Me duele todo el cuerpo, los músculos los siento.. Tensos, y tengo un gran peso sobre mí.-buenos días, pequeño caramelo blanco.- Sam dijo sin abrir los ojos.
Ah, ya recuerdo.- ¿ca…caramelo blanco?-trato de zafarse de los brazos de Sam, sentía vergüenza cuando le llegaron todos los recuerdos
de lo que había hecho ayer, había gritado, gemido, habían hecho cosas demasiado embarazosas , como podría verlo a la cara de nuevo.
-oye, no te escondas.- Sam evito que drey saliera de la cama y lo retuvo en un gran abrazo.-no te avergüences, creí que ya confiarías en mi después de verte desnudo y gritando mi nombre y claro después de todas las hermosas caras que me mostraste anoche, creí que… ¿Qué te sucede?
Drey estaba rojo, no podía levantar la mirada de las sabanas.- por favor, no lo digas en voz alta. Es demasiada… vergüenza.
Sam lo obligo a verlo aun cuando drey lucho por no hacerlo.- espero que no te arrepientas de lo que hicimos. Puedo entender tu extrema timidez, pero no te perdonare si dices lamentar lo que ocurrió.- su tono era serio y autoritario.
-no... No es eso.- drey se soltó y esta vez logro dejar la cama.
Quería a Sam, él lo sabía, pero había algo dentro de él, que no lo dejaba expresarse debidamente, la timidez era más fuerte que él, necesitaba estar unos momentos solo y pensar, solo meditar en cómo decir cosas sensatas sin herir a Sam. Que era lo que menos quería.
-regresa aquí, son las 7 aún es temprano.- Sam acaricio un lugar cerca suyo , señalando que ahí quería que drey se colocara.
-¡las 7 , dios , es tan tarde!.- drey tomo sus cosas o al menos las que pudo encontrar en todo el desorden que habían dejado de ayer.- tengo que irme, tengo muchas cosas que hacer. Jace va a matarme
-por supuesto, para trabajar puedes hablar claramente.- Sam dijo por lo bajo, arrepintiéndose de sus palabras apenas las dijo.- drey, lo siento soy un idiota.
-tranquilo, yo… ya me voy.- se fue sin mirarlo, cerrando la puerta detrás de él.
Drey entendió que no era intención de sam ofenderlo pero de alguna forma, si logro herirlo. Porque sabía que era verdad
-oye tu
Esa voz. Aquella voz tan profunda y desgastada pero a la vez siempre sonando fuerte y con exceso de confianza.
-señor, ¿se le ofrece algo?- drey tenía como regla principal jamás ver a los ojos a el dueño de esta casa, pues solo una vez cometió ese error ,y al instante se arrepintió pues la mirada que tenía era una de superioridad que te hacía temblar.
-estoy confundido.
-¿s-señor?- sentía que algo iba mal, algo malo sucedería.
-estoy confundido porque uno se va unos días de viaje.- unos largos meses, por dentro drey corrigió.- y me encuentro con que ¡mi maldito hijo está revolcándose con un puto sirviente!- termino gritando.
Drey no podía moverse, estaba paralizado. De por si el hombre ya daba miedo y que gritara de esa forma lo dejaba, atónito.
-s-señor, m… si me deja explicar , nosotros so-solo estábamos.- empezó a tartamudear , maldita sea , estaba muriendo de miedo y lo que era peor , no sabía que responder , no era como que llevaran mucho juntos como para admitir que eran novio y talvez Sam no quería que su padre se enterara . no sabía menos que respuesta esperaba el viejo hombre.
-ah , ya entiendo, tu solo lo satisfaces .- el señor soltó un suspiro exagerada como si todo su enojo se hubiese ido con el suspiro.
Que hombre más bipolar. Eso le provocaba más miedo aun.
-vera, señor
-sht.- lo hizo callar.- mi hijo siempre hace lo mismo, tal vez tu creas que eres especial o que siente algo por ti , y esas cosas pero sabes algo, Te desechara en unas dos semanas. Solo te quiere para aliviarse. Es hombre tiene necesidades.
-se equivoca.- drey dijo claro y fuerte. De donde mierda salió ese valor. Que se agotó en un instante.- s-señor.
Drey pudo imaginarse al hombre con la ceja levantada esperando que se retractara o que dijese algo puesto que se quedaron en un largo y tenso silencio.
-señor, no-nosotros nos queremos. Y yo-yo pienso que su hijo, ya … es grande como para …elegir con quien estar. Di-digo yo.- no, estaba muerto. Sentía la mirada penetrante, perforándole la cabeza. Ahora se arrepentía de no haberle correspondido las palabras a Sam de anoche, porque presentía que esta conversación no terminaría bien para ellos.
-dime algo. Sinrvientucho.
¿sirvientucho? Pensó en lo mal que sonaba eso.
-mírame.- bruscamente agarro los cabello de drey .- mi hijo no es gay, y jamás, pero escuchame bien, jamás sentiría algo por un estúpido sirviente . Esto solo es capricho de adolecente, ya sabes, cosas como rebeldía . Se le pasara.
Drey sentía sus ojos llorosos, odiaba escuchar esas palabras que eran cosas que él pensaba pero desechaba siempre que pensaba también en las caricias que Sam le daba y en las lindas palabras que le dedicaba.
-lo quieres.- soltó con asco.
Drey no quería, pero no pudo más , las lágrimas brotaron , corriendo por sus mejillas, era tan doloroso escuchar sus temores en voz alta.
-si tanto lo quieres, piensa en lo que es mejor para él. Tiene una buena familia, con un apellido poderoso, tiene una gran casa y en especial un gran futuro. Asele un favor y no lo arruines. –soltó el cabello de drey pero no se detuvo. Las palabras siguieron.
-mejor aún, ve ahora mismo y dile que se acabó el juego. Dile que no lo quieres y que ya no te moleste nunca más.- apunto con sus ojos a la puerta de Sam. –ve.
Drey no se movía , hasta que bruscamente el señor le dio un empujón.
-es lo mejor para él , nunca tendría un buen futuro contigo.
Drey camino lentamente, tratando de secarse las lágrimas en el camino, que no era muy largo. Tomo una profunda respiración. En parte era cierto, Sam solo tenia un capricho, quizás solo quería experimentar con un “sirvientucho” y aun si sus sentimientos eran reales, esto sería lo mejor para Sam. Ahora que tenía una gran oportunidad, no quería arruinarle eso, en especial que siendo actor una de las cosas que más influyen son las apariencias.
Parado en frente de la puerta pensaba, en como esa habitación hace unas pocas horas había sido el lugar más hermoso del mundo, su refugio, en donde se sentía seguro , ya que había pasado la mejor experiencia de su vida, con el amor de su vida.
Drey entro y vio a Sam saliendo de la ducha con una capa de vapor siguiéndolo.
-drey, dios, no te escuche entrar.- Sam se acercó rápidamente a él, enmarcando su cara con sus manos.-¿Qué te ocurrió?.¿Lloraste?
Porque Sam tenía que ser tan atento y gentil.
-quiero terminar contigo.-drey soltó mas frio de lo que esperaba.-
Sam no se alejó, solo parecía bastante impresionado.- bebe, no me digas eso. Perdón por decir esas cosas antes, yo solo estaba algo molesto .pero por favor perdóname ¿sí?
-no es por lo que dijiste.-drey no quería. Quería quedarse con este hombre, no quería que esas grandes y cálidas manos lo soltaran jamás.- no quiero seguir con este juego.
-¿drey?- Sam tomo sus manos entre las suyas.-porque haces esto. Te están obligando
-nadie me obliga.- decía esto sin tartamudear, sin alejar la mirada, era como si estuviese actuando para una obra escolar, donde el fuera el antagonista, El que por ende, hería al protagonista. Solo si lo veía de ese modo, podía hacer que las palabras salieran y que se tragara las lágrimas que le estaban partiendo el corazón.- siempre creí que esto no funcionaria, era solo una travesura. Pero ya me divertí y ahora hay que regresar a nuestras vidas.
-drey , que no oíste lo que te dije ayer. Yo te amo, no me hagas esto, podemos hablarlo. Si es por lo de la película , la dejare. O por que no te gusta trabajar para mí, no importa renuncia, y te mantendré. Solo dime que quieres, yo te lo daré. Pero no te alejes de mi.- Sam lo abrazo , en un agarre posesivo y desesperado.
Drey casi cedió, pero obligo a cada célula de su cuerpo a cooperar en no rodear su bronceado y gran cuerpo con sus brazos.
-por favor Sam, solo no me molestes mas.-drey corrió sin mirarlo, no podía, no quería ver esa bello y alegre rostro con ningún rastro de dolor. Se sentía horrible, sentía que su estómago estaba a punto de devolver todo lo que había comido ayer por pura pena, sentía que su corazón latía a gran fuerza y que sus respiraciones eran pesadas, como había podido hacerle algo tan cruel a una tan buena persona. Y no solo eso, sino se arrepentía de en su oportunidad , no haberle dicho al hombre lo mucho que lo amaba.