Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Colors Spell por AleChun

[Reviews - 319]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola :D xD no se que decir, ya saben, por lo de la tardanza, perdónenme ;A; *se pone de rodillas y canta la de camilo sesto* ok no :’v pero en serio lo siento, los exámenes últimamente me han estado ukeando, en el sentido literal de la palabra :’D. Bien, sobre el capitulo, no hay mucho que decir, solo que espero que les guste.  Muchas gracias como siempre por su apoyo. Disfruten su lectura.

DISCLAIMER: Los personajes de Kuroko no Basket no me pertenecen, son obra de Tadatoshi Fujimaki.

.

.

.

 

 

Camino por décima vez por la misma calle; lo había hecho durante todo el día, pero siempre pasaba lo mismo, siempre tenía la misma respuesta.

 

Las puertas se cerraban.

 

No tenía ni una sola oportunidad.

 

¿Por qué? ¿Por qué estaba pasando esto?  

 

Luego de prácticamente haberle declarado la guerra a Akashi Seijuuro, Furihata tomo la firma convicción de enfrentarse a él con todas sus fuerzas, sus ganas, con lo poco que tenía; pero lo haría, no iba a rendirse así de fácil. No cuando Maasaki estaba en juego.

 

Suspiro al leer el letrero de “Se necesita personal”. El mismo letrero que había leído hace una semana, era extraño; sobre todo cuando justamente hace unos días había postulo a aquel trabajo, pero que, como había estado pasando últimamente, lo habían rechazado indicándole que el puesto de trabajo ya estaba ocupado. Pero ahí estaba; el anuncio seguía ahí, buscando personal.

 

Y Kouki seguía sin entender las circunstancias que lo apremiaban.

 

Aquello que lo atormentaba. Que no lo dejaba avanzar. Que lo mantenía cautivo como un prisionero, como si nunca hubiese salido de prisión. Muchas cosas en una sola tormenta.

 

Después de todo; cada vez que intentaba postular a un trabajo, el teléfono del dueño del negocio, del gerente o de cualquier otro empleador, sonaba. Como un tipo de maldición o marca personal, y como arte de magia las personas daban excusas sobre el trabajo en cuestión.

 

“Ya ha sido ocupado”  “Por ahora no eres lo que estamos buscando” “Te contactaremos si algún puesto se desocupa”

 

Nunca terminaba.

 

Por supuesto, Furihata imaginaba lo que estaba pasando realmente. Lo más probable es que él lo está haciendo,  dedujo cierta mañana mientras, nuevamente era rechazado. Si todo continuaba, si todo seguía de esa manera; la situación empeoraría. Tendría que rendirse. Perder. Humillarse. Llorar.

 

Hasta ahora había estado sobreviviendo con el dinero que tenía guardado. Pero todo se estaba agotando. Sus amigos lo habían alojado en su casa; Takao y los demás habían mostrado su amabilidad de esa manera, pero el ya no quería ser una carga, sin embargo; era difícil continuar cuando tenías alguien atrás, cerrándote todas las puertas. Y la clínica en la que estaba hospitalizada su madre seguía siendo pagada por Seijuuro.

 

Como un recordatorio insulso de que prácticamente su alma ya no era suya sino de Akashi.

 

Aparto la mirada de aquel anuncio y continúo con su camino. Ya no debería seguir pensando en ello, tenía que continuar, seguir adelante. Sin arrepentimientos, sin miedos, sin conclusiones apresuradas. De pronto su celular vibro, Furihata alzo una ceja extrañado.

 

 ¿Qué podrá ser? , pensó con expresión confundida reconociendo al instante, por el tono de su celular, que se trataba de algún mensaje o recordatorio en su agenda. Cogió el aparato y desbloqueo la pantalla rápidamente, esperando algún tipo de spam basura.

 

 Sin embargo.

 

Sus ojos se abrieron y en cuestión de minutos se vio a si mismo con una expresión dolida, con los ojos llenos de lágrimas y con un dolor agonizante en el pecho, tan, tan, tan doloroso como un pinchazo en el fondo de su alma.

 

La fecha.

 

—Un día como hoy—susurro para sí mismo con los labios apretados y con la vista baja. —Maasaki nació. —lo tenía en su mente, ahora lo recordaba. El cumpleaños de Maasaki era un día después del suyo. Entonces lo sintió, la imperiosa necesidad de tener a su hijo junto a él, abrazarlo, darle un beso y felicitarlo. Y verlo sonreír, jugar y estar muy pero muy feliz.

 

Pero no estaba ahí.

 

Las lágrimas cayeron por sus mejillas y volvió a caminar, lentamente, sin prisas. Sumergiéndose en sus pensamientos, muy en el fondo; en el pasado, en esas imágenes de él y de un bebe.

 

Que ya no estaba ahí y que posiblemente no lo volvería a ver nunca más.

 

Ni siquiera en su cumpleaños. Dolía, cuanto dolía.

 

 

 

 

-w-

 

 

 

 

Aomine chisto molesto cuando leyó la placa sobre aquella puerta azul. No sabía que rayos hacia ahí, como mierda había terminado enredado en todo eso.

 

Oh si, ya lo recordaba. Todo inicio con una serie de sucesos.

 

Daiki podía ser muchas cosas, un cabeza hueca, un necio, un idiota, entre otros apelativos. Pero cuando la situación ameritaba su total atención, ponía su enfoque en ello. Todo comenzó cuando Sakurai anuncio con una sonrisa moderada su ingreso como trabajador asalariado a una prestigiosa empresa.

 

Al principio Aomine al igual que todos lo habían felicitado; no era fácil conseguir un trabajo digno para ellos, no cuando el expediente de la prisión los marcaba de por vida. Sin embargo, Sakurai lucho y se esforzó por conseguir aquel puesto, había demostrado fortaleza, persistencia y rudeza. Era admirable.

 

Movido por un sentimiento de inspiración y por supuesto de querer ser él quien se esmerase junto a Ryo;  Aomine inicio su propio recorrido. Poco tiempo después su esfuerzo rindió frutos. Para su buena suerte su búsqueda no duro demasiado; en el camino se topó con un buen amigo quien trabajaba en una agencia de guardaespaldas. Como era de esperarse, fue arrastrado a la misma agencia y con la buena recomendación que le acompañaba, el gerente no dudo ni un segundo en contratarlo, además; que su físico era ideal para un trabajo como ese.

 

Y por eso se encontraba ahí parado frente aquella puerta dudando en tocar o no tocar el timbre, después de todo  su primer trabajo consistía en ser el guardaespaldas  y chofer privado de una estrella de modelaje.

 

Negó con la cabeza. No. Joder no se hacía a la idea, dio un paso atrás dispuesto a omitir la tarea, pero antes de que pudiese escapar, la puerta de aquel departamento se abrió.

 

Demonios.

 

Se paró rígido y adopto una mirada seria, ya estaba ahí, no había marcha atrás; aunque el trabajo no fuese de su agrado tenía que cumplirlo. Sakurai lo estaba haciendo, él también tenía que cumplir.

 

— ¿Eh? ¿Aominecchi?

 

Aomine hubiese esperado todo, absolutamente todo. Incluso que un marciano hubiese abierto la puerta, pero no Kise.

 

De todas las personas en el mundo había sido precisamente él. El y su voz chillona que le reventaban los oídos. Abrió la boca desanimadamente, reacción dramática por supuesto.

 

— ¿Aominecchi? —Kise no entendía que es lo que estaba pasando— ¿Qué haces aquí?

 

Ya vencido por la terrible noticia, Daiki levanto el papel que contenía la orden y se lo mostro a Ryouta.

 

Silencio.

 

La sonrisa de Kise fue luminosa. No podía ser cierto, antes en el pasado cuando le cedían un nuevo guardaespaldas siempre terminaba llevándose mal con la persona en cuestión, pero ahora, aunque sea un poco en la oscuridad de su vida, las cosas estaban inclinándose a su favor. Ahora se sentiría un poco más cómodo, además; de que en el poco tiempo que había tratado con Aomine, obviando sus groserías, él era una persona amigable. Entendía porque Sakurai estaba tan enamorado de él.

 

Soltó una risita emocionado— Esto será divertido Aominecchi—claro que lo seria además de que tampoco tenía idea de que Aomine había conseguido ese trabajo, el cual le entraba como anillo al dedo por supuesto—Seremos el dúo perfecto en las pasarelas, ahora si podre caminar sin miedo a que me persigan porque estarás ahí—levanto el pulgar en señal de triunfo— ¡Éxito!— exclamo con las mejillas infladas y los labios apretados en un firma línea simulando una expresión de seriedad.

 

Daiki tuvo un pequeño tic en el ojo izquierdo. Estaba jodido de mil maneras.

 

 

“Enamórate de la dulzura”

 

 

 

-w-

 

 

 

Himuro se sentó sobre la cama y suspiro.

 

Lo había hecho… Miro hacia un lado de la cama, ahí, donde se encontraba el cuerpo desnudo de Atsushi.

 

Al final del día, el fuerte deseo de Murasakibara se hizo realidad de manera irreal. De manera patética, no fue por compasión ni por otro sentimiento similar, simplemente el dinero e interés primo sobre cualquier situación. Tatsuya necesitaba tener más control sobre el peli morado. Más, más, mucho más de lo que ya lo dominaba.

 

Todo comenzó cuando Himuro fue el primero en insinuar  aquella acción. Una acción devastadora como una tormenta sobre el corazón templado de Atsushi, sobre el corazón que aún no aprendía realmente el dolor que traería las acciones precipitadas.

 

Tatsuya en el fondo, no había querido lastimarlo, un sinfín de situaciones lo habían arrastrado a actuar de esa manera, la presión ejercida por el trabajo. Lo sentía, de verdad lo sentía; pero no podía corresponder los sentimientos de Murasakibara.

 

Se apartó lentamente y se paró a un lado de la cama para buscar su ropa y salir de ese lugar cuanto antes. Una vez concluida su meta principal se acomodó como pudo los cabellos y camino silenciosamente hacia la puerta de la habitación. Sin embargo.

 

—Muro chin—la voz adormilada de Atsushi resonó por sus oídos. —¿A dónde vas?—pregunto con un tono de voz triste, preocupado, mortificado tanto que Himuro detuvo sus pasos y sintió temblar sus emociones, sus sentimientos, la sensación de culpabilidad.

 

Silencio.

 

—Debo irme Atsushi—respondió sin mirar su rostro.

 

— ¿Porque?

 

—No lo sé. Pero necesito irme

 

Tenía su respuesta, una respuesta asfixiante, condenada al dolor. Pero no quería engañarlo, ya no más, no más mentiras.  Nunca había sido su intención. Se giró nuevamente dispuesto a irse, pero sus movimientos se vieron interrumpidos. Por él. Por esa fuerza abrumadora. Por esa pasión desmedida, que quemaba, que lo arrastraba, que lo hacía dudar…

 

Y que empezaba a golpear sobre la fría pared que había armado entre ellos. Sobre aquel cristal de indiferencia y sin sentimientos.

 

Porque era muy persistente, más fuerte que nadie.

 

—No te vayas por favor—le sujeto cálidamente, necesitado por un poquito de cariño y correspondencia, solo por un poquito de atención a su corazón— Tatsuya…—susurro con  amor y dedicación.

 

Himuro se quedó estático… Y por primera vez dudo. Sintió que una  sensación de calidez invadía su estómago, se sintió mareado, se sintió tonto, avergonzado.

 

Confundido.

 

—Tengo que ir a trabajar— respondió rápidamente, nervioso; sin saber qué es lo que realmente estaba pasando. No entendía, sus sentidos estaban nublándose, no estaba pensando y eso le asustaba. Se apartó rápidamente del cuerpo de Atsushi y retomo su camino con rapidez—Te veo mañana—soltó sin pensar, con la única intención de tranquilizar la situación y huir.

 

Porque ni el mismo se entendía.

 

Ya que esas sensaciones eran nuevas, no las había sentido nunca; y a cada momento que pasaba se hacían mucho más fuertes. Más confusas. Más atrayentes. Más fuertes.

 

 

“Enamórate de la sinceridad”

 

 

 

-w-

 

 

Seijuuro presiono el botón del intercomunicador y, de manera seria, ordeno  a su secretaria que mandase a llamar a Kishiro, el nuevo integrante del equipo legal.

 

Por supuesto la mayoría de los asistentes concluían que el especial seguimiento que Akashi le hacía a Kishiro era por razones de trabajo aparentemente. Pero la realidad era otra.

 

Otra más dolorosa y llena de trampas.

 

La puerta se abrió e instantáneamente un hombre con traje negro se acercó al enorme escritorio de Seijuuro. —Buenas tardes—dijo con tono formal, cuidadoso de no incomodar al director general— ¿Me llamaba?

 

—Señor Kishiro—sonrió—como siempre tan puntual—recalco con mirada inquisitiva. Ese hombre era un arma secreta que pronto utilizaría. Kishiro le devolvió la mirada,  en señal de duda. —El motivo por el cual lo he llamado es simple. —Se  levantó de su asiento—Permítame felicitarlo por el extraordinario trabajo que ha venido haciendo.

 

—…—el hombre cambio totalmente de expresión.

 

—Es agradable ver como cumple mis órdenes en cuanto a Furihata Kouki.— esa era la expresión que quería ver, llena de incertidumbre, que el remordimiento lo carcoma, quería ver como aquella persona se deshacía de Kouki— Sin duda alguna su eficacia es digna de admiración.

 

Y ahí estaba el gran secreto… quería descubrir lo despiadado que ese hombre podía ser. El nivel de crueldad al que llegaría, quería comprobarlo todo.  Después de todo, Kouki lo había amado tanto,  tanto hasta el punto de tener un hijo suyo.

 

¿Qué tan condenado podía estar?

 

Hasta donde su conocimiento llegaba, después de que Kouki atropellase a Tetsuya, el supuesto novio de Furihata lo había dejado y ahí se había acabado la gran historia de amor. Ahora sabía que la vida del castaño era más miserable de lo que podía construir.

 

—Señor Seijuuro— Kishiro levanto la mirada— ¿Por qué odia tanto a Furihata Kouki?

 

Bingo.

 

—Sencillo. —Respondió— Porque fue quien mato a mi esposo. Tetsuya murió por culpa de Kouki, así que obviamente necesita un castigo.

 

Silencio.

 

— ¿Cuándo dejara de atormentarlo?— pregunto. Seijuuro sintió un tono de preocupación, sintió un tipo de sentimiento. Podría ser que Kishiro siguiese enamorado de Kouki,  concluyo notando aquella expresión. No, no podía ser. Apretó los puños. No lo dejaría, jamás. La historia de ese miserable y Kouki ya había finalizado.

 

Ahora todo era diferente.

 

—Nunca—camino en dirección hacia la puerta sin ver al integrante legal—Kouki es mío. — respondió frio, como una advertencia, como una señal. Porque comenzaba a sentir poco a poco, más y más y más posesividad frente al castaño.

 

 

 

 

-w-

 

 

Akashi se mantuvo con una postura serena durante el recorrido hacia su mansión. Por ahora dejaría de pensar en todos los planes que formo en su cabeza, solo por un momento, un momento de paz.

 

 El auto continuo  pasando por las distintas calles, era un mar de luces, de aquí para allá, era común muy común. Pero en esos momentos, en esos precisos momentos; Seijuuro, extrañamente añoraba la presencia de compañía.

 

Extraño, en el pasado jamás le habría importado, pero, ahora, justo ahora; lo necesitaba.

 

Porque seguía siendo humano, una persona, una persona que sentía.

 

Giro el rostro brevemente tratando de mantener, por unos minutos, distraído de cualquier emoción. Sin embargo; justo cuando lograba apartarse de lo sentimental.

 

Encontró una presencia, algo que hizo que detuviese el auto, que se bajara rápidamente y que camine firmemente en dirección a ese parque silencioso.

 

Miro el cuerpo de Furihata, débil, cansado,  echado sobre una de las bancas. Se notaba que había llorado por la hinchadez de sus ojos. Seijuuro invadido por algún sentimiento desconocido, se acercó al rostro de Kouki, levanto una de sus manos y la coloco encima de la frente de Furihata.

 

No tiene fiebre, pensó aliviado. Pasó unos breves minutos contemplando aquel rostro y por primera vez pudo observar con claridad las facciones del rostro del castaño, de su cuerpo. De lo indefenso que se veía en ese instante.

 

Calidez. Nostalgia. Deseo. Aprecio.

 

Toco sus mejillas y lentamente limpio los rastros de lágrimas que aún quedaban. Lo sentía. Comenzaba a sentirlo. Que  tal vez no sentía odio por Furihata Kouki.

 

Algo más.

 

Era algo más.

 

Algo que le había hecho cambiar y haber deseado desaparecer a Kishiro, algo que lo había movido a bajarse del auto, algo que lo mantenía ahí, sin moverse.

 

Se quitó el abrigo que tenía en esos momentos y con cuidado lo deposito encima del cuerpo de Kouki, acurrucándolo, intentando mantenerlo caliente.

 

Ese sentimiento sin nombre comenzaba a crecer, comenzaba a tomar forma.

 

Y Seijuuro, inconscientemente, estaba permitiendo aquello.

 

 

“Enamórate de la inocencia”

 

 

.

.

.

 

 

 

Notas finales:

Bien, hasta aquí llego el capitulo, me siento feliz porque al fin comenzaran a brotar sentimientos entre todos los chicos :’D. Ya era hora. Muchas gracias por haber leído el capitulo y darle una oportunidad a esta historia. Las amo u3u con todo mi amorsh *inserte corazón rosa* . Nos vemos :DD

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).