El mayor lo separo de él y volvió a acostarlo, Ritsu lo miraba con sorpresa sus ojos mieles ardían, esperaba un golpe, que lo insultara pero nada lo preparo para lo que Masamune hizo…lo estaba ¿besando?
-¿no soy yo quien te da asco a ti, no…me tienes miedo? -Ritsu no había correspondido a su beso, ahora solo lo miraba con sorpresa -te quiero Ritsu… -sus ojos verdes se llenaron de lágrimas a punto de salir, estiro sus brazos para abrazar a su hermano pero este lo detuvo en el acto con cierta brusquedad
-no Ritsu -de nuevo se sentó en la cama cubriéndose con la sabana -esto está mal ¡maldición!, soy tu hermano…esto, nosotros…lo de anoche no debió pasar yo lo sie…
-no te disculpes Nii-san no quiero tu lastima -lo interrumpió y también se sentó sobre la cama, las palabras de Masamune dolían, era algo enfermo Ritsu ya lo sabía, lo supo desde el principio, estaba consciente de ello durante la noche anterior y ahora también lo estaba, pero empezaba a enojarse, la desesperación comenzando a desplazar a la culpa, por un segundo creyó que Nii-san…No podía renunciar ahora, hace tan solo 5 minutos habría salido de ese cuarto dispuesto a olvidarlo todo y dejar sus sentimientos prohibidos y deseos pecaminosos atrás, si Nii-san no hubiera despertado el solo se habría ido…Trato de aferrarse a esa idea como última esperanza, si Masamune realmente se arrepentía de lo sucedido, ¿Por qué lo detuvo?, porque no simplemente lo dejo marcharse y así ambos fingirían que nada había pasado tal vez, Nii-san solo estaba asustado, él también lo estaba pero no iba a dejar que eso lo detuviera no ahora que sabía que sus sentimientos eran correspondidos; se dio cuenta de que no iba a ser tan sencillo; no podía simplemente olvidarlo no después de estar entre los brazos de Nii-san y sentirlo por fin dentro de él, no después de escuchar él te quiero con el que tantas veces soñó. No pudo evitar reírse para sus adentros con cierta ironía, no era más que un pervertido probablemente un enfermo si tenía que preguntarle a alguien más, pero ya había cedido ante la tentación: el momento de tomar una decisión había sido anoche mientras besaba y desvestía a su hermano mayor y había elegido caer en el pecado, y ahora no le importaba arder en lo profundo del infierno, no si a cambio podía tener a Nii-san su profundo deseo oscuro.
-tal vez tu creas que fue un error o algo enfermo pero para mí…fue lo más hermoso y puro que pudo haber pasado así que no me pidas que lo olvide porque no lo hare y sé que tú tampoco -se acercó al mayor pegando sus frentes, colocando con suavidad una de sus manos en sus mejilla -te amo, aunque supongo que ya lo sabias, tal vez no quieras escucharlo pero es inútil tratar de ocultarlo -su otra mano trato de meterse entre las sabanas buscando un punto específico en el cuerpo de Masamune -Te quiero Nii-san..
-¡basta! -lo empujo para quitárselo de encima y se puso de pie, alejándose lo más que pudo del castaño, él era el mayor ahí maldita sea, tenía que hacer algo y debía ser ‘’algo’’ diferente a lo que pasaba por su cabeza -Ritsu, no lo entiendes somos hermanos, esto no es un juego y tú solo estas confundido yo no puedo aprovecharme de eso -esas palabras solo lograron que Ritsu se enfureciera por completo
-¿Qué?, pudiste hacerlo con todas esas zorras, pudiste hacérselo a Kisa y no…puedes hacerlo con tu hermano sin tener que usar el alcohol como pretexto, ¿necesitas estar ebrio para aceptar que me amas?
También se levantó y con velocidad se dirigió hacia donde estaba el pelinegro, colocando sus manos sobre su pecho y haciéndolo retroceder hasta que la espalda de Masamune choco contra la pared, sus ojos verdes ardían clavando su mirada en la del mayor, la frustración en su punto máximo; sentía las incontenibles ganas de golpearlo, descargar todo el cúmulo de emociones que se concentraban en su estómago…lo beso… con desespero y hambre, con rabia y con dolor, al final cuando logro sentir sus salivas mezcladas con más suavidad y con el familiar sabor de las lágrimas, cuando su beso era correspondido lo beso con inseguridad y miedo
-te amo maldito idiota -derrotado deslizo sus manos dejándolas caer a sus costados sin ganas ya de nada y escondió su rostro contra el pecho de Nii-san
Los orbes miel de Masamune que al principio reflejaban sorpresa y una completa incredulidad se tornaron oscuros, paso sus brazos alrededor de la cintura de Ritsu y enterró su rostro en el hueco que había entre su cuello y su hombro, Dios…el había tratado de resistirse, de no lastimar al menor pero Ritsu no se lo ponía para nada sencillo, por mucho tiempo contuvo sus sentimientos y sus deseos, incluso trato de distraerse con alguien más, reflejar en Kisa sus sentimientos y solo logro lastimarlo, no lo merecía y aun así no había servido de nada, su hermanito menor era la persona a la que de verdad quería a pesar de todas las personas con las que trato de distraerse no podía arrancarlo de sus pensamientos, no podía evitar desear que fuera el quien estuviera entre su brazos y por fin había pasado, su sucia fantasía haciéndose realidad, así que ¿Por qué no?, si Ritsu también lo quería ya no había nada que ocultar…al menos no entre ellos
-no puedo negar lo perverso que en realidad soy -lo susurro en su cuello y lo tomo del rostro para volverlo a besar mientras lo llevaba de nuevo a la cama y se recostaba sobre el - eres mi pequeño hermano Ritsu, se supone que debía protegerte…incluso de mí mismo, sobre todo de mí y lo único que quiero ahora es correrme estando dentro de ti mientras gimes mi nombre, ¿no te parece un pensamiento asqueroso?
No lo dejo responder, solo lo volvió a besar introduciendo su lengua en el acto, acariciando sensualmente el interior de su boca mientras sus manos comenzaban a recorrer sus piernas y una de ellas viajo de forma audaz hasta su trasero presionándolo traviesamente.
-ahhh…Nii-s…
-¿Ritsu? -se separaron en el acto y un frio helado subió lentamente por la columna vertebral de ambos, esa era la voz de su madre… -¿Ritsu estas aquí?
-ma… ¿mamá?