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Una simple atracción por mikuuchan

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Notas del capitulo:

Hola gente bonita! estoy actualizando más pronto de lo que esperaba, por que de repente me llegó la inspiración y salió el capítulo de una... que agradable es cuando las ideas llueven a tempestad ahahaha

Naruto recargó su cabeza en la ventana del lujoso automóvil conducido por su padre, observando el panorama de la ciudad de Konoha, nada lo suficientemente llamativo para terminar de captar su atención, a decir verdad. Sin embargo, la voz afable de su progenitor le hizo volver a la realidad de golpe... oírlo hablar de la obligación que debía asumir al ser Omega le enojaba de manera desmedida, él sabía del rol impuesto por la sociedad al ser uno más dentro del eslabón jerárquico, pero no por ello debían recordárselo a cada instante que se diese la oportunidad.

Conocía su destino, poco interesante a criterio de él, pero de alguna manera era consciente del patrón que sumergía el escalafón al nacer siendo Omega... Naruto por su parte, no se veía a sí mismo siendo doblegado por su pareja en caso de que llegase a encontrar un compañero, cuestión que él veía prácticamente imposible para su estricto estándar de razonamiento. Por ello, la posibilidad de verse sumiso ante un líder dominante no daba cabida a sus ideales personales. Él no podía imaginarse acatando órdenes sin razón, no se relacionaba en lo absoluto con su peculiar forma de ser.

Naruto posee un derroche de impulsividad tan propia en él que no hay punto de comparación al Omega sometido por la sociedad, no le interesa el qué dirán de su conducta, como tampoco le importa los comentarios de sus actitudes poco recatadas, solo actúa con sutileza cuando es conveniente hacerlo por imposición de sus padres, pero de alguna forma siempre logra terminar con su cometido, llevando la contraria pese al escenario que se encontrase. Su padre lo sabía a la perfección, constantemente chocaba con el carácter enérgico de su hijo atribuyéndolo a la difícil etapa de la adolescencia.

Minato ansiaba que aquella fase de rebeldía de su hijo terminase a la brevedad posible, más que todo para enmendar la turbulenta relación que sostenía con su primogénito. Entendía el sentir de Naruto, hacia el esfuerzo por comprenderlo, pero por desgracia, la sociedad conservaba ideales retrogradas con respecto a los Omegas y él conocía de ello. Sin embargo, como padre y líder de su clan, deseaba el bienestar del rubio, no procedía a actuar de la manera que lo hacía con el objetivo de fastidiarlo, buscaba una alternativa para dejar protegido a su amado vástago de la desdicha subyugada del régimen.

—¡Estoy harto de ti y de todas las estupideces que dicen de los Omegas! Solo nos ven como simples objetos de manipulación. Por eso odio esta maldita sociedad, aborrezco a los Alfas, pero al que detesto con mayor devoción es a ti, Minato... seguramente cuando te dieron la noticia de que resulté siendo un Omega la humillación fue tanta que lo viste como el peor castigo para tus ambiciones egoístas —Naruto espetaba furioso cada palabra sin pensar, dejándose liar por la rabia y frustración que gobernaba su ser. Le molestaba en demasía que reprimieran sus convicciones, sus ideales, su libertad de convertirse en alguien digno para el escalafón. Por ello, veía a su padre como un tipo ruin, buscando ampliar el poderío del clan.

Por su parte, Minato trató de menguar la impotencia de escuchar cada frase dicha por Naruto, quería creer que todo lo mencionado por el rubio solo era el desvarío de su personalidad impulsiva, haciendo estragos en su joven razonar, pero le era imposible permanecer endeble como solía ser con sus allegados. Tensó la mandíbula en un gesto de molestia contenida, mientras sus manos se aferraban con fuerza al timón del automóvil, no iniciaría una discusión en plena vía principal poniendo en riesgo la vida de su hijo y la suya propia.

—¡No es el lugar, ni el momento para que empieces con una discusión, Naruto!

—Mis palabras no son lo suficientes para considerar contestarme como se debe, te desagrada tanto mi presencia que evades la realidad, limitándote única y exclusivamente a ignorarme como si fuera un verdadero desconocido para ti —Minato aparcó el auto a orilla de la calle con la intención de hacer ver a su hijo de las equivocaciones que formulaba idea tras idea.

—¡Basta ya, Naruto!

—¡No pienso detenerme ahora, papá! Tú buscas la forma de joderme en la menor oportunidad posible y no te lo permitiré, Minato.

—¡Soy tu padre, quieras o no me debes respeto, Naruto! —Minato golpeó con fuerza el volante del carro, sobresaltando al blondo quien permanecía inmóvil en el asiento de copiloto, observando el rostro colérico lleno de indignación por parte del rubio mayor. Sin embargo, su instinto de Omega le indicaba bajar la cabeza en actitud sumisa por la voz de mando del Alfa, pero su orgullo era más que correspondió al cruce de mirada altiva de su progenitor, haciendo de igual.

—Si esperas que me disculpe... lamento mucho informarte que no va a suceder —Naruto cruzó los brazos de forma altanera, esperando el mínimo indicio de provocación por parte del Alfa, mientras él continuaba con una actitud soberbia.

—Cómo puedes tan siquiera imaginar que no me preocupo por ti, Naruto... que reniego de tu existencia cuando no hago más que velar por tu bienestar. No lo entiendes por qué eres joven y no mides tus palabras, pero al conocer la posición en que tu madre y yo nos encontramos lo comprenderías al punto de darnos la razón. Solo pensamos en buscar lo mejor para ti en el momento de que llegásemos a faltar, dejándote amparado por el cuidado de un Alfa digno que se ocupe de tu seguridad, es irremediable eludir la muerte cuando somos personas y más cuando se comparte un nexo de vinculación como el que mantengo con Kushina, ella es mi pareja de vida y lo has de saber perfectamente. Tu madre y yo estamos destinados a perecer juntos en el momento que nuestra partida sea inevitable. Por ello, no puedo permitir dejarte solo a la deriva, aunque me odies y tengas ideas equivocadas de las decisiones que crea conveniente para tu futuro, deberé de asumir el rol de un padre que ama a su hijo y tomar las medidas adecuadas para salvaguardar tu integridad de ésta sociedad sedienta de poder.

Naruto sonrió con un deje de pedantería, llevando una de sus finas manos a las hebras doradas de su cabeza, peinando los desordenados cabellos rubios en un gesto desinteresado a razón de su padre.

—Conmovedoras palabras, realmente me llegaron en lo más profundo de mí ser, papá —el rubio musitó sarcástico, encogiendo sus hombros como muestra de poco interés para volver a dirigir su mirada al panorama visible de la ciudad.

—Entonces si prefieres continuar con esa actitud infantil, te trataré como tal. Asistirás al día de convivio sin replica alguna y no habrá forma de que evadas éste último festejo, Naruto.

—¡No puedes obligarme a ir!

—Dos años consecutivos hiciste lo imposible para eludir el festejo de nexos de la preparatoria, lo dejé pasar por simple capricho tuyo, pero ahora lo harás quieras o no, y por tu bien te aconsejo que no trates de retarme con alguna jugarreta tan propia de ti, porque en esta ocasión tus rabietas no van a funcionar. Tu madre y yo lo hemos decidido y es mi última palabra —Minato observó con seriedad al rubio, dejando entrever ningún tipo de vacilación ante lo dicho.

—¡Esto es injusto! Vender a tu propio hijo al mejor postor no tiene nombre. ¡¿Qué clase de padre eres?!

—Soy un padre que se preocupa por su hijo, a pesar de que su primogénito no quiera ver con sus propios ojos la cruda realidad en la que vive.

—¡Te odio como no tienes idea! —el rubio Omega bramó enrabiado, frunciendo el ceño molesto sin poder rebatirle a su padre, mientras Minato demostró su habitual serenidad observándole de forma inquisitiva.

—Entonces me doy por bien servido. Si tu odio es lo que debo de recibir para velar por tu seguridad, no tengo problema en soportar la carga, Naruto —Minato sonrió orgulloso, logrando encolerizar al rubio, quien permanecía sentado cómodamente sobre el mullido asiento del auto.

—¡¿Esa es la razón por la que me llevas por quinta vez donde la abuela?! Quieres asegurarte de que mi celo se acerque lo más pronto posible para obligarme a casarme en cuanto se dé la oportunidad. ¡Demonios! Cómo te hago entender que mi estro llegará cuando deba de ser, y tampoco pienso continuar tomando esas porquerías que me obligas a ingerir.

—¿Consideras normal el retraso de tu estro teniendo diecisiete años, Naruto? A estas alturas deberías de haber pasado por varios períodos de celo sin ningún tipo de interrupción. Por esa razón, se te realizará el examen de resonancia para tener plena seguridad del estado actual de tus órganos reproductores. No es para cerciorarme de que haya habido un error o algo que supones erradamente, solo es un chequeo rutinario del porqué de tu condición, no es para que te alteres de ese modo tan peculiar por decirlo de alguna manera.

—¿Me puedes explicar cómo debería de ser mi reacción, papá? Supongo que el que calla otorga. Por ende, me tomaré la libertad de creer la razón del por qué quieres volver a someterme a un maldito análisis de resonancia magnética, aun mantienes la esperanza de que los resultados arrojen a la poca probabilidad de ser un Beta. ¿Tanto detestas que sea Omega?

—¡Por Dios! ¿De dónde sacas tantas ideas absurdas, Naruto? En qué cabeza cabe que deseo tal barbaridad. Eres mi hijo y te adoro seas Omega, Beta o Alfa, nunca me ha importado la clase jerárquica y sabes que no estoy diciendo alguna mentira al respecto. Desde pequeño tu madre y yo nos hemos encargado de inculcarte los valores de tolerancia e igualdad hacia la pirámide de poder del régimen. No eres más ni menos que nadie, solo tú podrás ser capaz de rebasar los límites de tus ideales, tomando decisiones correctas sin denigrar a los demás. Solo te pido que recapacites y olvides esas ideas negativas que no te hacen bien a tu corta edad, te haces daño imaginado historias donde no existe razón de ser.

—Si no quieres que termine figurando ideas equivocadas, no disfraces tus fines personales con supuesta preocupación familiar. Cada ocasión que tienes para internarme en un asqueroso hospital repites una y otra vez la misma frase, pero me das a entender que buscas la manera de renegar mi clase. ¡Soy Omega te pese o no, papá! Y me enorgullece serlo para tu desgracia.

—Vuelvo y te lo repito una vez más... jamás seré capaz de avergonzarme de ti, Naruto. Es todo lo contrario de lo que crees. Estoy orgulloso de tener un primogénito hermoso, el más bello Omega ante los ojos de la sociedad. Cómo no vanagloriarme creídamente por tener un descendiente digno del clan Namikaze. Sin embargo, debo de confesarte que todas mis acciones y decisiones son por una razón en especial, busco la forma de poder formar parte del consejo jerárquico, al igual que lo están haciendo los Alfas de los demás clanes que también se oponen a la denigración de los Omegas. Deseo cambiar las normas retrogradas del régimen para darle a las futuras generaciones un nuevo estilo de vida, me duele tan siquiera imaginar entregarte a un Alfa, pero por el momento es la única vía segura para mantenerte protegido, qué más quisiera yo que encontraras a tu pareja de vida como lo hice con Kushina, por eso debes asistir al día de convivio y darte la oportunidad de conocer a un Alfa que llame tu interés.

El rubio abrió sus ojos azules con sorpresa, escuchando cada palabra dicha por su padre, se asombraba en demasía al notar la sinceridad de las frases mencionadas, analizando el objetivo específico de su progenitor en querer ofrecerle una alternativa de cumplir sus sueños.

—No sé qué decir al respecto... —Naruto musitó con voz queda, tratando de formular una idea coherente, pero no pudo continuar reprochándole al rubio mayor alguna palabra.

—No tienes que mencionar nada, Naruto... solo hagamos de cuenta que un padre hace hasta lo imposible por sus hijos, cuando tengas los tuyos sabrás comprender mejor mi posición —el blondo cerró sus zafiros, guardando silencio al instante.

El menor no tenía nada para rebatir y tampoco deseaba alargar el disentimiento con Minato. Por su parte, el rubio mayor dio por finalizada su charla, sonriéndole amablemente a su hijo. Volvió a retomar el camino, encendiendo el auto y adentrándose a la transitada vía principal de Konoha.

 

...

 

—Perfectamente pude tomar las llaves del auto e ir por mi propia cuenta, Itachi. No hay necesidad de que te ofrezcas a llevarme al dojo del clan —el azabache entornó sus oscuros ojos hacia su hermano mayor, dejándole ver que no le agradaba en lo absoluto su sonrisa petulante, mientras se subía de mala gana a la camioneta.

—Deja de quejarte, solo quería compartir tiempo de calidad con mi pequeño hermano menor. ¿Es mucho pedir un poco de amabilidad de tu parte, Sasuke? Además, es necesario que tengamos una seria conversación sobre tu inminente compromiso forzado, si no buscas pareja. Nuestro abuelo Madara, líder del clan Uchiha, finalmente dio el visto bueno para permitir a los miembros de la familia que escogiesen a sus Omegas sin importar la estirpe. Desde antiguas generaciones nos hemos caracterizado por mantener el parentesco sanguíneo uniéndonos entre sí, con el único fin de permanecer en la clase noble de la jerarquía. Sin embargo, él decidió que era el momento propicio para que los Alfas busquen sus verdaderos vínculos por voluntad propia y no por simples imposiciones dictadas como normas.

—¿También vas a reñirme como lo hacen papá y mamá con ese tema? Si es de esa manera, prefiero que te mantengas al margen, Itachi. No me comprometeré con ningún Omega, aunque traten de obligarme, nadie tiene derecho a decidir sobre mí, es mi vida y como tal, pienso hacérselos saber en la menor oportunidad posible.

—Te están dando la libertad de que encuentres pareja por tus propios medios, no es por fastidiarte como supones, es por tu futuro. Ambos tomaremos el liderazgo del clan Uchiha cuando el abuelo y padre consideren el tiempo prudente y como Alfas, debemos pensar en nuestras obligaciones, Sasuke.

—Es mi última palabra. ¿Qué no te ha quedado claro de ello, Itachi? He sido lo suficientemente obvio para dejar en visto mis deseos personales y entre ellos no figuraran casarme, ni tener hijos con un Omega.

—El día de convivio está pronto a realizarse y asistirás por órdenes del consejo quieras o no. Si tratas tan siquiera de oponerte en ser partícipe del festejo, te forzarán a comprometerte con Uchiha Naori, una de las pocas mujeres Omega que logró despertar la habilidad especial de los miembros del clan. El régimen tiene gran expectativa ante la posibilidad de hacerse con nuevas crías, ven en ti y en Naori la oportunidad de lograr completar sus fines ambiciosos para asegurar la prevalencia dentro del círculo jerárquico —Sasuke tensó la mandíbula, molesto ante la realidad que su hermano mayor le comentaba. Tratar de conseguir aspiraciones egoístas y avariciosas a través de su persona le parecía una verdadera canallada sin justificación.

—¿Padre sabe de esto, Itachi? —el pelinegro miró de soslayo al azabache mayor, esperando por una respuesta que generaba cierto malestar en él.

—Sí, de hecho, padre ha impedido que se hable del tema para que desconozcas lo que intenta hacer el régimen con el clan Uchiha... quieren someternos al igual que otras clases nobles para forman una rebelión y hacer frente a países vecinos con el fin de mantenerse en la supremacía absoluta. Por ello, empezarán con los linajes de renombre y nosotros encabezamos la lista.

—¡¿Qué demonios?! —el azabache bramó enfurecido por los planes futuros que tiene el consejo jerárquico para con él.

—Esa es una de las razones por las que el abuelo ha permitido el enlace con otros clanes, no cederá a los planes que tiene el consejo jerárquico para con nosotros; de hecho, se ha acordado de manera discreta tener comunicación con otros líderes que se oponen a los propósitos del régimen. No tenemos conocimiento en sí de qué trata su artimaña, pero se nos ha informado que el círculo autoritario maneja una turbulenta organización para afectar a cada familia, doblegándonos a cumplir sus demandas. La única oportunidad que tienes para no someterte a los deseos de la jerarquía es comprometiéndote y tampoco se podría considerar una vía de escape segura. Papá no lo hace con la intención de molestarte, sino para evitar involucrarte en una revuelta liderada por asquerosos corruptos sedientos de poder.

—Tengo mucho que pensar, Itachi...

—El día de convivio es la ocasión perfecta para que encuentres a tu vínculo, es posible que des con tu pareja de vida y quizás resulte favorecedor para ti, Sasuke. Yo también tuve tu edad y sé lo que sientes al respecto, pero decidí darme la oportunidad de asistir al festejo y terminé conociendo a Deidara y puedo decirte con plena seguridad que no me arrepiento en lo absoluto de haber ido a aquella festividad. Si no hubiera tomado la decisión de buscar por mi propia cuenta un compañero, me comprometerían con un miembro del clan, específicamente con Uchiha Shisui para que él fuese mi Omega. ¿Te das cuentas de la magnitud del asunto? De hecho, mi compromiso con Dei no asegura que el régimen no pueda hacer lo imposible por separarme de él. Por eso tú tienes la última palabra de ocuparte de tu destino.

—Para serte sincero, no deseo conocer a un rubio histérico como el tuyo, Itachi —el pelinegro mayor sonrió divertido, revolviendo los cabellos azabaches de su hermano, ganándose una mueca de desagrado por parte de éste.

Ambos hermanos dejaron la plática que habían sostenido, concentrándose cada uno en sus propios pensamientos. Itachi por su parte, encendió el auto saliendo del estacionamiento de casa de sus padres para dirigirse hacia el dojo del clan Uchiha. Las calles se mostraban concurridas por la hora pico del medio día. Sin embargo, él prefirió mantener la calma, mientras Sasuke observaba el exterior de la ciudad sin ningún tipo de reparo en poner verdadera atención en lo que veía. Su cabeza se apoyó en el vidrio de la ventana, viendo con detalle las avenidas y tiendas que aparecían en su campo de visión, pero al fijar sus ojos negros al costado derecho en dirección contraria de la vía, se encontró con una mirada azulina puesta en él.

El tráfico no parecía ceder en la avenida principal, dando a los carros un embotellamiento abismal en las estrechas calles de Konoha, cuestión que logró que la distancia de ambos autos, estuviese a igual. El pelinegro no apartó su mirada de los ojos contrarios que permanecían fijos en su persona, observándole curiosamente.

—Omega...

—Alfa...

El rubio y el azabache susurraron entre sí, cada quien, en sus respectivos lugares, asumiendo la realidad que se presentaba ante sus ojos, ninguno de los dos tuvo que hacer uso de las cualidades olfativas que poseían al ser de clases jerárquicas distintas, simplemente plantearon lo obvio de lo que observaban con fijeza.

El moreno por su parte, no pudo evitar sentir cierta curiosidad al notar que el Omega que tenía a pocos metros, le mirase con total naturalidad; de hecho, se percató del leve sonrojo en las mejillas acaneladas del blondo, pero éste se negaba a bajar la cabeza ante su mirada altiva, reconoció por primera vez que le sorprendió la templanza y agallas de aquel rubio ojiazul, quien le observaba firme sin rastro de duda, a pesar de que él siendo Alfa impusiera con tan solo hacer una simple acción de fijar su vista en alguien. En cambió Itachi reparó en el gesto de Sasuke, inclinándose sobre el asiento del conductor para ver con detalle al objeto o persona de interés del azabache menor, rio por lo bajo dando el visto bueno del Omega que permanecía estoico sin querer apartar la vista de su hermano.

—Interesante... —el pelinegro mayor musitó divertido por la escena que contemplaba, logrando sacar a Sasuke de su batalla de miradas con aquel rubio Omega.

—¿Por qué me ves de esa forma? Es detestable tu maldita sonrisa burlona, Itachi —el azabache mayor solo se limitó a reír con gracia, mirando de reojo al rubio Omega.

—Nada en especial, estúpido hermano menor... solo que, a mi parecer, alguien ha captado tu atención, Sasuke.

El pelinegro frunció el ceño, volviendo a fijar sus oscuros ojos en la dirección de aquel auto que se perdía a la distancia, llevándose consigo a ese curioso Omega.

Notas finales:

Espero que les haya gustado el cap de hoy tanto como a mí me encantó escribirlo!

Ya pronto el dobe y el teme se conocerán, ténganme paciencia nada más...

Los comentarios, sugerencias, preguntas o dudas que tengan etc... serán muy bien recibidos, así que escriban con confianza que yo los leeré y contestaré gustosamente.

¡Nos estamos leyendo!


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