_Tatsuya sabes tengo una duda bastante grande-le dijo con sus pequeños en los brazos los cuales se encontraban dormidos sintiendo el calor y aroma de su madre-
_dime que pasa-le pregunto-
_pues se supone si estaba embarazado mm bueno porque no parecía una vaca lechera-le dijo pues aquello no entendía y más si veía a sus angelitos-
_sabía que me harías esa pregunta Taiga-le dijo con una sonrisa- según el doctor todo esto es debito a tu altura
_altura? que tiene que ver eso con no haber sido una vaca lechera-le pregunto confuso-
_pues al ser bastante alto, Aoi y Yuki tuvieron bastante espacio para desarrollarse por eso no fuiste una vaca lechera, a lo mejor solo te creció solo un poco tu vientre haciendo que pasara inadvertido hasta que ellos dos quisieron salir-le explico haciendo que el tigre entendiera lo que paso-
_cierto que hare con su ropa y las cosas que ambos necesitan, no tengo nada ya que nacieron como de milagro-le decía preocupado el tigre-
_eso no te preocupes, llame a Alex y ella se está encargando de todo eso, ya debe estar por llegar ya que estaba bastante entusiasmada de conocer a las pequeñas panteras-le dijo-
_gracias Bro por todo esto-le dijo con una sonrisa-
_esto no es nada Taiga, todo por mis lindos sobrinos-dijo mientras la puerta se abría dejando a la vista a una rubia con un bolso de bebe y otro bolso-
_Taiga te encuentras bien, te duele algo, donde están los mini Aomine-le preguntaba sin detenerse mientras dejaba los bolsos a un lado y se acercaba al tigre-
_estoy bien, no me duele nada y los pequeños están durmiendo-le respondió con una sonrisa-
_son preciosos-decía con los ojitos brillosos al ver a las pequeñas criaturas en los brazos del tigre- puedo…puedo cargarlo
_claro que puedes Alex-le dijo mientras la rubia tomaba con cuidado a Aoi. El pequeño solo duro unos minutos en los brazos de la rubia, pues este al sentir algo distintos abrió sus ojos dándose cuenta que ya no se encontraba en los cálidos brazos de su madre sino con una desconocida cosa que provoco que frunciera el ceño y comenzara a llorar haciendo que su hermana se despertara y extrañamente igual frunciera el ceño, la rubia tuvo que devolverlo en los brazos del tigre haciendo que el pequeño dejara de llorar al sentir nuevamente la calidez de su madre pero no le quitaba que aun tuviera el ceño fruncido- no me digan que sacaron el carácter idiota de Ahomine
_definitivamente son los hijos de Aomine hasta su aptitud son iguales-dijeron Himuro y Alex divertidos-
_eso no es bueno, Aoi, Yuki no deben tener ese carácter horrible de su padre-le decía el tigre mientras con su dedo tocaba la frente de cada uno para que dejaran de poner aquella cara, los pequeños al sentir eso miraron al tigre mientras con sus pequeñas manitas capturaban la mano del tigre y comenzaban a jugar con una sonrisita en su rostro- así está mejor
_son hermosos nombres Taiga, le sientan de maravilla-le dijo Alex para luego darle un pequeño abrazo para felicitarlo para luego mostrarle los conjuntos que había traído para los pequeños y hablarle que había comprado todo lo necesario para ellos los cuales ya se encontraban en el departamento, el tigre le agradeció enormemente toda su ayuda, tras algunos minutos había entrado el doctor el cual lo examino encontrándole en perfectas condiciones por lo que le podía dar el alta.
El tigre se vistió, para luego tomar a sus dos pequeños en los brazos mientras Alex y Himuro llevaban las cosas que había traído la rubia y otras que el mismo hospital había dado pues ya que aquellos pequeños a pesar que no llevaban mucho habían aprendido quien era su madre y no dejaban que nadie más aparte del tigre los tomara ya que siempre que lo intentaban ellos fruncían el ceño mostrando su descontento
Y como dicen al tener unos bebes es caóticamente hermoso, eso lo aprendió perfectamente Himuro y Alex, lo caótico que podía ser, cuando ya los pequeños tenían ya 7 meses de vida, ambos eran incorregibles cuando algunos de ellos cuidaba a aquellos diablitos mientras que el tigre debía de trabajar, pues ambos eran demasiados inquietos y más cuando aprendieron a caminar o más dicho correr pues eso hacían, ambos corrían de una manera bastante rápida mostrando los genes del moreno en esa parte, eran demasiados inquietos por lo que Himuro y Alex no sabían de donde sacaban fuerza para resistir la energía de ambos que pareciera que nunca se les agotaba, pero todo cambiaba cuando el tigre llegaba aquellos diablitos se convertían en unos verdaderos angelitos cuando su querida madre estaba a su lado, ambos se quedaban tranquilos, jugaban sin hacer estragos, y se la pasaban pegados al tigre mientras este los mimaba. Otra cosa que aprendieron que esos pequeños eran terriblemente celosos con las personas que se acercaban al tigre, cualquiera que intentara acercarse al tigre en su presencia era desastroso, Himuro no pudo evitar recodar aquella mirada de odio que siempre le daba el moreno cuando este estaba al lado del tigre, en definitiva tanto Aoi como Yuki tenían el carácter de Aomine.
Un día habían hecho un gran descubrimiento y eso era que a los pequeños les gustaba el basket ya que por una casualidad pusieron un partido que en ese momento estaban dando en la televisión haciendo que los pequeños detuvieran todo lo que en ese momento estaban haciendo para fijarse en la pantalla, todos en ese día pudieron ver aquellos ojitos llenos de emoción, sus mejillas algo sonrojadas de ambos pequeños al ver aquel partido
_Taiga, Taiga ven rápido-gritaba Alex haciendo que el tigre se dirigiera a la sala de estar-
_que pasa –pregunto al llegar viendo a sus lindos pequeños a punto de cumplir un añito, su princesa con una faldita y un chaleco negro el cual atrás tenía una colita y en el gorro tenía el rostro de una pantera y su príncipe con unos pantalones azules y un chaleco del mismo estilo que su hermana solo que este era de un tigre-
_al parecer van a decir sus primeras palabras-dijo Himuro haciendo que el tigre se acercaba lo más rápido a sus pequeños-
_enserio mis angelitos, vamos ustedes pueden-le decía al ver que sus hijos movían su boquita- lento, sin apuros , vamos ustedes pueden-los animaba mientras se escuchaban algunos balbuceos de los pequeños haciendo que los tres se acercaran un poco mas
_ba…ba…ba…basket-dijeron ambos pequeños acompañados con una sonrisa haciendo que Alex y Himuro soltaran unas pequeñas risitas al escuchar-
_definitivamente son mis hijos y los de Daiki-dijo con una sonrisa mientras los abrazaba-
_amaran al basket igual que sus padres-dijo Alex pues sabía que Kagami y Aomine eran unos idiotas amantes de aquel hermoso deporte-
_al parecer tendremos a la nueva generación amante del basket bien pronto-agrego himuro con una sonrisa-