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Los piromaniacos por PJ Brown

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Notas del capitulo:

Creo que este capítulo es mucho más largo que los anteriores, espero que lo disfruten :)


¡La acción comienza!

Como lo prometido, Billie realizó una fiesta enorme con luz y sonido increíbles. La gran mayoría se puso a bailar alrededor de la hoguera y a beber alcohol en grandes cantidades.

 

Rick estaba afuera del baño, esperando.

 

-¿Ya vas a salir? Me estoy cansando.

 

-Sólo tú te cansas de esperar. Tienes que tener paciencia-  respondió una voz desde el interior del baño.

 

-¡Y la he tenido desde hace media hora! Pareces una chica-  se quejó Rick desesperado.

 

La puerta se abrió de golpe.

 

-No soy ninguna chica.

 

Y no, Rick pudo apreciar que no lo era recorriéndolo de la cabeza a los pies. Dan llevaba un suéter de algodón azul marino, una camisa rosa salmón debajo de éste y unos jeans que se adherían perfectamente a sus piernas. Cualquiera lo habría confundido con un modelo.

 

-Te luciste-  sonrió Rick acercándose peligrosamente a él.

 

-Pervertido, aleja tus... tus... ma-ma-manos insan-insantas de... de... mí-   tartamudeó, colocando sus manos frente a él para impedir que lo tocara.

 

Rick comenzó a reír, pues le resultaba tierno el hecho de que Dan tartamudeara cada vez que se ponía nervioso.

 

-Vamos-  dijo él comenzando a caminar.

 

-Que emoción, voy a pasar toda la noche con el príncipe Rick-  dijo Dan con voz desapasionada.

 

-¡Hey! No es como si te hubiera obligado-  se defendió Rick.

 

Dan lo ignoró y bajó las escaleras con una pequeña sonrisa "Oh sí, soy perfecto bitches, envídienme" pensó él. La arrogancia de Rick se le estaba pegando un poco y eso comenzaba a preocuparle.

 

-¿Bailamos?-  susurró Rick a su oído en cuanto llegaron a la pista de baile.

 

Dan se volvió hacia él con los ojos bien abiertos y un rubor "adorable" -según la mirada del príncipe- en las mejillas.

 

-¿Tú y yo?-  preguntó alzando un poco la voz para ser escuchado.

 

Rick asintió con la cabeza.

 

-¿Frente a tantas personas?-  volvió a preguntar Dan con inocencia.

 

-¡Sí!

 

Dan continuaba sin asimilarlo, por lo que decidió ponerse un poco de puntillas para alcanzar a hablar al oído de Rick:

 

-¿Tú-tú... qui-qui-quie-quieres que bai-baile con-contigo?

 

-¡Sí carajo! ¡Sí!-  exclamó Rick, comenzando a perder la poca paciencia que le quedaba.

 

El chico tomó las caderas de Dan y lo atrajo hacia él.

 

-Quiero bailar contigo y sentirte cerca-  dijo Rick al oído de Dan-  toda la noche.

 

¡Oh por su santa y queridísima abuela! El príncipe estudiantil era un violador en potencia. Lo peor de todo es que no podía negarse a las tentaciones que se le estaban presentando esa noche. Dan no se sentía él mismo.

 

-Lo que el príncipe ordene-  sonrió Dan.

 

 

Johnny entró a la cabaña sin compañía luego de huir de los locos que lanzaban botellas a la hoguera. Recorrió su mirada por el sitio y alcanzó a ver a Dan acompañado de Rick, susurrándose cosas en el oído. Pero no vio a Fox por ningún lado, ni siquiera a Billie.

 

Inesperadamente, alguien cubrió sus ojos. En un principio se asustó, ya que lo habían tomado desprevenido, para después logró tranquilizarse.

 

-¿Quién eres?

 

Desde un inicio supo que no era su bebé, así que no se sorprendió demasiado cuando vio a Ariane sonriendo frente a él.

 

-¿Quieres bailar?

 

-¡Claro!-  dijo Johnny entusiasmado.

 

Fox miró el reloj una vez más, esperando a que Agnes terminara de arreglarse porque quería hablar con él. Sin embargo, lo único que necesitaba era ir a buscar a Johnny, pues no pensaba dejarlo solo cuando podía ser violado en cualquier momento o, en el peor de los casos, drogado por algún muffin mágico.

 

-Lista.

 

Agnes salió de su habitación con un vestido azul tan bello y radiante como sus ojos. Pero Fox ni siquiera se molestó en contemplarla.

 

-¿Qué querías decirme?-  preguntó él.

 

La chica tomó una gran bocanada de aire.

 

-Yo... tengo mucho tiempo buscando que me des una oportunidad-  comenzó-  ¡Y ya no encuentro la manera de decírtelo!

 

-Ajá.

 

Fox miró por la ventana en dirección a la hoguera, preguntándose si Johnny seguiría allí.

 

-Estoy cansada de seguirte todo el tiempo y lo único que quiero es que me aceptes-  añadió Agnes.

 

La preocupación no podía con él, Johnny era demasiado ingenuo e inocente como para que anduviera por ahí deambulando en el medio de una fiesta con Billie al acecho. Y le había prometido a su madre que lo mantendría sano y salvo.

 

-Entonces... ¿me darás una oportunidad?-  preguntó Agnes, suplicándole con la mirada.

 

Se veía bellísima a la luz de la luna; su piel parecía brillar, sus ojos resplandecían como estrellas y su rostro, con aquel flequillo sobre su frente, era adorable. No obstante, Fox no podía notarlo cuando se hallaba pensando en otra persona.

 

-Lo siento, debo irme-  se justificó antes de apresurarse a salir de la cabaña.

 

Agnes quedó atrás con un nudo en la garganta y los ojos bañados en lágrimas.

 

 

Johnny se cansó de bailar, por lo que se recargó en la pared en compañía de Ariane.

 

-Estoy sediento, iré por algo de beber ¿quieres que te traiga algo?-  dijo Johnny.

 

-Sí, un agua mineral estaría excelente, gracias-  respondió Ariane, sonriendo.

 

El chico asintió con la cabeza y se abrió paso por entre la multitud hasta llegar a la barra, en donde pidió sus bebidas (Johnny no tenía ni la más mínima idea acerca de la procedencia de aquel lugar, pero lo ignoraba). Mientras esperaba, alguien se le acercó por detrás y rodeó su cintura, sobresaltándolo.

 

-¿Qué haces con Ariane?-  susurraron a su oído.

 

Su bebé, ese sí era su bebé.

 

Se giró hacia él sonriendo ampliamente y con el corazón latiéndole muy rápido por la emoción.

 

-¡Te estuve buscando por todas partes!-  exclamó Johnny-  Fui a la hoguera como me pediste, todos estaban bailando y... y de la nada… ¡Empezaron a lanzar  botellas al fuego! Me asusté y vine corriendo hasta aquí, pero no te vi por ninguna parte. Entonces apareció Ariane preguntándome si quería bailar con ella...

 

Fox frunció el ceño.

 

-¿Bailaste con ella?

 

Johnny se sonrojó y asintió con la cabeza, demasiado avergonzado como para mirarlo a los ojos.

 

Fox lo abrazó con fuerza, apegándolo a su pecho.

 

-No importa, ya estoy aquí y no voy a dejar que nadie se te acerque-  declaró él en voz alta, lo suficiente como para que Johnny pudiera escucharlo por arriba de la música. A continuación, susurró a su oído, rozando el lóbulo de su oreja con sus labios-:  Eres mío.

 

Al escuchar aquello, Johnny sintió cientos de pegasos volando por todo su estómago.

 

-Tus bebidas-  dijo el chico de la barra.

 

Johnny se liberó del abrazo de Fox y se volvió hacia aquel chico con una sonrisa para recibir sus bebidas.

 

-Gracias Doug-  le agradeció él.

 

-Por nada.

 

Fox le propició una mirada mordaz al tal Doug "Ni se te ocurra tocarlo hijo de puta" pensó él. Por su parte, Doug le contempló como si estuviera loco.

 

 

Darwin observó todo a su alrededor con horror. Había bajado por un vaso de agua a la cocina y se había encontrado con una pista de baile en la planta baja ¡Oh, pero eso no era todo! El santo de Dan estaba bailando provocativamente con el príncipe del instituto y Johnny... ¿Johnny estaba peleando con Fox por un vaso? ¿Qué rayos estaba sucediendo ahí?

 

Queriendo pasar desapercibido, Darwin se escabulló a la cocina, en donde encontró a Agnes llorando sobre la mesa junto a una botella... de jugo de uvas.

 

-¿Qué está mal en mí?-  preguntó Agnes al aire.

 

Darwin se dispuso a servirse agua en silencio, tratando de ignorar los sollozos de la chica.

 

-¡¿Por qué no me ama?!

 

Y para empeorar la incómoda situación, Johnny ingresó dando grandes zancadas y gruñendo como un animal rabioso. Darwin no recordaba haberlo visto así.

 

-¡Le dije que era agua! ¡Pedí un miserable vaso con agua!-  exclamó Johnny.

 

-¿Todo bien?-  preguntó Darwin.

 

-¡No!-  gritó el chico cruzándose de brazos.

 

-¡TÚ!-  Agnes alzó la cabeza en dirección a Johnny. Sus ojos estaban hinchados y enrojecidos-  ¡Tú eres el culpable de que Fox me rechazara!

 

Darwin arqueó las cejas sorprendido.

 

-¿Te rechazó?

 

-¡Sí!

 

-¿Quieren brownies?-  preguntó una chica de encantadora sonrisa, al tiempo que ingresaba en la cocina.

 

-¡Brownies!-  exclamó Johnny alegremente.

 

-¡No me ignores cabeza hueca!-  le espetó Agnes indignada.

 

Darwin suspiró y sin querer verse involucrado en una estúpida discusión, decidió retirarse, pero antes de tener la oportunidad de hacerlo, se giró hacia Johnny con los ojos abiertos de par en par.

 

-¿Te estás comiendo el brownie?-  preguntó estupefacto.

 

Johnny asintió con las mejillas muy llenas.

 

-Fox va a matarme-  murmuró Darwin.

 

 

Fox se percató de que Johnny había encargado sus bebidas en una barra que Billie había contratado, lo cual era muy mala señal.

 

-Johnny dame ese vaso-  ordenó él, luego de que le hubiera entregado el agua mineral a Ariane.

 

Johnny frunció el ceño y apartó el vaso de la vista de Fox.

 

-No.

 

-Ni siquiera sabes lo que tiene-  dijo Fox.

 

-¡Es agua!

 

-Johnny piensa, esa barra la contrató Billie ¡Billie!

 

Johnny hizo un puchero.

 

-Pero Doug me sirvió agua ¡Yo pedí agua!

 

-Y no sabes lo que le pusieron-  insistió Fox, tratando de arrebatarle el vaso. Tan sólo estaba tratando de protegerlo y ese testarudo seguía con que era agua.

 

-Estás paranoico, no tiene nada-  dijo Johnny alejando el vaso de Fox.

 

Ambos comenzaron a reñirse por el vaso ante la multitud de personas que bailaban. Fox logró arrebatárselo y lo levantó lo más alto que pudo, obligando a Johnny a saltar para alcanzarlo, hasta que se cansó.

 

-Quédatelo-  dijo él con frialdad.

 

Dicho esto, se alejó entre las personas e ignoró el hecho de que Dan estuviera recargado en la pared con Rick frente a él.

 

 

Fox soltó un gruñido de frustración y se dirigió a la barra para devolver la supuesta agua. Por nada del mundo pensaba beber eso y nada que proviniera de allí, a menos de que se tratara de algo embotellado.

 

-Gracias Doug-  gruñó.

 

A continuación, decidió buscar a Johnny, rogando a los cielos que no le hubiera ocurrido nada malo.

 

Pero lo que encontró en la cocina no lo dejó muy tranquilo ni mucho menos feliz.

 

Johnny acababa de comerse un brownie.

 

Notas finales:

Johnny se comió un brownie, Agnes tiene el corazón, Dan y Rick están disfrutando de maravillosos instantes juntos y... ¿dónde se ha metido Billie? No se preocupen, no tardará en aparecer 7u7


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