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Los piromaniacos por PJ Brown

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Notas del capitulo:

Me disculpo por la laaaarga demora, es que el cerebro se seca debido al rol y no puedo escribir algo decente para LP :c pero ya estoy de regreso con doble actualización :D

Billie tuvo una infancia complicada, tanto así que no consideraba haber tenido una familia y daba por hecho que sus padres habían muerto tiempo atrás, desde el día en que decidió dejar su casa para arreglárselas por sí solo. No sabía qué era el amor de una madre ni lo que se sentía admirar a un padre.

 

No sabía qué era tener una familia.

 

Escuchar la noticia que Agnes había ido a darle lo desconcertó tanto que no supo qué decir, se quedó callado, rememorando el desprecio de una mujer que decía no haber deseado un hijo. Así que no sabía cómo se suponía que debía reaccionar, pero al final se decidió por sonreír de oreja a oreja.

 

-Felicidades ¿quieres que te organice una fiesta para el feto o qué? Nunca he participado en un babyshower, pero puedo conseguir...

 

-Tú eres el padre.

 

Billie estalló en estruendosas carcajadas, dejando el vaso con agua sobre la mesa que se hallaba delante de ellos. Y después de las risas se instaló un silencio sepulcral, en el que los ojos verdes de Billie se fueron oscureciendo lentamente.

 

-No es gracioso.

 

-¿Crees que bromearía con algo como eso? ¡Yo tampoco quiero ser madre tan pronto! Sólo venía a decírtelo para que la próxima vez utilices condón, imbécil. Iré a abortar mañana mismo-  dijo la chica poniéndose en pie para retirarse.

 

Y por eso no le gustaba meterse con mujeres...

 

De pronto, al asimilar las palabras de la muchacha, Billie palideció y lo abordó el miedo a dejar morir a una pequeña criatura indefensa que no tenía la culpa de tener una madre tan torpe e impulsiva que no pensaba en las consecuencias de sus actos. Pensó en el rechazo de aquella mujer que lo odió desde su nacimiento, en las golpizas de su padre, y no quiso que alguien tuviera que vivir lo que él.

 

-Espera-  dijo reteniéndola de la muñeca-.  Tal vez tú no quieras al bebé, pero yo sí.

 

-Perdón-  soltó Agnes de pronto.

 

Billie la miró confundido, mientras ella volvía a tomar asiento junto a él con la vista empañada por las lágrimas.

 

-No quería causarte problemas, ni siquiera tenía intenciones de decirte esto, pero mis padres me obligaron...

 

Siendo sincero consigo mismo, Billie no había tenido intenciones de formar una familia y le costaba asimilar la noticia de que sería padre; la palabra sonaba extraña en su vocabulario, pues él consideraba que nunca había tenido uno. Joder, su vida era una mierda repleta de malas decisiones ¿qué pensaría Rick cuando le diera la noticia? Probablemente ni siquiera lo tomaría en serio.

 

Se sentía culpable.

 

-Yo lamento haberte arruinado la vida. Se la he arruinado a todos, incluso a la persona que amo. Es como... es como si sólo causara destrucción a mi alrededor-  dijo Billie limpiando las lágrimas de la chica con su mano.

 

Agnes había repudiado a ese chico, pese a ser el amigo de su amor platónico, porque le parecía un idiota que no se tomaba nada en serio y solía ir en contra de las normas. Cuando aceptó acostarse con él se dejó llevar por la ira y un impulso que no sabía de donde había brotado; jamás imaginó que las cosas se tornarían así, había sido tan tonta...

 

-Eres humano, solo has tomado malas decisiones y cometido errores como cualquier otra persona-  dijo ella sonriendo levemente. A continuación, se le formó una expresión de angustia en el rostro-.  ¿Qué haremos, Billie?

 

El nombrado se encogió de hombros.

 

-Yo tengo planeado cogerme a Darwin esta noche ¿qué hay de ti?

 

-¡No seas idiota!-  exclamó la chica, dándole un manotazo en el brazo.

 

Billie no pudo evitar reírse. Por alguna razón hacer enojar a las personas le causaba gracia y había tenido intensiones de aligerar el ambiente con una pequeña broma. Siempre buscaba la manera de mantener los ánimos arriba para distraerse de sus propios pensamientos que lo atormentaban.

 

Al dejar de reír se aclaró la garganta y tomó la mano de Agnes firmemente, perdiéndose en sus ojos que irradiaban miedo y confusión.

 

-Te ayudaré. No sé cómo cojones lo haré, pero te prometo que te ayudaré. Soy un hombre de palabra.

 

Billie podía ser un hijo de puta, inmaduro, idiota y lo que la gente quisiera pensar de él, pero cuando jodía las cosas en grande procuraba hacerse responsable.

 

 

Darwin llegó a casa cansado del ambiente pesado que rondaba alrededor de su pequeño círculo social en el que Johnny parecía haber perdido la cabeza con deseos de venganza pasando tiempo de calidad con Ariane, Dan desaparecía para hacerle compañía a Rick y ser su pañuelo de lágrimas, y él… se encerraba en la biblioteca. Las cosas no eran igual desde que habían regresado del viaje estudiantil.

 

Estaba al fin en su hogar, podría descansar de todos los problemas que el instituto le traía, el único inconveniente era que…

 

-¿Twist? ¿Dónde estás?

 

De pronto, la música de Darth Vader inundó la habitación, advirtiéndole que tenía la llamada de un loco que había colocado su número en su celular sin su permiso. Cuando contestó lo primero que escuchó fue una estruendosa carcajada, seguida de un ataque de tos que demoró un buen rato mientras Darwin esperaba con una expresión imperturbable.

 

-Lo siento, una bola de pelos-  se disculpó la voz del otro lado de la línea.

 

-¿Qué quieres?

 

-A ti.

 

Darwin frunció el ceño, dirigiéndose a la cocina para extraer algo de comer.

 

-Voy a colgar.

 

-¡NO, no, no, no! No cuelgues, no cuelgues, se suponía que tenías que decir “Ya es tarde”.

 

Darwin puso los ojos en blanco. Por un momento pensó que el hospital psiquiátrico le ayudaría a dejar de ser tan idiota, pero al parecer ni los medicamentos le habían funcionado.

 

-No voy a decir esa tontería-  justo después de decir aquello, cayó en la cuenta de algo importante-.  ¿Escapaste del hospital?

 

-¿Qué? ¿Por quién me tomas? ¿Crees que sería capaz de hacer algo así?-  preguntó el chico fingiendo indignación ante tal acusación. Pero no le dio tiempo a Darwin de responder, puesto que se rio y se dispuso a añadir-:  Vale, lo admito, la primera vez que estuve ahí lo intenté en un par de ocasiones. Pero esta vez Holly me ayudó a salir.

 

Darwin estaba a punto de preguntar quién era esa mujer, pero concluyó que no le interesaba y decidió hacer la pregunta que llevaba rondando en su cabeza desde que entró a su hogar y su pequeño gatito no lo recibió:

 

-¿Tienes a Twist?

 

-Ven a mi casa y lo descubrirás…

 

 

 

Notas finales:

¿Qué es lo que Billie tendrá en mente? 7u7


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