos fingiendo que dormía hasta que escucho la última frase… una sonrisa burlona se poso en sus labios alertando a Kuroko que su compañero ya no dormía.
-si tienes algo que preguntar Kise, dímelo, que yo recuerde no muerdo – la sonrisa se ensancho aun mas cuando el rubio se sobresalto, Tetsuya disimulo su sonrisa – Cuánto tiempo sin verlos, ¿Dónde está el amargado de Midorima? me extraño no verlo con ustedes
-el se tuvo que quedar, Takao aun esta… algo delicado
-si escuche algo, pero no pensé que fuera tan grave
Los tres permanecieron unos instantes en silencio, el tiempo lejos les hacia actuar un poco raros
-¿y tu como has estado Miyukichii?
-aun sigues con eso, no puedes simplemente llamarme Miyuki
.-ríndete incluso a los capitanes llama así –soltó un suspiro
-estoy bien pero es algo aburrido estar en la guardia, nunca veo nada interesante y no creo que mi lugar sea en la capital
-tu queriendo salir y otros queriendo tu puesto, seguro que más de uno te odia. –Kuroko tan sincero como siempre
-ahahahah gracias
-no era un cumplido
Poco a poco el ambiente entre ellos regresaba a como había sido en la academia. Sin embargo se vio interrumpido en el momento en el que llegaron al edificio de la reunión. Siempre que esos dos reyes se juntaban las cosas se volvían muy volátiles… cualquier cosa podía salir mal.
Aomine y Kagami molestaban a Narumiya que se encontraba en medio de ellos, llevaban cerca de una hora y media esperando y el rey Nijimura aun no llegaba. Su nivel de aburrimiento iba en aumento y esa era una muy mala señal.
Akashi por su parte estaba bastante tranquilo, aquello ya se lo esperaba. Ese tipo de actos eran solo con la intensión de demostrar su poder, sin embargo por algo había querido que aquellos tres estuvieran presentes. Mientras más impacientes más fácil captaban lo que otros no veían. Una sonrisa se había posado en su rostro
-aun no llegas y la victoria ya es mía
Kuroko y compañía tenia la intensión de quedarse afuera del edificio al ver que los otros ya habían llegado, sin embargo Nijimura les hizo una señal con la mano para que lo siguieran. Los quería en todo momento junto a él. Los generales se notaron algo sorprendido pero entendieron a la perfección las intensiones de su rey.
Narumiya estaba haciendo puchero mientras Daiki y Taiga se carcajeaban, de pronto Kagami se quedo muy quieto, los otros dos inmediatamente lo miraron detenidamente esperando a que hablara.
-este lugar tiene otra entrada ¿verdad? -los otros dos asintieron –¡muévanse! Esto va a ser interesante
Ninguno de los dos cuestionó solo lo siguieron. Mientras se movían captaron también los otros pasos. Abrieron la puerta segundos antes de que los otros llegaran hasta la habitación. Akashi no se molesto en voltear, clavo su mirada en la puerta contraria mientras ensanchaba su sonrisa.
Nijimura abrió la puerta con una sonrisa de triunfo, que desapareció para convertirse en una mueca mientras abría de par en par los ojos. Ante él, esta Akashi sonriéndole y detrás de él se encontraban los generales Aomine y Kagami recargados en el marco mientras que Narumiya se encontraba justo en medio con los brazos cruzados y una mirada altanera.
Los otros tres generales aparecieron muy tarde a la vista, la sorpresa ya la había causado Akashi, aun así más de un par de ojos se había encontrado y un extraño cosquilleo les recorrió la espina dorsal. Algo estaba a punto de comenzar...
Ya entrada la noche retomaron su camino, a nada habían llegado con aquella negociación y eso no era novedad ni para los capitanes, ni para los generales. La orden del rey simplemente había sido
"arrasasen con ellos"
Y eso era lo que tenían pensado hacer Aomine y compañía.