Amaneció. Los primeros rayos de sol entraron por la ventana en a la habitación de Hiccup; jinete y dragón habían descansado plácidamente sin que los sueños pasaran a ser más que fondos blancos en una conciencia que buscaba paz en la noche, así es como los encontró Valka cuando entro con el desayuno, los dos profundamente dormidos en sus camas. Nunca pensó ver tan tranquilo a su hijo, después de que como jefe, su tranquilidad era la tranquilidad del pueblo por sobre la suya propia.
No quería despertar a ninguno, pues ya mañana era su último día de descanso antes de volver a la faena de ser líder, pero tenía que hacerlo; así que con cuidado despertó a su hijo –buenos días dormilón, no quería despertarte, pero tienes que desayunar porque es el alimento más importante del día, y además te hice tu desayuno favorito- decía muy alegremente, a lo que Hiccup la miro algo extrañado, no es porque su madre no cocinara, sino porque ella era un peligro con la comida, después de ver la expresión de su hijo, Valka agrego, -está bien, me descubriste, lo admito, me ayudo Bocón a prepararlo- , un par de huevos fritos y tocino con sus rebanadas de pan tostado junto con un vaso de leche, mientras este se acomodaba para desayunar, Valka despertaba a Toothless, -Toothless, buenos días, el desayuno ya está listo, y si no quieres que Brincas Nubes se lo coma porque demoraste, te sugiero que despiertes- lo decía riendo, Toothless despertó somnoliento, la verdad había dormido tan plácidamente como no lo había hecho en días, pues entrenaba todas las noches para poder controlar su cambio de apariencia, así que estaba fresco para un nuevo día.
Después del desayuno Valka regreso a las labores de Hiccup. Ambos desayunaron tranquilamente, después, como de plano no tenía nada que hacer pues ya todo en su casa ya estaba compuesto gracias a Bocón, así que le dijo a su dragón que si se la pasaban jugando en los alrededores, ya para mañana como sería su último día de descanso, volarían todo el día, a Toothless le encantó la idea, dos días completos al lado de la persona que más amaba de todo el mundo.
Para comenzar, le pidió Hiccup a su dragón que posara para unos dibujos, lo malo es que Toothless era un modelo que se distraía por muchas cosas, como las mariposas, así que se la pasaba diciéndole a este que no se moviera mucho, a los cual terminaban ambos riéndose, y al final con unos hermosos dibujos. Después, se la paso trazando unos planos para la granja de Cubeta, la cual necesitaba unos gallineros más grandes y mejoras en los establos de los yaks, sabía que no tenía que hacer nada que fuera de sus labores como jefe, pero en ese momento se le vino una buena idea, y si no la plasmaba podía olvidarla.
Toothless estaba más que encantado pues para el almuerzo, los dos comieron algo que cocino Hiccup para ambos, la verdad que en los años en que su madre estuvo ausente, él se las tuvo que ingeniar para cocinar porque su padre no lo hacía; y gracias a los dioses que no lo hacía porque su comida era peor que comer pasto, bueno, tanto que hasta el pasto sabia rico. A Hiccup le gustaban más que la mayoría de la gente de Berk los vegetales, así que él siempre tenía verduras y frutas en su despensa, aparte de lo que a carne y pescado se refería, más conservas e ingredientes. Un buen estofado de yak para ambos, con muchas patatas, claro, porción normal para Hiccup, y porción Dragón para Toothless, pues uno a pesar de todo a veces se cansa de comer lo mismo, y en el caso de su amigo, comer pescado todo el tiempo era como para cambiar aunque sea un día el menú
-Comamos mientras esta caliente- le decía Hiccup a su dragón, este miraba el estofado con curiosidad, pues no había probado nada así antes, pero después pensó “lo hizo especialmente para nosotros, bueno, para mí porque quería que probara algo diferente a lo habitual, y estoy compartiendo este momento a su lado a solas”, Hiccup se dio de cuenta que su dragón no había probado bocado, le dijo –Toothless será mejor que comas antes de que se enfrié, pues sabe mejor caliente, además que después cuando estemos otra vez de vuelta en nuestras actividades normales no podremos comer con todo el tiempo del mundo un guisado súper especial como el mío-. Las palabras “súper especial” le confirmaron que sus pensamientos eran correctos y que debía de comer para saborear otro tipo de aprecio, pues había escuchado decir que el sabor de una comida dependía del empeño y amor que la persona que la hacía le ponía.
Amaba a Hiccup en muchos aspectos, pero al probar su comida, descubrió que también amaba el amor que le ponía a lo que cocinaba, pues el sabor que descubrió era tan cálido y reconfortante que podía sentirse como un abrazo. Terminaron de comer, y para la tarde, como Hiccup planeaba una salida para ambos mañana le pidió a Toothless que fueran al bosque a recoger bayas silvestres y alguna otra cosa que se encontraran en el camino, pues quería para mañana algo de fruta.
Tomaron una canasta y se fueron al bosque (recordemos que la alimentación vikinga en lo que respecta a frutas, era basada en la recolección) en el recorrido encontraron zarzamoras, unas frambuesas y muchas bellotas, ambos respiraban el aire del bosque con libertad, hasta que llegaron a un claro lleno de flores (para ser precisos el claro que dejo la madre de Antorcha), -tenía tiempo que no venía por aquí, me gustan las flores, aunque no lo diga porque según Patán son cosas de chicas, descansemos un momento antes de seguir-, a Toothless nunca le paso por sus pensamientos que a su jinete le gustaran las flores, no cabía duda que cada día se conoce algo más de la persona que amas y que termina por gustarte aún más que el día anterior. Se acostaron entre las flores, Hiccup, le platicaba a su dragón que cuando era pequeño, bueno, un niño, se la pasaba cuando podía acostado en el césped detrás de su casa mirando la forma de las nubes, deseando poder volar un día entre ellas; -gracias a que te conocí, he podido cumplir sin querer, mi deseo de la niñez, aunque la verdad también cuando era niño le tenía miedo a los dragones, y mi madre lo sabía, ahora ya no, soy diferente al “yo” que era antes y todo gracias a ti-. Toothless estaba sorprendido por la declaración que le había hecho su amado, y no pudo sentirse más que feliz, deseando poder cambiar y darle un abrazo a Hiccup, uno lleno de amor y calidez, pero aun no era el momento, así que solo se limitó a darle una de esas sonrisas por la cual su jinete le había dado ese nombre.
Se quedaron un rato más y antes de irse, Hiccup le puso algo en la cabeza a Toothless, era una corona de flores blancas y amarillas, -ya sé que hacer coronas de flores es de chicas, pero siempre quise hacer una, y pensé en ti porque resalta en tu color de piel, además que le hice una a mi madre, pues ella es tan especial como tú y se merecen una corona por ser lo que son-. Se marcharon del lugar, pues el sol comenzaba a ocultarse a lo lejos.
Valka recibió las flores con alegría, y noto que Toothless traía una corona también, y le pareció bonito, pero gracioso; -gracias por dejarme un tazón con tu estofado, estaba muy rico hijo, que bueno que no saliste como yo en la cocina- se reía Valka. Cenaron en calma, todo para su último día de descanso.
Ya en la noche, sabía que esta sería su última noche totalmente de los dos sin preocupaciones que mortificaran sus pensamientos y sus sueños, tenía que pensar en hacer algo para comenzar a llamar más la atención de su jinete, para que poco a poco naciera en este el amor, -que puedo hacer para que mañana sea especial…- se decía a sí mismo una y otra vez, pero no pensaba aun en mostrarse en su forma humana ante él, hasta que decidió que el día terminaría con una visita a ese lugar tan especial donde comenzó todo, si, debían ir mañana ahí, cambio de forma y bajo con cuidado de no despertar a nadie a la cocina, ahora era el momento de aprender a controlar su cuerpo humano con el manejo de instrumentos cotidianos y como se utilizan.
Nunca pensé que poder tomar con mis manos un simple vaso y llenarlo de agua fuera algo un poco complicado, aunque se rían de uno, procurando no romperlo, y procedí a tomar agua como lo hacen las personas, me sentí algo tonto, pero todos iniciamos por algo simple cuando son pequeños, y para mí que siempre he tenido garras, es como si fuera un niño pequeño que conoce un mundo nuevo. Brinca nubes que había estado durmiendo en la cocina, despertó, y me miro curiosamente con el vaso en la mano, -hay hijo- comenzó a hablarme en gruñidos suaves como un susurro, -aun estás en tu entrenamiento para contralar tu nueva forma por lo que veo, y si seré un poco entrometido en tus actos, me gustaría que me pudieras contar, si es que se puede, cuál es tu principal razón o lo que primero vas a hacer con esta forma…-.
Toothless, suspiro, en estos años, había llegado a apreciar a Brincanubes; aparte de consejero y amigo, como un padre, pues el, desde que tenía uso de razón estaba solo, así que ya no se resistió más y comenzó a responder –lo más importante que tengo que hacer es buscar el destino, el que me llevo a amar al ser más importante de mi vida-, Brincanubes nunca pensó que esa fuera la razón más importante para su líder, pero en esas cosas del amor no se mandan y la verdad llega cuando tiene que llegar, tarde o temprano. –entonces, ya tienes pistas sobre algún furia nocturna que pueda ser tu pareja o has descifrado el enigma del hechizo de Odín sobre tu raza…-, Toothless, no sabía cómo explicarle, ni como comenzar a decirle sobre sus sentimientos, o qué pensaría si le confesara que se había enamorado de un humano; -bueno, no, pero el ser que deseo que me ame tanto como yo a él, no sé si se fijara en mi-, para la sorpresa de Brincanubes, descubrió que se refería a un “el”, así que dejo que este continuara y hablara con confianza; -como le dices a alguien, que lo amas tanto como lo extenso del cielo, como el número de estrellas y hasta más que a tu propia vida-, el mayor, se sorprendió al escuchar que tanto amaba su líder a ese “el”, y con el fervor y emoción que transmitía, le respondió, -veo que para que te expreses así, el ser del que estás enamorado, debe ser maravilloso, y espero que te corresponda de igual manera, ya que cuando uno ama de verdad, lo hace para siempre-. Toothless, comprendió que Brincanubes le respondía como un padre que anima a un hijo sobre el amor, sin criticarlo, solo le respondió –gracias, en verdad necesitaba decirle a alguien mi estado de ánimo, y ahora qué opinas que debería aprender a usar…-Brincanubes ya no quiso profundizar el tema, si Toothless no lo hacía por sí mismo.
Pasaron unas horas más y Toothless estaba tratando de usar una cuchara, y como poner la leña en la chimenea Brincanubes lo observaba mientras su líder aprendía poco a poco, -crees que Valka que sabe mucho más de dragones que yo y Hiccup juntos, sepa o sospeche que alguno de los nuestros pueda tomar una forma humana- , -pues la verdad no lo creo, pues nunca el Salvajibestia protector de nuestro nido adopto una forma semejante, así que esto puede ser nuevo, o solo exclusivo de las especies más fuertes; en el mejor o peor de los casos podría ser solo exclusivo de tu raza-, -si fuera exclusivo de mi especie, sería algo bueno o malo- le miraba preocupado Toothless, -mira hijo, no creo que sea malo, si el destino quiere que tengas también esa forma es porque así debe de ser, y la verdad siempre has sido un buen y gran líder, así que nosotros no somos quienes para criticar tu destino, ni tu sentimientos, si tú eres feliz, créeme que los demás también compartiremos tu felicidad, pues si tú eres feliz, nosotros también lo seremos-. Toothless y Brincanubes terminaron la plática y se dispusieron a descansar, regresando a su forma de dragón, se acurruco al lado de la cama de su jinete. –Quiero entregarte mi corazón y amarte hasta el final de los tiempos,- le decía a Hiccup en un suave y bajo susurro, y se perdió en el mundo de los sueños.