Capitulo 3
El Castigo
-…y entonces yo hice ¡pum! con mis manos y su cabello se cayó- contaba feliz el rubito, al recordar su pequeña travesura -tía Locatrix se puso a gritar como la loca que es, que la había dejado calva a propósito, y un montón de cosas más.
-¿Locatrix?- pregunto divertido Harry por el apodo que le había puesto el rubio a su tía.
-Sí, yo le digo así porque es muy rara y extraña, pero no de la forma buena sino de la mala y escalofriante- les contó el rubiecito, temblando ligeramente al recordar cuan extraña era su tía- pero no le digan a papá- les pidió rápidamente, llevándose el dedo índice a los labios y haciendo un gesto de silencio- no pueden contarlo, porque papá dice que debo respetar a los mayores, aunque sean raros y todo.
- No te preocupes por mí, yo no diré nada- contesto sonriente Neville.
-Yo tampoco, además ese apodo es muy bueno- comento divertido Harry- va a la perfección con ella.
-¿Verdad que si?- dijo sonriendo Draco- pero bueno, el caso es que mi papá le dijo que dejara de comportarse como una mujer hisrci-histericita, bueno como una mujer de esas todas locas que se alteran y todo- completo feliz el rubiecito, quien estaba tan contento contándole a sus nuevos amigos su ultima travesura, que no le importo no poder decir la palabra bien (por si se lo preguntan, la palabra era histérica :D)
-Vaya, pues qué bueno que no pudo hacerte nada- comento Neville.
-Eso nunca pasaría, papá y Severus me quieren un montón y me cuidan mucho, jamás permitirían que alguien me hiciera daño- afirmo muy seguro el rubito.
-¿Y tu mamá?- pregunto extrañado Neville, al solo escuchar a Draco hablar así de su padre y padrino, dejando de lado a su madre.
-Madre…ella….bueno ella…- decía titubeante el rubiecito, mirando sus manitos en un gesto vacilante, desviando sus ojos de la mirada de sus nuevos amigos- ella…
-Draco, necesitamos hacerte unas pruebas y ver que fue exactamente lo que causo esa poción defectuosa en ti- se escucho de pronto la voz de Severus llamando la atención de todos hacia él.
El rubio asintió rápidamente, y miro a su padrino con cariño y agradecimiento, como si lo hubiera salvado de algo en verdad sumamente incomodo, extrañado por tal reacción en su ahijado, Severus se prometió investigar más adelante que había causado esa incomodidad y nerviosismo en su ahijado.
-Bueno, ¿Qué están esperando?- dijo Severus con tono frió a los presente en la habitación- salgan inmediatamente, que debo hacer la revisión- les apresuro, a lo que ellos solo asintieron e inmediatamente salieron de la habitación- inútiles- murmuro enojado, ya que el como siempre tendría que arreglar todo, porque era más que claro que no dejaría a su querido ahijado en manos de unos Gryffindor ineptos y un viejo loco que solo Merlín sabe porque soportaba (naahh lo quiere mucho aunque sea tan chiflado el anciano :D)
-Padrino, ¿esa es una mala pal…
-No es una mala palabra- aclaro rápidamente- es la verdad con la que ellos deben aprender a vivir.
El rubito solo hizo un pucherito por ser interrumpido y asintió, después de todo su padrinito Sevy lo había salvado de tener que hablarles de su madre a sus nuevos amigos.
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Minutos después Severus abrió las puertas de la enfermería nuevamente, dándoles a entender con este gesto que podían ingresar a la habitación, ante lo cual Dumbledore, Harry y Neville entraron rápidamente.
-¿Y cómo se encuentra el joven Malfoy?- pregunto con voz amable Dumbledore.
-Por ahora no puedo dar ningún diagnostico conciso, debemos esperar a que las pruebas mágicas lleguen a su fin y nos den algo de información sobre el estado de Draco- comento serio el pocionista, mientras anotaba algo en un pergamino.
-Entiendo- contesto pensativo Albus.
-Por ahora necesitamos que alguien cuide de Draco- dijo Severus apartando la vista de sus anotaciones.
-¿Por qué alguien debe cuidar de él?- pregunto extrañado y curioso Neville.
-Es algo muy sencillo en realidad- señalo Severus- Draco a esta edad era todo un diablillo, de naturaleza bromista y traviesa, no pueden imaginarse en la cantidad de problemas en los que se metía casi a cada hora, Lucius tuvo que designar a 3 elfos domésticos para que velaran en todo momento por Draco, ya que este simplemente era un imán para los problemas- contó Severus.
-Pero él ya es grande, puede cuidarse solo- dijo Harry.
-En circunstancias normales, por supuesto que es capaz de cuidar de él mismo- acepto Severus- pero en las actuales temo que eso sea imposible, Draco podrá verse como un chico de 17 años, pero su mente y actuar es la de un niño de 8 años- aclaro Severus.
-Pues póngale una niñera y ya- contesto automáticamente Harry, sin pensar en sus palabras.
-Y eso es precisamente lo que haremos- contesto Severus con una sonrisa que no presagiaba nada bueno, al menos para los Gryffindor- usted Señor Potter junto al Señor Longbottom, serán los encargados de cuidar de Draco.
-¡¡¡¡¡¿¿¿¿QUE????!!!!!- exclamaron los dos Gryffindor.
-Pero…pero…no-nosot-nosotros e-e-eess de-de-decir
-Neville ya cálmate- trato de tranquilizarlo Harry, aun cuando el mismo se encontraba alterado -no puede obligarnos a cuidar de Malfoy- le dijo Harry a Severus con un tono retador.
-Ohhh claro que puedo- lo enfrento Severus- ustedes causaron todo este accidente y ustedes cuidaran de Draco mientras el permanece así- sentencio firme el pocionista.
-¿Y usted? su padre, su madre, el elfo de su mansión que se yo, ¿no pueden cuidar de él?-siguió retando Harry molesto.
-Ellos no lo dejaron así- dijo enojado- este será su castigo por ser tan imprudentes, estúpidos, e incompetentes, incapaces de hacer una sola cosa bien en sus vidas- Severus estaba tan enfadado, que los Gryffindor hasta se olvidaron de su valentía, y sentían unas tremendas ganas de tirarse al suelo y suplicar por piedad.
-Wooooohhhh padrino, tienes unos pulmones realmente geniales- se escuchó la dulce voz impresionada de Draco, que levanto los pulgares en alto hacia su padrino- ¡Eres genial! Haber grítales un poco más– termino sonriendo.
-No nos ayudes tanto- murmuro un pálido Neville, que bueno lo de macho men decidió dejarlo para mañana, cuando ya no le gritaran tanto.
-Upsss lo siento- sonrió el rubito- ¿esta vez tampoco fueron malas palabras?- pregunto hacia Severus.
-Exacto- confirmo el pocionista- solo les dije sus verdades.
-Vaya pues que fuerte dices las verdades- susurro pensativo el rubito, que se imaginó como seria Severus diciéndole lo guapo, inteligente y talentoso que era el- vaya, espero no quedarme sordo- dijo bajito tocándose sus oídos.
-¿Qué?- pregunto confundido Severus por las palabras de su ahijado.
-Padrino Sevy, cuando me digas mis verdades de lo perfecto que soy, ¿podrías decírmelas en voz más baja? Es que no quiero quedarme sordo- le dijo haciendo pucherito.
-Claro Draco- acepto Severus, ya demasiado cansado para también discutir con su ahijado.
-Yeeeeiiii- sonrió feliz.
-Vaya, lo narcisista y ególatra lo tenía desde chiquito- susurro Harry, pero para su mala suerte, Severus lo escucho.
-Eso lo podrá comprobar rápidamente, ya que desde este momento empieza su cuidado de Draco- sentencio firme- y espero por el bien de la existencia de ambos que cuiden muy bien de mi ahijado, o les prometo que sufrirán muy dolorosamente antes de desaparecer de este mundo- amenazó con un aura negra- y no lo digo solo por el mundo mágico.
-Harry, Snape nos va a matar- susurro muerto de miedo Neville.
-No me digas, yo ni cuenta me había dado.
-No quisiera interrumpir su pequeña reunión, pero….el joven Malfoy acaba de salir de la enfermería- informo de lo más tranquilo Dumbledore.
-¡¡¡¡¿¿¿¿Qué?????!!!!!!!!!!- gritaron los Gryffindor.
-Wooooohhhh que bueno pulmones, ha eso me recuerda aquellos tiempos en los que yo podía hablar fuerte, sin necesidad de un hechizo para aumentar mi voz, era tan….
Todos ignoraron a Dumbledore que seguía hablando sin percatarse de nada.
-Yo iré a ver cómo van los análisis de Draco, además de hacer una investigación sobre las pociones que utilizaron- informo el pocionista- ustedes encárguense de que Draco no sufra daño alguno, o por más que Dumbledore lo crea imposible, correrán ríos de sangre en Hogwarts- termino serio.
-¿Qué?-preguntaron los Gryffindor extrañados por el último comentario del profesor.
-Yo me entiendo, ustedes solo hagan lo que les dije- ordeno, para luego salir de la habitación.
Harry y Neville solo suspiraron cansados, mientras se dirigían a la puerta de la enfermería, para ir a buscar al rubio, ahora debían ser las niñeras de Malfoy, pero después de todo… ¿Qué tan difícil podía ser?