Para el viaje escolar, los alumnos tenían que escoger a un compañero de habitación, ya que cada recámara poseía dos camas.
—Escojo a Johnny- dijo Billie con una gigantesca sonrisa.
Fox frunció el ceño y el nombrado hizo lo posible por sonreír, aunque se veía a leguas que quería huir de ese lunático con delineador.
-Johnny ya me escogió a mí- dijo Fox automáticamente.
El susodicho lo miró impactado y Fox le brindó una mirada de sígueme-la-corriente-si-no-quieres-ser-violado, que causó pavor en Johnny.
–Sí, lo siento. Será para la próxima.
Molesto, Fox le propició un codazo en las costillas "No va a haber ninguna próxima, pedazo de idiota ¿de qué mierda estás hablando?". Johnny le miró con odio, llevándose una mano a la zona afectada.
-Es una pena, moría de ganas de jalar esas mejillitas bonitas toda la noche- dijo Billie, tirando juguetonamente de una de las mejillas del rubio.
Era más que obvio que Billie sólo quería provocar la ira de Fox, pero Johnny era tan ingenuo que no se percató de ello.
-Suficiente, vamos, tenemos cosas que hacer- dijo Fox, tomando la muñeca de Johnny y llevándoselo consigo.
-¡Aaaah! ¡Me raptan!- gritó el rubio.
—¡Cállese! Nadie está raptando a nadie- le espetó Fox.
Al ir conociendo un poco más a ese fenómeno Fox se percató de que hacia los demás era muy amable, optimista y sonriente, pero cuando lo conocías a profundidad era un bebé irritante. Sin embargo, había algo que lo atraía a él como un imán.
Johnny hizo un puchero, lo que provocó que Fox se detuviera bruscamente.
-No me hagas esas caras John- dijo Fox con total seriedad.
—Es Johnny, no John. Y la mamá aquí soy yo- dijo el rubio cruzándose de brazos.
Fox se mostró estupefacto "¿Qué jodidos pasa con este idiota y sus problemas de maternidad?".
–¿Ah sí? ¿Y qué se supone que soy yo? Oh sabio Juanito- se burló Fox.
Johnny puso los ojos en blanco "¡Es Johnny!", pero sonrió y tomó el rostro de Fox entre sus manos.
–¿No es obvio? Tú eres mi bebé- respondió el rubio.
En ese momento, una chica pasó junto a ellos y los miró con los ojos bien abiertos, para luego apretar el paso.
Fox apartó las manos de Johnny y comenzó a gritar:
–¡No es lo que piensas! ¡Sigo siendo un mujeriego hecho y derecho, fanático de los pechos! ¡AGNES TE AMO!
Johnny abrió los ojos hasta más no poder y la muchacha se volvió con el rostro iluminado.
–¿Lo dices en serio?
-No. Estás para el perro.
Y se echó a reír al estilo Billie, a lo que Agnes dio la media vuelta, sintiéndose dolida y humillada.
—¡Espera! ¡Era una broma! ¡Agnes, no lo decía en serio!- gritó Fox al caer en la cuenta de su error.
Enfadado, Johnny lo pateó en la espinilla.
-Imbécil- gruñó.
Fox se retorció de dolor.
–Y a mí no me vengas con tu Johnny te amo porque no pienso ir corriendo hacia ti.
Dicho esto, el rubio se alejó dando pasos firmes. Y a pesar del dolor, Fox sonrió "Maldito mariposón".
…
Johnny se sentó frente a sus amigos, haciéndoles notar por la expresión que llevaba en su rostro, que estaba muy enfadado por alguna razón que Darwin y Dan desconocían.
-¿Y ahora qué fue lo que pasó?- preguntó Darwin haciendo su libro a un lado para prestar atención a Johnny.
El rubio hizo un puchero y se cruzó de brazos.
-Fox es un torpe.
-No me sorprende que lo digas, ese tipo se la pasa coqueteando con la primera que se le cruza en frente- comentó Dan, apuntando con la barbilla al susodicho, que conversaba con dos chicas rubias en la entrada de la cafetería.
Johnny dejó escapar un quejido de frustración, para luego esconder su rostro sobre sus propios brazos, los cuales cruzó sobre la mesa.
-Me parece que no estás ayudando Dan- comentó Darwin.
-Lo siento ¿quieres que conversemos de mi grandiosa aventura en los baños públicos? Aún me duele…- preguntó Dan, buscando la manera de subirle los ánimos a su amigo.
-¡Por Dios Santo, no!- exclamó Darwin-. Dinos Johnny ¿qué fue lo que ocurrió?
Johnny levantó la mirada, recargando su barbilla sobre sus brazos, mostrándoles sus ojos enrojecidos por las ganas que tenía de romper a llorar. Su padre muchas veces le había repetido que los hombres no lloraban, pero le dolía demasiado el corazón como para soportar las lágrimas.
-Es que no lo entiendo, ayer fue muy lindo conmigo, pero hoy se ha portado horrible… ¡No me quiere!
Dicho esto, volvió a ocultar su rostro en sus brazos.
Darwin arqueó una ceja.
-¿Ayer?
-¿No te lo dijo? Tuvieron una cita- respondió Dan, abriendo una bolsa de papas.
-¿Qué? Johnny ¿eso es cierto?
Como respuesta, el mencionado simplemente se limitó a soltar un leve gemido que fue interpretado como una afirmación.
Darwin dejó escapar un suspiro. Estaba más involucrado con el trío de dementes de lo que le gustaría y todo era gracias a las extrañas amistades que había hecho en aquel instituto, no es que Johnny y Dan le desagradaran, le caían bien, pero lo estaban metiendo en muchos problemas.
-Pero estuvo bien, no llegaron a mayores- comentó Dan, restándole importancia a la situación para relajar un poco a Darwin-. ¡¿O sí?! Dime que no te acostaste con el mujeriego del colegio porque si fue así tendré una serie conversación con él ¿me escuchaste? ¿Johnny? ¡¿Johnny te acostaste con él?!
-¡NO!- exclamó Johnny incorporándose de golpe-. Y sé que de todas maneras eso nunca va a suceder.
Dicho esto, Johnny salió de la cafetería.
-¿Deberíamos ir tras de él?- preguntó Dan, siguiendo los pasos de Johnny hasta que éste desapareció.
-No, déjalo… - dijo Darwin, quien se percató de que Fox había ido tras del rubio.