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Los piromaniacos por PJ Brown

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Notas del capitulo:

Lo estuve pensando un poco y creo que actualizaré los sábados o los viernes. Los fines de semana son una opción perfecta para mí.


Bien, con eso aclarado... ¡Continuemos con la piromanía!

Shake that

 

Dance for me

 

Shake that ass for me.

 

Darwin miró con cara de pocos amigos al demente que sacaba su móvil para contestar su llamada. Debió imaginar que tendría un tono tan vulgar como aquel.

 

-¡Que hay Fox! ¿Qué tal tu cita?-  preguntó Billie con una radiante sonrisa-.  Como sea, yo tuve una grandiosa experiencia inolvidable. Creo que deberíamos reunirnos para hablarlo. Sí, por eso lo digo. Nada, nada, sólo me divertí. Así es, aquí está.

 

Poniendo los ojos en blanco, Darwin se cruzó de brazos e ignoró la amplia sonrisa que Billie le dirigió. Maldecía su suerte por no poder haber ido a casa así como Dan hace unos minutos; el pelirrojo había logrado contactar a su hermana para que lo recogiera y ahora estaba muy lejos de ahí.

 

-Vamos genius, te llevo a casa-  dijo Billie rodeando los hombros de aquel nerd con muy buen trasero. Ya había terminado su conversación con Fox.

 

-De verdad te lo agradezco, pero sé llegar solo-  le rechazó cordialmente, alejándose del chico con notoria incomodidad.

 

Bille le miró incrédulo.

 

-¿Qué? Esta es una oportunidad única en tu vida, cualquiera la aprovecharía ¡Hey, tú! ¿Quieres que te acompañe a tu casa?

 

Darwin quiso que la tierra se lo tragara cuando vio a Billie aproximarse a la primera chica que se le cruzó en frente, quien pareció asustarse al ver que un completo desconocido se acercaba a ella. Justo estaba por aprovechar esa oportunidad para escabullirse, cuando Billie lo tomó del hombro.

 

-Irá con sus amigas ¡Pero conseguí su número!

 

-Genial-  dijo Darwin con voz desapasionada.

 

Al final Billie no consiguió exactamente lo que quería, pero logró salirse con la suya, como siempre. Y sí, pudo acompañar a Darwin a casa en el autobús, mientras acosaba con la mirada a unas chicas sentadas a un par de asientos delante de ellos. Darwin quería que le diera un paro cardiaco para morir tranquilamente en esos momentos.

 

-Hasta aquí llego genius, no me relaciono bien con los padres, así que diles que te traje sano y salvo-  dijo Billie cuando estuvieron frente a la casa de Darwin, éste sólo asintió antes de dirigirse a la puerta-.  ¡Eh espera! ¿Tienes gato?

 

Darwin frunció el ceño, extrañado con aquella pregunta.

 

-No-  respondió mirando al chico por arriba de su hombro.

 

-Ah es una pena. Eso era todo, gracias-  dijo Billie antes de marcharse, dejando a un muy confundido Darwin atrás.

 

Al irse alejando de la casa del nerd, Billie se apresuró a extraer su móvil para contactarse con Fox, pues había quedado de llamarle en cuanto dejara a Darwin sano y salvo con el trasero en perfectas condiciones; Fox lo había hecho jurarlo.

 

-¿Tienes idea de todo el autocontrol que tuve que reunir para no violarlo en los asientos traseros del autobús?-  se apresuró a decir en cuanto escuchó que la  zanahoria contestó su llamada.

 

Billie se vio obligado a centrarse en las chicas que estaban en el autobús para poder soportar sus ganas de lanzarse sobre aquel suculento trasero, que lo tentaba cada vez que aparecía ante sus ojos. No sabía con exactitud cuántas veces había tenido que repetir la palabra “Tetas” para no perder la concentración.

 

-¿Pensabas violarlo en el autobús?-  cuestionó Fox al otro lado de la línea, estupefacto.

 

-Creí que ya sabías todo lo que había hecho con…

 

-¡No me lo recuerdes!-  lo interrumpió Fox antes de que Billie tuviera la oportunidad de continuar-.  ¿Dónde estás?

 

Billie miró a ambos lados de la calle, y luego de asegurarse de que su vida no corría ningún peligro, cruzó.

 

-Voy de camino a las hamburguesas de siempre. Te veo ahí.

 

Y cortó la llamada.

 

Media hora después, Fox estaba sentado delante de Billie, que devoraba una hamburguesa como si la vida se le fuera en ello. Una señora acompañada de su familia, los estaba mirando como si estuvieran locos y Fox imaginó que no deseaba que sus hijos quedaran traumados de por vida por la imagen que su amigo les estaba ofreciendo.

 

-Billie.

 

-¿Qué?-  preguntó con la boca llena, Fox apenas fue capaz de entenderle.

 

El pelirrojo apuntó a la familia con la cabeza, a lo que Billie sonrió y tragó el bocado en su boca, para luego tomar el juguete de su cajita feliz.

 

-Oye mocoso ¿quieres el juguete?-  preguntó Billie sonriendo al pequeño de la familia junto a ellos. El niño lo miró asustado-.  Ah está algo sucio, espera.

 

A continuación, Billie se llevó esa especie de mala imitación de unicornio sin cuerno a la boca para limpiarlo de una manera nada higiénica según la madre de ese niño, quién veía todo con los ojos abiertos hasta más no poder.

 

Luego de haber utilizado su lengua para limpiar el unicornio rosa sin cuerno, Billie se lo tendió al niño, que empezó a llorar.

 

-¡Aléjese de mi hijo!-  dijo la madre antes de cargar al pequeño en brazos y salir de ahí, junto con toda su familia.

 

Billie y Fox se miraron, para luego romper a reír en estruendosas carcajadas. Siempre solían utilizar ese tipo de tácticas para ahuyentar a las personas y tener un poco de privacidad.

 

-Vale ya. Dime ¿qué tal la reunión con el rubio ese?-  preguntó Billie antes de darle un sorbo a su soda.

 

Fox se encogió de hombros.

 

-Nunca había salido con un chico de esa manera, pero ahora puedo afirmarlo con total seguridad-  se inclinó un poco hacia el chico frente a él para añadir en voz baja-: es marica.

 

Billie casi se atraganta con su bebida al escuchar lo dicho por su amigo, pues fue incapaz de aguantar la risa ¡Qué va! Él nunca reprimía una muy buena carcajada en la cara de quien fuera que tuviera delante.

 

-No me jodas ¿en serio no lo sabías? Fox, ese tipo huele a hormona femenina a montones. La primera vez que vi su fotografía creí que era una chica sin tetas.

 

Fox sonrió de medio lado.

 

-Me gustan las tetas.

 

-Lo sé-  dijo Billie, sonriéndole con una mirada cómplice-.  Pero esta te salió plana, y que yo sepa eres todo un macho de espalda plateada ¿o me equivoco?

 

El pelirrojo se echó para atrás y se cruzó de brazos.

 

-¿En qué estás pensando?-  preguntó él arqueando una ceja.

 

Una sonrisa maliciosa se curvó en los labios de Billie, al mismo tiempo en que sus ojos adquirieron un brillo que advertía a Fox de algo grande, muy grande. Billie tenía una mente retorcida capaz de cualquier cosa.

 

-Hagamos una apuesta-  propuso. El silencio de Fox le indicó que estaba interesado y quería que continuara, Billie podía verlo en su mirada; por eso le caía tan bien, el pelirrojo no era un anciano amargado como cierto papusho-ricachón-sexy que él conocía-.  Te daré cien dólares si te lo llevas a la cama ¡Al suelo si quieres! Pero la cosa es que se la metas muy a fondo.

 

Fox hizo una mueca de repulsión. Él era un amante de los pechos. y nunca en su vida había tirado para el otro lado, pero no podía negar que sentía atracción hacia el mariposón con la adorable cara de ángel.

 

-¿Sólo cien?-  preguntó luego de un momento de silencio en que lo meditó un poco.

 

-Bien. Robaré la tarjeta de Rick si eso es lo que quieres-  respondió Billie, llevándose una de las papas fritas que aún tenía frente a él.

 

-Trato hecho.

 

Billie sonrió de oreja a oreja, esa sonrisa que lo hacía ver como un maniaco salido del manicomio más cercano. Y de pronto, su celular vibró sobre la mesa, provocando que se pusiera de pie al instante.

 

-Miegda-  balbuceó con la boca abarrotada de las papas fritas que acababa de llevarse a la boca. Trago y añadió-:   Me tengo que ir.

 

-¿Huh? ¿A dónde exactamente?-  preguntó Fox, pues no era común que Billie fuera puntual.

 

-A prisión-  respondió mientras guardaba su móvil en el bolsillo trasero de sus jeans gastados.

 

Fox lo contempló estupefacto y se levantó de golpe para seguir al chico.

 

-¿A prisión? ¿Qué fue lo que hiciste esta vez?

 

Billie soltó una carcajada mientras salían del restaurante.

 

-Tuve sexo en un baño público-  sonrió con descaro-.  Les dije a los oficiales que me pondría en contacto con Jason y que estaría ahí antes de las diez.

 

Ambos se detuvieron fuera del establecimiento.

 

-A estas alturas creo que ya tienen una celda reservada con tu nombre… ¿cómo fue que confiaron en tu palabra?

 

-Llamé a Jason para que comprobara que soy un hombre de palabra.

 

-¿Tienes el número del jefe de policías?-  le cuestionó Fox impresionado.

 

Billie asintió con la cabeza.

 

-Sí, es muy útil. Creo que un día de estos le pediré que salgamos a tomar un café, a todos los policías les agrada ¿no?-  Fox se encogió de hombros-.  Como sea, me tengo que ir. Le daré saludos a Jason de tu parte.

 

-Vale-  respondió Fox secamente.

 

Billie comenzó su caminata en dirección hacia la parada del autobús, pero se giró de pronto, caminando hacia atrás.

 

-¡Eh Fox! Mañana empiezan los preparativos para el viaje escolar.

 

Fox esbozó una sonrisa y Billie se la devolvió antes de dar media vuelta. Ambos habían estado esperando por eso durante un buen tiempo y pensaban divertirse al máximo como sólo ellos sabían hacerlo. Sería inolvidable.

Notas finales:

Chan chan chaaaaaan, una apuesta interesante acaba de realizarse. Pobre Johnny, no tiene idea de lo que le espera :(


Se avecina lo bueno, tengan paciencia, la cabeza de Billie lo está planeando todo 7u7


¡Fin de la transmisión!


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