Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sequía por Dark_Gaara

[Reviews - 56]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola otra vez~! Esta vez me esforcé mucho en actualizar rápido, debido a la cantidad de reviews que me dejaron

 Lo cierto es que este cap iba a ser más largo, el fic avanzaba más lento de lo que creo, quizás divago mucho xDU Pero no quiero apurarlo. Además, tengo un montón de ideas, asíque es cuestión de tener tiempo/insipración para escribir, no lo abandonaré, asíque espero que ustedes tampoco lo hagan nwn 

El cap va dedicado a An, Shon, Odette, Mora, Zoe,Erika, Winter-chan, Kurotama Reibun y Aku no Musume, muchas gracias por sus palabras nwn

 

Salió corriendo a la pared donde Nagisa aún se encontraba, tratando de reacomodarse.

-¡Rei-chan! Por un momento pensé que...

-Vamos.- lo interrumpió ayudándolo a escalar.

 Los dos cayeron al mismo tiempo del otro lado del muro, jadeando. Mientras recuperaban el aire, Makoto, que había estado esperando, se acercó a ellos.

-¿Están bien?-luego giró. Su corazón se oprimió. No estaba con ellos. No había dos orbes azules perforándolo.-¿Dónde está Haru?-preguntó tembloroso.

-Haruka-senpai….fue capturado.-admitió adolorido.

 Makoto tuvo que sostenerse de la pared para no desmayarse por la impresión. Había confiado en que Rei lograría salvar a Haru. Quizás era mucho pedir, pero sabía que Rei era el que mejor condición física tenía. Además, Haru no podría decirle que no. ¿Verdad?

-Haru-chan…-comentó Nagisa dando grandes bocanadas de aire, aún estupefacto. De sus ojos comenzó a caer un torrente de lágrimas que amenazaban con no parar-¡Haru-chan! ¡No! ¡No puede ser!

 Rei quería calmar a su amigo pero ni él mismo podía calmarse. Se sentía culpable de no haber sido capaz de arrastrar a Haru con él, de haberlo abandonado en el peor momento.

-Yo…lo siento…realmente lo siento…

-Está bien, Rei.- lo interrumpió Makoto retomando la compostura.- Aún estamos en terreno muy peligroso. Debemos escapar, ahora.

 Rei asintió, y miró al rubio, quien aún lloraba desconsoladamente. Tomó su mano y comenzó a correr junto a Makoto, casi arrastrando a Nagisa. El mayor tenía razón: la fuente estaba cercada por los muros internos del jardín del Palacio, así que aún estaban lejos de estar a salvo. Comenzaron a correr pero en realidad no sabían hacia donde se dirigían; aquel jardín, además de ser enorme, era laberíntico: diferentes muros les interrumpían el paso, dejándolos sin saber hacia dónde voltear exactamente. Sólo sabían que debían alejarse de los pasos apresurados y pesados que sonaban detrás de ellos.

-¡Creo que es por aquí!-gritó Rei, haciendo un esfuerzo sobre humano por recordar el mapa que con tanto ahínco había estudiado luego de “tomarlo prestado”.

 Enseguida viraron su rumbo hacia donde el de anteojos indicaba. Makoto iba a la delantera, tratando de verificar la seguridad del camino. Atrás de todo, y algo rezagado, Nagisa aún estaba en shock de no ser cuatro personas corriendo, si no tres. Era el más sensible de todos, y esta sensibilidad a veces le jugaba en contra, desconcentrándolo de la situación grave en la que se encontraban. Y en su desatino tropezó, cayendo estrepitosamente.

-¡Nagisa-kun!-gritó Rei al ver caído a su amigo.

 Rápidamente volvió para atrás levantándolo en un instante. El rubio se sobaba la cabeza mientras trataba de acomodar su visión luego de haber cerrado los ojos con el impacto. Pero antes de que pudiera recuperarse, sintió que algo lo empujaba hacia un costado.

-¡Cuidado!-gritó a su lado.

 Nagisa se tambaleó ante el impacto pero no llegó a tocar el piso. Miró a su lado, tratando de comprender. En el suelo estaba Rei tirado. Confundido, lo examinó rápidamente, hasta hallar lo que explicaba todo: en su tobillo izquierdo había clavada  una daga. De la herida manaba sangre que manchaba la usualmente impoluta ropa del peliazul, quien gemía aún en el suelo.

-¡Re…Rei-chan! ¡¿Te encuentras bien?!-gritó asustado, agachándose.

-Sí…No es nada. Pero, sigue a Makoto, rápido.-le dijo sonriendo forzadamente.

 El rubio abrió mucho los ojos. La realidad le cayó de golpe, como si los últimos minutos hubiera estado en un limbo de tristeza y negación. Ahora estaba allí de vuelta, con los gritos de los guardias, con la huida, con el miedo, la adrenalina. Y allí estaba Rei, tirado en el suelo y herido, para protegerlo por culpa de su propia torpeza. Encima, le pedía que huyese y lo abandonase.

-¡No!-dijo negando con la cabeza, apretando los ojos con fuerza.

-Vamos, no te pongas caprichoso…-dijo suavemente, tomando aire.

-¡No! ¡No, no Rei-chan!-gritó adolorido.

 Suspiró con fuerza, tratando de ordenar sus pensamientos. Tenía que abstraerse y pensar con claridad si quería salir de allí con Rei. Y eso es exactamente lo que pretendía.

 Se agachó completamente y tomó a su amigo cruzando su brazo izquierdo sobre su hombro. No era una posición muy cómoda dada la diferencia de estatura entre ambos, pero era lo mejor que podía hacer. Comenzó a caminar con dificultad, casi arrastrando al de lentes.

-¡Hey, basta, Nagisa-kun! Me prometiste que no ibas a dejar tu camino por mí.

 El rubio continuó avanzando, demasiado concentrado en no perder fuerza como para responder.

-¡Lo prometiste Nagisa-kun!

 Sabía que lo había hecho. Y también recordaba claramente que Rei no se lo sabía prometido. Así que, básicamente no podía reprocharle su actitud de recibir él el disparo, por más que le irritase. Sólo podía conformarse con tratar de seguir avanzando con su compañero a cuestas.

-¿Te das cuenta, no?-insistió Rei-Si sigues así no lograrás que ambos nos salvemos, sólo lograrás que nos capturen a ambos. Déjame a mí solo y escapa tú…

-¡Basta, Rei-chan!-gritó mirándole a los ojos fijamente.

 El corazón de Rei se detuvo por un segundo. El rubio tenía una mirada que jamás había visto en él. En las perlas magentas se mezclaban muchos sentimientos: tristeza, dolor, desesperación, cansancio, miedo. Pero todos estaban cubiertos por una fría determinación, no la usual determinación tierna y pasional, sino algo mucho más profundo.

 Como si estuviera dispuesto a ser atrapado si eso significaba no abandonarlo.

 Un escalofrío recorrió la espalda de Rei. No le gustaba que Nagisa tuviese ese tipo de determinación por su culpa. Porque algo le dijo que cuando el rubio tenía esa mirada, no conocía límites.

 Nagisa desvió la mirada tratando de adaptarse a la poca luz que había. Miró hacia delante, aunque no podía distinguir demasiado, sabía que debía estar por allí. Recordaba lo que habían dicho sobre ayudarse mutuamente, pero no podía aceptarlo. No cuando era Rei, y por su culpa, a quien debía abandonar. 

 Al diablo con la promesa de seguir su camino. Cómo si alguna vez lo hubieran hecho.

-¡Mako-chan!-gritó al vacío delante de él.- ¡Maaakooo-chaaaan~!-continuó con todo lo que le permitían sus pulmones.

 La voz aguda penetró en sus oídos más allá de los pasos y los gritos. Era una voz que de alguna manera siempre lograba oír, como un instinto. Se detuvo en seco y miro hacia el costado. Estaba solo. Ni Rei ni Nagisa estaban corriendo con él. Ni hablar de Haru…quien justamente ocupaba tanto sus pensamientos en aquel momento que había perdido noción de con quién estaba, tan solo pensando en escapar lo más rápido posible para poder aclarar su mente y organizar una forma de rescatarlo. No permitiría que el de ojos azules se quedase atrapado en el Palacio demasiado tiempo. Porque allí estaba Rin, quien le había robado a Haru dos veces: la primera, cuando llegó a su vida, y la segunda, cuando se fue. Quién sabe que podría ocurrir si el pelirrojo aparecía otra vez en la vida del morocho…No, no podía dejar que eso pasase. Pero ahora sólo podía asegurar su vida y para eso tenía que correr.

 Hasta que oyó el grito desesperado de Nagisa. Porque la desesperación teñía claramente la voz amiga. No lo pensó ni una vez cuando volteó. Claro que él también recordaba la idea de seguir cada uno su camino, pero jamás le había gustado. Y menos si se trataba de Nagisa. Había desarrollado con él un vínculo de amistad profunda, casi como hermanos. Porque, de hecho, él lo veía como un hermano menor, pese a que no se llevasen mucha edad, intensificado por la personalidad un tanto infantil y chillona del rubio. Makoto siempre había tenido una suerte de instinto protector, de hermano mayor, y veía en Nagisa a un chico un poco desprotegido, sensible, frágil, rebelde y necesitado de ciertos límites. Además, se habían criado prácticamente juntos, primero los tres, luego los cuatro. Y eso también había contribuido: la llegada de Rin, si bien había aumentado el número de miembros el grupo, también lo había fragmentado, quedando por un lado Haru y Rin, y por otro, él y Nagisa. Le molestaba esto, ya que él siempre quería estar con Haru, pero también  había servido para establecer una relación fraternal con Nagisa.

 Era por ello que no podía hacer oídos sordos ante el grito desesperado del de ojos magentas.

-¡Nagisa!-gritó en respuesta mientras volteaba corriendo para dirigirse al llamado.

 Cuando sus ojos se acostumbraron a la incipiente oscuridad, divisó dos figuras. Supuso que Rei estaba con él después de todo. Y aquello lo tranquilizaba de sobremanera. Toda la presencia de Rei lo hacía, porque sabía que si estaba con él, el rubio estaba controlado. Hacía tiempo había detectado el brillo que adquirían los ojos magentas ante la presencia del de anteojos, y tampoco le pasaba desapercibido el sonrojo de éste. Makoto sentía que de alguna manera podía relegar la protección de Nagisa en Rei, lo cual lo aliviaba, porque le permitía a él encargarse de cuestiones como Haru y Rin sin tener que preocuparse por el rubio.

 Al acercarse, su corazón dio un vuelco: allí estaba Nagisa, completamente sano, sosteniendo a un Rei herido, ambos agotados y sin poder seguir avanzando a un ritmo más rápido que el de los guardias.

-¡Nagisa! ¡Rei! ¡¿Están bien?!- gritó mientras en unos pocos y largos pasos salteaba la distancia que les quedaba.

-Yo sí, pero Rei-chan está herido…

-Ustedes sigan…

-No. No dejaremos a nadie atrás.-lo interrumpió secamente.-Ven aquí.

 Nagisa se corrió al tiempo que Makoto ocupaba su lugar.

-Gracias, Mako-chan.- dijo mirando fijamente a los ojos verdes, completamente agradecido.

-Vamos, ¡deprisa!

 Los tres comenzaron a avanzar más rápido que antes.

-¡Es por aquí! Hay una salida bastante directa. No debe faltar mucho para que estemos fuera de los jardines del Palacio.- dijo el rubio con las energías renovadas, recordando las palabras que uno de sus contactos le habían dicho.

 Entre el polvo, la adrenalina y la amistad lograron encarar la salida directa que había indicado el rubio. Unos cuantos minutos después, atravesaron la salida-entrada de los jardines y salieron al pueblo. Sin embargo no se detuvieron: siguieron manteniendo el ritmo hasta estar fuera del área del Palacio. Los gritos de los guardias no se oían, y tan sólo se escuchaba el rumo de una brisa nocturna. Tampoco había antorchas que los iluminasen, tan sólo las estrellas, y un incipiente amanecer. Los tres se detuvieron a la vez, jadeando.

-Creo que aquí estaremos a salvo.-comentó el rubio tomando aire.

-Aún estamos muy cerca del Palacio.-contrarió Makoto.

-Makoto-senpai…Muchísimas gracias…-dijo un exhausto Rei.

-No me agradezcas, Rei.- dijo sonriendo.-¿Cómo está tu tobillo?

-¿Te duele mucho?-dijo Nagisa apenado, agachándose para ver la herida de cerca.

-Un poco.-se acomodó los lentes, simulando serenidad.- No es muy profunda, sólo me impide caminar correctamente…

-Tenemos que sacarte la daga y limpiarte. Vamos a mi tienda, allí tengo las cosas necesarias para hacerlo.

-Deberíamos apurarnos.-comentó Nagisa, decidido.- Iré viendo los alrededores para que nadie nos vea. Síganme.

 Makoto volvió a agarrar a Rei mientras seguían al rubio. Al menos, ya estaban fuera de peligro.

-------------------------------------------------------------------------

 La pared y el piso estaban fríos, pero su corazón estaba caliente. Más caliente de lo que lo había estado en muchísimo tiempo. Latía con fuerza, recordándole que estaba vivo. Suspiró suavemente. La luz que entraba por la pequeña ventana de la celda le indicaba que aún era de noche, pero que no faltaba mucho para el amanecer. Se preguntó qué hora sería. Si los demás habían logrado escapar. Si Makoto estaría preocupado, y Nagisa llorando, y Rei gritando. Si habrían logrado sobreponerse a su captura y habían seguido camino. Estaba casi seguro que sí: todos ellos eran fuertes, y estaban unidos. Sabía que no necesitaban más que eso para lograr lo que se propusieran.

 Pero además del presente, le preocupaba el futuro. Estaba casi seguro que mañana lo vería. Su corazón se lo decía, por eso ardía y latía tan fuerte. Es cierto que existía la posibilidad de que lo dejaran confinado a esa celda, o de que le hicieran algo peor. No le preocupaba. Tarde o temprano iban a  tener que llevarlo ante el Príncipe, dada la falta que había cometido. No era un simple robo como para que fuese juzgado con la justicia simple. Además, desde aquel fatídico día, no había estado tan cerca de Rin como lo estaba ahora. Eso le bastaba para sonreír.

----------------------------------------------------------------------

-Ahhh, que sueño…-bostezó sonoramente.

-Si quiere puede ir a descansar y yo me encargaré de los asuntos, Rin-Sempai.-pronunció una voz chillona a su lado.

-No.-dijo molesto.- Me despertaron porque había un asunto realmente urgente que atender, así que es mi deber hacerlo. Aunque realmente me gustaría delegarlo y seguir durmiendo….

-No se preocupe, Rin-Senpai, seguro es un asunto fácil y rápido.

 Rin bufó. A veces, o casi siempre, la simpatía y positividad de su consejero real lo sacaba de quicio. Más aún cuando no tenía ningunas ganas de estar allí sentado, esperando por un asunto que francamente no le importaba, queriendo descansar. Si es que se le llamaba descansar a dar vueltas en la cama toda la noche sufriendo pesadillas. Pero ya hacía años que esa era su única forma de sueño, así que la consideraba casi placentero. Al menos, más entretenido que estar allí, con ese sujeto sonriente al lado.

 Nitori suspiró bajito. Su príncipe era realmente difícil. Rezó internamente porque el asunto fuese más simple de lo que aparentaba, y que la preocupación sólo fuese una exageración de los guardias. Así, Rin podría irse  de allí a descansar y estaría e mejor humor. Era lo único que le importaba.

 Las puertas se abrieron por fin y entró un guardia imperial, el jefe de ellos, claramente agitado y angustiado.

-Buenos días, Mi Alteza…-comenzó a decir entere jadeos mientras se hincaba de rodillas ante el trono donde se sentaba Rin.

-Dime de qué trata este asunto tan urgente.-dijo de mala manera e indicándole con la mano que se apurase.

-Es… ¡es terrible, Su Alteza! La fuente…¡La fuente…!

 Los ojos de Rin y Nitori se abrieron mucho. El pelirrojo dejó de apoyar su cabeza en su mano, inclinándose para adelante.

-¿Qué ocurrió con la fuente? ¡Habla!

-Ocurre que…-el guardia tomó aire, ya más calmado.- Un grupo de gente logró infiltrarse y hallar la fuente secreta.

-¿Se metieron en los jardines laberínticos del palacio?-comentó incrédulo.

-Exactamente.-comentó resignado.

-¿Y lograron hallar la fuente secreta?

-Sí.

 Rin se acomodó en el trono, tratando de procesar la información.

-No puede ser…-comentó igual de sorprendido Nitori.- ¿Cómo pueden haberlo logrado?

-Deben ser muy inteligentes.-meditó Rin.- Y debían tener bastante información clasificada…

-Hace unos pocos días se reportó el robo de un plano del palacio real. Probablemente sea de los jardines laberínticos.

-¡Nitori! ¡¿Por qué no me comunicaste nada!?

-¡Si lo hice, Rin-senpai!-dijo asustado.- Pero a usted pareció no importarle demasiado…

-Bien, ya está.- resopló. Luego clavó sus ojos rojos en el guardia imperial a sus pies.- Dame los detalles.

- Ingresaron pasada la media noche. Eran cuatro, todos hombres, no mayores de veinte años.

-Qué valientes…-comentó extrañado ante la edad de los rebeldes.

-Se dirigieron hábilmente hacia la fuente, creemos que no dieron rodeos. Incluso usaron una distracción para que los guardias se alejasen y así poder ingresar…

-¿Y luego?-apresuró.

-Uno de ellos fue herido en el tobillo izquierdo, aunque logró escapar,  con ayuda de otros dos. Pero logramos capturar a uno.

-¡Tráiganlo aquí, ahora! Encontraremos la manera de hacerle hablar.

-¡Sí, Su Alteza!-el guardia giró hacia las puertas.- ¡Éntrenlo!

De las puertas aparecieron  varios guardias caminando al mismo ritmo. Se detuvieron al llegar ante Rin, reverenciándolo.

-Déjenme verlo.- ordenó.

 Los guardias se corrieron mostrando a un chico con las manos y los pies atados, vistiendo ropas azules y blancas. Rin tragó duro, sin poder creer lo que veía. Seguro sus ojos le jugaban una muy mala pasada…

-¡Agáchate ante Su Alteza!-le espetó a Haru uno de los guardias mientras lo obligaba con su mano a arrodillarse.

 Haru cayó de rodillas al piso. Alzó la cabeza, mirando fijamente a Rin. Las joyas azules de sus ojos se clavaron intensamente en él.

 No había duda. Sólo alguien en todo Iwatobi tenía ese color de ojos…

-¡Haru…!-gritó Rin tomando aire mientras se levantaba del trono.

 Rin lo miraba entre el espanto y el asombro. Después de tantos años luchando por alejarlo de su mente y de su corazón, esa persona que lo atormentaba se presentaba ante él como un prisionero, culpable de uno de los mayores crímenes del reino. No podía estar pasando. No podía ser ese Haru. Pero era tan similar al chico que guardaba en su memoria….

-Al fin nos re-encontramos, Rin.-dijo suavemente Haru, sonriendo levemente, sin dejar de mirarlo.

 

Notas finales:

Alguien esperaba que Nitori fuera el consejero de Rin? owo No sabía bien si hacer que se refiera a él como Rin ó Matusoka, aviso por si lo cambio en el próximo cap xDU 

 Ya empecé a escribir el próximo, de hecho era este más largo, pero me gusta terminar los capítulos en ciertas partes, asíque me pareció más interesante describir el encuentro de estos dos en el próximo capítulo nwn Y por cierto, en este cap hay varias pistas de lo que ocurrirá después~

 De vuelta mil gracias por leer esto y dejarme sus opiniones, me ponen muy contenta nwn Asíque invito a todos a que me dejen un review sobre el fic, el cap, o lo que quieran

Nos leemos~!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).