Capítulo 2: Descuriendo
En un alejado lugar bastante aislado de por sí, se encontraban Tony, Steve y Natasha quienes habían ido tras el llamado de la esposa de Clint. Natasha aun recordaba el tono de desesperación de Laura, sin embargo aún no sabía el por qué Clint había desaparecido y mucho menos donde se encontraría por lo que pidió la ayuda de sus colegas para poder ubicar al arquero con mayor precisión, después de todo no solo había dejado a su esposa sino que también a tres hijos al desaparecer.
– Natasha gracias a dios que llegaste – Habló Laura, yendo al encuentro con la que era la mejor amiga de su esposo, quedando un poco sorprendida a los otros dos súper héroes pues solo esperaba a la chica espía.- Capitán Rogers, señor Stark – Saludó con una sonrisa en sus labios, más noto como que los dos mencionados no la observaban a ella sino a que a la persona que se encontraba atrás de ella, fue entonces la mujer palideció observando a los 3 vengadores.
– ¿Quién es él, Laura? – Pregunto la pelirroja notando como un hombre alto y de cabello negro se acercaba a ellos, llevando en sus brazos al pequeño hijo de Laura, Nathaniel. Natasha en reacción ya había preparado su pistola directamente hacia el hombre, pero Laura se interpuso entre él y la pistola defendiendo a aquel hombre.
– Natasha, no lo hagas… Él es Andrew el verdadero padre de Nathaniel – Hablo la chica bastante temerosa, terminando por soltar un fuerte grito, ya que ahora la pistola que la viuda manejaba estaba apuntando directamente en la cien de la chica. – Espera… Puedo explicarlo, ahora solo me preocupa el bien estar de Clint.
– Habla antes de que me arrepienta de darte la oportunidad de siquiera criar a tus hijos - Habló en un tono rasposo y amenazante, se lograba sentir el repudió que la pelirroja sentía en aquellos momentos por la mujer y los 2 súper héroes solo observaban la escena, sin siquiera interponerse en ello, pues aunque pareciese raro los 3 concordaban mentalmente que si la chica engaño a su camarada merecía morir de una manera paupérrima y sin piedad, o bueno eso en el caso de Romanov y Stark, puesto que el Capitán pensaba más en un castigo mucho más disciplinar. – Y tú, no creas que no te castrare luego de esto – Señalo al hombre que ahora ya se encontraba justo frente a ellos.
– Realmente no quería que esto pasara, pero cielos Natasha, habían ocaciones donde Clint se iba por un año por cada misión y realmente no sé cómo pasó, cuando Clint nos envió aquí conocí a Andrew donde poco a poco todo se dio y luego no pude dejarlo.
– Así que lo engañas desde antes de que la niña naciera. – Reclamo la espía, preparando la pistola para dar un tiro que probablemente terminaría en la cabeza de la mujer. – ¿Qué paso con Clint? Eso es lo que me interesa saber.
- Verás…
Flash back
Clint está terminando el invernadero ya había prometido aquello desde hace tiempo y nunca había logrado cumplir aquella promesa pues por más que trataba alguna emergencia de los vengadores le interrumpía en aquel labor, pero ahora tuvo el tiempo y finalmente lo había terminado. No había algo que al denominado ojo de halcón hiciera sentir más lleno que tener este tiempo con su familia y con ello poder consentir tanto a sus hijos, como a su esposa.
– Laura, el suelo del… – El arquero no pudo terminar de hablar debido a que ante sus ojos se encontraba lo que nunca espero ver, su mujer se encontraba desnuda junto a un hombre desconocido, sobre la que era su cama y aquel olor que abundaba en la habitación, el inconfundible olor a sexo la delataban, la chica trato de explicar algo; más su esposo se escapó ya había salido de su hogar y abordado el jet con el que había llegado anteriormente.
Fin flash back.
– Luego de eso te llame a ti, por eso temo que haga algo… ¡Ah! – Dio un fuerte grito al sentir como la pistola de la agente se disparaba contra su pie logrando causarle un pequeño daño en estos al rozar la bala con el borde interior del pie derecho de Laura. – Natasha, por Dios, sé que hice mal lo admito, pero no sé nada más por eso te he llamado a ti.
– Yo creo que volarle los sesos es la mejor opción. – Hablo esta vez Stark, luego de mantener su boca en silencio todo ese tiempo, sin embargo se llevó miradas de obviedad por parte de sus compañeros. – Esta bien, me calló, pero solo una cosa más ¿La niña es de Clint? – Ahora el hombre de acero se posiciono frente a la mujer, quien observaba con horror al magnate; ni siquiera pudo hablar ya que sólo dedico el mover su cabeza en señal de negativa.
Dos disparos más se escuchar en el aire una de las balas había parado justo en el muslo de “Andrew” y el otro en la mano derecha de Laura. Luego de eso el trio de súper héroes se alejaron de la escena dejando a esas personas heridas, ni siquiera el Capitán de las buenas costumbres hizo algo para detener aquello, si bien no era la mejor forma de una u otra manera debían de descargar su por así llamarlo desespero contra esa mujer, pero la actitud que más sorprendía a todos no fue la del capitán sino la del magnate quien todos pensaron haría bromas ridículas con la “anécdota” que posiblemente tendría Clint y ahora se le veía de una manera completamente seria, hasta podría decirse preocupa.
– Stark, trata de rastrear a Clint. – Habló Natasha mientras que se ponía unos audífonos de gran tamaño desconectándose del mundo al poner reproducir música, ciertamente no estaba de ánimos de escuchar alguna otra torpe discusión que el par de superhéroes amigos tenía, ya hasta el momento llevaban 5 peleas o casi discusiones, donde la pelirroja identificaba bien que luego de una de las típicas bromas de Stark ambos se sonrojaban y daban por terminado la discusión. Por lo que la agente decidió escaparse del mundo y sumergirse en la música.
- Tony ¿Por qué tienes esa cara de preocupación? – Pregunta el rubio acercándose al chico que se encontraba en esos minutos manipulando el jet, mientras trataba de localizar la nave con la que Clint había escapado. – Sé que somos tus amigos, pero tu rostro y tus acciones hace un momento no son las mimas ¿Qué es lo que sucede realmente? – El capitán tomo asiento junto al menor para observarlo de reojo, no quería admitir aquel sentimiento que estaba en su pecho y lo oprimía, porque primero que admitir que sentía celos de la preocupación que el hombre de acero profesaba por su compañero, debía admitir que tenía sentimientos pocos sanos por su compañero.
– Capi-paleta. – Murmuro el millonario con una suave sonrisa en sus labios al momento de voltear y observar de manera fija a los ojos del chico, observaba sus ojos de preocupación y de angustia. A pesar de que el contrario era mayor que el por casi 50 años, pero un se comportaba como un chico de 25 años, Tony sabía que el capitán ocultaba algo en aquellos ojos que lo miraban con angustia en esos momentos no eran sólo por preocupación por Clint y claramente el hombre de acero averiguara el motivo de aquella mirada. Pero ahora debía responder a la pregunta de su amigo quien ya le tenía las hormonas alborotadas y le hacía pensar de más. – Se suponía que debería monitorear a Clint. –Observo como el rubio lo observaba con el ceño fruncido, desvió su mirada hacía la pelirroja que al parecer se encontraba en su propio mundo por lo que decidió proseguir. –En nuestra última batalla Clint resulto muy mal herido, al no poseer fuerza sobre humano y una piel blindada como la de Hulk o una armadura como la mía. Cuando llegue al helicarrier lo observe tumbado con pocos signos vitales y yo pues… Le inyecte una sustancia que le ayudaría regenerar más rápido sus heridas, pero sólo fue un prototipo lo tenía para circunstancias extremas, no estaba terminado por lo que se supone debía monitorearlo para ver si aquella inyección tenía efectos secundarios.
– Tony, cálmate y ahora dime ¿por qué estabas creando esa inyección? – Pregunto preocupado el capitán y olvidándose de los códigos morales e incluso propios tomo entre sus manos las del menor para tratar de transmitirle de una u otra manera algo de confianza; podía ver cómo el contrario estaba conmocionado aunque no lo demostraba físicamente, pero Steve ya había logrado el comprender como el menor se desenvolvía, sin embargo, aún no sabía cómo interpretar esa mirada que Tony venía dedicándole desde ayer, cuando se observaban mutuamente el mirar de su compañero de armas tenía un cierto brillo en sus ojos, eso le hacía sentir incómodo y a la vez eufórico por lo cual siempre terminaba por agachar la mirada y sentir como sus mejillas se teñían de carmín.
– Sólo Fury sabe de esto. – Hizo una pausa bastante prolongada sintiendo como sus mejillas ardían al estar entre las manos de la persona que alguna vez admiro cuando niño. – Cuando Wanda se propuso manipular mi mente, ella me mostro mi mayor temor y… Y ese era que todos ustedes murieran, dejándome a mi vivó – Aclaro el súper héroe a lo que observaba a los ojos al capitán, esos ojos de un profundo azul, tan bellos que le hacían perder la compostura, no supo cómo, ni cuándo pero sus labios y los del anciano se habían juntado. Sólo un leve roce entre ellos y al magnate le hizo tocar la gloría, nunca se había sentido de aquella manera ni siquiera con Pepper, fue cuando la recordó a ella que se separó del capitán apartando su mirada completamente roja.
– Tony… yo. – Cuando quiso hablar el rubio, se vio como una fuerte tormenta se arremetía no muy lejos de ellos y con ello el radar del jet se disparó anunciando objetos voladores no identificados cercanos a ellos. – Esto lo arreglaremos más tarde, que no se te olvide. – Aclaro el líder del grupo mientras se dirigía hacia Natasha la cual permanecía de ojos cerrados, por lo que el soldado le quito los audífonos señalando el radar y la tormenta. – Lo siento Natasha, pero creo que Clint deberá esperar. – Dicho esto ordeno que Tony dirigiera el jet hacia la masa de tormenta que cada vez estaba más cerca de ellos. Por un lado el capitán agradeció aquella “intromisión de la naturaleza”, puesto que así tendría algo de tiempo en el que podrá pensar y aclarar sus pensamientos antes de hablar con Stark y el beso que compartieron, beso que le dejo gusto apoco; si por él hubiese sido tratado de mantener aquel sutil contacto un poco más, quería seguir sintiéndose en la gloria de tocar los labios de su compañero, sin embargo, no sólo los quería volver a besar sino que también quería que aquellos labios solo fuera de él y que en si Tony Stark le perteneciera a él, fue entonces cuando el chico de los 40’s supuso que no debía de pensar más el arrogante, filántropo, millonario y PlayBoy, no solo le gustaba sino que le encantaba.
Mientras que los 3 vengadores iban directo a la tormenta esperando poder encontrarse con lo que la mayoría de ellos había supuesto; en otro lugar muy lejos de estados unidos más bien en una isla se encontraba un jet destrozado, al parecer había impactado contra la arena de la playa y ahora sólo estaba a escombros, a pesar de que varios lugareños observaron lo sucedido no se acercaron. Sólo un hombre tuvo el coraje de hacerlo con la pequeña esperanza de que hubiese algún sobreviviente de aquel impacto.
– ¿Hay alguien vivo? – Pregunto un hombre de estatura normal parecía medir 1,75, poseía cabello castaños y unos lentes para mejorar su visión o al menos eso parecía, la sorpresa de aquel hombre fue tal al ver como quien al parecer era el único ocupante de la nave se encontraba mal herido, sin embargo también pudo notar como sus heridas rápidamente se regeneraban. El hombre no espero más tiempo y con cierta preocupación saco al arquero de aquel lugar y lo llevo al lugar donde moraba actualmente, donde comenzó a atender las heridas que demoraban más en sanar.
El hombre cuido con mucha devoción a Clint y aquello se comentaba en el pueblo aborigen quienes habitaban la isla, y es que verdad aquel sujeto se había pasado 2 días seguidos sin dormir al tratar de mantener con vida al vengador desaparecido quien a pesar de todo se había estado aferrando a la vida.
Ya se habían cumplido 3 días desde la caída del jet y de que Clint estaba bajo los cuidados del extraño hombre, el arquero no había despertado durante 2 días seguidos y eso ya comenzaba a preocupar al “hombre”.
– Clint, vamos tienes que despertar, tienes una familia y a Natasha que te esperan. – Hablaba el hombre tomando con una de sus manos la del que ya estaba inconsciente en la cama – Sé que puede parecer tonto e incluso ridículo, ya que yo tenía a Natasha. Pero, sabes con la última batalla descubrí que no era amor lo que sentía por ella, sino que solo era un cariño inmenso para con una amiga. – Dio un fuerte suspiro el castaño ahora apoyando su cabeza sobre la mano que tenía sostenida. – Sin embargo, descubrí eso y a la vez que mi enojo se debía a otra cosa, lo estuve pensando varios días desde que estuvimos en tu casa, pero decidí seguir con lo de Natasha puesto que el sentimiento que yo desarrolle era para un hombre casado y con hijo ¿Puedes créelo? Me enamore de un hombre, por eso es que hui y deje sola a Natasha sé que ella podrá afrontar todo esto, pero yo no puedo y mucho menos Hulk, ninguno podía imaginar que ambos nos enamoramos de un…
– Bruce. – Se escuchó un leve murmullo proveniente del que se suponía estaba inconsciente y que ahora observaba fijamente al doctor un poco adolorido, sin embargo, no reflejaba algún signo de repudio o disgusto lo que hizo suponer a Banner que había escuchado nada. – Luego hablaremos sobre tus sentimientos a mí, pero primero explícame como es que tú y yo estamos aquí.