-Bebé, hazme tuyo- Johnny comenzó a restregar su trasero contra la entrepierna de Fox.
-Johnny estás drogado, no voy a...
El chico acababa de llevar una de las manos de Fox a su miembro para que lo apretara.
-Me excitas demasiado- susurró Johnny a muy pocos centímetros de sus labios.
Fox tragó saliva, justo antes de que Johnny besara sus labios con rudeza y apegara su cuerpo al suyo para frotar su erección contra la suya. Fox correspondió con desesperación, guiando a Johnny hasta el sofá-cama para que ambos pudieran recostarse.
Johnny comenzó a desvestirse, presa de la emoción, y justo cuando estaba a punto de bajarse los pantalones, Fox tomó sus muñecas para detenerlo.
-¿Qué... qué estás haciendo?- preguntó él con la respiración un tanto agitada.
-Me vas a quitar la virginidad, tengo que...
Fox abrió los ojos hasta más no poder y le cubrió la boca con una mano.
-¿Quién dijo que te iba a quitar la virginidad? Un momento ¿eres vir...?
En ese instante, Johnny mordió su mano, provocando que Fox la apartara soltando un gemido de dolor y mirándolo ceñudo.
Johnny asintió inocentemente con la cabeza.
-¿Y quieres que yo te la quite?- preguntó Fox, estupefacto.
El chico volvió a asentir.
-Johnny, no puedo hacer eso, estás drogado. Sería como violarte.
-¡Pues viólame!- exclamó Johnny abrazándose a su cuello. Si había una persona en todo el mundo entero que era capaz de violarlo, ese era Fox, sin lugar a dudas, después de todo su mami lo había aprobado el día que lo conoció.
Fox se incorporó y lo sentó sobre su regazo, mirándolo fijamente a los ojos.
-No voy a violarte ni nada por el estilo. No cuando estás en este estado.
Los ojos de Johnny se humedecieron y su labio inferior comenzó a temblar. Estaba a punto de llorar.
-No me quieres- concluyó.
Fox se sintió culpable. Detestaba ver a Johnny así, y más cuando era a causa suya. A veces se preguntaba si aquellos dramas que hacía se debían a que no había recibido suficiente amor en casa cuando era un niño.
-Por supuesto que te quiero- dijo él, acariciando su mejilla con ternura-, pero no quiero lastimarte.
-No vas a lastimarme- dijo Johnny-. Quiero ser tuyo, todito tuyo.
Fox sonrió y besó su frente con dulzura, para luego abrazarlo por la cintura.
-Está bien.
Al escuchar aquello, Johnny comenzó a removerse sobre el regazo de Fox, dando una especie de saltos, muy emocionado.
Fox lo recostó una vez más y se colocó sobre él. Los ojos azules de Johnny, mucho más hermosos que los de Agnes, brillaban con intensidad. Siendo totalmente delicado y cuidadoso, Fox bajó los pantalones de Johnny lentamente, para luego acariciar sus muslos con suavidad.
Estaba a punto de bajar sus boxers, cuando Johnny exclamó:
-¡Espera!
Fox le miró confundido ¡Cielos santo! ¿Estaba a punto de penetrarlo y lo asustaba de esa forma?
-¿Qué?
-¿Cómo te llamas?
Si Fox ya estaba confundido, aquella pregunta lo desconcertó aún más ¡¿Qué clase de persona pregunta el nombre en un momento así?! ¿Acaso estaba más drogado de lo que había creído?
-¿Hablas en serio?- preguntó estupefacto.
-Sí, necesito saber qué nombre voy a gritar- respondió Johnny con toda normalidad.
Fox puso los ojos en blanco.
-Joder, no es como si no lo supieras. Pero si gustas puedes gritar Dan, o Billie si te resulta más placentero- dijo algo enfadado.
Maldecía a Billie y a sus malditos brownies de mierda.
Johnny agitó la cabeza en negación con una pequeña sonrisa.
-No, tontito, quiero saber tu verdadero nombre- dijo él, tomando su rostro entre sus manos.
Sintiéndose sumamente aliviado, Fox sonrió. Era verdad Fox no era su nombre de pila, era un apodo que Rick y Billie le habían puesto debido a su reputación de mujeriego astuto y mentiroso.
Así que, cediendo a la petición de Johnny, se inclinó un poco y susurró a su oído de la manera más sensual que fue capaz:
-Ian.
En cuanto escuchó aquel nombre, Johnny sintió un cosquilleo en su estómago, y los latidos de su corazón agitado retumbaron en su pecho con velocidad.
-Es hermoso. Es un nombre hermoso.
Apenas dijo esas palabras, Fox juntó sus labios con los suyos, besándolo con suavidad. Johnny correspondió y entrelazó sus dedos con la melena pelirroja del chico, quien finalmente bajó sus boxers, llevando una mano a su miembro para masturbarlo, provocando que Johnny gimiera de placer.
-Me encantas- dijo Fox con voz ronca. A continuación, aumentó la velocidad con la que masturbaba a Johnny y besó su cuello, lamiendo su piel.
-Ian- dijo Johnny en el medio de un suspiro.
…
Dan, Rick y Darwin estaban pegados a la puerta del sótano, escuchando a Johnny gritar el nombre de Fox como un loco. Dan estaba debatiéndose entre entrar o quedarse afuera.
-¡No puedo creerlo! Están teniendo sexo hard ¡Billie tiene que saber esto!- dijo Rick, muy sorprendido.
Darwin estaba muy pálido y había enmudecido. Nunca creyó que sería testigo de semejante acontecimiento. Johnny, el chico del que la presidenta estudiantil (Ariane) se sentía atraída, estaba teniendo relaciones sexuales con Fox ¡Un mujeriego!
Y si eso no era suficiente para hacer la noche inolvidable, lo que ocurriría a continuación sí que lo sería...
-Con ustedes... ¡The Jokers!
Las personas comenzaron a gritar fuera de la cabaña y quienes continuaban dentro, salieron en multitud descontrolada.
-¿Qué está pasando?- preguntó Dan desconcertado.
-Oh no- dijo Rick al aire, despegándose de la puerta y mirando hacia la entrada.
Un solo de guitarra hizo acto de presencia, poco después, alguien comenzó a cantar.
Estaban dando un concierto.
Rick gruñó y se dispuso a salir de la cabaña, seguido por unos confundidos Dan y Darwin. Afuera se hallaba todo un montón de personas que saltaban y se empujaban.
Dan, asustado, se aferró del brazo de Rick.
-¡A un lado animales! ¡Voy a pasar!- gritó Rick a todo pulmón. Automáticamente, en cuanto escucharon su orden, comenzaron a abrirle paso como si la reina de Inglaterra se los hubiera indicado.
Dan miró al escenario y vio al vocalista de la banda, que llevaba una chaqueta de cuero con el torso desnudo, unos pantalones negros ajustados y unas botas góticas negras.
-¿Quién es?- preguntó Dan.
El vocalista se giró y se bajó los pantalones, dejando su trasero al aire. La multitud gritó con más fuerza y Darwin, una persona inocente de ojos vírgenes, creyó que se desmayaría.
Dan abrió los ojos extremadamente grandes.
Rick puso los ojos en blanco, mientras aquel demente-depravado-mental volvía a subirse los pantalones.
-Billie- respondió Rick al oído de Dan.