Soy tu mascota…
Nada puede impedir que esta noche el dios de las mentiras aparezca en la habitación de un hotel barato en alguna parte de Europa. Tomando la apariencia de un doberman de ojos verdes observa al hombre que duerme y se retuerce sudando a causa de una pesadilla.
Ya transformado en el canino se lanza sobre su presa mostrando sus colmillos; muerde el hombro del que hace unos segundos dormía y ambos desaparecen envueltos en una neblina.
Los dos sujetos aparecen en una fastuosa habitación.
—Hola, soldado de otro tiempo— dice Loki mientras su labios dibujan una pequeña sonrisa maliciosa. Antes de que el otro tome la iniciativa para atacarlo, mágicamente las sábanas de la cama lo sujetan—. Tus esfuerzos son en vano… Mi voluntad te mantiene preso en esas esposas de fina seda— agrega el dios de las travesuras. De repente el cautivo siente que el asma le regresa, tiene palpitaciones…—Shhh. Cálmate. Todavía no quiero que mueras— sonríe Loki.
El Capitán América lucha inútilmente por liberarse de las ataduras.
—Loki, suéltame y prometo no golpearte tanto— exige el rubio.
—Te dejaré ir cuando cumpla con mi venganza— contesta Loki acercándose lenta y elegantemente para acariciar el rostro del héroe—. Estuve observando a cada uno de ustedes y sus… movimientos. He decidido comenzar mi venganza empezando por ti.
Al súper soldado se le hiela la sangre al escuchar esas palabras. Hace un último intento por liberarse mientras su captor disfruta viendo cómo le invade la desesperación. Steve no puede escapar de las caricias que su captor ha comenzado a darle.
—Grita si quieres, vendrán los guardias y descubrirán que me he estado haciendo pasar por Odín… Mi secreto quedará al descubierto y tendré que escapar, pero tú podrás librarte de mí— dice Loki mientras continúa quitando suavemente el pijama que cubre el musculoso cuerpo del rubio de ojos azules.
—Sí que estás demente, no quiero que me encuentren así— contesta el cautivo al tiempo que muerde su labio inferior provocando un pequeño sangrado.
El príncipe detiene sus delicadas caricias para posar un dedo pulgar delicadamente por aquella herida, luego deposita un suave beso en la misma.
—Sé una buena mascota y tal vez te deje ir ileso.
Eso desconcierta al hombre de dorados cabellos, se supone que cuando uno se venga debe provocar dolor y sufrimiento, pero esto es todo lo contrario. Sí, lo tiene maniatado pero está siendo muy cariñoso… nunca fue tocado de esa manera tan deliciosa y amorosa, piensa el icono de América.
—Ah… Lo-Loki… Somos hombres, ¿cómo puedes…? ¡Ah!— se queja tratando de ahogar sus incontrolables gemidos y agitaciones.
El príncipe disfruta de ese cuerpo.
Por primera vez Steve experimenta el sexo oral. Nunca pensó demasiado en ello. Sí, fantaseaba con poder experimentar el cómo lo hacía su mejor amigo Bucky, pero su apariencia de alfeñique le cerraba toda posibilidad.
El príncipe Jotun prepara la estrecha entrada de su humano con cuidado para después entrar en él con diligencia mientras escucha un grito ahogado que de inmediato hace callar con un dulce beso.
Steve Rogers siente que su enemigo lo castiga de una manera muy particular. Le está haciendo el amor. Agradece tener las muñecas atadas en la cabecera de aquella cama porque de estar libre no conocería el lado más íntimo del enemigo. Disfruta de las delicadas envestidas que le da el hermano de Thor.
Loki por su parte siente la estrecha entrada del Capitán contraerse hasta hacerle sentir un agradable dolor en su masculinidad.
—Ah… Lo…Loki… Suéltame, no… ngh… no voy a… Quiero tocarte. Te prometo que no voy a escapar…— ruega el Midgardiano.
—Claro que no vas a escapar. Eres mi mascota ahora.
—¿Sabes? En la Tierra de vez en cuando los amos consienten a su mascota…
Loki no contesta. Besa en cambio al rubio con pasión y dulzura. Steve corresponde indeciso y después de un buen rato ya no se resiste más.
—¡Ah…! Aghh… D-De acuerdo… soy tu mascota… amo…
El movimiento de los amantes incrementa haciéndose más furtivo llegando así al clímax. Steve deja salir su néctar manchando el abdomen de Loki. Al mismo tiempo el dios deja el jugo de la pasión en la tibia entrada de su prisionero humano.
Al terminar con su acto libidinoso, Loki desata al soldado y con una leve caricia en el hombro le cura.
—Descansa— ordena Loki y Steve obedece sin cuestionar. Se acuesta en la amplia cama. Loki toma la forma de Odín y cubre el cuerpo del otro hombre.
El súper soldado piensa en lo sucedido. Ese maldito lo secuestró y lo violó… eso no está bien, pero al menos no fue rudo. Todo lo contrario, había sido como si de verdad le hubiese hecho el amor.
Está muy confundido por lo que acaba de suceder. Tiene sentimientos encontrados de enojo y alegría, porque es absolutamente cierto que gozó en aquellos brazos y ahora dormirá en la misma cama donde acababa de hacer el amor con un tipo que es un villano megalómano. Se obliga a dormir acurrucado en las mantas que el otro usó para cubrirlo del frío.
Más tarde siente ese frío; da vueltas en la cama y Loki entra como El Padre de Todo. El hechicero hace que el ambiente se caliente prendiendo una chimenea de aspecto muy rústico.
—Duerme. Mañana te dejaré en el hotel.
Y sin decir más se acuesta a lado del Capitán América.