Sus cabellos aun estaban rubios, el príncipe temblaba, el calor continuaba recorriendo ambos cuerpos, sus labios seguían unidos.
-Haa..Vegeta..-Goku separo sus labios de los del príncipe, sus miradas se cruzaron, ambos notaron la alegría en la mirada del otro, no sabían porque pero se sentían realmente bien.
Goku comenzó a salir del cuerpo del de cabellos de flama, Vegeta se sonrojo levemente al notar como aquel liquido viscoso salía de su parte baja, ambos estaban sentados frente al otro, no hablaban, pero las palabras en realidad estaban de sobra.
El de cabellos alborotados se acerco para darle un abrazo al príncipe, Vegeta correspondió sin rechistar, con sus labios empezó a propinarle besos suaves al cuellos del menor, ese cosquilleo era agradable para el de cabellos alborotados.
Con cada caricia y gemidos sus cuerpos se encendían nuevamente.
Se estaban dejando llevar por los besos, el príncipe comenzó a recostar al de cabellos alborotados, quedando ahora encima de él.
-Kakaroto...- Vegeta pronunciaba el nombre de su amante mientras le propinaba besos cerca de la oreja, el de cabellos alborotados comenzaba a sonrojarse. Ese contacto suave era extraño pero agradable a la vez.
El príncipe delineaba con sus dedos el abdomen de menor, de manera delicada como si de porcelana se tratase. Cada caricia causaba una vibración en el cuerpo de Goku. El menor daba varios suspiros, a penas habían recuperado el ritmo de sus respiraciones, pero de nuevo se estaban volviendo irregulares.
Vegeta no se lo pensó dos veces y comenzó a propinarle pequeños mordiscos en el cuello al menor, sus dientes quedaban marcados, sus miembros ya se hallaban erectos nuevamente.
Goku acariciaba la espalda del mayor, sus dedos jugaban con aquella marca de la cola, causándole al príncipe varios gemidos roncos.
Volvieron a cambiar de posición, quedando ahora Goku en cuatro, aquella posición lo avergonzaba un poco, pero lo olvido cuando sintió las caricias del príncipe en su espalda.
-Ve..geta..ahh..siento..como si me quemara...
-Yo...me siento..igual- el príncipe besaba la espalda del menor, desde la nuca hasta el coxis. Sentía el sabor salado por el sudor,el olor de Goku era embriagante, la lengua del príncipe comenzó a jugar con la marca de la cola del menor. Inconscientemente el menor comenzó a mover sus caderas, la sensación de la lengua del mayor era demasiado placentera.
El liquido pre-seminal se hizo presente en ambos, Vegeta dirigió su mano izquierda al pene erecto de su amante, le daba caricias delicadas y tortuosas, ese líquido se impregnaba en sus dedos, su agarre se hizo más firme, comenzó a estimularlo moviendo su mano de arriba a abajo.
-Ahh..ahh..yo...voy...- las rodillas del menor temblaron al sentir la mano del príncipe estimularlo, no tardo mucho en liberarse en la mano del mayor.
Las mejillas de Goku estaban rojizas, su pecho movia con cada respiración agitada, su corazón era escuchado por el mayor.
El príncipe dirigió su mano a la entrada del menor, lo comenzaría a lubricar con aquel liquido blancuzco. Un dedo invasor entro en aquel estrecho lugar, el príncipe aplicaba movimientos circulares, su otra mano empezó a tocar aquellos botones erectos en el pecho del menor. Apretaba los pezones para después pasar sus dedos suavemente sobre ellos.
Un segundo dedo entró, los movimientos se hacían mas bruscos sin causar daño, aquella cavidad empezaba a dilatarse, las expresiones del menor se confundía entre dolor y placer. Goku no podía acallar los suspiros que le causaban ese tacto. Sin esperárselo un tercer dedo lo invadió.
El príncipe comenzó a imitar estocadas, no quería dañarlo, solo quería proporcionarle placer; al tocar aquellas paredes sensibles notó como una nueva erección llegaba al menor.
-Quiero...verte..- Goku hablaba entre suspiros.
El príncipe al escuchar eso, sacó sus dedo y ayudo al menor a darse la vuelta, se coloco entre sus piernas y lo miro casi pidiéndole permiso. El menor asintió; Vegeta comenzó a introducir su miembro hinchado a ese lugar que le proporcionaba un placer exquisito. La cabeza entro con lentitud, Goku enterraba sus manos en la tierra, no quiso derramar lágrimas, el falo del príncipe se metía lento pero con seguimiento. Cuando entró por completo se quedó estático esperando que el menor se acostumbrase.
Sus cuerpos goteaban aquel sudor que perlaba sus pieles pálidas, Vegeta se inclinó hacia delante para poder besar al menor, sus lenguas se enredaron, se dejaron llevar y sin darse cuenta comenzaron a mover sus caderas. Se podía escuchar el choque de sus pieles, ambos rubios jadeaban en la boca del contrario, esa conexión que tenían era única.
El príncipe se separo de esos labios para poder dar sus estocadas a mayor velocidad. Con su mano tomo de nuevo el sexo del menor, sus dedos se paseaban con libertad por aquel órgano hinchado. Cada estocada y roce eran una ráfaga eléctrica que pasaba por la cabeza hasta los pies de Goku.
Vegeta tocó aquel punto de placer del menor, aceleró sus estocadas, Goku tambien movía sus caderas a una gran velocidad, el príncipe tocaba al mismo tiempo la uretra del menor con su pulgar.
Goku no podía sentirse mas en la cima, quería que aquella sensación fuese eterna.
-Ve..vegeta..ya..no puedo..- el menor no aguanto más, se libero manchando la mano del príncipe y parte de su abdomen, su cuerpo temblaba pues Vegeta continuaba dando algunas estocadas. El príncipe volvió a la altura del rostro del menor.
-Nunca..dejes...esa estupida sonrisa..ahh...- con eso el príncipe termino por correrse dentro de la cavidad del menor.
Vegeta termino por caer encima del menor, la cabellera de ambos volvía a ser pelinegra. Se sentían tan bien, como si una felicidad los invadiera.
Ambos cerraron ligeramente sus ojos, hasta por fin caer en el sueño.
Desafortunadamente ninguno de los dos se había dado cuenta de una presencia que los vio.
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Al despertarse, solo se besaron. Después de un rato buscaron sus ropas, se vistieron, pero ninguno quería terminar de vestirse. Sabían que debían separarse, cada uno a su hogar.
El príncipe tomaría vuelo a su casa, pero antes fue aprisionado por los labios del de cabellos alborotados.
-Kakaroto, mañana si tenemos que entrenar.
-Claro Vegeta, aunque ahora me siento sin energías - decía sonriendo.
Vegeta al ver la sonrisa del menor, no supo porque pero dejó que se notara un pequeño sonrojo en su rostro. Se sentía extraño después de haber hecho todo eso con el menor. Solo le evitó la mirada a Goku y se fue.
El de cabellos alborotados tambien fue a su casa, sentía que le darían un sermón pero no le importaba, todo lo que pasó con el príncipe valió la pena. La sonrisa en su rostro no desaparecía.
Al entrar a su casa lo primero que encontró fue a su esposa cocinando a regañadientes. Se veía enojada, no sabia si debía avisar sobre su llegada estando ella así, pero antes de decidir algo, la mujer se dio cuenta de su presencia.
-¡GOKU! ¡¿CÓMO TE ATREVES A IRTE SIN DECIR NADA?!
-Tranquilízate Milk. No me pasará nada estando fuera una noche.
-¡Ya se que no te pasara nada!- la mujer estaba que echaba humo, lo peor es que se fijo en el cuello del pelinegro. Vio las marcas, estas eran nuevas.
-¿Qué sucede Milk?- el pelinegro no entendía que era lo que veía la mujer.
-Goku, responde ¿Dónde estabas?
-Estaba entrenando con Vegeta. Le dije a Gohan.
-¿Y acaso nadaste con sanguijuelas junto a Vegeta? No creo que hubieses entrenado, tu ropa esta en perfecto estado.
-Pero si estuve con Vegeta...
-¡Entonces! ¡¿Qué son las mordidas de tu cuello?!
Goku abrió los ojos como platos al escuchar eso, no se le ocurría nada.
-Goku, responde.
El de cabellos alborotados iba a abrir la boca pero una voz los interrumpió.
-Él estaba entrenando mamá. Eso que tiene es la mordida de un animal de una isla. -Gohan le hablaba a su mamá con una seguridad con la cual la mujer no dudó en creerle.
-Papá ¿Puedes venir conmigo? Necesito ayuda con algo.- el joven se veía como siempre, por lo que su padre lo siguió sin decir nada.
La pelinegra quedó sola, le creyó a su hijo, al menos eso quería creer, no podía dejar de lado las dudas con respecto a su marido. Ella sabia que le ocultaba algo.
Ambos pelinegros estaban en la habitación del mas joven. Goku no sabia que era lo que su hijo quería.
-Papá - el semblante de Gohan se volvió mas serio- ¿Porqué?
-¿Eh? ¿Porqué qué hijo?- el de cabellos alborotados estaba confundido.
Gohan tomó aire y lo miró a los ojos.
-¿Porqué engañas a mamá con Vegeta?
Goku estaba estupefacto, su hijo estaba seguro de lo que decía, no había duda, los habían descubierto.