Odín, Padre de Todo, fue implacable y preciso en su discurso: Loki era un traidor, doble traidor... y que no recordara nada de su pasado no fue impedimento para que el anciano le llamara con esa cruel palabra, y le enterara que los Gigantes de Hielo aún lo buscaban para vengarse de las heridas que había causado al Rey Laufey.
-No conforme con traicionarme a mí, tu Rey... también traicionaste a mi enemigo, con el que mantenías una alianza... No sé que esperabas lograr con eso, Loki, pero quizá tu regreso sea tu fin... en Midgard, anónimo y sin poderes, estabas en un lugar seguro, pero ahora que Thor se empeñó en regresarte, no puedo garantizar tu seguridad, ni siquiera tras esta celda...
-¿Mi vida peligra por personas a las que no recuerdo? ¿Fue alguna misión que desempeñé en la guerra?- preguntó Loki, intentando pensar a toda prisa ante cada palabra del anciano.
-Ciertamente no terminas de comprender que nunca estuviste en una guerra entre los mortales, ni tampoco eres consciente de otros graves errores y faltas... No estás en Midgard, estás en otro mundo, más lejano y diferente, tenemos otras leyes aquí. Sí, Loki, tu vida peligra. Los guerreros Jötnar te matarían si te ven solo, y las personas de Asgard aplicarían las viejas costumbres por la ley que aquí has quebrantado.
-¿Traición a mi Rey?- rió el pelinegro, sin poder evitar el tono de burla- Ciertamente yo no soy súbdito de nadie.
-No, por eso ya has sido castigado... Esta soberbia que demuestras puede empeorar tu condición ante mí... Pero ahí no te has detenido. Tu falta más grave ha sido seducir a tu hermano, cometer incesto siendo ilegal en este mundo y ocultarme que esperabas un hijo de esa unión ilegal...
-¿Seducir a mi hermano? ¿Quiere decir que Thor no es el padre de mi hijo?
-Quiero decir...- declaró Odín con algo de precaución, a su pesar- Que tú eres mi hijo menor, que Thor es tu hermano y que lo sedujiste al grado de hacerle perder la cordura y la lealtad a las leyes que por milenios han sido y serán en la ciudad dorada... La condición de heredero al trono de tu hermano mayor se tambalea ante el escándalo de verse involucrado contigo, ante la presencia de un hijo ilegítimo...
Loki dio un traspiés hacia atrás... ¿Incesto? ¿Estaba hablando de incesto? ¿Thor su hermano? Palideció hasta ponerse tan blanco que Odín temía que estaba al punto del colapso, tuvo que sostenerse reclinándose contra la pared de cristal de su celda, sentía que la cabeza le daba vueltas, que el corazón se le rompía dentro del pecho y que le faltaba aire en los pulmones... jadeó con la boca abierta, sin dar crédito a lo que escuchaba.
-No es posible... Thor y yo... ¿Hermanos? Pero si hemos...- se repetía más a él que al hombre (o Dios, aún no podía aceptarlo) que ahora decía ser su padre- Hemos estado...
-Han yacido juntos, lo sé... lo supe después de enviarlo a buscar a ese niño al que buscaba proteger de la vida miserable que elegiste en Midgard, me enteré demasiado tarde y no pude evitar que nuevamente, Thor cayera en el hechizo de tu seducción...
***
-¿Qué han dicho los sanadores?- preguntó Frigga, entrando sin que nadie pudiera detenerla hasta la celda donde su hijo era examinado- ¿Qué le has hecho? ¿Qué le has dicho que lo has puesto mal?
-No me cuestiones, esposa- respondió Odín. De pié frente al lecho donde Loki poco a poco recuperaba el conocimiento y la calma, los efectos de los sedantes pasaban.
-Dile la verdad...
-¡Silencio!- cortó el viejo, haciendo un ademán para mostrar a la reina que en ese instante, Thor también llegaba al lado de su hermano.
-¿Lo sabe ya?- preguntó, sin atreverse a tocarlo, a correr a su lado y abrazarlo.
-Si, hijo... lo sabe todo y aún así, no ha recordado… No recordará mientras mi conjuro lo mantenga así... Y sabes que ni yo mismo puedo romperlo, no antes de cien años...- dijo Odín, afectando falsa pena.
Loki estaba ya despierto, recostado en su cama, atendido, tranquilo... y tras los cristales que le impidieron a su madre y a su... hermano... acercarse hasta su lecho. Igual no quería ver a nadie, ni hablar con nadie... todo era tan fantástico como estremecedor...
-No puedo verlo tras una celda, padre...
-Estará más seguro.
Frigga supo que su vástago estaba a punto de perder el control, que de un momento a otro intentaría romper el cristal y llegar a Loki. Pero no era así la mejor forma de ayudarlo, así que se colgó de su brazo para forzarlo a contenerse, sonriéndole con dulzura.
-También a mí me duele verlo ahí...- susurró tristemente, mientras los dos daban un par de pasos hasta llegar al cristal que los separaba- Pero hiciste lo correcto...
Thor clavó su mirada de zafiro en el rostro todavía pálido de aquel al que amaba a pesar de todo. ¿Lo correcto? Quizá sí... quizá no... pero estaba hecho y olía a traición. Loki se sentía herido y engañado con todo derecho, además, estaba separado de su hijo nuevamente. Aún no asimilaba el verlo pequeño, no un niño de doce años como esperaba, pero el placer y la alegría de tenerlo entre los brazos le duró muy poco.
Los ojos de esmeralda se clavaron también en los suyos, y una lágrima gruesa y brillante recorrió su mejilla como un diamante líquido quebrando la voluntad del rubio, quien se pegó a la transparente pared suplicándole que lo perdonara, que había tenido una buena razón para hacer lo que hizo y que lo amaba.
Odín no podía resistir tanta debilidad en su primogénito, ni tampoco soportaba la vista lastimera de su hijo menor, así que ordenó que salieran todos: Los sanadores, los guardias, Frigga y Thor.
-Loki...- repitió el Dios del trueno, observando como el menor se levantaba para colocar la palma de su mano sobre la suya, juntas... pero sin tocarse...
-¡Vamos! No hay tiempo para esto... ¡Thor, basta de esas niñerías! ¡Me diste tu palabra!- rugió el anciano monarca.
Loki lo observó desprenderse de su lado a base de mucho esfuerzo, y junto a su madre y al rey... su padre... dejarlo a solas en la habitación. Cómoda, cambiada para que no pasara insomnios o frío, pero solitaria… y sin Modi… ¿Dónde estaría su hijo? Su vida en adelante solo tenía un objetivo: recuperarlo a cualquier costo...
Cuando Odín cerró la puerta tras de sí, cuando los ojos azules de Thor ya no pudieron verlo, Loki abandonó su pose de sufrimiento, curvó sus labios hacia abajo y arrugó el ceño, mientras un brillo homicida se reflejaba en las esmeraldas de sus ojos.
-¡Patético!- exclamó-Tu amor voluble y débil me da asco... “hermano”
***
Tres semanas después, Loki fue trasladado al ala sur del palacio de Odín. Ahí cumpliría las nuevas condiciones de su detención: Habitaciones bien resguardadas, pero gozaría de más privacidad, de un jardín pequeño y de los libros de la biblioteca para su entretenimiento. Además, por negociación directa de Thor, Modi podría estar con él...
Ese era el mejor de los alicientes: ver a su pequeño y poder abrazarlo y besarlo, supervisar su salud, compartir sus juegos... Loki podría ejercer sus derechos de padre otorgados por el otro padre. Porque Modi pertenecía en exclusiva a la casa de Thor.
Odín podía renegar lo que quisiera, pero el consagrar a Modi a la Dios Freyja había sido un acierto, ahora el Rey no tenía derechos directos sobre el niño, que ya no sería considerado un bastardo, sino un hijo legítimo de dos príncipes, cien por ciento sangre real, legítimo heredero de Thor y segundo después de su rubio padre en los derechos de sucesión, desplazando al tercer lugar a su otro padre, Loki y al cuarto a su tío Balder.
Poco a poco Loki también se fue enterando de otros de sus “errores” del pasado, supo que verdaderamente orquestó un plan de alta traición, ambicionando poder sobre los Asgardianos a los que odiaba cordialmente porque siempre le comparaban con Thor y siempre quedaba en desventaja: El rubio era más guapo, más fuerte, más simpático y tenía más éxito con las damas, además sería el futuro Rey… para él fue el martillo, el cinturón de fuerza y los mejores atributos divinos. Parecía que Loki solo había nacido para hacer ver a Thor como el mejor de los dos.
¿Entonces cómo fue que se enamoraron siendo hermanos? Y al parecer los dos cumplían bien su papel de odiarse filialmente... resultaba muy extraño que terminaran acostándose y engendrando un hijo. Ya habría tiempo de averiguar eso.
¿Pero cómo logró Loki que Thor desafiara a su padre para lograr beneficios en su favor?
Muy sencillo: La manipulación... Loki tenía que ser un maestro en ello, porque además de que le resultó sencillo, fue infinitamente agradable. Y comenzó al darse cuenta que su hermano pasaba diariamente a visitarlo, a acompañarlo durante el café matutino antes de reportarse a sus deberes reales, o al atardecer, cuando Frigga también llegaba y a pesar de la pared que los separaba, llevaba a Modi a ver a su padre, tomaban el té y hablaban a frases cortas y monosílabos, pero hablaban al fin... Porque al menos en apariencia, Loki se miraba tranquilo... no reclamaba, no lloraba, solo mostraba ciertas emociones al ver a su pequeño sonreírle y con infinita paciencia explicarle que necesitaba estar encerrado en esa jaula de cristal, porque tenía un fuerte resfriado y no quería que él se enfermara.
Y Modi lo creía todo y sonreía a su padre y le daba mil besos que Loki no sentía con la piel, pero que recibía con el corazón abierto.
Pero se concentró en las ocasiones en que Thor lo visitaba solo... procuraba cambiar de inmediato su semblante a uno más pensativo y melancólico, dando más pena de lo que realmente sentía. Aquello calaba hondo en Thor, quien se iba casi de inmediato o cruzaba apenas un par de palabras. “¿Estás molesto conmigo?”-“No”- respondía Loki, fingiendo que limpiaba una lágrima oculta en sus párpados. “Quisiera decir cuanto lo lamento”-“Ya está dicho, gracias” era otra frase usada, pero cuando Thor preguntó “¿Puedo hacer algo por ti?” Loki abrió los ojos como un niño ante un dulce y suplicó: “Quiero que mi hijo no pase la humillación de verme encerrado”
Entonces... Thor hostigó a su padre con peticiones, justificaciones y súplicas hasta que autorizó que Modi entrase en la celda dos horas al día para jugar con su padre. Dos días después, Loki solicitó que no fuera en el encierro que se vieran y Thor consiguió un permiso para que saliera a un pequeño jardín y pasara el mismo tiempo con el hijo de ambos. Era delicioso verlo jugar con Modi, eran los dos como un par de niños traviesos y sorprendentemente, Loki no pronunciaba una sola palabra de queja, ni un mínimo gesto de amargura lo delataba... era completamente feliz mientras su hijo estuviera junto a él.
Y su dolor al separarse era genuino, la resistencia a dejarlo ir, a que las nanas llegasen y dijeran que su tiempo había terminado era un suplicio que reavivaba las heridas de su corazón.
-Príncipe Thor- dijeron las damas a cargo de Modi al rubio, que siempre esperaba afuera para no robarle un segundo a Loki con el pequeño- No nos quiere entregar al niño... Se niega y no sabemos qué hacer...
Thor tragó saliva, no deseaba que se rompiera su frágil estabilidad en la comunicación con su hermano, pero si incumplía las concesiones de su padre, entonces se arriesgaba a que Modi no volviera a verlo.
-El tiempo terminó, hermano... por favor entrega a nuestro hijo, debe ir a dormir...
-Lo estoy durmiendo- respondió Loki tranquilamente, mientras sostenía al niño entre sus amorosos brazos- Sufría yo tanto al verlo irse, con su linda sonrisa, con sus ojos alegres mirándome, que el valor me estaba faltando... así que decidí hacerlo dormir antes de entregarlo... solo espera un par de minutos más y ya...
Thor esperó y el menor cumplió cabalmente, Modi fue entregado dulcemente dormido de los brazos de su padre a los de la cuidadora, y Loki llenó sus ojos verdes con el brillo de las lágrimas que luchaban por salir. El rubio se derritió de arrepentimiento y amor.
-Loki no llores...- exclamó, dando un paso dentro de la celda y después, arrepintiéndose y saliendo- te juro que pronto lo tendrás a tu lado todo el día...
El Dios del trueno se retiró también y Loki alzó la mirada con orgullo, dibujando una sonrisa de triunfo en sus finos labios.
-Vamos bien...- murmuró para sí mismo- Lamentablemente, si quiero que sigas trabajando en mi favor, es tiempo que te ofrezca un pequeño dulce... “hermano”
***
Pedir... era todo lo que Loki tenía que hacer… pedir y Thor le proveería. Igual que cuando eran niños, aunque él no lo pudiera recordar... bastaba el capricho de Loki para que Thor de inmediato quisiese cumplirlo. Y los remordimientos que sentía eran el mejor combustible para hacerlo moverse y hacerlo trabajar para él.
Loki tomó posesión de sus nuevas habitaciones con satisfacción: Si estaba prisionero siendo, según esa gente extraña decía, el hijo del rey... entonces era tiempo de ser tratado como príncipe, en desgracia, pero príncipe al fin.
Por la tarde Modi se mudaría a la habitación de al lado y Loki se haría cargo formalmente de su cuidado y educación. O al menos la supervisaría, porque ya estaba avisado que ni las nanas, ni los tutores, y mucho menos los guardias serían retirados.
-Tendré que acostumbrarme a ser como un bicho raro observado de día y de noche, con guardias en mi propia alcoba... pero si Modi está junto a mí, entonces no me importa.
-Podremos estar sin intrusos cuando yo esté presente- dijo Thor, ayudando a su hermano a acomodar sus libros favoritos en el librero de madera tallada.
-¿Y para qué estarías presente?
-Sé que mi conducta es injustificable...- murmuró el rubio, encontrando al fin un Loki un poco más accesible que no responía con palabra y media a sus frases cortas- De alguna manera cometí el error más grande permitiendo que Padre me dijera qué hacer... debí dejarte en Midgard, o llevarte lejos, donde nadie nos pudiera encontrar...
-No lo harías, tienes mucho compromiso con tu futuro trono...
-En parte es razón lo que dices... pero yo deseo que me perdones...
-No hay nada que perdonar, ya te lo dije varias veces- dijo Loki, sin volverse a mirarlo y concentrándose en pedirle un libro tras otro para acomodarlo.
-Pero las cosas entre nosotros ya no son las mismas...
-¡Por supuesto que no lo son!- exclamó Loki casi escandalizado- ¿Cómo van a ser igual que antes? ¡Ahora sé que somos hermanos! Ni siquiera he logrado imaginarme como fue que terminamos enredados... ¡Somos hijos de los mismos padres!
-Pero sucedió, Loki... Modi es la prueba.
-Sucedió, pero no debe repetirse... escucha: No quiero que mi hijo sea señalado como un bastardo, como un hijo ilegítimo y fuera de la ley... no quiero que en su futuro alguien pueda hacerlo sentirse mal porque sus padres cometieron incesto... Y por supuesto, no quiero que esas costumbres arcaicas me atrapen ¿Sabes que a los que cometen incesto se les juzga públicamente y se les lapida? ¿Qué clase de sociedad retrógrada aplica esas leyes? ¿No es acaso que se sienten dioses? Pues Thor, yo no quiero ser objeto de escarnio público y mucho menos ser blanco de piedras lanzadas por manos anónimas y cobardes...
Thor no pudo contenerse más... Su hermano hablaba de costumbres cavernarias y él solo podía olerlo, tenía tantas ganas de estar cerca de Loki, de sentirlo y de hacerse perdonar... con un ademán los dejaron a solas, todavía faltaban un par de horas para que Modi llegara. Así que lo abrazó mientras caía de rodillas frente a él, Loki tomó asiento en el suelo casi forzado por el peso del cuerpo del mayor y tras pensarlo brevemente, cerró sus brazos para abrazarlo también.
-No puedo olvidar todo lo que te amo...
-Ya eso no es importante- susurró Loki acariciando los solares rizos- Debemos corregir nuestros errores, y yo debo redimirme de los míos propios... Modi lo merece... Seremos lo que siempre hemos sido: los mejores hermanos, porque yo no tengo la menor duda que cuando niños pasamos momentos geniales...
-Los pasamos en verdad, muchos momentos hermosos... cada uno de ellos lo atesoro en mi corazón y entre todos son los que me han llevado a quererte como te quiero… ¿Acaso tu amor se ha apagado?
-No sé... me siento traicionado...
-¡Perdóname! ¡Por todo lo eterno, perdóname! Fui un imbécil... me equivoqué... Padre me dijo que era lo mejor, tenerte aislado de los gigantes, de otros enemigos... de los aliados del Rey Laufey que claman tu cabeza por haber atentado contra él...
-Es que yo te amo, Thor...
Por un instante, la esperanza volvió el alma al cuerpo del rubio.
-¡Sabía yo que no podrías olvidar lo nuestro!
-No te confundas. Eres mi hermano, así te amaré en adelante... todo lo demás, ya no puede ser y debes comprenderlo.
-No puedo... no puedo... quiero que me digas que me amas, que me necesitas como yo te necesito o me moriré...
-No insistas, te lo suplico...
Thor hundió su cabeza en el blanco cuello de Loki, abrazándolo con más fuerza. Loki sonrió ampliamente... ahora lo tenía justo donde lo quería.
-Quiero tu perdón... lograré que Padre te devuelva tus recuerdos y te dé la libertad, lo juro... aunque me cueste lo que me cueste, lo lograré...
-Eso no cambiaría nuestra situación ante tus leyes...- ronroneó Loki, estremeciéndose al sentir los labios de Thor rozarle ligeramente la piel.
Guardaron silencio... la lengua húmeda y tibia del mayor recorría su cuello, ansioso, hambriento de él. Loki estaba disfrutando enormemente... por supuesto que también lo amaba y mucho, que lo extrañaba y lo deseaba... pero no se merecía que volviera a ser débil y le creyera, Thor tenía que recorrer mucho camino antes de convencer a Loki que era lo suficientemente digno de su amor.
También era altamente probable que eligiera dejar de amarlo... y se arrancaría del pecho aquel amor costara lo que costara, porque tenía la fuerza y decisión necesarias. Y Modi, lo juraba solemnemente, regresaría a Nueva York con él.
-Dame la oportunidad de demostrarte que lucharé por ti y por nuestro hijo...
-Las palabras son burbujas de jabón en medio de un huracán...- replicó el ojiverde, desatando el cordón que cruzaba su camisa y Thor tuvo entonces acceso a la suave piel de su pecho. Loki bajó discretamente la cabeza rubia para que lo besara, para que se guiara hasta su pezón izquierdo y se apoderara de él... Thor lo hizo, lamió, besó y succionó engolosinado, mientras era premiado con un gruñidito de placer.
-Solo dame tiempo...
Thor se preparó a quitarse la camisa... estaba a pocos pasos del Valhalla... Bajó su boca hasta la entrepierna de Loki, intentando liberar su intimidad con los dientes.
-Acción y no palabras, hermano- concluyó Loki, esperando hasta el último instante para separarse y alejarse de Thor. Ahora, lo dejaba encendido, insatisfecho y anhelándolo más que nunca... pero tenía la cabeza fría, y sus metas claras.- Acción y no traiciones, ni tibiezas, ni cobardías...
***
Modi entró y Loki fue feliz… esa noche se dormirían tarde, le contaría historias y recuperarían el tiempo perdido. El niño también estaba radiante, abrazaba y besaba a su padre sin cesar, demostrando que entre los dos existía un lazo muy fuerte de amor y de unión. Para el niño, no había pasado nada, para Loki, diez años se desvanecían y nuevamente estaba junto asu pequeño bebé. Incluso Odín, que todo lo veía, tuvo que reconocer que aquel hijo debía estar con su padre y que Thor aún no representaba para Modi una figura importante en su vida... si el niño era su segundo heredero, entonces tenía que fomentar los vínculos.
Thor en cambio, salió sintiendo que la entre pierna le iba a explotar... se fue directo a sus habitaciones y se metió a su enorme tina, llena de agua tibia y llena de flores. La imagen de su hermano lo siguió y bien pronto se encontró masturbándose mientras imaginaba a Loki desnudo entrando a la tina, mientras recordaba lo que se sentía comérselo y bebérselo, penetrar la tierna y suave carne, apretada, cálida… embestirla con pasión, derramarse dentro o fuera de sus pliegues... cada imagen la acompañó de fieros tirones a su pene, que amenazaba arrancárselo de no ser porque llegó al clímax y eyaculó pensando siempre en él… en Loki...
-Traigan mi traje de corte... iré a presentarme ante Padre de Todo...
Los asistentes corrieron a cumplir su orden y Thor se animó con una sonrisa. Si su padre no le daba luz verde para devolver sus recuerdos a su hermano, entonces tomaría definitivamente, medidas más drásticas.
Loki no podía adivinar lo que estaba sucediendo, pero estaba confiado. Thor era como barro suave entre sus manos, y estaba dispuesto a moldearlo. Besó la frente de su hijo y sonrió, entregándole los pequeños soldados de juguete que alineaba uno tras otro en el piso de su alcoba.
-Eres exactamente igual a él, hijo mío... y tienes su color de piel, su tono de cabello, sus gestos, incluso te gusta su martillo y jugar a la guerra... pero tu corazón no será tan ingenuamente impulsivo como el de Thor... será más bien como el mío; fiero y determinado. Tú no vas a pasar una sola miseria más, tú no vas a llorar, no vas a derramar una lágrima de miedo en las noches o de angustia al no saber donde me encuentro yo, tu padre... el que te trajo al mundo... el que hará todo lo que sea posible y lo que se piense imposible para que lo tengas todo y seas feliz... te lo jura.