Pasaron unos minutos de un silencio extraño, los dos estaban sin saber exactamente qué decir, hasta que Hiccup rompió el silencio –yo… yo… lo que dije…-, Toothless lo miro, pues tantas emociones no eran fáciles de asimilar, -Hiccup, yo… quería pedirte…- y al pronunciar esto no sabía que su rostro estaba lleno de vergüenza, -si podemos dormir juntos… porque no es lo mismo dormir contigo en la forma de dragón, que como humano, además nunca he dormido con esta forma…-, -dormir?!… si, está bien, porque no- contesto un Hiccup con la cara muy roja.
Trajo de un estante otras mantas y otra almohada, nunca pensó compartir la cama con otra persona, que no es lo mismo que con un dragón. –Nunca en mi vida había compartido la cama con nadie, pues soy hijo único, y pues mi padre… no era de esas personas que arroparan a sus hijos por la noche, así que no estoy acostumbrado…-; -no te preocupes que yo nunca he sentido el cuerpo de otra persona así de cerca, pues no es lo mismo la piel de mis escamas que esta piel humana-.
Hiccup sentado en un costado de la cama, veía a Toothless nervioso, pues aún no se acercaba a la cama ni para sentarse, Hiccup se comenzó a quitar los pesados ropajes que traía al diario para quedarse con la poca ropa que usaba para dormir; -que te pasa, porque no te sientas en la cama-, Toothless no sabía qué hacer, pues no es lo mismo estar en su cama de dragón que en un lecho mullido, -está bien lo que traigo puesto para dormir en una cama-, le pregunto a Hiccup, fue en ese momento que callo en cuenta que Toothless estaría más expuesto, porque llevaba una pesada camisa de piel y una extraña armadura que no tenía intensión de preguntar de que estaba a hecha por ahora, -pues no creo que quieras descansar con esa pesada ropa, te puedo prestar una camisa o…- ; Toothless al escuchar eso, comenzó a quitarse lo que a su amado le parecía que le estorbaba, Hiccup vio con sin querer cada movimiento del joven que estaba frente a él, que dejaba expuesto su piel blanca y su bien formado torso, no sabía que Toothless se dio de cuenta que lo miraba fijamente.
-Estoy haciendo algo mal…-, Hiccup salió de sus pensamientos, al verse descubierto, -no, claro que no, es… solo que no me acostumbro al verte así, perdón…-; -no te disculpes, que yo también me veo a mi mismo raro, y bueno, así te parece bien-, y de repente otro pensamiento asalto la mente de Hiccup y se puso más rojo de lo que había estado alguna vez, se acordó de todas, todas esas veces que se quitó todas sus prendas frente a su dragón, las veces que lo vio desnudo y los nervios se le dispararon, hasta que una mano le acaricio el cabello lo saco nuevamente de su pensar, -Hiccup, tu cabello es muy suave, y la cama también-, el sentir el toque de esa mano se calmó, no sabía que era esa sensación que lo tranquilizaba, así que termino jalando a Toothless para quedar ambos tendidos en la cama mirando el techo.
-Nunca pensé que un día estuviera de esta manera contigo, tú me gustas mucho, mi corazón se emociona cada momento que estamos juntos los dos, como en este momento, solos…- Hiccup que estaba perdido en esos ojos de un color verde extraño, se vio envuelto en los brazos de Toothless, este se soltó del abrazo sorprendido, -vamos a acomodarnos bien en la cama, que de esta forma no me acomodo- -como digas, tú has dormido en una cama suave, yo no-.
Se acomodaron en la suave cama, uno al lado del otro, un poco nerviosos; -Puedo abrazarte…-, ahora si había pedido permiso, no como lo había hecho hace unos instantes, Hiccup vacilo por unos segundos, pero en su mente pensaba:” he dormido con el muchas veces, porque tendría que ser diferente ahora, a ver qué pasa… Toothless volvió a abrazar a Hiccup y este se dejó rodear por esos brazos que una vez lo habían rescatado del infierno para salvarlo. Inconscientemente Hiccup se acurruco en el pecho de Toothless, como la hacía cuando tiene forma de dragón, al sentir eso, lo estrecho aún más para sentir el calor de su cuerpo, pues Hiccup estaba ya dormido en sus brazos. Aspiro el olor de sus cabellos rojizos, ese joven era todo lo que necesitaba para ser feliz. Y así durmieron la primera noche juntos.
Amaneció, Hiccup abrió los ojos lentamente y sintió que había dormido plácidamente, por unos momentos se le olvido que estaba con alguien más en la cama, Toothless estaba a su lado, dormido plácidamente, observo ese rostro que hacía unas horas apenas había conocido, ese rostro de expresión suave, rasgos varoniles levemente marcados, un rostro joven como el suyo, pues su madre la había comentado que los dos tenían la misma edad.
Cuando se disponía a tocar una mejilla de ese rostro, un par de ojos lo miraban, -ya es de día-, -sí, yo acabo de despertar y he dormido muy bien-, -me alegra saberlo-, Hiccup se puso rojo, pues había admitido que le gusto dormir con el… -voy a hacer algo para desayunar, tomate tu tiempo para levantarte, es la primera vez que duermes con esa forma-, Toothless lo vio salir de la casa, se comenzó a levantar poco a poco de la cama. Se sentía extraño; no extraño de que fuera malo, sino que su cuerpo estaba muy ligero y sin cansancio, sonrió para sus adentros pues había dormido como nunca en toda su vida.
Hiccup había salido de la casa, todavía no cabía en su cabeza lo que había pasado esa noche, no es que hubiera hecho algo malo, dejo de pensar en eso y mejor vio que hacer para el desayuno, el problema que ahora se planteaba es que debía de comer Toothless en esa forma, pero analizándolo bien debería comer lo de siempre, pero no pescado crudo, -creo que debería dejar de atormentarme con esos pensamientos, si, mejor… voy por unas verduras-.
Toothless se puso su ropa y salió a ver por primera vez en su forma humana a la luz del sol del amanecer. Sintió el calor en sus mejillas, y vio a Hiccup acercarse así que fue a alcanzarlo, pero no fue muy lejos pues si de por si caminaba en lo que podía bien pues su cuerpo no estaba bien equilibrado por los dedos que le faltaban del pie izquierdo, pero sintió que las fuerzas le fallaban y callo de rodillas. Hiccup lo vio y salió a auxiliarlo, aventando a un lado los vegetales que traía.
-Qué paso, como te sientes- decía un alarmado Hiccup, -no sé, en un instante la fuerza de mi cuerpo me abandono, y solo me deje caer…- Toothless se intentó levantar y de nuevo le fallo su cuerpo, Hiccup le ayudo a levantarse, y fueron dentro de la casa. Siéntate un momento, voy por las cosas que deje tiradas. Entrando nuevamente a la cocina, chimuelo estaba de rodillas en el piso, respirando con dificultad, -creo que me he esforzado mucho en esta forma, o la luz del sol tal vez me está afectando, no lo sé- decía pesadamente, Hiccup –nunca habías estado en esa forma a la luz del día!-, -no, nunca…-.
Ante los ojos de un sorprendido y alarmado Hiccup; la piel antes blanca, se tornaba rápidamente en un negro como la noche; –estoy cambiando, pero nunca me había pasado tan drásticamente…-. Las unas se volvieron garras y la piel escamas, la anatomía estaba cambiando hasta volver a ser un gran dragón. –Has regresado a tu forma original… cómo te sientes, que hago!?-.
Toothless había perdido el conocimiento y él no sabía qué hacer en tal situación, así que lo dejo descansar hasta que despertara, -espero que cuando despiertes te sientas con ganas de comer-. Mientras tanto se había dispuesto a hacer algo de comer para los dos, revisando a su dragón cada vez que pasaba a su lado. Terminando su labor en la cocina, decidió mejor esperar un rato a ver si despertaba Toothless para que comieran juntos, así que mientras esperaba fue a hacer unas cosas pues no había ido a la isla en días y debía de ver si había algún percance que arreglar.
Pasaron casi dos horas y Hiccup regreso a ver si ya había despertado, pero no. Se acomodó a un lado de su dragón y le comenzó a acariciar la cabeza, hasta que escucho un ronroneo, Toothless estaba despertando, lenta y pesadamente abrió los ojos, -como estas, me preocupaste bastante… y me sorprendí mucho. Me imagino que tienes hambre, porque yo también tengo; te parece si comemos algo…-. Lentamente se levantó, sentía su cuerpo algo más pesado de lo normal, y se dirigió a la cocina. Se acomodó y Hiccup le sirvió un plato de comida caliente. –Nada mejor que un plato de mi estofado especial para que te sientas mucho mejor y recuperes fuerzas-.
Comieron tranquilamente, hasta que Hiccup dijo –hoy vamos solo a descansar, los dos, cerca hay en árbol con un pasto maravillosamente suave para que duermas, llevare algo para almorzar y regresaremos hasta que se ponga el sol, no sé qué te parezca esa idea-. Toothless asintió con la cabeza, la comida ya le había reconfortado el cuerpo y el plan de Hiccup le subió el ánimo.
Esa tarde fue la más tranquila que había tenido en muchos años, ambos estaban solamente descansando abajo del maravilloso árbol. Toothless veía la luz del sol y las nubes del cielo, además que veía como su amado Hiccup estaba dibujando como siempre además que no traía su habitual ropa, sino algo más ligero. Solo se lo pudo imaginar rodeado de un campo de flores. Almorzaron pan, mantequilla, queso y frutas que había llevado. –Sabes Toothless, como me gustaría que así de pacíficos fueran todos los días… y espero pasar un día así contigo en tu forma humana, si es posible; no quiero forzarte a que cambies si no puedes, tu preocúpate por descansar-.
Hiccup se acercó a Toothless. –Sabes, me da mucha curiosidad tu forma humana, pero me gustaría saber si te gusta ser humano y que pensaran todos cuando te vean; aunque a estas alturas ya no creo que nada les sorprenda ya que seguido nos pasan cosas muy locas… pero a mis ojos, yo te veo muy hermoso-, el Toothless lo miro rápidamente, y este se puso muy rojo al ver la mirada del dragón sobre él. Era una expresión que nunca había visto en los ojos de su amigo, y Hiccup solo pudo bajar la mirada para seguir hablando, -está empezando a atardecer-.
La vista que les brindaba el lugar era maravillosa pero ya era hora de irse. -Creo que es hora de regresar a la base, voy a preparar el salmón como te gusta-. Ambos regresaron, Hiccup preparo la cena con toda la tranquilidad del mundo, y Toothless lo miraba haciendo sus labores, se preguntaba si Hiccup le podría enseñar a cocinar para un día hacer algo para él.
Mientras se terminaba de cocer la cena, Hiccup le dijo a Toothless que iba a darse un baño, ahora que ya le había revelado su forma humana a su amado, se imaginó que sería tomar un baño como la gente, cuando la imagen de Hiccup desnudo le paso como un relámpago que sus neuronas habían procesado más rápido que sus propios pensamientos y esos pensamientos lo imaginaban a él compartiendo esa actividad. Se sacudió la cabeza, eso sería algo que tendría que hacer realidad, pero para ello tendría que cambiar. Hiccup regreso ya fresco y listo para una caliente cena. Se acomodaron cerca del fuego para cenar, se sentó enfrente de su dragón y comenzaron a comer.
Terminaron, se retiraron al cuarto a descansar, -sabes, hoy sentiré vacía mi cama; cuando vuelvas a cambiar espero dormir nuevamente a tu lado con tu forma humana, pero es mejor que descanses, no debes forzarte a cambiar si no puedes-, esas palabras, llenaron de alegría al dragón, pues significaba que no tenía que forzarse a cambiar, que Hiccup lo esperaba con alegría.
Transcurría la noche, Toothless estaba durmiendo al lado de la cama de Hiccup; y se durmió profundamente, por lo cual no noto que su amado se levantó de la cama, y salió de la habitación. El jefe de Berk salió de la casa sin rumbo. Volvía a sus lapsos de sonambulismo. Hiccup no sentía el frio de la noche y no controlaba sus pasos, estaba en un estado entre el sueño y la vigilia. Pero no por mucho, su mente se quedó en blanco y ya no supo más de sí mismo.