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Los piromaniacos por PJ Brown

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Notas del capitulo:

Hoy estaba inspirada y sin nada qué hacer, así que decidí redactar un nuevo capítulo :D


Espero lo disfruten mucho porque Billie ha vuelto...

-¿Podemos olvidarnos de todo lo que pasó y fingir que somos los mismos de antes sólo por hoy?-  sugirió Billie.

 

Esa misma tarde se reunieron en la casa de Fox después de que Billie hizo un pequeño trámite para salir del hospital psiquiátrico, prometiendo tomar sus pastillas en la dosis adecuada.

 

-¡Holly!-  exclamó Billie en cuanto vio a la madre de Fox tumbada en el sofá vestida con una enorme blusa de Hello Kitty.

 

-¡Billie!

 

Rick tuvo que apartar la mirada para no ver el tierno reencuentro de Billie con Holly. Sabía que no había absolutamente nada entre ellos porque la mujer era varios años mayor que Billie, pero éste último era capaz de cualquier cosa con CUALQUIER ser humano.

 

Billie abrazó a Holly con fuerza e incluso la alzó del suelo con bastante facilidad debido a lo pequeña que era.

 

-Basta, basta-  intervino Fox separando a esos dos-.  Mamá, vete a cambiar.

 

Su madre chasqueó la lengua y subió a su habitación como niña regañada, dando un portazo para que los tres chicos se dieran por enterados de que se había encerrado en su fortaleza.

 

-Me gusta su melena plateada, se ve bien-  sonrió Billie.

 

Fox le asestó una fuerte palmada en la nuca.

 

-Es mi madre, idiota.

 

Billie hizo una mueca de dolor y se pasó una mano por la zona afectada, pero justo después se dio el lujo de reír entre dientes, mientras Rick se planteaba muy seriamente un nuevo incendio para dejar a Fox sin madre y reducir su casa a cenizas con Billie incluido.

 

-Bueno, ya que estamos aquí… ¿dónde está el equipo de gotcha?-  preguntó Billie cruzándose de brazos, sonriendo de oreja a oreja como si no acabaran de golpearlo por intentar coquetear con la madre de su mejor amigo.

 

-En el ático, vayan ustedes por él, yo me quedaré aquí porque me siento como la mierda-  dijo Fox mientras se tumbaba en el famoso sofá que apestaba a sexo y encendía el televisor.

 

Rick puso los ojos en blanco.

 

-No seas dramático.

 

-Lo dice el que estuvo llorando como niña hace un rato-  dijo Fox entre dientes.

 

-Tengo la solución para esto.

 

Y cuando Billie decía eso era porque tenía una alocada idea a la que tenían que sumarse porque el chico sabía exactamente como chantajearlos o amenazarlos. Rick lo odiaba por eso porque terminaban haciendo alguna estupidez que involucraba quedarse sin dignidad o ir a parar a la cárcel.

 

-Hola, soy Billie y nunca he comido pez.

 

Los tres estaban sentados en el comedor como si se encontraran en una reunión para Alcohólicos Anónimos.

 

-Esto es ridículo-  gruñó Fox.

 

-Más ridículos te ibas a ver viendo Bambi mientras nosotros jugábamos gotcha en tu jardín-  replicó Rick.

 

Billie estalló en estruendosas carcajadas, cayéndose de la silla de tanto reír y carcajeándose aún más fuerte estando tumbado en el suelo, porque lo más divertido de todo era que Fox de verdad había tenido intenciones de ver la película de ese pobre ciervo que Billie continuaba jurando que era hembra.

 

Fox soltó un suspiro cansino.

 

-Hola, soy Fox.

 

-¡HOOOOLAAAA FOOOOOX!-   exclamó Billie con voz cantarina mientras volvía a sentarse.

 

-Y creo que esta es una estupidez-  añadió Fox.

 

-Es que no te lo estás tomando en serio, en el hospital funcionaba muy bien ¡Ya sé! Usaremos nuestros nombres verdaderos ¿te gusta la idea Frederick?

 

Rick puso cara de espanto al escuchar el nombre que estaba escrito en su acta de nacimiento y que jamás en su larga vida aristocrática había utilizado. Odiaba ese nombre, le recordaba al tío que actualmente seguía en prisión por incendiar autos y puentes en su época de juventud; tal vez tenía alguna maldición llamarse de esa forma.

 

-Así podremos sentirnos nosotros mismos y ser honestos con los sentimientos que todos sabemos que no tenemos, pero que en realidad sí están ahí ¿entienden?

 

-Es una mariconada-  dijo Fox.

 

-Cierra el hocico, perra, que te recuerdo que te enamoraste del más mariposón que te pudiste haber encontrado y le quitaste su virginidad. Ni yo soy capaz de tal atrocidad-  dijo Billie dramatizando, llevándose una mano al pecho por el crimen insano que Fox había cometido con un alma tan pura e inocente.

 

-¡Tú follaste con Dan!-  exclamó Rick, echando abajo el cuento barato de que Billie era un santo protector de virginidades.

 

-¡Ese no es el punto! Empecemos de nuevo ¿les parece? Yo comienzo-  Billie se aclaró la garganta antes de proseguir-.  Hola, soy Will y le metí mano a Holly.

 

Hubo un silencio sepulcral. La tensión podía cortarse con un cuchillo por esas palabras que quizá debieron irse con Billie a la tumba.

 

-Estás de broma ¿no?-  dijo Fox controlándose para no partirle la cara a su mejor amigo con sus puños hasta dejarlo inconsciente, dispuesto a incinerar su cadáver con ayuda de Rick.

 

-Claro, viejo, sólo me la chupó una vez y desde entonces decidimos mantener la amistad para no tener problemas con ninguno de ustedes-  dijo Billie sonriendo cálidamente al pelirrojo.

 

-No lo escuches, está mintiendo-  intervino Rick, sujetando a Fox del brazo para que no le destrozara la cara a Billie-.  Sé que no es un santo, pero no creo que sea capaz de meterse con la madre de su mejor amigo.

 

Rick estaba defendiendo a Billie, pero la verdad es que él mismo dudaba de sus palabras porque aún no tenía idea de hasta donde era capaz de llegar ese chico, pero no quería ni imaginarse a Holly y a Billie teniendo sexo en aquel famoso sofá que guardaba tantos secretos. Le entraron ganas de vomitar.

 

-¿Cuándo supiste que eras bisexual?-  soltó Fox de pronto.

 

Billie se apuntó a sí mismo y Fox asintió con la cabeza.

 

-Es una larga historia-  sonrió Billie cruzándose de brazos.

 

-Quiero escucharla-  insistió Fox.

 

-Por imposible que parezca, fue cuando besé a un hombre y… me gustó-  confesó Billie como si fuera la historia más conmovedora que acabara de decir. Pero su actuación se vio interrumpida por sus propias carcajadas.

 

Suponiendo que no tenía caso perder su tiempo con ese chico, Fox se volvió hacia Rick para que compartiera su experiencia y éste simplemente se encogió de hombros.

 

-Las mujeres nunca me llamaron la atención, sé que son bonitas, pero no me atraen sexualmente. Lo intenté, tuve una que otra novia, pero no funcionó.

 

-Les hace falta pene, la sensación es distinta por supuesto-  comentó Billie sabiamente-.  Mira Fox, hay gente que se fija en las cosas internas: los sentimientos y toda esa mierda. Y hay otro tipo de personas que sabe exactamente cómo diferenciar un pene de unas tetas ¿comprendes? Si tienes duda yo soy de la segunda clasificación.

 

-Sí, eso nos queda claro a todos, gracias-  dijo Fox.

 

Billie soltó un suspiro, entrelazando sus manos sobre la mesa, mirando atentamente a Fox con deseos de ayudarlo.

 

-Si quieres que te diga porqué nos enamoramos de la gente que menos imaginamos, entonces no tengo la respuesta. El amor es demasiado complicado para una mente como la mía, pero sé que el maldito no discrimina a nadie.

 

Rick sintió que dejó de respirar cuando los ojos verdes de Billie se colocaron sobre los suyos y le brindó una ligera sonrisa que desató todo un enjambre de mariposas en su estómago. Si al hijo de los Harrison le preguntaran qué había visto en ese chico para caer rendido a sus pies respondería algo simple: su mirada.

 

-¿Vas a estar bien Fox?-  preguntó Billie cuando llegó la hora de irse.

 

-Sí ¿y tú?

 

Billie apuntó con la cabeza a Rick, quien se hallaba detrás de él haciendo una llamada a sus padres para informarles que estaba por volver a casa.

 

-No me quejo-  respondió.

 

-Gracias por todo y… lamento que no hayamos podido jugar gotcha hoy.

 

-No hay problema, podemos jugar otro día ¡Oh! Despídete de Holly por mí.

 

El agudo oído de Rick, provocó que se girara hacia Billie como el exorcista y lo jalara del brazo para que se largaran de una buena vez.

 

-¡Vámonos ya!-  exclamó Rick.

 

Billie se echó a reír y dejó que el príncipe lo arrastrara lejos de la casa de Fox, quien estaba feliz de ver a sus amigos reconciliados y de escuchar a Billie reír de manera sincera; ya no tenía que seguir fingiendo que estaba bien cuando en realidad era un desastre por dentro.

 

-¿Ya se fue Billie?-  preguntó Holly en cuanto Fox cerró la puerta, bajando las escaleras para volver a sentarse en su sofá favorito.

 

-Sí, mamá, y Rick también.

 

Holly frunció el ceño.

 

-¿Quién es Rick?

 

 

Notas finales:

Me encanta la amistad de esos tres, son un poco tontos, pero al final saben ayudarse entre ellos como hermanos :3


Ojalá les haya gustado y perdónenme la vida si suelo demorar mucho en actualizar, es que a veces simplemente no hay inspiración para escribir un capítulo de calidad :c


¡Saludos!


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