-Venga ya, no te enfades- dijo Billie propiciándole al chico unas palmaditas en la espalda-. ¿Quién te quiere?
-Espero que tú no, maldito degenerado- respondió Rick entre dientes.
Billie soltó una estruendosa carcajada que sin duda alguna se hizo escuchar por toda la cafetería.
-Por eso te amo príncipe- comentó rodeando los hombros del susodicho.
Rick gruñó y empujó el brazo de aquel demente a un lado. Odiaba cuando se veía forzado a quedarse a solas con Billie ¿ya se había quejado de ello antes? Vaya suerte la suya.
-No te me acerques- se puso de pie y se sacudió los brazos como si trajera polvo encima. A continuación, caminó en dirección a la mesa en donde se hallaba el trío de intercambio, sacando una caja que llevaba en el bolsillo de su abrigo.
Billie, dando por seguro que se aburriría estando él solo, y queriendo averiguar qué era lo que tramaba Rick, siguió a éste último hasta que le vio ponerse de pie frente al pelirrojo del que se había aprovechado el día anterior; al recordar aquello, no pudo evitar brindarle una sonrisa picarona. Dan, al captar la intimidante curvatura de los labios de Billie, abrió los ojos de par en par y desvió la mirada hacia Rick automáticamente.
-Toma, esto es para ti. Lamento lo que hice con tu celular ayer- dijo Rick, entregándole la caja al chico.
Un poco confundido, Dan murmuró un agradecimiento y aceptó la caja entre sus manos. Darwin no le quitaba los ojos de encima.
-Espero que sean condones para la próxima sesión- dijo Billie sonriendo.
Dan se ruborizó, negándose a abrir la caja frente a los chicos. Si eran condones prefería abrirla en la privacidad de su habitación en donde sólo él podría morir de la vergüenza.
-No seas idiota, por supuesto que no- dijo Rick, propiciándole un golpe en la cabeza al estúpido demente con delineador. A continuación, volvió a centrar su atención en los chicos-. ¿Y su amigo? ¿Dónde está?
-Follando en los baños con Fox…
-¡Billie cierra la estúpida boca de una jodida vez!
-¡¿De verdad?!- gritó Dan poniéndose en pie de golpe, dispuesto a salir de la cafetería inmediatamente.
-Dan, siéntate. No es verdad… ¿cierto?- dijo Darwin, alzando la vista hacia Rick para que comprobara sus palabras. Aparentemente, el príncipe estudiantil era el único con cabeza de entre los tres chicos problemáticos del instituto.
-Así es, Fox es totalmente heterosexual. Me consta.
Billie rompió a reír. Rick a veces se preguntaba si sólo fingía o si de verdad tenía las neuronas tan muertas como imaginaba que estaban.
Cuando Billie se percató de que era el único que había reído, miró confundido a su amigo.
-Ah ¿lo decías en serio?
Rick soltó un gruñido, murmuró un improperio en contra de Billie y se retiró de la cafetería dando grandes zancadas, seguido por su más grande dolor de cabeza.
Cuando se encontraron solos, Dan se inclinó hacia Darwin y preguntó:
-¿Crees que de verdad sean condones?
…
Johnny estaba sentado bajo un árbol, alejado de sus compañeros para que no lo vieran llorar. No quería que nadie lo viera derramar ni una sola lágrima porque, pese a que era demasiado obvio, no quería que las personas sospecharan de su orientación sexual y parecía que hasta ahora lo había mantenido bien oculto, pues había notado que era del agrado de la presidenta estudiantil.
-¿Johnny?
El rubio se limpió las lágrimas torpemente con las mangas de su camisa y levantó su mirada para brindarle una pequeña sonrisa al chico que tenía ante él.
-Hola.
Fox se sintió mal consigo mismo al ver a Johnny llorar, puesto que tenía el presentimiento de que era su culpa. Sabía que algo andaba mal cuando vio al chico salir de la cafetería y fue por eso que optó por seguirlo.
-Perdóname- fue lo único que brotó de su boca mientras se sentaba frente al contrario.
Johnny parpadeó confundido.
-¿Por qué te disculpas?
-Porque soy un idiota.
El rubio le cubrió la boca con una mano.
-Esa palabra es fea, bebé. No debes decir palabras feas.
Fox decidió seguirle el juego al chico, apartando la mano ajena con delicadeza. De alguna manera encontraba divertida la personalidad infantil que Johnny solía adquirir.
-¿Por qué? ¿Qué pasa si digo palabras feas?
-Te castigaré.
-¿Ah sí?- preguntó Fox arqueando una ceja. Johnny asintió-. ¿Y qué me harás?
Johnny puso expresión pensativa, tratando de idear un malvado castigo para el mujeriego que se hallaba ante él en lugar de estar coqueteando con una linda chica.
-No sé, ya pensaré en algo- dijo luego de un pequeño instante pensando.
Fox soltó una carcajada, a lo que Johnny hizo un puchero, creyendo que se estaba burlando de él. Pero antes de que el rubio pudiera reclamarle aquel detalle, la campanada se hizo presente y se puso de pie para irse.
-¡Espera!- lo detuvo Fox levantándose inmediatamente-. ¿Puedo pasar por ti mañana?
Johnny abrió los ojos de par en par.
-¡¿Eeeeeeh?! ¿Por qué…?
Fox sonrió de medio lado.
-Quiero volver a secuestrarte.
-Entonces no avises y sólo salta por la ventana- dijo Johnny, quien le guiñó un ojo y se alejó con una amplia sonrisa en los labios.