En su rostro se divisaba un gran dolor, mayor que el que expresaban Makoto y Nagisa. El único que parecía no compartir su pena era Rei. Y esto lo exasperaba. ¿Qué diablos les pasaba? Entendía que era horrible saber que el gobierno no protegía al pueblo, sino que sólo les importaba su propia salud. Pero eso le daba rabia, no dolor. No entendía porqué ninguno de ellos parecía enojado, parecían más bien… ¿traicionados? Y ahora que lo pensaba, ¿por qué Haru se había referido al príncipe como “Rin”, su nombre de pila? ¿Será que había una relación entre ellos que no imaginaba?
-Haru…-musitó Makoto, al ver la cara de tristeza de su amigo. Otra vez, por culpa de Rin. No le gustaba nada…
- ¿Qué ocurre, Haruka-Sempai?-preguntó exaltado Rei. Y antes de que cualquiera pudiera quejarse, agregó- No, no sólo Haruka-Sempai, Makoto-Sempai y Nagisa-Kun también. ¿Qué les pasa a todos ustedes? ¿No deberían estar enojados porque el gobierno se ríe de nosotros?
-Es justeamente eso, Rei-ch….
- ¡No, no es eso! Ustedes están tristes, o deprimidos, o dolidos, pero no enojados como deberían estarlo.
-Nos duele ver que Rin-chan se ha vuelto así.-dijo Nagisa tranquilamente.
- ¿Rin-chan?-dijo sorprendido.-No lo entiendo. ¿Acaso ustedes conocen al Príncipe?
Los tres aludidos se miraron entre ellos. Ante la repetición del nombre de Rin, Haru reaccionó. Miró fijamente a Rei, sintiéndose mal por no poder hablar lo suficientemente claro como para explicarle todo.
-Nosotros….-comenzó dificultosamente.
-Éramos amigos.-sentenció Makoto. El tiempo en pasado le dolió a Haru, cosa que no pasó inadvertida por el de ojos verdes.
-¿Amigos? ¿del Príncipe?
-Bueno, en aquel momento no era tan príncipe.-trató de explicar el rubio.
-¿Eh? ¿Se hizo príncipe después?
-No lo confundas más, Nagisa.-dijo tranquilamente Makoto.- Rin siempre ha sido el príncipe, desde que nació. Pero cuando éramos más pequeños, le permitían juntarse con nosotros. Un día, eso cambió. Y ahora es el Príncipe Rin que conoces. Nada más.- finalizó firmemente, aunque con una sonrisa triste en el rostro.
-¿Cómo que nada más? ¿Ustedes eran amigos?-preguntó muy confundido Rei.- ¿Jamás trataron de hablar con él cuando los dejó de lado?
-Claro que tratamos.-repuso Haru serenamente.- Busqué por todos lados la manera de llegar hasta él…-todos se sorprendieron cuando reemplazó el “nosotros”.- Pero fue imposible. No es fácil llegar a un príncipe…
-¡Pero eran sus amigos! ¡Algo debe haberle pasado! ¡Debe haber alguna manera…!-continuó exaltado Rei.
-Rei-chan.- lo interrumpió Nagisa mirándolo fijamente. Luego sonrió.- Eso es cosa del pasado. No es lo que importa ahora.
-Nagisa tiene razón.-apoyó Makoto- Lo importante ahora es solucionar la sequía.
-¿Tú también opinas así, Haruka-sempai?-inquirió el de lentes, confiando en que Haru no se rendiría tan fácilmente.
Haru suspiró. Lo miró fijamente. Luego posó sus ojos azules sobre sus otros dos amigos. Claro que seguiría intentando acercarse a Rin. No podía aceptar que su gran amigo hubiese cambiado tanto de un día a otro sin avisarles. Sin avisarle. Se sentía traicionado. Pero más aún le preocupaba Rin. Y sus amigos. No quería anteponer sus sentimientos ante el verdadero problema que ahora padecían. Primero debían encontrar una solución, y luego vería la manera de acercarse a Rin…
-La sequía es nuestro mayor problema ahora.- sentenció Haru, agregando para sí “Aunque MI mayor problema, siempre será Rin”
Rei tragó saliva. Si Haru, a quien era obvio que le afectaba más lo de Rin, declaraba eso, debía hacerle caso.
-De cualquier manera, parece que ambos asuntos no están tan separados uno del otro…
-¿Lo dices por lo que nos contó Nagisa, Rei?
-Ajam. Aunque no sé que tan fiable sea esa información…
-Oh, no se preocupen. Hoy mismo tengo un asunto relacionado con eso. ¡Estoy seguro de que averiguaré qué tan cierto es!- dijo enérgicamente Nagisa.
-Por las dudas, trataré de ver si puedo averiguar algo de mis compañeros aspirantes yo también.
-Debemos entrar.-interrumpió Haru firmemente. Todos votearon a verlo.- Si es todo cierto, deberemos ir a verlo por nosotros mismos.
-¿No es un poco peligroso, Haruka-Sempai?
-Es cierto, Haru. Además, debes descansar por ahora. Deja que los chicos averigüen. Ya veremos que pasa después.- y le sonrió amistosamente, como hacía siempre que quería ayudar a su amigo.
- Oh, debo irme. No puedo llegar tarde.- comentó el rubio.- ¿Nos reunimos mañana?
- Claro. Vengan aquí otra vez. Suerte.
-Adiós.
- Yo me voy contigo, Nagisa-Kun. ¡Nos vemos, Makoto-Sempai, Haruka-Sempai!
Los dos sonrieron y salieron de la tienda. Makoto los vio irse y luego volteó a ver a Haru. Su amigo miraba concentrado el suelo. El castaño suspiró.
-¿En qué piensas, Haru?-preguntó sonriendo, aunque ya sabía la respuesta. Y la idea le borraba todas sus sonrisas.
-¿Crees que sea cierto, Makoto?-preguntó sin mirarlo.
-¿De qué hablas?
-Ya lo sabes.
Haru alzó la vista para mirarlo. Sus ojos azules estaban inquietos. Hace años que su preocupación sólo era Rin. ¿Podía ser que su amigo hubiese cambiado tanto como para que no le importe nadie de su propio reino? ¿Tan corrompido había sido por el poder? Haru no estaba enojado con él. Podía soportar que le dejara de hablar y que lo evitase. Y que hiciera lo mismo con Makoto y Nagisa. Porque debía tener sus razones. Quizás incluso él también había sido herido por sus propias actitudes…Pero si ya afectaba a todo el reino, el asunto cambiaba. Se agravaba. Porque ya no era una actitud caprichosa: era maldad.
-No lo sé, Haru…..-dijo el castaño mirándolo.- Sinceramente, no lo sé.
Haru se mordió el labio inferior. Su amigo no podía tranquilizarlo. Asíque era tan grave como sentía…
-Pero confío en que Nagisa lo averiguará. Pronto sabremos la verdad.-dijo sonriendo otra vez.- Así que mejor descansamos para estar listos cuando llegue el momento. Es lo mejor que puedes hacer ahora.
Haru sonrió débilmente. Al menos, no estaba solo. Si debía enfrentar a Rin….no estaría solo.
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Nagisa y Rei caminaban en silencio. El más alto estaba pensando a mil revoluciones por minuto. Todo el asunto de Rin le daba vueltas en la cabeza. No podía creer que todos lo conocieran íntimamente. Incluso Nagisa…Se sentía un poco traicionado. Pensó que estaban todos en igualdad de condiciones, todos luchando por una misma causa. Y de pronto, así porque sí, se enteraba de que no peleaban todos contra el mismo enemigo. Porque para él era el príncipe, pero para todos los demás, un viejo amigo. Los demás sabían cómo era, o cómo había sido. Incluso debían tener recuerdos en común. Y él quedaba allí, colgado, detestando a alguien sólo por hacer mal uso de su título, sin conocer su verdadera personalidad. Sin entender el dolor de todos…
-Nagisa-kun.- rompió por fin el silencio entre ambos.
-¿Qué ocurre, Rei-chan?-dijo sonriendo, aunque un escalofrío le recorrió la espalda.
-Estás muy callado. Siempre hablas demasiado, pero hoy no.
-Oh, es que…em….pronto tendré que hablar y todo eso, supongo que estoy juntando energía, jajaja.
-¿Estás preocupado por Haruka-Sempai?
Nagisa tragó un poco de saliva.
-Un poco….
-¿O te preocupa el príncipe Rin?-dijo filosamente.
-¿Rin-chan? ¿Qué tiene que ver él?
-No sé, dímelo tú. Al parecer todos conocen a “Rin-chan” mejor que yo.-dijo dolido y enojado.
-¿Te preocupa eso?-repuso Nagisa, sorprendido.
-¡Por supuesto que me preocupa eso! ¡Siento que estoy fuera!
-¿Fuera de qué?
-¡De sus vidas! ¡Todos conocen al enemigo menos yo!
-¡Rin-chan no es nuestro enemigo!
-¿Entonces sigue siendo su amigo?
-Bueno…yo….-dijo contrariado.- Yo no lo sé.
-Pero quieres saberlo.
-Claro que quiero saberlo. Rin-chan solía ser nuestro amigo…No voy a aceptar tan fácilmente que sea nuestro enemigo.
-¡Pero tú mismo fuiste el que contó el rumor de que no le importa nadie más que él!
-Es porque quiero averiguar la verdad.-suspiró.- Y no puedo hacerlo solo.
-¿Es esa la verdadera razón, entonces?-preguntó indignado.
-¿La verdadera razón?-inquirió sin comprender.
-Tú comenzaste todo esto, Nagisa. Fue tu idea hacer algo contra la sequía. ¿O en verdad era sólo para saber qué ocurrió con el príncipe Rin?-dijo dolido, bajando la mirada.
Nagisa se quedó un segundo en silencio, mirando a su amigo. Era increíble la cantidad de cosas que podían pasar por la mente del de lentes. Era tan inteligente para algunas cosas…Y tan bobo para otras.
-Claro que no.-dijo sonriendo- Es cierto que fue mi idea comenzar todo esto. Y también es verdad que fue para encontrar una solución a la sequía que asola a todo el pueblo.
-¿No hay otra razón, alguna que tenga que ver con Rin-Sempai?
-Bueno, sí, sí la hay. Pero no es por Rin-Chan. Fue por Haru-Chan.
-¿Por Haruka-Sempai?
-Así es.- dijo, y la sonrisa se borró de su rostro. Sus ojos se apagaron un poco.- Haru-Chan era el mejor amigo de Rin-Chan. Ellos pasaban mucho tiempo juntos. Era como si tuviesen una conexión aparte…Así que fue al que más le afectó la actitud de Rin-Chan. Realmente no soportaba verlo así….
- Nagisa-Kun….-murmuró, sorprendiendo por aquella repentina confesión.-Todo esto es demasiado para mí…
- Pero aún contamos contigo, ¿verdad, Rei-chan?-dijo preocupado.
-Bueno…-dejó de hablar por unos segundos. Las perlas magentas lo miraban inquisitivamente.- No estoy seguro. Siento que hay muchas cosas que no sé…
-Mira, ahora no tengo tiempo, pero te prometo que mañana te contaré todo lo que necesites saber.-dijo apurado.
- Es que….No lo sé. Quiero saber todo. Pero no quiero sentir que sólo formo parte de un juego para hablar con el príncipe Rin…No lo conozco, pero no es mi amigo. No después de todo lo que escuché de él hoy. Si ese es el único objetivo, estoy fuera. No quiero ser sólo un reemplazo.
-Rei-chan….-murmuró, con los ojos muy abiertos.
Llegaron a una esquina. Nagisa había estado apurando el paso visiblemente. Aunque con las piernas largas de Rei, no había sido difícil seguirle el ritmo. Pero el rubio había parado. Agarró fuertemente la manga de su amigo. Rei lo miró sin comprender. Nagisa era siempre tan impuslivo…Y ahora lo miraba fijamente.
-Rei-Chan, ¿en serio piensas eso?-dijo seriamente. Y luego sonrió dulcemente, más brillantemente aún que como lo hacía normalmente.- Rei-Chan, si fueras sólo un reemplazo, ¿crees que de verdad te hubiera perseguido incansablemente, pidiéndote tu ayuda aun cuando me decías que no con sólo ver que me acercaba hacia ti? Jaja, a veces hasta creí que no podría convencerte. Pero…-suspiró.- Tenías que ser tú Rei-Chan. Eras el único capaz de ser un aspirante a la guardia imperial. Y no porque seas el único que Rin-Chan no conoce. Si no porque eres el más calculador de nosotros. Aquí entre nos, creo que eres el que más fuerza de voluntad tienes.-le guiñó un ojo coquetamente. Y agregó, con un tono honesto- Jamás serás un reemplazo. Eres único, Rei-Chan~ -completó, mientras sus ojos brillaban y su sonrisa se extendía.
Rei se sonrojó visiblemente. El rubio siempre lo sorprendía, aun cuando pensaba que lo había acorralado, lograba decirle cosas tan lindas como aquellas. Todo el sentimiento que había sentido hacia tan sólo unos segundo se borró repentinamente, dejando una estela dulce. Su corazón latía con fuerza al mirar esos ojos tan brillantes cerca suyo. Quizás podría abrazarlo, y decirle cuánto lo alegraban aquellas palabras…
Pero el rubio soltó el agarre.
-Debo irme. Nos vemos mañana, ¡adiós!- dijo rápidamente, mientras cruzaba la calle.
- ¡Nagisa-kun…!
Sin embargo, el más pequeño no volteo. En la otra esquina, una persona lo esperaba. Rei no sabía quién era, sólo veía que era un hombre, supuso que mayor que el rubio. Creyó ver que le sonreía al rubio cuando este fue a su encuentro. No se detuvo, y le hizo señas ara que lo siguiera. El hombre se dio media vuelta para caminar al lado de Nagisa, y rodeo la cintura de éste con su brazo. Rei ardió de rabia.
-Cuídate….-murmuró, aunque sabía que el rubio ya no lo oía.