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Los piromaniacos por PJ Brown

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Notas del capitulo:

Luego de millones de años luz, examenes finales, viajes familiares, reuniones con las amigas y más viajes familiares ¡He regresado de la muerte! Gracias por la laaaaarga espera, se los compensaré el día de hoy porque prácticamente es Navidad señoras (y señores si es que hay).


¡A LEER!

Dan miró por la ventana, preocupado por las posibles orgías que le esperaban en la cabaña del terror a la que Billie estaba empeñado en llevarlos. En el reglamento decía que debían hacer orgías todas las noches, jugar al amo y al esclavo y beber hasta perder el conocimiento. A esas alturas, Dan quería llamarle a su abuela y decirle que había sido un grave error mandarlo de intercambio a ese instituto que supuestamente era de prestigio porque el apuesto hijo de los Harrison estudiaba ahí.

 

Dan vio de reojo al chico con auriculares que se encontraba sentado a su lado, el hijo de los Harrison del que su abuela tanto parloteaba a la hora de la cena. Rick verdaderamente parecía uno de los príncipes de Inglaterra y tenía dinero, el móvil que le había regalado costaba más que lo que le daban en su cumpleaños; lo había buscado en internet para saber cómo rayos funciona esa cosa tan grande como un ladrillo y casi tan delgada como una hoja. Casi se desmaya al ver el precio.

 

-¿Por qué me miras tanto? Es incómodo ¿lo sabías?

 

La voz de Rick lo sacó abruptamente de sus cavilaciones, sintiéndose bastante abochornado por haberlo estado mirando con tanto detenimiento. Oh, si su querida abuela viera la cara de tarado que derrama baba como perro hambriento, seguro le daría una buena reprimenda.

 

-Lo… lo… lo siento-  tartamudeó avergonzado.

 

-No entiendo cómo puedes estar tan tranquilo con la música de ese animal que viene atrás-  gruñó Rick.

 

Era verdad, Billie llevaba la música a todo volumen y gritaba para animar a sus compañeros como si estuvieran en una clase de concierto. Afortunadamente Darwin se había quedado profundamente dormido como una roca, Dan podía verlo porque estaba en el asiento que se encontraba justo detrás de él, y Johnny también estaba ahí a un lado, dormido con un panda de peluche entre sus brazos.

 

-No sé, soy bueno ignorando el ruido a mi alrededor.

 

Rick no sabía si creer en las palabras del pelirrojo o seguir pensando que ese chico dormía en vida. A los ojos del príncipe del instituto, Dan era una especie de gato que dormía durante el día y se mantenía alerta en las noches. Era raro. Estaba rodeado de dementes.

 

De pronto, hubo un horrible estallido seguido del brusco movimiento del autobús. La música de Billie se detuvo y todos gritaron aterrorizados.

 

-¡Por la santísima virginidad de Rick! ¡¿Qué ocurrió?!-  exclamó Billie luego de que el autobús dejara de moverse.

 

Rick gruñó molesto, Dan verdaderamente temía por su vida cuando el chico se molestaba, le rezaba a todos los 32 millones de dioses que veneraban en la India para que no terminara muerto antes de llegar a la cabaña del terror, donde de todas formas moriría, pero no quería morir tan rápido.

 

-Iré a hablar con el conductor-  dijo Fox.

 

-Al menos alguien sigue manteniendo su cerebro en buen estado-  comentó Rick mientras veía pasar a Fox por el corredor.

 

Billie aprovechó esa oportunidad para escabullirse hasta donde se encontraba el nerd con hermoso trasero, pero cuando llegó allí, sus ojos encontraron a una víctima más fácil: los grandes ojos de Johnny lo observaban como cordero a punto de ser degollado.

 

-Todo está bien pequeño, sólo hay una pequeña tormenta, ya verás que el arcoíris no tardará en aparecer-  sonrió Billie acariciando la mejilla del rubio.

 

-¿Dónde… dónde está Fox?-  preguntó Johnny, un poco asustado. Billie no le daba confianza, le tenía miedo.

 

-Por ahí haciendo su papel de héroe, no tienes nada de qué preocuparte ¿quieres un bombón?

 

Si Rick hubiera estado alerta, habría impedido que Johnny tomara el bombón que Billie le ofrecía. Si Rick no hubiera tenido los auriculares puestos y Darwin se hubiese encontrado despierto, Johnny no se habría metido aquel bombón a la boca. Si Dan no se hubiera dormido repentinamente… Si Fox hubiera estado ahí…

 

 

Fox había bajado con el conductor del autobús para ayudarlo a reponer el neumático que se había dañado. La tormenta era verdaderamente fuerte y apenas era capaz de cubrirse a sí mismo con el paraguas que le había proporcionado el conductor, quien cambiaba el neumático en esos momentos. Realmente no tenía ni la menor idea de por qué estaba ahí obrando como buen samaritano, pudiendo haber obligado a cualquier otra persona a que tomara su lugar. Detestaba tomar el papel de héroe.

 

-¿Es necesario que contactemos a un mecánico?

 

De pronto, Ariane estaba justo ahí, tratando de cubrirse de la lluvia torpemente con sus brazos. Fox tuvo que entregarle su paraguas para no verse como el patán que en realidad era.

 

-No, no se preocupen, tengo todo bajo control-  dijo el conductor.

 

-En ese caso avisaré a las cabañas de nuestro pequeño incidente-  dijo Ariane extrayendo su móvil para cumplir con su deber como presidenta estudiantil.

 

Fue en ese momento en que Fox divisó a Johnny salir corriendo del autobús sin fijarse por donde iba, sin percatarse de que se encontraba en plena carretera. Fox corrió hacia él para apartarlo del camino antes de que un auto lo arrollara.

 

-¡¿Por qué has hecho eso?! ¡Pudieron haberte matado!-  exclamó sujetándolo por los hombros.

 

Johnny no respondió, tan sólo lo abrazó sin importarle que alguien pudiera verlos o que su ropa se mojara a causa de lo empapado que Fox se encontraba, tan sólo quería llorar en su pecho como un niño pequeño.

 

Fox estaba desconcertado, pero se limitó a acoger al rubio en sus brazos, buscando la manera de que se tranquilizara.

 

Mientras tanto, el conductor anunciaba que estaban listos para retomar el rumbo. Ariane ya había hecho la importante llamada que tenía que realizar, por lo que subió al autobús justo detrás del conductor.

 

-¿Ya está Fox aquí?-  preguntó Ariane.

 

-Se adelantó con Johnny-  dijo Billie, guardando su móvil como si acabara de tener una llamada con Fox cuando en realidad se había comunicado con uno de sus amigos que era DJ.

 

-Entonces podemos irnos-  indicó Ariane al hombre al volante.

 

Una sonrisa macabra y maliciosa surcó los labios de Billie en cuanto el autobús se puso en marcha, fingiendo no haber visto a los dos jóvenes que se quedaban a orillas de la carretera en plena tormenta.

Notas finales:

Billie es malo >:)


No desesperen que aquí viene el próximo capítulo...


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