Toothless despertó, algo inquieto su sueño.
En penumbra de la noche despertó el dragón, entre dormido y despierto miro a sus alrededores, hasta topar con la cama de Hiccup la cual estaba vacía. Pasaron unos segundos mientras pensaba en que podría haber sido la causa de que el dueño de sus pensamientos no estuviera. –Y si fue al baño… podría ser…-, bostezo y como el rayo un pensamiento perturbo su mente - “Y si Hiccup tuvo un episodio de sonambulismo…”-. No paso ni un minuto cuando el dragón salió a buscarlo.
El cielo estrellado era oscuro y profundo, las estrellas eran como puntos en el fondo de un abismo, débilmente brillando, pero muy pacífica. Mientras buscaba, vio a lo lejos, que un cometa o una lluvia de estrellas se llevaba a cabo. Noto que una estrella, la más brillante pasaba muy cerca del mar, no sabía si ir a ver, hasta que noto que era una luz parecida a la que vieron cuando todos vieron al misterioso dragón, saliendo de sus actuales pensamientos, se concentró de nuevo a buscar a su amado. Llego a la zona del acantilado y ahí lo encontró.
Al bode del acantilado estaba tendido Hiccup, no sabía si despertarlo, o llevárselo dormido. Era una noche fría, así que con todo el cuidado del mundo de no despertarlo tenía que llevarlo a la casa. El camino fue lento, pues en su forma de dragón le costaba más maniobrar con una persona inconsciente. Llegando, lo puso en su cama y como pudo lo cubrió con las cobijas, se lamentaba no poder cambiar en ese momento para ayudar mejor.
Por un par de horas estuvo cuidando que estuviera bien, al ver que dormía plácidamente, él también se dispuso a dormir. Esa noche ya no tuvo otra sorpresa; tuvo lo que resta de la noche sueños en oscuridad.
Amaneció, Hiccup se levantó con pesadez; era como si hubiera corrido muchos kilómetros, salió de la cama sin ganas –buenos días Toothless, como amaneciste, yo me siento muy candado y eso que dormí toda la noche-, su dragón abrió los ojos lentamente, con un enorme bostezo. Eso significaba que ni él, ni su compañero habían descansado bien.
Ambos se miraron y descubrieron en el otro el mismo sentir de pesadez y pocas ganas de hacer algo ese día, que solo Hiccup contesto por los dos – tu tampoco quieres hacer nada hoy, quien nos viera, nosotros los jefes sin ganas de trabajar; que le vamos a hacer, busquemos algo para desayunar y por primera vez en muchos años no vamos a hacer nada por este día, vamos Toothless, veamos que desayunamos…- Y con esas palabras comenzó el día.
-Qué bueno que le hice caso a Pata pez esa vez que dijo que los cereales se pueden almacenar por mucho tiempo, pues sino, no tuviera mi cereal azucarado que a veces desayuno cuando solo quiero algo muy rápido, con leche de Yak sabe muy bien, quieres un poco de frutas, es mejor a veces empezar el día con algo ligero, además que hare algo rico para nosotros para el almuerzo-, así desayunaron, rápido y sencillo porque no querían hacer mucho esta mañana.
Mientras comía su cereal, Hiccup le pregunto a Toothless –no has podido cambiar nuevamente, verdad, no quiero que suene a que te estoy presionando o algo por el estilo; pero me gustaría volver a verte en tu forma humana…- Toothless lo miro con un poco de tristeza, con la cabeza negó y con un gruñido le dijo “aun no puedo, no sé por qué…-, Hiccup lo miro con ojos de sorpresa, y le dijo –me vas a creer loco o algo así, pero creo que te acabo de entender, no como siempre, sino que entendí tu gruñido… no sé si me esté explicando bien…- Toothless lo miro sorprendido y mirándolo a los ojos no sabía que responder… -bueno, mejor lo tomare como una divagación de mi cabeza, terminemos de desayunar que hoy promete ser un día muy especial.
Terminaron de comer, y se dispusieron a salir al lago que estaba en el Borde, en la zona de los gemelos, cerca del amado “pozo de cocodrilos” el cual llenaban con sus aguas, por el momento no tenía ninguno. –No se aun como dejamos a los gemelos hacer su foso, bueno, más bien traer cocodrilos, y lo que más me intriga es saber cómo los trajeron, pues eran muchos…, lo bueno es que les dieron vacaciones o algo así-, Toothless no sabía que pensar en cuestión al asunto de los gemelos, ellos eran raros, pero divertidos.
Llegaron al lago, el mañana era cálida, de esos pocos días en que el clima de esas regiones el viento helado se compadecía del sol y lo dejaba brillar y abrazar con su calidez a las personas. El agua resplandecía a la luz del sol. Era un maravilloso día.
Hiccup se quitó su camisa, y Toothless lo miraba de reojo, pues no quiere que se vea muy obvio, aunque ya sabe que le gusta , pero no por eso lo vería fijamente; mientras tanto en el torso descubierto de Hiccup se veían algunas cicatrices ganadas en alguna de las aventuras que han pasado, cuando estaba por quitarse la última prenda de ropa que lo expondría al natural, le cayó otro golpe de realidad, ahora que sabía el secreto de su dragón, comenzó a sentir algo de vergüenza, aunque siendo sinceros para que sentirla si no era la primera vez que Toothless lo veía totalmente desnudo, se puso tan rojo cuando pensó eso que Toothless lo noto, y de plano le dio la espalda.
Usando su razón mando a volar la vergüenza se desprendió de la última pieza de ropa para quedar expuesto, y al ver a su dragón que le daba la espalda, este hablo –Toothless, date la vuelta; sé que estas tan confundido a que ahora nos sintamos incomodos después de tantos años de hacer lo mismo, y yo te he confiado hasta mi vida, así que dejemos la vergüenza atrás y miremos juntos adelante…- Toothless lo miro, no podía cambiar como para correr a abrazarlo, pero se prometió que la próxima vez que cambiara el también dejaría la vergüenza y le mostraría su forma humana sin armadura alguna. En el agua no tenía que preocuparse por su prótesis, y ambos se relajaron nadando.
Mientras tanto en Berk, el pueblo se mantenía en calma; en la casa de Gothi, esta estaba leyendo los huesos, y le indicaron un peligro, pero no estaba claro para quien era el peligro, solo miro al horizonte porque solo eso podía hacer, hasta que ese peligro llegara. Pero estaría preparada para cuando eso llegara.
Es agradable estar al lado del ser que más amas en el mundo en un día tan hermoso, pero el destino siempre te tiene una sorpresa para mejor o peor y esta llegara al terminar el día.
-Es maravilloso nadar, pues aquí no tengo que usar mi prótesis-, decía Hiccup saliendo a la superficie, Toothless también salía, a pesar de que el agua apaga el fuego de los dragones, a él no aplicaba, pues no es un dragón común; pasaron otras dos horas entre nadando y jugando como niños, algo que a esta edad y el tipo de vida vikinga no le permitía en años.
Mientras que el par seguía con sus juegos en el agua, alguien los observaba con curiosidad, era Loki; tenía un espejo de hielo que le mostraba la escena –creo que alguien se va a comer sus palabras y hechizos, pues uno de los hijos de mis amadas creaciones va a romper la maldición, espero ver con ansias la cara de Odín cuando vea esto…-
Saliendo del agua, Hiccup se secó y puso su ropa, regresaron para el almuerzo, el nadar los había dejado relajados y algo candados, pero satisfechos y felices. Prepararon el almuerzo con calma hasta que Hiccup hablo –Toothless, has pensado revelar a los demás que puedes cambiar de forma o esto va a ser un secreto que tenemos que guardar ambos, aunque si vamos a ser… pareja no podemos ocultarlo mucho; así que cuando cambies de forma nuevamente me dices tú respuesta, así que piensa con sabiduría, pues este tipo de cosas no sé si se puedan tomar como una fortaleza o una debilidad…-; el mencionado solo se vasto a rugir un “de acuerdo”, el cual Hiccup entendió como si lo digiera en la lengua de los hombres, pero no dijo nada.
Para la tarde, ellos estaban en un la biblioteca de Pata pez; estaba Hiccup leyendo en voz alta, para que Toothless escuchara, era una lectura sobre los usos de las plantas medicinales; pasaron las páginas y más painas, hasta que Hiccup dijo –sabes que, te voy a leer mi historia para dormir favorita, lo más curiosos de este caso es que este cuento yo me lo leía a mí mismo; pues como sabrás mi padre no era de los que leen cuentos…-. Toothless se sintió culpable por unos segundos, pero recordó las palabras de Hiccup sobre que no debía sentirse culpable, y con una enorme sonrisa le asintió con la cabeza, además que conocería más sobre los gustos de su amado.
La historia narraba las aventuras de un conejo y una bellota; el primero le enseñaba el mundo al otro, pues la bellota no puede moverse por sí misma, pues su destino es estar para siempre en un lugar, no era la gran cosa pero era una historia muy bonita sobre el ayudar a los demás, estaba dividida en tres partes y solo le leyó la primera. –Sabes este cuento lo escribió mi madre, lo hizo para mí cuando supo que estaba esperando un hijo, a papa no le gusto, pues él quería solo contarme historias de guerras y esas cosas. Nunca había hablado de el a alguien más, cuando regresemos a Berk te lo voy a enseñar, porque también está ilustrado, de ahí que a mí me gusta mucho dibujar, aunque te digo un secreto, después de conocerte, he hecho más dibujos de ti que llenaría yo creo que unos cinco libros muy gruesos…- y se comenzó a reír.
Toothless se sintió muy alagado, era como la musa de Hiccup, y después conocer un nuevo detalle de la vida de su amado, se retiraron a la sección de ellos. Tomaron ambos leche de yak caliente con una rebanada de pay de calabaza, que Bocón les había horneado para el viaje y que por el clima se conservaba perfectamente.
Ya estaban preparándose para dormir, y Hiccup sentado en la cama le dijo a Toothless –aun no puedes cambiar verdad; aunque no puedas cambiar quiero dormir contigo, así que hazme un espacio, este se acomodó junto a Toothless y ambos se durmieron plácidamente.
Estaban llegando a esas horas de la noche donde uno está en el mundo de la vigilia y el más profundo sueño, cuando Hiccup con suavidad se incorporó y se levantó, saliendo de la habitación, su dragón no se dio de cuenta que esta se había ido.
La oscuridad de la noche y una necesidad desesperante hicieron que Toothless despertara exaltado, y más cuando vio que estaba solo, pensó lo de siempre; o fue al baño o salió con sus lapsos de sonambulismo; no sabía qué hacer si esperarlo o salir afuera… entre el nerviosismo y la situación, salió disparado de la habitación, ya que pensó en la segunda situación y de plano lo fue a buscar donde lo encontró la dos noches atrás. Un extraño sentimiento de persecución y de que no estaba solo se posesionó de el Borde, además de la pesadez que esa noche sin estrellas. Toothless se sentía incómodo.
Ya estaba llegando al acantilado, cuando de pronto lo vio. Ese resplandor era el que había visto en varias ocasiones; se acercó con más cuidado y junto al cuerpo tendido de Hiccup estaba ese Dragón mirándolo a los ojos, esos ojos el los reconocería en cualquier lado, y antes de que Toothless viera entre tanta luz que tipo de dragón era, se desvaneció cuando con su cabeza toco al inconsciente chico y la luz que desaparecía bañaba el cuerpo de Hiccup. El dragón blanco era Hiccup, bueno, una parte de él.
Ahora el mundo de ambos cambiaría por completo.