El silencio se hizo pesado... el hombre permanecía de pie frente a la ventaba, dándole la espalda al pelinegro, con los puños apretados y la mandíbula temblándole de rabia... una lágrima amarga resbalaba por su curtida mejilla, estaba devastado, pero no se lo dejaría saber. No hicieron el amor, no concretaron la unión porque el de ojos verdes, en medio de un íntimo abrazo, mientras su amante le repetía entre besos que lo amaba, había lanzado un sonoro suspiro y lo había llamado “Thor”
Fue demasiado para el orgullo del militar. Se detuvo en seco, se alzó sobre sus brazos y miró al más joven con un gesto de indescifrable frustración y desencanto. Pero el altivo Loki ni siquiera se inmutó... se dio cuenta de inmediato de su error, enarcó la ceja, desvió la mirada a un lado y cubrió su desnudez con la fina sábana de satin color verde. Ni una disculpa o palabra de explicación salió de sus finos labios.
-¿Thor? ¿Es en él en quien piensas cuando hacemos el amor?
-Antes no- respondió Loki con frialdad- Pero ahora me excita pensar en él.
-Un momento...- recapacitó el militar, colocando su mano en la frente, como si fuera incapaz de creer lo que escuchaba- ¿Has dicho que te excitas pensando en otro mientras estás conmigo?
-Lo evoco sin querer...
Tras largos y embarazosos minutos en que ninguno cruzó palabra, el corazón del hombre que tanto había amado a Loki se quebró para siempre. Tuvo la certeza de que la lucha por conquistarlo, por entrar en el corazón altanero y frío del menor había sido en vano.
-Comprenderás que después de esto es muy complicado para mí seguir adelante- le dijo, con voz quebrada, mientras Loki se concentraba en sus propios pensamientos.
-Tú lo conoces ¿Verdad? Sabes quien es Thor y a qué organización pertenece. ¿Me dirás la verdad sobre él?
-Loki, intento decirte que nuestra relación se derrumba y tú solo insistes en pensar en otro.
-Dime lo que sepas de él... por favor... Dímelo...
Aún en esas condiciones, el militar no pudo evitar hacer lo que el más joven pedía. Loki había sido su adoración, pero siempre tuvo claro que no le pertenecía, ni él podía entregarle la vida, al estar atado a un matrimonio. De manera que habló... Loki ya sabía detalles sobre el nacimiento de su hijo, sobre su extraña condición de varón gestante, pero desconocía todo sobre como había sido encontrado.
-Cuando llegaste a la base militar... estabas herido, desconcertado y muy asustado, repetías su nombre continuamente. El nombre de Thor estuvo en tus labios siempre... dijiste que era el padre del hijo que esperabas y que si morías, debía avisársele, para que rescatara tu alma y la del niño del fuego de Hel. Después perdiste el conocimiento por semanas enteras y al despertar, ya no recordabas nada sobre tu pasado.
Un estremecimiento recorrió la espina dorsal del menor, a su mente llegó la visión de un mundo de intensa aridez y calor, con enormes seres de largos cuernos que exhalaban fuego al toque de sus pieles rojas. Una especie de Infierno (hell, en inglés)
-¿Cómo podría rescatar mi alma y la de un niño que todavía no había nacido del fuego del infierno? –Se preguntó en voz baja, mientras su amante se vestía a toda prisa- Tendría que ser realmente un Dios... Y dime... ¿Estuve en la guerra de Vietnam?
-No al servicio de este país...
Loki estaba muy desconcertado, su pasado al parecer, era mucho más extraño de lo que él mismo podía imaginar. El militar lo llamaba una y otra vez, le volvió a prestar atención cuando escuchó su nombre repetido con insistencia y alzando la voz.
-Te dejo para que pienses en quien quieras a tu entero gusto... pero te llamaré en la semana para arreglar el traspaso de los poderes sobre mis empresas. Y no te preocupes, te compensaré generosamente. ¡Adiós!
Salió dando un portazo, Loki sonrió vagamente ¿Los poderes otorgados? Tenía años con las empresas a su nombre. Todo le pertenecía, el pobre amante nunca se dio cuenta del instante en que lo habían dejado sin posesión alguna, y en todo caso, sería él quien compensara al militar, estipulando muy claramente que la esposa y la hija del que había sido su compañero por más de seis años no recibieran el menor beneficio económico.
-Sería muy divertido ver la cara que pondrán cuando sepan que esa vida de lujos que llevan, se ha terminado... Y todo por un pequeño desliz de mi lengua, que insiste en llamar a ese rubio que ha secuestrado a mi niño...
***
Loki se quedó largos minutos sentado sobre su cama, sin poder articular una palabra y con su verde mirada perdida en el vacío... estaba solo, nuevamente estaba solo... Ni siquiera había intentado disculparse con el hombre que fue su amante por seis años y que ahora perdía por un desliz de su lengua impúdica... Tampoco le dio las gracias por ser su apoyo, su paño de lágrimas y la fuente de su actual seguridad económica.
Simplemente lo dejó marchar. Sin remordimientos, sin condiciones...
Y todo porque Thor no se le iba de la mente... ¿Un Dios? ¿Era un Dios o un absurdo experimento militar? Creía encontrar lógica en lo segundo, porque también él era un ser extraño, con extraños poderes mágicos... o solo era ciencia que estaba muy lejos de su comprensión... había leído en unos viejos libros que un hombre, recibiendo las dosis exactas de hormonas, podía mantener con vida a un feto dentro de su cuerpo. Aunque no fue comprobado con éxito ninguna vez...
Experimentos y solo experimentos con seres humanos. Los militares no tenían corazón.
Y ahora, la ausencia de su hijo volvía a pesar en la soledad de su habitación... La forzada ausencia de Modi... ¿Cómo se atrevía su corazón a pensar en el culpable de su desaparición? ¿Cómo tuvo el valor de regresar y decirle que nada había cambiado y que su hijo estaba bien? ¡Era de locos! Toda su vida era un continuado absurdo.
-¡Si de verdad fueras un Dios abrirías una puerta en el cielo y me llevarías con mi hijo!- exclamó, crispando las manos con rabia y dejando escapar un par de enormes, saladas y amargas lágrimas.- Si de verdad tuvieras el poder de borrar mi dolor no me dejarías llorar... Y yo daría mi vida entera si pudiera volver a ver a Modi...
Y entonces, un ensordecedor trueno rompió el cielo, Loki se llevó las manos a los oídos en un reflejo de impresión. Los cristales todos se cimbraron y los de la ventana de la alcoba saltaron en mil pedazos...
Cerró los ojos un instante y al abrirlos Thor estaba ahí, flotando mientras revoleaba su martillo, usando una fantástica armadura semejante a los trajes espaciales de las películas de moda.
-Si en mis manos estuviera. Loki... jamás volverías a llorar...
-¿Me estabas espiando?
-Digamos que el tiempo se nos termina: Padre de Todo sabe que estoy intentando convencerte de regresar a casa... eso no lo tiene muy feliz.
-Me espiabas y ahora intentas presionarme para que acceda a regresar a tu lado... ¿No es eso un poco morboso, Thor? ¡Después de todo tú secuestraste a mi hijo!
El rubio entró a la habitación, dejando ver que con sus ropas asgardianas su estatura parecía ser todavía mayor y su presencia mucho más imponente. Loki se hizo hacia atrás todo lo que pudo, cubriendo su cuerpo a toda prisa.
-Te ves hermoso, mi querido amor... yo te veo maravilloso aún cuando estabas desnudo para otro y no para mí...
-No te me acerques...- replicó el menor, observando el caminar amenazador del otro.
-Acabo de escuchar que harías lo que fuera por volver a ver a nuestro hijo... ¿Lo has olvidado? Modi es también mío, es mi sangre, es mi estirpe... es mi heredero... A mi lado no tendrán otra opción que devolvernos al niño. Haré valer mi poder ante quien sea.
-De verdad te crees un Dios...
-Lo soy. Soy un Aesir, un Dios, una divinidad a la cual los mortales adoraron por los siglos y también tú lo eres, Dios de la Travesura, Príncipe del Caos... Tú eres Loki y tu origen está fuera de este mundo, eres inmortal... ¿No te has preguntado por qué no envejeces mientras los mortales acumulan arrugas y años?
-Estás loco...
-No tengo tiempo para esto...
-Acepto...- dijo de pronto, levantándose de la cama mientras se enredaba con la sábana para cubrir su intimidad y se alejaba de Thor, Loki estaba decidido a ganar tiempo y de inmediato inició una estrategia- Acepto ir contigo... No es necesaria la violencia... Iré por mi propia voluntad.
-Al fin eres juicioso...- suspiró el rubio, arrojándole la ropa que descansaba sobre el respaldo de una silla- Vístete y después te daré ropa más apropiada.
-Claro... Necesito una semana al menos, para dejar las empresas en buenas manos... Y el fideicomiso de los muchachos del Bar Club, no querrás que se queden desamparados... Debo elaborar la carta poder para que mis abogados administren la disco y el club... una semana o diez días, después, te prometo que te acompañaré...
-Loki, Loki... he dicho que ya no hay tiempo... Intenté con toda paciencia convencerte, ahora... es necesario marcharnos ya... ¡Heimdall!
***
¿Qué diablos estaba sucediendo? Loki se sintió arrebatado por los aires, en medio de un haz de luz... ¡El mismo haz de luz en el que Modi desapareciera diez años atrás! Pero ahora Thor lo había enlazado con fuerza, con una fuerza imposible de resistir y juntos entraron a esa especie de túnel, de puerta que se abría para absorberlos.
¿Esa era la puerta por la que sin saberlo, él había rogado? ¿Estaba realmente en los brazos de un Dios? ¿Estaba a merced de un loco? Lo que fuera ahora él mismo era secuestrado, arrebatado de su vida mayormente tranquila, arrancado de una estabilidad que mucho le costara construir... ahora solo deseaba nunca haberse cruzado en el camino de aquel enorme, peligroso y rematado rubio.
Debía conservarse frío, quizá así sería menos arriesgada aquella inesperada empresa. Y siempre existía la posibilidad de ver a Modi... Se aferraba con fuerza al cuello del mayor, y al mismo tiempo, sujetaba la sábana porque en mala hora, Thor no había esperado siquiera que terminara de vestirse.
Llegaron por una especie de portal dorado, a un salón enorme con techos abovedados que daba la impresión de ser la cúpula de un enorme observatorio. Thor de inmediato se colocó frente a él en posición defensiva, sabía que se encontraría a una legión de Einherjar dispuestos a impedir que Loki ingresara a Asgard. Y estaba dispuesto a enfrentarlos para salir de ahí con su hermano.
-No vayas a la ciudad, Príncipe Thor... regresa a Midgard junto al traidor, por tu propio bien...
-No guardián- respondió el rubio ante la amenaza de un enorme hombre revestido de una dorada armadura y una no menos enorme y terrible espada- Aprecio el celo que guardas por tu deber, la fidelidad a las órdenes de mi padre y Rey, pero está decidido... Loki y yo volaremos hasta la casa de la Diosa Freyja. Puedes ir a decírselo para que Odín personalmente impida nuestro viaje o puedes intentar detenerme, igual juro por todo lo sagrado que derramaré hasta la última gota de mi sangre para lograr salir...
Heimdall empuñó su espada y Thor alzó su martillo, quizá el arma del rubio era más poderosa, pero tenía muy poco tiempo usándola y su inexperiencia le daría ventaja al guerrero, el choque de ambos fue impresionante... Loki palideció al notar que realmente ninguno bromeaba, que se enfrentaban golpe a golpe en una batalla verdadera...
El guerrero de extraña armadura lo había llamado “el traidor” ¿A qué se refería exactamente? Concentrado en ese pensamiento y en los golpes de espada que Thor recibía en su cuerpo, su reacción fue un simple reflejo de protección, extendió su diestra en un rápido ademán y un poderoso haz de energía fue lanzado directamente al cuerpo de Heimdall, provocando que saliera de balance y volara un par de metros para topar en la pared, caer estrepitosamente al suelo y quedar aturdido por un par de instantes. Thor pudo rehacerse al tener esa inesperada ayuda.
-Vamos, Loki... salgamos de aquí...
***
Era un verdadero palacio, Loki no imaginaba que pudiese existir tanta opulencia, tantos lujos y tanta grandiosidad. Porque todo era enorme, las paredes, los adornados techos, los ventanales... incluso la cama parecía construída para contener a diez personas.
Thor se movía entre una legión de guardias y de sirvientes como si fuera la cosa más natural del mundo, mientras que él sentía como le observaban con curiosidad, le sonreían y le resguardaban discretamente. Le daba la impresión que era un prisionero dentro de una jaula de oro.
-¿No es de tu agrado la ropa, Loki? –preguntó el rubio, cuando vió el atuendo guerrero de su hermano todavía extendido sobre la cama- ¿Deseas que te traigan otro traje?
-¿Debo usar eso? Parece un disfraz de un ser de otro planeta...
-Estamos en otro mundo- rió el rubio, retirando los arreos complicados y dejando solo una camisa de color verde, unos pantalones de piel negros y zapatos de casa, en lugar de las botas altas- Y toda tu ropa es como esta... Anda, que tenemos poco tiempo.
-No me gusta vestir de piel...
Thor le dio la espalda, adivinando que lo que tenía Loki era vergüenza por descubrir su desnudez frente a él y además, se sintió intimidado por las jóvenes y hermosas servidoras que ingresaron con todo lo necesario para darle un baño y llenarlo de perfumes.
-Supongo que tampoco querrás asistencia en tu baño.
-Yo sé bañarme solo...- replicó Loki, sonrojándose.
Thor lo esperó sentado frente a una pequeña mesa de servicio, donde una copa de oro y piedras preciosas era constantemente llenada de un vino aromático de destellos con rubí. El aroma de maderas, de sándalo y ámbar llenó el aire y supo que Loki había terminado su aseo... cerró los ojos y aspiró profundamente el perfume varonil... ese era el olor de Loki, el que llenaba sus sentidos aún sin su presencia, su Loki, su hermano y el amor de su vida...
Cuando saliera del baño, estaría vestido y perfumado solo para sus ojos, solo para su nariz... miró con deseo la amplia, lujosa y cómoda cama... ¡Por todo lo eterno! Lo bien que amaría en ese lecho al dueño de los ojos verdes que robaban su paz.
-Siempre adoraré verte luciendo tan majestuoso como eres- declaró Thor, acercándose al menor para acariciar ligeramente su mejilla arrebolada. Loki se sintió halagado, además que el espejo le devolvía una imagen interesante y atractiva de sí mismo.
-Eres muy amable conmigo- sonrió Loki, posando su mano blanca y fina sobre la enorme y cálida del rubio, para inclinar ligeramente su rostro en un gesto de ternura- Pero si pudieras darme un poco de explicaciones sobre el lugar en el que estamos...
Las explicaciones tardarían en llegar, lo que sucedía en aquella ciudad y en ese lujoso palacio era demasiado rápidas para ponerlas en palabras. Thor solo le dijo que bajara a su lado, que le esperaban dos grandes damas a las que debería mostrarles respeto y agradecimiento.
-Una de ellas es la Diosa Freyja, la regente de los hogares, de las familias... la otra estoy seguro que podrás reconocerla...
Y en el gran salón, los dos encontraron a una discreta corte de damas y guardias, que les abrieron paso con inclinaciones profundas y palabras de bienvenida. Loki alzó los ojos al cielo ¿Qué clase de locura era aquella? Esperaba encontrar una base militar y en su lugar parecía estar en una especie de teatro medieval.
-¡Loki, mi corazón!- exclamó una de las dos bellísimas y elegantes damas que presidían el contingente, y que al ver al pelinegro no pudo contener su emoción y corrió a su lado para abrazarle y acariciar su negra melena, mientras lo miraba sonriente a los ojos.- Estoy feliz de volver a verte...
-Gracias, mi Lady…- respondió nerviosamente- Seguro lo estaría también... si pudiera recordarla...
Frigga se volvió hacia Thor y el rubio movió melancólicamente la cabeza de un lado al otro. No... no tenía todavía memoria de su pasado...
-¿No sabes quién soy yo?
-Lo siento mucho... No.
Thor intervino brevemente.
-No hay lugar para tristezas, mi señora... Loki no recuerda, pero sin duda recordará pronto. A medida que su antigua vida sea recuperada… y tu, amor... por favor responde al saludo de Lady Frigga, tu amada madre...
Loki abrió los ojos con sorpresa y dio un paso atrás. No, no reconocía a la dama que tenía enfrente como a su madre. Se suponía por supuesto, que debía tener una, pero no sabía como reaccionar ante ella.
-No temas de mí, te lo suplico... eres mi querido hijo, el hijo de mi alma extraviado por capricho del rey, pero que ahora, gracias al Dios del trueno, regresa a mis brazos...
-No... lo siento...- murmuró Loki, cerrando sus brazos y caminando lejos de las damas y del rubio- Esto es una alucinación paranoica... finalmente, los años de experimentos sobre mi mente me han hecho caer en la locura...
Frigga miró suplicante a su hijo primogénito y se acercó para decirle que aquello no estaba funcionando, que quizá había sido un error revelarse ante Loki.
-Él le necesita, madre... cree que nadie en los nueve mundos lo apoya o lo ama. Ni siquiera cree en mi amor... por favor, insista, no lo abandone.
-¿Y tú, querido mío?
-Yo estoy bien. Loki es ahora lo que importa... que acepte seguir nuestro plan antes que llegue Padre y nada podamos hacer para ayudarle...
-Tienes razón...
Los brazos fuertes del rubio rodearon a Loki, y aunque su impulso fue negarse e impedir que lo tocara, la fuerza con que fue sujetado lo convenció que sería inútil resistirse. Además, necesitaba urgentemente un abrazo, una demostración de afecto o se volvería todavía más loco de lo que ya pensaba que estaba.
-Voltea por favor, Loki... cariño... dale una oportunidad a Lady Frigga, es tu madre y su corazón sufre tu ausencia, como ahora sufre al ver que no la reconoces...
-Yo pensé que esto... era diferente... no esperaba todo lo que mis ojos han visto: la ciudad, las personas... ¡Por lo eterno, Thor! ¡Acabas de pelear con un hombre en armadura! ¡Y yo le herí!
-No te preocupes, Heimdall solo hacía lo que piensa que es correcto y a pesar de lo que viste, no le hiciste daño alguno... es decir, solo lo aturdiste un poco. Y en cambio, Frigga tiene para ti el tesoro que has venido a buscar...
-¿Modi?
***
-¡Papá!- exclamó el niño al verlo, Loki exclamó sin poder creer lo que veía... apenas pudo contener las lágrimas, además de todas las emociones cuando descubrió que su hijo era exactamente igual a como lo recordaba, igual a como lo vió el último día que lo tuvo entre sus brazos, en San Francisco- ¡Papá!
-Modi, amor mío- murmuró Loki, llenándolo de besos, palpándolo milímetro a milímetro- Eres tú... eres tú... ¿Cómo es posible? Deberías tener doce años, ser casi un adolescente... Pero eres todavía mi niño pequeño...
-Te lo dije, amor... que te devolvería a tu hijo...
-Pero... ¿Cómo?
-Eres un Dios, hijo mío... eres un ciudadano de Asgard y eres diferente a los mortales con lo que vivías... Fuiste desterrado por orden del rey, cometiste errores, pero ahora no los puedes recordar... tu mente fue borrada también...
-Señora yo no sé si de verdad es mi madre, pero si usted y Thor han intervenido para que Modi regrese a mis brazos... entonces mi agradecimiento no tiene límites...
***
Finalmente, la presencia que le brindó consuelo, el innegable amor transmitido por su sonrisa, por su mirada, por la dulce manera de tomar su mano y decirle que era su madre, que confiara en ella, bajó un poco los escudos de Loki. La abrazó y se sintió muy bien.
Con paciencia, le explicó que el tiempo había transcurrido en forma diferente para Modi y para él. El niño solo sintió la ausencia de su padre por unas cuantas semanas y lamentaba mucho que la ira del Padre de Todo y Rey de Asgard lo obligara a irse por tantos años de su hogar.
-Juntos intentaremos que entre en razón y te otorgue el perdón...
Loki asintió, pero en su mente solo se repetía: No rogaría a nadie por un perdón sobre algo que ni siquiera recordaba haber hecho.
-Hermana Frigga, es tiempo ya... disponemos de unos cuantos minutos...
La voz de la diosa Freyja se dejó escuchar solemne e imperativa. Thor se acercó a Loki y lo tomó de la mano, llevándolo junto a su hijo frente a la imponente Diosa.
-Solo existe una forma en que Padre no tenga ya derechos sobre nuestro hijo, Loki- le dijo el rubio, apresurándolo a responder- Consagremos a Modi a la protección de la Diosa Freyja, consagremos su vida como lo que somos: sus padres…
-¿Quieres decir... como esposos?
-Como esposos- repitió Thor, haciendo una seña imperceptible a su madre para que no lo desmintiera- Juro ante la Diosa Frigga que esta consagración será para mí el voto más sagrado de amor y de fidelidad hacia ti, como mi pareja y hacia nuestro hijo... seremos una familia...
***
La ceremonia fue breve y desconocida para Loki, todos hablaron un idioma que él no comprendía, usaban ropas extravagantes, joyas sorprendentes y protocolos increíbles... como si de verdad Thor fuera una deidad y Frigga (Su madre, por lo que al parecer tenía que aceptar) una reina y una diosa al mismo tiempo.
Pero lo único que le llenaba el alma era tener de regreso a su pequeño. Al finalizar el día, Thor y Loki subieron a la habitación que Freyja les había destinado. Las nanas y Frigga acostaron al niño, con renuencia del pelinegro al que su rubio le dijo que debía acostumbrarse de ahora en adelante porque Modi era su hijo reconocido y por lo tanto, heredero de mucho poder y riquezas, su vida sería feliz y llena de conocimientos, de atenciones y quizá, aún no se sabía, Modi heredaría la magia o la fuerza de alguno de los dos… de sus padres.
-Thor debo agradecerte...- dijo el ojiverde, dejando que sus enormes ojos brillaran con lágrimas contenidas- Sinceramente no te creí nada de lo que me dijiste antes, pensé que eras un loco... pero ahora, me cuesta creer tanta maravilla junta, pero mi hijo, Modi está aquí, y es pequeño... es como dijiste: No ha pasado el tiempo para él, es como lo explicó la dama que es mi madre, no me extraña porque para Modi solo han pasado unos días… y yo, le eché de menos por años... yo te culpaba cada minuto de mi vida por su ausencia…
-Hay mucho que debo explicarte, Loki... mucho en verdad...
La cara de Thor no era la más alegre, pero el otro no la notó... feliz y extasiado de lo que parecía ser un sueño hecho realidad.
-¿Qué te parece si me lo explicas mientras probamos esta enorme cama?
Thor cerró los ojos mientras aspiraba profundamente... ahí estaba su hermano, su amante... ofreciendo sus labios y su cuerpo como agradecimiento. Pero él quería que además de eso, Loki le entregara su amor...
-Sería maravilloso volver a poseerte...- le dijo, abrazándolo y estrechándolo junto al pecho, mientras una de sus enormes manos se enredaba alborotando la negra melena y la otra bajaba hasta acariciar las firmes caderas- Volver a perderme entre la suavidad de tu piel, el perfume de tu cabello... volver a entrar en tu intimidad y hacerte gritar y ver el Valhalla... y que en medio de tu placer me otorgues el mío...
-Yo te amé verdaderamente Thor... y a pesar de que ha transcurrido el tiempo, no he podido olvidarte. Por favor... hazme tuyo otra vez... También quiero estar en tus brazos, sentir tu cuerpo... sentirte muy dentro y muy mío... como debió ser...
Thor se apoderó de los labios entreabiertos de su hermano, en una caricia intensa y desesperada... ¿Cómo sería en adelante? ¿Qué sucedería con Loki cuando Odín finalmente reclamara su voluntad y se viera en la disyuntiva de obedecer?
-Ámame, Thor... ámame...
-Loki, Loki....- jadeó el rubio, dejando resbalar una lágrima de sus ojos de zafiro- Juré que te devolvería a Modi, juré protegerte y ahora, querido… lo que hago... es porque no tengo opción...
-¿A qué te refieres?- sonrió el menor, bajando sus manos a la entrepierna del mayor, deseando iniciar el juego del amor.
-Me refiero a que es tiempo de que sepas muchas cosas...- prosiguió el otro, retirando las manos de Loki de su cuerpo- la primera: Con la ceremonia de reconocimiento, Modi pasa a ser mi heredero, mi primogénito, mi sangre... tengo todos los derechos sobre él...
-¿Y qué quieres decir con eso?
-Que mi hijo ya no me puede ser arrebatado y yo, debo cumplir con mi misión...
-Thor, me asustas...
-Juro que te amo, Loki... y quizá un día logres perdonarme...
Thor se retiró sin volver la mirada y Loki se quedó solo en la habitación. En un parpadeo, el lujo desapareció, la enorme cama ya no estaba, ni los muebles ni las colgaduras... a cambio, paredes vacías y frías, una pequeña mesa y un camastro, un baño diminuto sin puerta en el fondo de la habitación... que ya no era una alcoba suntuosa, sino una celda... una prisión... Loki estaba en una prisión.
-¡Thor!- gritó, aterrado- ¡Thor! ¿Qué sucede? ¿Qué pasa? ¡Quiero irme de aquí! ¿Qué ha sucedido?
Los gritos que por varios minutos lanzó, no fueron respondidos... su desesperación fue en aumento hasta que al fin, los pasos firmes de unas botas militares romperon el silencio que seguía al final de cada exclamación.
Loki vió aparecer, en traje de batalla, a un hombre alto, rubio y esbelto, de aguda mirada y fino bigote, de bien cuidada barba que se acercaba a su celda con paso lento y con una sonrisa de burla, desprecio y deseo al mismo tiempo.
-Hola preciosura... al final, has caído exactamente al lugar que mereces...
-¡Fandral! Explica… ¿Qué ha pasado, dónde estoy?
-¿Dónde estás? En las mazmorras, donde los traidores como tú deben estar.
Loki palideció y el espadachín lanzó una carcajada, tras él, entró una comitiva de guerreros, que escoltaban ni más ni menos que al rey de Asgard, al Padre de Todo. Al fin, se enfrentarían cara a cara.
-Thor me ha traicionado...