A la mañana siguiente el primero en despertar fue el mayor, observo al menor dormir un rato se estiro para ponerse sus rompa interior, pantalones y salir de aquella habitación. Era el primero en haberse despertado. Soltó un suspiro, para preparar el desayuno suponiendo que el menor no podía moverse por lo ocurrido ayer en la tarde. Le llevo el desayuno que consistía en un jugo de naranja, una tostada, tocineta y huevos revueltos.
-¡Eh! ¡Imbécil levántate! –Dijo el mayor con cierto enojo en su voz, intentado que así sonara –
-Qué demonios quieres –dijo molesto el menor refugiándose más en las sabanas –
-¡Que saques tu sensual y puto trasero de esas sabanas! –Le dijo con una sonrisa –
-Pues mi sensual y puto trasero no dolería si no fuera por ti –Le reclamo saliendo de las sabanas, para mirar la bandeja que tenía el mayor entre sus manos – ¿Qué? –Dijo observándolo –
-Es para ti tarado, suponiendo que no puedes moverte bien, sería ridículo de tu parte querer bajar con los demás con evidente cojera, eres demasiado orgulloso –Dijo dejándolo en su regazo –
-¡¿Ah?! –Dijo el menor sorprendido por la actitud del mayor – ¿Qué le has puesto? No tiene ninguna droga. ¿Le pusiste un afrodisiaco o algo? –Dijo el menor dudando si, comerlo o no –
-Si quieres la hueles como el sabueso que eres y detectas que esa comida no tiene un carajo de más ni menos que lo que simplemente es –Dijo el mayor seriamente –
-No me digas que con todos los que follas te pones así de marica –Contestó el menor –
-No, los saco de a patadas de mi habitación, deja de hablar y come la puta comida que te he preparado –Mascullo ya con fastidio –
-¿Por qué el trato distinto? –Profirió el menor sospechando, una vena se posó en la frente del mayor para tomar una cucharada de los huevos revueltos e intenta abrir la boca del menor –
-Come de una puta vez –Prorrumpió haciendo que el menor se tragara la comida –Ahora disfrútalo y deja de hacer preguntas estúpidas, iré a bañarme –Dijo el mayor quitándose la ropa para entrar al baño, dejando al menor completamente confundido –
“¿Qué rayos le pasa a ese imbécil?” –Pensó el menor con cierto fastidio –“El molesto aquí debería ser yo, no ese desgraciado” –Probo nuevamente la comida –“¡Qué bueno esta esto!” –De allí abandono todo pensamiento hasta acabar la comida –
Al terminar de comer aquello y colocar la bandeja encima de la mesa de noche, se acostó nuevamente en la cama, no tenía hagas de moverse le dolía bastante su parte más íntima.
-Maldito, darme por donde no llega la luz del sol –Dijo gruñendo molesto y cerrando los ojos, para escuchar como alguien salía del baño, no abrió los ojos no quería mirarle la cara al desgraciado que ayer lo había violado, pero aun así abrió el ojo derecho inspeccionando nada más, le había ganado la curiosidad, el mayor estaba completamente mojado, las gotas cristalinas de agua se escurrían de su larga cabellera violeta para recorrer su piel nívea y perderse debajo de la toalla atada alrededor de su cadera –“Por qué tenía que ser malditamente sensual el hijo de perra” –Pensó para si el menor sonrojado y cerrando los ojos para que el mayor no pensara que le gustaba. Aun así su corazón latía agitado –“Desgraciado hacerme sentir de esta manera, es un hijo de puta”
Se podría decir que ese día estuvo lleno de las atenciones del mayor. Llevándole el almuerzo y la cena o cualquier tontería que el menor le pidiera. Aunque claro fingía hacerlo a regañadientes. Después de eso fue como si jamás hubiera pasado. O al menos el menor así deseaba pero el mayor no. Quería tocar al menor pero este le mandaba un insulto y lo empujaba para irse refunfuñando molesto: que era un maldito violador y que si no fuera porque le gusto lo denunciaría.
“Maldita sea con ese piche crio hijo de perra que no deja que me le acerque” –Pensó el peli violeta fastidiado por la actitud del peli azul ante él –“…mi mayor miedo” –Pensó para bajar la mirada, suspiro levantándose de donde estaba –
-¿Te ocurre algo? –Escucho la voz neutral de Gumi, pero no quiso decir nada –Te conozco –Dijo se conocían desde la infancia, Gumi era la única de ese lugar quién conocía su pasado. Como era maltratado por sus padres. Como no le importaba lo que le pasara. Como tuvo que trabajar desde los seis años de edad para obtener pan para comer e intentar guardarlo para que sus padres no se lo quitaran. Para escaparse de su casa a las diez, ella era la única que conocía su mayor miedo, pero no era capaz de contarle ni uno de sus secretos –
-No es de tu incumbencia –Dijo mirándola, ambos ojos se miraban intensamente, uno intentado descifrar lo que le ocurría al otro, y el otro por no tener nada más que hacer –
-Como desees –dijo para volver a encimase en su mundo, rindiéndose de no poder ver lo que le pasaba –
Mientras en esa sala el menor se encontraba aborreciendo a la peliverde por mirar tan intensamente al mayor quiso degollarla por ese simple hecho se levantó de allí para no tirársele cual león y despedazarla lenta y dolorosamente aunque eso no hacía que pasara menos por su mente.
-Sabes Gakupo –Dijo Luka en la cocina acorralando al mayor, chocando con su rodilla la hombría del mayor entre sus pantalones –Vaya que hiciste gritar a Kaito ayer por la tarde –Dijo de una manera seductora –Te gustaría probar conmigo
-¿Probarte? –Dijo colocando las manos en la caderas de ella –Mh, sería divertido –Dijo esto sonriendo de una manera seductora el menor que apenas entraba a la cocina miraba aquella escena y quería matar a Luka por ello –Pero no me da la gana, me podrías pegar una enfermedad que no necesito tener –Y con eso empujo a la chica, dejándola molesta y rabiando por su insinuación, mientras el menor sonreía complacido –
Acercándose a la chica la tomo de la mano –Sabes algo Luka –dijo con una sonrisa en su rostro –Si no quieres acabar como cadáver, no te acerques a mi hombre –Susurro posesivo con una mirada asesina que hizo temblar a la aludida de miedo.
Aunque el menor no le demostrara al mayor que “gustaba de él” no iba a dejar que otros tocaran lo que era suyo. Era un hombre demasiado posesivo y sinceramente para él, el mayor le pertenecía completamente y si alguien se interponía iba a desaparecer misteriosamente y no retornaría nunca.
Pero hubo un problema cuando cierto castaño abogado de los Metaloid y los Vocaloid se adentró a aquella casa por asuntos legales con los gemelos Magane. Poniendo la vista en lo que era suyo. Lo que le pertenecía por derecho. Y allí fue donde pensó en matar intensamente al castaño. Si no fuera porque la policía estaba con él. Aborrecía a la policía. Tanto como al castaño que miraba coquetamente a quien era suyo a quien le pertenecía.
“si ese maldito se atreve a tocarlo Morirá” –Pensó el menor mirándolo con odio y repulsión total al castaño quien sonreía –
Continuara…