Capitulo.-8
Habían pasado unos cuantos dias, desde que Itachi, "conocio" quien era "realmente" su esposa, mas solo superficialmente, ya que no se sentía preparado para escucharlo hablar sobre el porque del engaño, debía admitirlo, aun le dolía, aún sentía odio, coraje, decepción; ,más también aun sentía esa calída sensación en su pecho al verlo. Todo este tiempo había estado luchando contra sus propías emociones, se dijo a si mismo que le haría sufrir, más no se sentía capaz, ese tipo de acciones no entraban de su noble y calida naturaleza, si bien podría ser frio y distante pero, solo eso. Adémas de eso, muy dentro de si, quería hablar con él, aclararlo todo, también deseaba que le dijera que lo quería igual o mas de lo que él le quería, quería que el rubio tomara la iniciativa y asi él no poder negarse, dentro de sí deseaba abrazarlo, pegarlo a su pecho, para que asi escuchara como su corazón latía desbocado por su culpa, quería que tan siquiera solo el 20% de todas las cosas que dijo, fuera real.
Entró en el baño, encontrándose con el rubio, quien de inmediato se cubrió, acababa de ducharse.
Itachi.- No entiendo porque lo haces, ¿Sabes? Ambos somos hombres.- Dijo de forma aburrida, recalcandó lo obvio.
Deidara.- Lo se.- Agachó el rostro.
El moreno lavó su rostro y cepillo su cabello ante la atenta mirada del oji azul.
Itachi.- Saldré, no volvere hasta mañana.- Informó mientras ataba su cabello como de costumbre.
Deidara.-¿Otra vez?.- Murmuró.- ¿Irás a una misión?
Itachi.- No.- Le dió la espalda.- Y no es algo que te importe.
Deidara.- Ya veo.- Se entristeció.
El Uchiha soltó un sonoro suspiro, últimamente actuaba de esa forma fria y cortante con el nieto del tsuchikage, mas le era casí imposible, solo el verlo agachando el rostro o escuchar esa suave vocecita quebrandose, le dolía, era casí como cuando su hermano menor aun era un niño pequeño y sus padres le regañaban,no, era como un cachorrito o un gatito pequeño, seres con los que nunca podrías enojarte.
Itachi.- Me voy.- Desapareció detrás de la puerta.
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Caminaba con pereza por la aldea, no tenía la menor idea de que hacer ese día, con eso de que la princesa hokage, Tsunade le había dado bastante tiempo libre, 1 mes de merecidas vacaciones para poder pasarlas con su adorable "esposa", no iba a negarlo, esa mujer también estaba ansiosas de que el proximo lider del clan Uchiha fuese padre. Sin embargo, no quería estar cerca de él, quizás pasaría la noche nuevamente en casa de sus padres, como lo había estado haciendo estos últimos días, lo habría hecho en casa de sus amigos, mas no quería responder a preguntas incomoda, ni tampoco quería escuchar de la "enorme" suerte de tener una esposa tan bella, etc. etc.
Sin muchos animós entró a Ichiraku, que para su suerte, solo estaba el viejo Teguchi.
Tomó asiento y enseguida el amable hombre le atendió.
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Deidara se encontraba echado en uno de los muebles de la sala, se sentía sumamente deprimido, la actitud del moreno le calaba a mas no poder, mas no lo culpaba, también le podía el hecho de no poder decirle nada, de que no pasara la noche en casa, pero, ¿Que podría hacer? Estaba a merced de que en cualquier momento le echaran de la aldea, eso no le importaba en lo mas minimo, es mas, la relación de Konohagakure e Iwakagure, le iba y le venía, solo quería que el Uchiha le escuchara una vez, solo eso.
Se puso de pie con algo de pereza al escuchar la puerta, caminó sin animos, esperaba que no fuera nada grave, trago grueso y al abrirla, se encontro con Mikoto, iba acompañada de una mujer de largos cabellos rojos, quienes llevaban unas bolsas.
Deidara.- Mikoto-san.- Dijo sorprendido.- ¿Que ocurre?
Mikoto.- Hola, Kuro-chan.- Entró seguida de la otra mujer.- Ella es amiga mia, Kushina Uzumaki, es la esposa de Minato Namikaze y es madre de Naruto Uzumaki, supongo que los recuerdas el dia de la boda, ¿No?
Deidara.- En realidad no.- Pensó.- Kushina-san, buenas tardes.- Saludó con una sonrisa, fingida, no se sentía nada bien y menos para socializar.
Kushina.- Que gusto verte, Kuro-chan, se nota que el matrimonio te ha sentado bien, ttebane.- Decía alegre la pelirroja.
Deidara.- Gracias.
Mikoto.- ¿Donde esta, Itachi?
Deidara.- Bueno...Él... No se encuentra...
Mikoto.- Perfecto!.- Exclamó.
Deidara.-¿Ah?
Mikoto.- Se que las cosas no andan del todo bien entre ustedes.- Decía mientras revisaba las bolsas.- Y no creas que vengo como la tipica suegra entrometida, en absoluto, solo quiero ayudarte a aligerar las cosas, no te preguntare que ocurre, ¿Esta bien?
Deidara.- Si...Supongo.- Murmuró nada convencido
Kushina.- La mejor forma de conquistar a un hombre o contentarlo es por medio del estomago, ttebane.- Sonrió pasandole un delantal.
Deidara.-¿De verdad?.- Aceptó lo que le era entregado.
Mikoto.- Asi es, te enseñare a preparar la comida favorita de Itachi.- Sonrió
Deidara.- Los dangos.
Mikoto.- Si, se nota que han conversado bastante, Itachi no le cuenta eso a cualquiera.- Dijo con una mirada insinuante.
Deidara.- Eh...Me lo contó Shisui-san.- Dijo levemente ruborizado.
Kushina.- También las bolas de arroz.- Sonrió
Mikoto.- Si, bien, Kuro-chan, pon mucha atención.
Deidara.- Si!
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El moreno se encontraba sentado en la barra de un bar, pensaba en todo lo ocurrido y en lo patetico que seguramente se estaba viendo, escodiendose de todos.
Madara.- Asi que aqui estabas.-Se sentó a su lado.
Itachi.- ¿Algún problema con eso?
Madara.- Te vez patetico
Itachi.- Lo se, pero, ¿Que mas puedo hacer?
Madara.- Hay una forma de arreglar las cosas, esto solo te hace quedar mal a ti y al clan.
Itachi.- Acaso...¿Quieres que finja que soy feliz en un matrimonio con otro hombre?.- Pregunto algo exaltado.
Madara.- Entonces...¿Ese es el problema? Tanto te afecta que sea un hombre? Creí que eras mas abierto de mente.
Itachi.- Madara, no me jodas.- Frunció el ceño.- Quizás no me importaría si él hubiese sido sincero desde un principio pero, no lo fue, al igual que tu.
Madara.- Se que me equivoque, lo reconozco pero, ahora también tu reconoce que tratarlo asi, no te servira de nada.- Meditó unos segundos.- Lo amas, ¿No es asi?
Itachi.- No.- Se puso de pie.- ¿Como podría amar a alguien como él? Una persona que disfruto ver como me enamoraba de alguien que no existe.
Madara.- Piensa bien en lo que estas diciendo, cuando lo veas esta noche, ve si realmente lo amas o no.
El menor no le contesto nada , simplemente salió del lugar.
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Kushina.- Todo luce delicioso, ttebane, Itachi-kun se pondrá feliz.- Comento alegre
Deidara.- Eso espero.- Murmuro mirando el piso
Mikoto.- Kuro-chan.- Lo tomó de la mano.- Puede que las cosas no anden del todo bien por el momento pero, ya veras que todo se arreglara.- Acarició su mejilla.- Al verte a los ojos se que sientes algo muy puro y hermoso por Itachi, ¿Verdad?
El rubió solo asintió algo ruborizado.
Kushina.- Esas son las bases para un buen matrimonio, si tu lo quieres de esa manera tan dulce y desinteresada, él no podrá negarse a perdonarte, o aceptar el error que cometió, digo, no se que paso entre ustedes, solo lo pongo de esa manera, ttebane.
Mikoto.- Se que tu eres la persona indicada para mi Itachi, estoy totalmente segura de ello.
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El moreno regresaba a casa, la noche ya había caído, había estado dandole vueltas a la situación y quizás Madara tenía un poco de razón, al entrar se encontró con el rubio sentado en uno de los muebles de la sala, leyendo una revista para mujeres casadas, al Uchiha le cayó una gotita de sudor en la frente.
Deidara.- Itachi!.- Dijo sorprendido y escondiendo la revista, cortesía de Kushina tras su espalda.- Eh... Mikoto-san y Kushina-san, estuvieron aqui.- Comentó levemente ruborizado
Itachi.-¿Mi madre?.- Pregunto confundido, sentandose al lado del oji azul.
Deidara.- Si, me enseño a preparar tu comida favorita.- Giró el rostro.- Quizás...quieras probarla.- Dijo en voz baja.
Itachi.-....-¿Que pretendía su madre?.- Esta bien, lo quiero probar.- Dijo con calma
Deidara.-¿De verdad?.- Sonrió levemente.- Te lo traere.- Se pusó de pie y cuando estaba por correr a la cocina, el moreno lo sujeto por la muñeca.
Deidara.-¿Itachi?
Se puso de pie y lo tomo por el mentón, se quedo mirandolo a los ojos, a esos hermosos ojos color cielo, bajo su vista hacía esos labios rosados entreabiertos, todo eso que lo había cautivado de esa manera inexplicable.
Itachi.-¿Que es lo pretendes?.- Susurro
Deidara.- Yo...¿De que hablas?
Itachi.- Por mas que intento...No puedo.
Posó sus labios sobre los contrarios , el beso comenzó lento, suave, para luego aumentar de intensidad, Deidara comenzó a corresponder de manera timida, mientras lo brazos contrarios rodeaban su delgada cintura.
Deidara posó sus manos sobre el pecho del mayor sin dejar de corresponderle.
Al llegar a la habitación, el moreno lo empujó contra la cama, subió sobre él besandolo de manera mas hambrienta que antes, de inmediato sus ansiosas manos, comenzaron a recorrer su cuerpo por encima y debajo de la ropa.
Deidara.- Itachi...Yo...no...- No pudo continuar , los labios del Uchiha devoraban los suyos sin dejar de acariciarlo.
Se separo cuando el aire les hizo falta, unicamente para deshacerse de su polera, dejando a la vista su bien trabajado torso y provocandole un leve rubor al rubio. Sus manos despues, viajaron al cierre del qipao que vestía el contrario, deshaciendose al instante de este; Cuando lo tuvo asi, semidesnudo, le miró un par de minutos.
Deidara.- Itachi.- Múrmuro algo avergonzado, se sentía extraño, esos obscuros ojos lo miraban con sumo deseo y lujuria pero, no solo eso, había otra cosa, estaba seguro.
Itachi.- Shh.- Se acercó a su oído.- No hables, solo... quiero que seas mio... solo eso.
El rubor en sus mejillas aúmento, ¿Estaba hablando enserio?
Sus labios fueron devorados nuevamente, mientras su cuerpo era acariciado otra vez por esas fuertes manos del Uchiha, timidamente comenzó a corresponder a aquellas caricias, sus manos viajaron a sus largos cabellos azabaches, acariciandolos, bajo lentamente acariciando su espalda, provocandole un ligero escalofrio de placer.
Sin mucha preparación prevía , entró en él de manera lenta, soltando un ligero jadeo al sentír las estrechas entrañas del ojiazul, y al sentír aquellas uñas enterrandose en su espalda, le excitaba, le gustaba todo lo que estaba sintiendo en ese momento, tanto fisicamente como emocionalmente.
Le dolía, si pero, se sentía increiblemente bien, no iba a mentír, mas aún, cuando el azabache le besaba de esa manera protectora en la frente y en las mejillas, mientras le susurraba aquellas palabras, expresandole lo bien que se sentía, mientras sus manos no dejaban de pasearse por su cuerpo, mientras su corazón no dejaba de latír de esa manera.
El vaivien comenzó lento pero, placentero.
Deidara.- Ita...Itachi...Nhg...mmm...- Jadeaba cerca de su oído.
Itachi.- Eres mio...- Susurro cerca de su oido.- Mio.- Lo besó con salvajismo, siendo enteramente correspondido.- Quizás me estoy equivocando pero, no me importa nada mas que él me pertenezca solo a mi.- Se dijo a si mismo, mientras limpiaba las lagrimas que salían de aquellos ojos azules.
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