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Los piromaniacos por PJ Brown

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Notas del capitulo:

¿Cómo reaccionará Rick? ¿Cómo reaccionará Darwin? ¿Cómo reaccionará Dan? Es hora de descubrirlo...


 

Cuando se hubo calmado, Johnny le contó a Fox lo sucedido: Billie lo había llevado a la parte de atrás del autobús para ayudarlo con el pequeño problema en su entre pierna. Johnny había estado muy asustado por la reacción que había obtenido después de consumir uno de aquellos malvaviscos, así que accedió a la sugerencia de Billie.

 

Johnny jamás imaginó que lo tocaría…

 

Fox tenía intensas ganas de degollar a Billie, pero al parecer tendría suficiente tiempo para planear una venganza mientras buscaba un sitio en el cual pudiera pasar la noche junto a Johnny, quien se sobresaltaba cada vez que un auto cruzaba junto a ellos. No podían comunicarse con nadie, desafortunadamente el móvil de Fox no tenía batería y el de Johnny se había quedado en el autobús. Aparentemente nadie había notado su ausencia.

 

-Fox…-  le llamó Johnny con voz quejumbrosa.

 

-¿Qué sucede?-  preguntó el pelirrojo mirando al chico por arriba de su hombro.

 

-Estoy… muy cansado ¿podemos parar?

 

Fox se detuvo, contemplando con angustia la forma en la que Johnny temblaba de la cabeza a los pies y sus labios se iban tornando morados. Tenían que encontrar un lugar en donde alojarse antes de que cayera la noche y se congelaran ahí.

 

-Te cargaré a mi espalda-  dijo agachándose un poco para que Johnny tuviera oportunidad de subir.

 

Obedientemente, el rubio subió a la espalda de Fox luego de haberlo meditado por unos segundos. Se estaba muriendo de la vergüenza, pero al parecer no tenía ninguna otra opción.

 

Caminaron por lo que a Johnny le parecieron siglos, las tres películas de El Señor de los Anillos no se comparaban con todo el tramo que habían tenido que recorrer, o quizá estaba exagerando un poco. Lo importante era que habían llegado a un motel para protegerse de la tormenta, un motel donde señores gordos y feos que parecían querer violarlo con la mirada, se hospedaban; afortunadamente Fox estaba ahí para protegerlo, por lo que no se despegó ni un segundo de él.

 

-Ven Johnny, vamos a nuestra habitación-  dijo Fox tomando su mano, guiándolo por aquel tenebroso lugar.

 

 

-¿Quién dormirá conmigo?-  preguntó Billie sonriendo con picardía, rodeando los hombros de Rick.

 

Rick habría preferido dormir en los graneros de su tío abuelo a soportar a Billie durante la noche, cuando era propenso a cualquier tipo de abuso sexual. Apestar a estiércol era mejor que perder la virginidad con un depravado mental, quien probablemente lo haría con un simio bajo el efecto de las drogas o el alcohol.

 

Se apartó inmediatamente del chico, como si el sólo tacto le quemara.

 

-A mí ni me mires, vete haciendo a la idea de que te quedarás solo-  respondió Rick con la barbilla en alto.

 

-¡Hey, perras!-  exclamó Billie, llamando a Dan y Darwin que caminaban un poco más adelante que ellos-.  ¿Quién de ustedes dos quiere pasar la noche conmigo?

 

-¡Ni de broma!-  respondió Darwin.

 

Dan tuvo un debate interno justo en ese preciso momento, puesto que recordaba la experiencia inolvidable que había tenido en los sanitarios públicos. El peligro y la adrenalina se habían mezclado en uno solo en aquella ocasión, más bien era precisamente eso lo que Billie representaba en sí mismo.

 

Sus ojos entraron en contacto con los del chico gótico y se sonrojó, pues por primera vez notaba que era realmente apuesto. Estaba desquiciado, era un pase directo a un viaje sin retorno, pero era demasiado tentador como para negarse. Había algo en Billie que te atraía como un imán.

 

Pero antes de que Dan accediera a pasar las noches junto a aquel chico, olvidando por completo la serie de reglas que había impuesto, Rick se interpuso:

 

-¡No!

 

Rick tomó a Dan del brazo y lo obligó a caminar en dirección a la cabaña, gruñéndole un “muévete”. Dan creyó salir de una especie de ensoñación para justo después ingresar a una pesadilla, donde el apuesto hijo de los Harrison lo arrastraba en contra de su voluntad al interior de la cabaña del terror.

 

No pudo opinar, no fue capaz de mencionar ni una palabra, el príncipe estudiantil ni siquiera se lo permitió.

 

-¡Aceptaré compartir habitación contigo! ¡¿Me oíste?!-  exclamó Rick, luego de que hubo empujado a Dan al interior de la cabaña, manteniéndolo lejos del peligro-.  Pero no voy a permitir que le pongas un dedo encima a ese chico.

 

Billie arqueó una ceja y sonrió de medio lado, acercándose a Rick hasta quedar a pocos palmos de él.

 

-Vaya ¿el príncipe no quiere que dañe a su pequeño súbdito? ¿Es eso o… está celoso?

 

Rick resopló, para luego extraer un cigarrillo.

 

-No me hagas reír, está más que comprobado que no vales nada-  dijo sosteniendo el cigarrillo entre sus labios, al tiempo que encendía un fósforo para hacer uso de éste y comenzar a inhalar tabaco.

 

Dicho esto, el príncipe estudiantil dio media vuelta. Billie lo vio alejarse y no hizo absolutamente nada para detenerlo, de cualquier forma compartirían la misma recámara.

 

-¡Johnny no está!-  se escuchó gritar a Dan.

 

Rick se apresuró a llegar junto a Dan, luego de descubrir que Fox también se encontraba desaparecido. Algo no andaba bien y tenía la ligera sospecha de que Billie se encontraba detrás de esa situación, ya que, si mal no recordaba, era él quien había asegurado que esos dos ya deberían encontrarse ahí.

 

-¿Ya intentaste llamarlo?-  preguntó Rick a Dan, luego de un fallido intento al intentar comunicarse con Fox.

 

-Sí, no responde. Darwin tampoco ha tenido éxito ¿crees que un oso haya podido atacarlos en el bosque o que un leñador los haya secuestrado para regalarlos a una bruja malvada con una casa hecha de caramelos?

 

Rick lo miró con una expresión de “WTF” y luego dirigió su mirada a Darwin, quien se encogió de hombros y continuó leyendo como si uno de sus amigos no hubiera desaparecido a mitad del viaje ¡¿Qué clase de insensible era ese chico?!

 

-No, no creo que eso haya sucedido. Vayamos a buscarlos.

 

Dan hizo un gesto afirmativo con la cabeza y se colocó una chaqueta.

 

-Darwin ¿quieres venir?

 

El nombrado alzó la vista de su libro, su mirada indicaba que no le gustaba que lo interrumpieran en el medio de su interesante lectura. Rick detestaba a ese tipo de gente que parecía odiar a todo ser viviente, no veía por qué Billie había puesto sus ojos en ese chico.

 

-No, no me necesitan.

 

-Bien, vámonos-  dijo Rick a manera de orden, como todo un príncipe.

 

Cuando estaban a punto de salir de la cabaña, se toparon a Billie, quien sonreía y sostenía una humeante taza de café como si estuviera restregándoles en la cara que él estaba disfrutando de una bebida calienta, mientras que ellos se congelarían en la tormenta que se estaba llevando acabo allá afuera.

 

-Espero, por tu propio bien, que esto no tenga nada que ver contigo-  dijo Rick a Billie, asesinándolo con la mirada.

 

Billie se encogió de hombros.

 

-Fox sabe cuidarse solo.

 

Rick lo ignoró y salió de la cabaña con Dan justo detrás de él, quien prácticamente corrió para no quedarse a solas con Billie; el miedo había vuelto como un recordatorio de que debía mantener la distancia.

 

Recorrieron gran parte del perímetro preguntando por los dos chicos, Rick aparentemente no quería darse por vencido, fue ahí cuando Dan descubrió que su amistad con Fox era más estrecha de lo que había imaginado. Eran como hermanos.

 

Se sentaron en las escaleras de un pequeño restaurante a unos minutos de la cabaña, luego de haber buscado a los chicos por horas sin encontrarlos.

 

La voz de Rick tomó a Dan por sorpresa.

 

-Fue de las pocas personas que se acercaron a mí sin pensar en el dinero, somos amigos desde hace algunos años. Es un buen chico, en el fondo lo es, pero cuando está con Billie se vuelve irreconocible.

 

Hubo un ligero momento de silencio, Dan no sabía exactamente qué decir, estaba muriéndose de los nervios.

 

-¿Qué se supone que le diré a su madre si no lo encontramos?-  preguntó Rick volviéndose hacia el pelirrojo, pero en realidad no esperaba una respuesta.

 

Dan lo estrechó en sus brazos, no encontrando otra manera de reconfortarlo.

 

-Están bien, no hay nada de qué preocuparse. Fox sabe cuidar de sí mismo y también cuida de Johnny, estoy seguro.

 

Y lo decía en serio, Dan tenía el presentimiento de que no había nada de lo qué preocuparse. Tal vez sólo de una posible gripe provocada por la tormenta.

 

El chico estornudó y Rick se echó a reír, la forma de estornudar de Dan era bastante graciosa, aunque adorable al mismo tiempo.

 

-Parece que es hora de regresar-  dijo el príncipe poniéndose en pie.

 

Esa noche, Dan tuvo la sensación de que se había vuelto mucho más cercano al príncipe estudiantil de lo que había esperado. Moría por contarle a la abuela la forma en que habían regresado a la cabaña del terror, riendo sobre anécdotas de la infancia, saltando sobre uno que otro charco, haciendo bromas entre ellos… Quizá tendría que omitir la parte en que un cómodo silencio los invadió y Rick tomó su mano.

 

 

Notas finales:

OMG, OMG, OMG ¿El príncipe del instituo cayó bajo los encantos de Mr Dan Cat? 


Continuará...


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