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ÁMAME COMO SOY. por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

¿Qué diablos está pasando?

Loki está recibiendo de su hijo una lección.

Modi tiene razones poderosas para traicionar a su padre.

-Entra...

A la voz de su padre, Modi apareció dentro de la tienda. Estaba herido, una sangrante abertura en su costado izquierdo, que Loki atendió de inmediato con aire de preocupación.

-Es más molesta que peligrosa...- dijo Modi, demostrando que igual a sus padres, poseía un poder de recuperación asombrosamente veloz- Estoy bien...

-¿Tú eres el fugitivo? –le preguntó todavía con acento de reconvención- ¿Tú atacaste a tu abuelo? ¿Eres el autor de su herida?

-¡No! No papá... todo lo contrario... he peleado contra él, contra el traidor que hirió a mi abuelo, pero logró darme una cuchillada y escapar... Sin embargo, él no sabía que yo llevo siempre la daga que me obsequiaste, logré asestarle un par de recuerdos en su repugnante piel y creo que más profundamente...

Mientras Modi hablaba, los ojos verdes de Loki no podían separarse del broche con el que su hijo sostenía una capa verde musgo que cubría a medias su fuerte torso. Era una especie de cápsula de oro calado, dentro brillaba inequívocamente una esmeralda enorme que reconoció con facilidad... extendió la mano e intentó tomarla.

-La tienes...- exclamó- Por todo lo eterno, hijo mío... ¡La tienes!

-No...- dijo Modi, evitando que su padre tocara la joya.

-¡Es la reliquia! ¡La conseguiste! Entrégamela ahora... con la reliquia nuevamente en mi poder, puedo revertir tu crecimiento... volverás a ser un niño, volverás a mis brazos y a los de tu padre Thor... Todo será mucho mejor... además... de otros beneficios que pronto irás viendo...

Modi rehusó por segunda vez, provocando que el rostro de Loki se trastocara por un gesto de contrariedad.

-No te la entregaré... antes necesito que me digas como salvar con ella a mi abuelo...

-¡Modi! No es tiempo de juegos... ¡Entrégame la reliquia! No es de tu incumbencia usarla... no estás preparado para su poder, ni para sus riesgos... ¡Entrégala ahora!

El muchacho se puso de pié, midiéndose por vez primera con su padre y dejando ver que pese a su juventud, ya era más alto que Loki. Le retó con los ojos de fuego encendidos y altaneros, el pelinegro apenas daba crédito a lo cerca que tenía la reliquia y su impotencia por apoderarse de ella.

Loki inició a encender un haz de magia... dispuesto a obtenerla a como diera lugar.

-¿Me atacarás, papá Loki?- preguntó Modi, alzando la ceja con soberbia- ¿Estás seguro que quieres hacerlo? Porque te aseguro que sé defenderme... aún de ti.

-Deberías estar ayudando y no entorpeciendo mis planes...- exclamó el prometido de Thor, apretando los dientes con creciente rabia.

-Entonces es verdad... Influíste en mí, dejaste que abandonara mi cuerpo de niño y me diste esta apariencia tan solo por tu conveniencia... Býleistr tenía razón...

-¡Býleistr!- repitió Loki, iracundo más todavía ante la mención del nombre de su hermano mayor- ¿Qué te ha dicho ese monstruo sobre mí? ¿Qué yo te manipulé? ¿Por qué no te dijo que todos lo hemos sido? Supongo que eso no te lo explicó... que él y yo fuimos creados conforme al capricho de Laufey, para sus propios convenientes propósitos... al Rey de Jötunheim no le interesaba mi vida, solo un heredero... una cría con mi propio hermano de sangre... ¿te dijeron eso?

La rabia había llevado a Loki a decir la verdad de manera brusca, se arrepintió un poco después de terminar, pero ya estaba hecho... si su hijo había sido manipulado por alguien, sin duda era por su padre y sus hermanos, por Laufey y por Býleistr... no por él, él solo le había devuelto a la edad que debía tener por la mala magia de su otro abuelo, de Odín, que le retuvo por una década, que le robó la niñez Odín y Laufey eran los culpables de su vida infeliz.

-Papá... las cosas no son como dices...

-¡No vas a ser tú quien me muestre como son las cosas!- exclamó Loki, elevando la voz y provocando que los guardias se alertaran en el exterior- ¿Cómo te atreves a cuestionarme? ¿Cómo te atreves a insinuar que yo miento sobre la maldad de mi padre verdadero o de mi padre adoptivo? ¡Dame la reliquia!

-Solo dime si la sangre de Ymir puede curar a mi abuelo... el ataque fue mínimo, pero tiene una especie de hechizo que le arrebata la vida poco a poco... tiene etapas de debilidad, luego se fortalece... pero no despierta...

Loki se paralizó, recordando de golpe a Frigga... su amada madre, quien tenía esas etapas de debilidad que Modi mencionaba, sin aparentemente una enfermedad que la causara... y la dulce dama pasaba cada vez más tiempo dormida, el propio Thor se lo había comentado.

-Dame la reliquia... si una gota lo restaura todo... te juro que guardaré una para Laufey, pero debes entregarme ese frasco ya...

Modi se quitó el broche y lo extendió hacia Loki, quien lo miró con los ojos verdes brillando codiciosos. Sin embargo, el muchacho volvió a negársela en el último instante.

-Una gota lo restaura... has pensado, papá, en el hechizo aún sin darte cuenta... y he leído tu mente: No tienes intención de darme nada... no te importa la vida de tu propio padre... ¡Prefieres verlo morir a renunciar a tus propias ambiciones!

Loki abrió los ojos con sorpresa mayor y palideció como la muerte. Sus más íntimos pensamientos no eran un misterio para su hijo.

Entonces, Thor entró de repente, alarmado por la discusión que se escuchaba y que los guardias estaban a punto de intervenir. Alzó su martillo y golpeó con fuerza al Jötunn, lanzándolo contra la pared de la tienda, que cedió con el peso del muchacho.

-¿Estás bien?- le preguntó a Loki, quien continuaba paralizado. Thor lo revisó de arriba abajo con velocidad, pues apenas tenía la oportunidad de detener al gigante de hielo que amenazaba al pelinegro. Salió volando por la rotura de la tienda, que el joven había ampliado con su daga para escapar con rumbo al bosque.

-No... Thor... –susurró Loki, sin recuperar el aliento- No le hagas daño...

Pero el rubio no lo escuchaba, tras la pista del fugitivo, solo fue cuestión de tiempo para volver a localizarle y lanzarle un nuevo haz de su martillo, haciéndolo caer confundido y adolorido.

-¡Detente, quien quiera que seas!

El Jötunn demostró su fuerza levantándose y volviendo a correr, esta vez Thor no tendría consideraciones. Aquel intruso pudo lastimar a Loki y eso no se lo iba a perdonar.

-¡No!- exclamó una voz a sus espaldas, moviendo su brazo y provocando que el rayo se desviara sin golpear a su presa, que en todo caso, se detuvo a pocos metros de la pareja.

-Loki... ¿Qué te sucede? ¿Quién es él?

-Es Modi... es tu hijo...

***

Con su forma asgardiana, la que usaba bastante poco en los últimos meses, Modi Thorson parecía una réplica más joven del Dios del Trueno. Casi tan alto como él, solarmente rubio, de fuertes y bien esculpidos músculos, de facciones varoniles y atrevidas, voz gruesa y profunda... bien podía ser el orgullo del hijo de Odín.

Pero ni el padre ni el hijo se atrevía a demostrar nada.

Loki se abrazó a Thor, intentó hacerle bajar el rostro altivo y majestuoso, intentó como antes llegar a su corazón con mimos y ronroneos, colocó su mano sobre la rubia barba y le dijo con dulzura.

-Es tu hijo... ¿Puedes ver lo grande y fuerte que es? Igual a su digno padre...- pero Thor no se conmovió. Altanero e inamovible, clavada su mirada de zafiro en aquel igualmente soberbio muchacho. Entonces el menor supo lo que correspondía hacer.

Dejó al mayor y se dirigió a Modi, tomándolo de la mano e indicándole tan solo con la mirada lo que estaba Thor esperando que sucediera. El más joven lo comprendía perfectamente, lo sabía, pero le costaba doblegar su orgullo cuando le sentaba tan bien en Jötunheim que todos hicieran su capricho y él no se doblegara ante nadie.

Pero el ruego silencioso de Loki era difícil de ignorar... Modi cerró los ojos y recobrando por un instante su aire de niño consentido, se arrodilló con humildad, haciendo un movimiento elegante.

-Te saludo con todo el amor de mi corazón... padre Thor- dijo, alzando enseguida su noble rostro y clavando su luminosa y verde mirada, tan parecida a la de Loki en su progenitor.

El Dios se relajó, dentro de su estricta educación, no cabía otra forma de saludo para que aquel joven, que tanto se le parecía, que inexplicablemente era su hijo, se dirigiera a él.

-Te saludo, Modi Thorson, con el inmenso amor de mi corazón y con la sorpresa que mis ojos atestiguan ante tu forma y presencia.

Al verlos enlazar el antebrazo derecho, la mano férrea, y acercarse pecho a pecho, Loki respiró tranquilo. Mil explicaciones no parecían bastar para ninguno de los dos, aunque lo que veían era más que evidente. Thor colocó su diestra en el cuello recio de Modi y sonrió...

-Te extrañaba, Padre... los extrañaba a los dos...

-Me siento tan feliz de verte convertido en adulto, que ya no me importa porqué te fuiste... sino que ya estás aquí, de nuevo con nosotros...

Loki se unió al abrazo, feliz de ver a casi toda su familia reunida. Y sin que los otros lo notaran, extrajo la esmeralda del broche de Modi. Asegurándose de esconderla bien en su manga.

-No tengo las palabras adecuadas para pedir perdón...- murmuró el joven- He madurado, he cambiado... no solo mi apariencia, mi pensamiento también es diferente.

-Y nos alegramos de eso, cariño... –interrumpió Loki, al que no le convenía ahondar demasiado en las causas por las que Modi abandonara originalmente su hogar- debemos ahora unirnos a la brigada que busca al fugitivo de Jötunheim y después regresar a casa...

-Encontramos a un Jötunn en el bosque, con graves heridas en el pecho y en el cuello...

Modi desvió la mirada.

-¿Reconocerías al atacante de tu abuelo, hijo mío? Tu padre Thor lo ha capturado para someterlo a tu justicia...

-No. No lo capturé, ni tengo intención de entregarlo a ninguna justicia...- Loki y Modi se miraron sorprendidos- Ese gigante encontró ya su expiación: Está muerto.

***

Modi guardó la esmeralda en su broche, después de derramar la cuarta gota de sangre sobre su abuelo, pero esta vez conjurando las runas indicadas para que su poder se manifestara. Y como si solo eso estuviese esperando, el soberano del mundo de hielo abrió los ojos de fuego, despertando por segunda vez de un letargo inducido por sus enemigos.

En medio de la alegría del pueblo Jötnar por la recuperación de su Rey, el hijo de Thor dejaba resbalar un par de lágrimas que se congelaron casi de inmediato en sus mejillas. El viento helado del pasillo, la helada brisa de la ventana que permitía visualizar una luna pálida y brumosa en el cielo oscuro y la certeza de cuantas dudas y desazón había sembrado en sus padres tenían a Modi sumido en la desesperanza.

Loki creyó haber recuperado la reliquia, robó a su propio hijo la esmeralda que para esas horas, ya seguramente había descubierto que estaba vacía, que la sangre de Ymir ya no estaba unida a ella y que en realidad, Modi jamás se había arriesgado a perderla.

Thor estaría decepcionado al verle regresar al mundo helado, su heredero mostraba muy poco apego a ellos y no encontraba el motivo de aquel rechazo.

-Pudiste quedarte en Asgard, con tus padres...- murmuró una voz grave a sus espaldas -Y no volver a los hielos eternos.

-Sabías que regresaría- respondió Modi, sin volver la cabeza- Porque pudiste detenerme, en cada una de mis incursiones por sal o por leña, pudiste impedirme que me fuera... y siempre estuviste seguro de que volvería.

-Jamás estuve seguro... solamente deseaba que regresaras... con todas mis fuerzas.

Las manos enormes de Býleistr se posaron sobre los hombros de su sobrino, cerrándose con una gentileza que hizo estremecer el corazón primerizo de Modi.

Era una sinrazón, una locura… pero Modi estaba anhelando aquel instante, deseaba con toda su alma regresar a Jotunheim y a esperar el momento en que su propio tío le impidiera volver a marcharse.

Y ahí estaban, con los latidos del corazón acelerados, con un sentimiento naciente esperando ser descubierto por el otro y con unas ganas incontenibles de gritarse mutuamente lo mucho que se necesitaban.

-Apenas ayer era un niño tonto... ahora, soy un idiota confundido...

-No más idiota o confundido de lo que yo mismo estoy...

***

Thor hizo el reclamo oficial. Llegó el documento a manos de Helblindi minutos antes de que Modi revirtiera el hechizo que mantenía al Rey en estado de coma. Una petición formal para que su hijo fuese regresado sin que mediara una guerra entre ambos mundos o un conflicto sangriento si se negaban a hacerlo.

Býleistr y Modi aún no la conocían, pero la presentían la existencia de aquella petición y por ello, estaban dispuestos a revelar los mutuos sentimientos que poco a poco estaban creciendo entre los dos.

-Mi Padre Loki me dijo que él nació tan solo con el propósito de procrear un hijo con su hermano mayor, que fueron peones de los planes personales de mi abuelo...

-Loki no miente- respondió Býleistr, avivando el fuego de la habitación donde los dos bebían vino endulzado con miel- Lamento que finalmente, te enteraras de lo difícil que ha sido nuestra vida. En especial la de tu padre...

-Pero no sucedió...

-¡No! No sucedió... por dos ocasiones mi hermanito menor intentó engañarnos, la primera haciéndome creer que tú eras mi hijo, cuando en realidad estaba ya gestando el hijo primogénito de Thor, y después intentó repetir el engaño, esta vez gestando a la niña que ahora acuna en sus brazos...

-Eso significa que Tú y mi padre...

-Si, Modi, si... lo hicimos... pero faltó siempre lo que ahora no puedo contener: el amor.

El primer beso sobre los labios de Modi fue un descubrimiento, una cálida sensación que terminó de derretir el hielo sobre la azulada piel de los dos que, ya fuera por el calor de la chimenea o por el amor expuesto, realizó el cambio. Modi volvió a ser el muchacho de pálida y suave piel de durazno, de ojos esmeraldas y sonrisa seductora, bebiéndose ávidamente el aliento de Býleistr, quien como todos los de su raza, a la acción del calor, disminuía su tamaño y su complexión.

-Te pareces a uno de los guerreros de mi abuelo Odín- murmuró Modi, acariciando la negra melena que apareció sobre el firme y viril cuerpo de su tío- Pareces un Einherjar.

-No sé si eso me halaga o me insulta- rió el Jötunn, llevando a Modi frente al espejo y colocándose tras él, de manera que ambos observaran sus cuerpos tan diferentes a los de los gigantes y también para que ambos obervaran la forma en que iniciaban las ardientes caricias de preludio al amor.

-No necesitas cambiar por mí...

-Querido niño... si no lo hago, puedo matarte... y yo anhelo todo lo contrario...- respondió el mayor, acariciando el pecho de Modi, que lanzó un leve gemido de placer- Eres hermoso, hermoso a mis ojos aun cuando eres una pieza de carne rosada y vulnerable.

Besó el cuello con ternura, lamiendo la suave e inmaculada piel, percibiendo el estremecimiento del joven. Entonces bajó una de sus manos para acariciarle la cadera, los firmes muslos y detenerse amorosamente en la redondez de su nalga, la que apretó un par de veces midiendo nuevamente la reacción. Modi cerró los ojos, dejando que su cuerpo disfrutara las nuevas sensaciones.

-Nunca he estado enamorado antes...- murmuró, provocando un paro cardiaco inmediato en Býleistr, que no esperaba aquella confesión.

-Me haces sentir ogulloso... no te voy a decepcionar.

Modi se volvió para besarlo en los labios, para repetir la caricia que lo estaba enloqueciendo, se prendió con ansias, con hambre, con anhelo y los dos supieron que ya no había marcha atrás.

Býleistr retiró la ropa de la cintura hacia abajo, la única que llevaba el joven, dejando al descubierto el miembro a medio erguir, lo aprisionó con dulzura y comenzó a halarlo suavemente, acariciando con la otra mano su área escrotal. Modi no despegaba los ojos del espejo, ni perdía uno solo de los movimientos que comenzaron a elevarlo al Valhalla, la mano llevaba su mástil hacia arriba y hacia abajo, una y otra vez, causando que la sangre se le fuera al centro y comenzara a hincharse como nunca antes.

Era una vista gloriosa en aquel espejo impúdico.

De rodillas ante él, adorando su juventud y su inocencia, Býleistr se fue directo al totalmente erguido instrumento, el cual comenzó a lamer y a dar pequeñas chupadas en su punta. Modi gemía y se retorcía de placer, empujándose para frotar su pene en la boca de su tío y aumentar las sensaciones agradables.

-¡Cielos eternos!- exclamó, sintiendo que se humedecía en extremo.

-Tranquilo, mi querido... solo es un poco de líquido preseminal... estás hondamente excitado y eso... eso me pone a mí también como loco...

Recostado ahora sobre la cama, siendo devorado a grandes y poderosos chupetones, Modi alcanzó su primer clímax sexual, todo su cálido semen fue tragado, hasta la última gota, degustado como un platillo de exquisito sabor y devotamente engullido por amor. Abrió los ojos algo asustado, pero completamente ahíto de placer.

-Eso fue... tan bueno...

-Casi tan bueno como lo que vendrá...- repuso el mayor, ofreciéndole ahora su propio erguido miembro, para que la boca inexperta comenzara a aprender a complacerlo. Modi comenzó a succionar con poco cuidado, pero eso en lugar de molestar al gigante le excitó mucho más, estaba por hacer debutar a su querido niño en las artes del amor y eso, eso no tenía precio alguno en los nueve mundos.

Estiró su brazo hasta alcanzar las suaves nalgas, lo acarició, poco a poco, durante varios largos minutos, mientras su sexo recibía atención. Luego deslizó su mano entre el surco de los glúteos y comenzó a dar un suave masaje en forma circular en la sonrosada área de su futuro placer.

Agradecía su naturaleza cambiaformas, porque en su forma Jötunn podía ser tan brutal y lastimar a aquel delicado muchacho que hacía cabalgar su corazón.

-¿Me dolerá?- preguntó Modi, sintiendo como poco a poco el dedo medio de Býleistr se introducía en su cálido orificio.

-Procuraré ser gentil...

-Tengo un poco de miedo...

Býleistr estaba ardiendo, consumiéndose de deseo y ganas, así que apresuró su preparación introduciendo dos dedos y Modi pareció perder el interés. Aquello dolía más de lo que imaginaba y eso que aún no había sido penetrado.

Dándose cuenta de su sufrimiento, el otro dejó su labor. Abrazándolo y consolándolo como pudo hacer cuando era un niño.

-Perdóname... puedo ser tan bruto a veces...

Modi sucumbió ante esa actitud ¿Dónde estaba el sanguinario, calculador y cruel Jötunn del que le habían hablado? Él estaba en brazos de un ser maravilloso, de atractivos ojos negros, piel blanca y cabello negro, de cuerpo fuerte y de generosas partes privadas que reaccionaban a su cercanía. Býleistr estaba ahí, de esa forma, solo para él... listo para el amor,  y cuando manifestó su miedo simplemente se detuvo. ¿Qué más podía pedir?

Sonrió mientras alargaba su mano para retomar el monumental miembro y subirse a él, cierto era que dolía... cierto era que no esperaba ese tamaño y que no hubiese soportado el de su forma de gigante... por eso no iba a ser menos valiente y le demostraría que también él estaba dispuesto a colaborar.

Se encajó en él con lentitud, haciendo pequeños movimientos en círculo para dilatarse, y poder recibir plenamente el mástil. Býleistr se quedó muy quieto... dejándolo hacer.

-Duele... pero será cuestión de acostumbrarme a ti...

-Modi...

Býleistr empujó un poco y el menor exclamó más de dolor que de placer, pero se aferró al cuello de su amante para soportar con estoicidad. Un par de empujes más y entonces sintió que se iba a partir en dos, que todo estaba ya dentro y que el aire no la alcanzaba para respirar. Pero ni aún así renunció a dejar de cabalgar aquel trofeo erecto y sensual.

-Soy tuyo...- susurró, dejando resbalar una lágrima.

-Completamente mío- repitió el otro, bombeando lentamente...

***

Lejos de ahí, en Asgard, Loki arrojaba la esmeralda al suelo, comprobando por enésima vez que se encontraba vacía y maldiciendo a lo eterno porque no podía hacer contacto mental con su hijo. Modi había aprendido a bloquearlo.

Se sintió burlado, su propio hijo lo había hecho víctima de sus engaños, de sus embrollos... y no, no le parecía nada gracioso.

Además, Frigga empeoraba, por vez primera la salud de la Reina era motivo de preocupación para Odín y para Thor. Loki no se atrevió a decir que él lo sabía hacía años, porque quizá si hubiese hablado la primera vez la cura ya estaría en sus manos y no la honda preocupación por la vida de la dulce dama.

¡Si tan solo tuviese en su poder la sangre de Ymir! Estaba seguro que podría revertir esa condición, fuera la que fuera...

-Loki... tu sabes lo que se debe hacer ¿Verdad?- dijo Thor, atestiguando la reacción de furia de su adorado.

-Te he jurado sinceridad, lealtad... Y me llevan los diez mil demonios para decirte que me cuesta trabajo cumplir... ¡Debo ir y traer a mi niño! ¡Rescatarlo de las garras de mi padre y de mis hermanos!

-Modi se fue por voluntad propia... No creo que puedas hacerlo regresar.

-¡Oh, cariño que sus actos no te causen rechazo! ¡Modi es nuestro orgullo, aunque tenga el carácter más atravesado que el mío!

-Saldremos en media hora... abrígate, lleva lo que creas que necesites, pero recuerda que haremos un trayecto largo, de casi ocho horas a pié.

La guardia asgardiana solo los escoltaría hasta la frontera, de ahí a Gatsropnir serían vigilados por los gigantes. Pero enarbolando la bandera de tregua, esperaban llegar hasta la presencia de quien fuera que estaba gobernando Jötunheim en ese momento.

Llegarían al amanecer, si sobrevivían al clima y las tempestades que los separaban de la frontera hasta el hogar de Laufey.

Modi lo sabía y no podía dejar de llorar.

-No habrá guerra... no la habrá... solo por ti, mi amor- le dijo Býleistr, completamente rendido al corazón del joven- No sé qué me has hecho, no sé qué me has dado, pero solo deseo tu bien... que nada te haga sufrir, que siempre sonrías y que siempre me ames... ¿Me amas, Modi?

El joven hijo de Thor simplemente se abrazó del Jötunn, quería sentir la calidez de su cuerpo pegado a la fría piel de su tío. Olvidando con sus besos los prejuicios, el odio que su padre Loki sin duda sentía por su familia. ¿Qué iban a pensar sus padres? ¿Cómo reaccionarían cuando les dijese que se había entregado en cuerpo y alma al primogénito de Laufey? ¿Qué sucedería cuando estuvieran frente a frente?

-Te amo, Býleistr... Júrame que la vida de mis padres no corre peligro, hagan lo que hagan, digan lo que digan... porque yo te amo y nada podrá cambiar eso.

-Te lo juro Modi, te lo juro por este amor que ha despertado dentro de mi pecho...

-Entonces no me abandones... No me dejes ir jamás...

Býleistr devolvió el abrazo y los besos renovando los juramentos de amor.

 

Notas finales:

Ahora sigue el enfrentamiento entre Thor, Loki y los Gigantes por su hijo.

Nos regresamos a Midgard en breve para finalizar el fic.

Gracias por sus comentarios, no olviden dejarme sus opiniones... ya lo saben, me ayudan a seguir.

Feliz lectura.


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