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Colors Spell por AleChun

[Reviews - 319]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Hola que tal :DD aqui les traigo un nuevo capitulo de este fic. Como siempre, agradezco sus bonitos reviews. Bueno, espero que el capitulo les guste, de antemano les pido una disculpa por los errores que vayan a encontrar, el dia de hoy estoy un poco agotada y no alcanze a revisar adecuadamente el capitulo. Disculpen y disfruten su lectura.

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He is my temptation

il est ma tentation

Él es mi tentación

 

Himuro camino a pasos apresurados por el pasillo del hospital, miro hacia todos lados y una vez que logro ubicar el pequeño letrero de la sección de hospitalización volvió a retomar la misma velocidad. Estaba preocupado, malditamente mortificado, jamás se había esperado aquella noticia; había esperado cualquier cosa, menos eso. Todo menos eso.  Una llamada, solo basto una llamada del hospital para comunicarle lo sucedido.

 

Unas cuantas palabras comenzaron todo.

 

Kagami no estaba bien.

 

Pero Himuro no lo entendía, no comprendía la poca explicación que se le había brindado. Contusiones, dolor, mareos. ¿Qué significaba todo eso?  Nada tenía sentido, Taiga no era tan frágil. Hasta donde Himuro recordaba; Kagami jamás había sido internado en un hospital.

 

Pero ahora.

 

Ahora todo era diferente.

 

Apretó los puños molestos, esto no podía estar pasando.  Miro cada uno de los números de las habitaciones con rapidez, con total ansiedad, con el deseo de ver a Kagami, con el sincero sentimiento de verlo sano y bien; y no  como el asistente social le había dicho que estaba. Himuro no creería esas palabras tan fácilmente.

 

No.

 

Luego de unos segundos  finalmente  llego a la que se suponía era la habitación de Kagami, sin pensárselo un segundo más y con la angustia borbotando en el fondo de su alma; cogió la manilla de la puerta y sin anunciarse previamente la giro.

 

 La puerta de madera se abrió, la luz de la habitación choco contra sus ojos y entonces fue cuando los vio. A los dos. Como en el pasado. Como en la agonía. Como en el dolor. Como en el conjunto de realidades juguetonas y crueles.

 

Pero…

 

No quería verlos…

 

No a los dos…

 

Le recordaban tanto. Le recordaban todo lo que quería olvidar. Y Himuro era egoísta, cruel, todos los malditos adjetivos, todo lo correspondiente, podía ser todo y continuar aceptando duras palabras sobre su persona. Y aun así, el insistiría en que la sola escena lo lastimaba.

 

—Himuro san— Kuroko le miro sorprendido, con las manos temblorosas y con los ojos rojos, claro signo de que había estado llorando— No sabía que vendría.

 

—Tenía que hacerlo— susurro con lentitud y quietud, entrecerró los ojos y lanzo un suspiro. Kuroko estaba ahí, estaba vivo, estaba respirando  y lo único que se le había ocurrido decir en ese instante fue una simple oración. No se podía hacer más, el simple ambiente los limitaba a eso.  Tener a Kagami así, los empujaba a eso. Además de que…

 

No era una sorpresa para Himuro.

 

Él siempre había sido consciente de la situación de Kuroko Tetsuya. Como amante de Murasakibara lo había sabido siempre. Siempre lo supo. Siempre.

 

Pero ahí radicaba su decisión, su propia respuesta, su propia determinación. Jamás se lo había dicho a nadie. Simplemente porque concluyo que no era lo adecuado.

 

 Entro a la habitación y cerró la puerta, se acercó a la cama de Kagami y lo observo durante unos instantes, estaba completamente dormido, con una sonda en la nariz y en la boca, con muchos artefactos conectados a su cuerpo y con una bolsa de suero colgada a un lado de la cama.

 

Dolor y frustración.

 

—Dijeron que es cáncer.

 

Himuro sonrió.

 

—Cáncer— repitió sin borrar la sonrisa de su rostro— Cáncer. — Era irónico— A Taiga jamás le han gustado las inyecciones— dijo de pronto rompiendo aquel silencio — Fue muy valiente al soportar todo esto— completo borrando totalmente aquella sonrisa, sustituyéndola por un breve sollozo. Volvió a apretar los puños y negó con la cabeza.

 

Él no lo haría.

 

Jamás lo volvería hacer.

 

No se mostraría débil. Levanto la vista y se giró en dirección a Kuroko. No era momento para que ambos estuviesen comportándose de esa manera, por más que lo necesitase— ¿Desde cuándo esta así?

 

—Desde la extirpación de los tumores; al parecer el dolor es insoportable, no hubo más opción que sedarlo para que no continuase sufriendo— Kuroko explico con lentitud, sintiendo que cada palabra le pesaba más que nunca, lo condenaban horriblemente. —Cuando volvió a sentir los dolores comenzó a gritar y cayó desmayado…

 

Kuroko fijo la vista en Kagami, ahora estaba tan tranquilo, sin la desesperación en su rostro y sin tener que soportar tanto. —A pesar de que los tumores han sido extirpados, el doctor no descarta la posibilidad de que el cáncer se haya extendido a otras regiones. Kagami kun no está en una buena condición.

 

Himuro solo se limitaba a escuchar en silencio, no podía hacer nada por Taiga; por más que quisiera hacerlo era imposible y nuevamente el pequeño interruptor  en su mente se encendió. Tenía que comenzar a acelerar sus planes. —Taiga mejorara, el lo hará. Solo es cuestión de esperar, yo conseguire todo lo necesario para su tratamiento,  no dejare que el muera.

 

 

-w-

 

—Oh Muro chin.

 

La voz de Murasakibara llamo su atención. Él estaba ahí con una sonrisa, con su elegante traje y con una pequeña bolsa de regalo en una mano. Tan él, única y exclusivamente él. Le miraba con ansiedad, con alegría, como un pequeño niño ilusionado. Lo había estado esperando frente a la puerta de su departamento, podía ser tonto y algo ridículo frente a los ojos de otras personas.

 

Pero…

 

Para Tatsuya, ese solo gesto lo cautivaba, lo atrapaba y le confirmaba que Atsushi era más de lo que aparentaba.

 

Himuro se sintió feliz por un momento, su corazón latió con fuerza cuando lo noto tan entusiasmado, se acercó rápidamente hacia él y  se mantuvo a su lado un momento sin pronunciar ninguna palabra. Luego de un momento levanto la vista y lo observo unos instantes. —Atsushi—susurro con la tristeza inundando su corazón, recordando la condición de Kagami, recordando el maldito dolor punzante y sintiendo que por fin, podía ser capaz de expresar su dolor. Podía hacerlo frente a Murasakibara. Estaba seguro que él lo entendería. Y estaba seguro que su mente no aguantaría y colapsaría frente a Atsushi.

 

Porque confiaba. Tenía la pequeña necesidad de ser autentico frente a Murasakibara.

 

— ¿Paso algo malo Muro chin?—pregunto  preocupado, mortificado; cambiando completamente la sonrisa que había estado mostrando en esos momentos al notar el semblante de Himuro.  Se acercó hacia él y lo tomo de las manos, bajo la vista y  acaricio aquella piel  con sumo cuidado y dedicación. Reconfortándolo con su tacto, con su presencia. Murasakibara  levanto nuevamente  la vista  volviendo a preguntar con ese pequeño gesto.

 

—Es Taiga—dijo por fin, no aguantando un minuto más—No se encuentra bien—y se sentía tan inútil frente a toda la situación, quería ayudar pero imposible para él. No sabía qué hacer. Si tan solo hubiera alguna manera. Si tan solo pudiese hacer algo más por él, por Kagami.

 

Si tan solo tuviera más poder.

 

Si tan solo…

 

Apretó los puños y se maldijo en su interior. Toda la situación se lo demostraba una vez más, no era nada, no tenía ningún tipo de fuerza. Todos sus malos pensamientos volvían con fuerza, la necesidad, el dolor, el poco dominio sobre la situación lo manejaban, lo envolvían de nuevo en un ir y venir.

 

Si tan solo tuviese más. Si tan solo…

 

Sentía tanta frustración. Tanta que las lágrimas comenzaban a aglomerarse en sus ojos.

 

Murasakibara lo abrazo al instante, le hablo, trato de reconfortarlo, de sujetarlo muy fuerte antes de que el siguiese cayendo a ese vacío. Lo llamo muchas veces, tantas que cualquiera hubiese sido capaz de escucharle. Pero Himuro no lo hizo. No lo oyó, tal vez por el dolor, tal vez por la frustración, tal vez por el mundo de mierda que lo rodeaba, tal vez por el mismo.

 

De lo que si estaba seguro era sobre la situación de Kagami, de su necesidad de volver a verlo sano y bien. Lo haría, haría todo por él, haría cualquier cosa. Ya estaba decidido.

 

Soltó las manos de Murasakibara y se alejó de él. Eso era. Ya tenía su respuesta. Suspiro y dejo que todas sus emociones fluyesen por su cuerpo, cada una de ellas, hasta la más mínima. Y si tenía que arrastrar a alguien para conseguir su objetivo lo haría. Por mucho que lo amase, por mucho que lo adorase.  —Tú me amas, ¿Verdad Atsushi?

 

—Claro que sí, Muro chin—Murasakibara abrió los ojos sorprendido al escuchar aquella pregunta, lo había repetido un montón de veces. Por supuesto que amaba a Himuro. Lo hacía como nunca.

 

Himuro sonrió. —Entonces, ¿harás todo lo que yo te diga?—pronuncio con decidía, con las palabras brotando de sus labios dolorosamente. — ¿Lo harás?—insistió al notar la duda en el rostro de Murasakibara, esta vez no lo esperaría, no dejaría que él lo pensase.

 

—Siempre he dicho que Muro chin puede pedirme lo que sea—argumento en su lugar, con la tranquilidad en su rostro, con las facciones relajadas. Sin saber lo que le esperaba realmente, sin comprender por qué Himuro lo lastimaría tanto en el futuro, sin entender porque él se volvería tan distante a partir de ese momento.

 

Ambos habían iniciado un mal ciclo de dolor.

 

 

-w-

 

 

Y los firmo.

 

Firmo ambos papeles sin ninguna comtemplacion. Cuando aparto la pluma del papel, el juez frente a ellos asintió y valido oficialmente su matrimonio. Solo estaban ellos dos y dos conocidos más como testigos, era suficiente. Oficialmente estaban casados, no había más que decir. Murasakibara se quedó un minuto en silencio. Todo eso, todo su alrededor, el escenario, el ambiente; todo era algo que jamás había deseado para su boda. No se había imaginado esa situación.

 

Como persona había deseado otro tipo de cosas, había deseado un matrimonio planificado con una larga lista de invitados, con sus amigos más cercanos, con la alegría de sus respectivos familiares, con Kagami y Kuroko presentes. Pero nada de eso había sucedido, en cambio; solo estaban ellos dos en el ministerio público, firmando un documento sin ningún tipo de distinción, sin ser una ocasión especial, simplemente siendo un contrato más.

 

No quería eso, pero Tatsuya le convenció de que era lo más indicado en esos momentos.

 

Pero, ¿Eso era cierto? ¿De verdad era lo más indicado?

 

Himuro lo miro, notando aquel semblante, le sujeto una de las manos y le sonrió. No, no estaba bien; pero ellos ya lo habían hecho.  Ambos agradecieron a los testigos y se retiraron sin decir más, no iban a celebrar nada, ni muchos menos conmemorar nada especial. Lo preferible era un momento a solas, solo ellos dos.

 

Cuando ambos se encontraron en el auto privado de Atsushi, se permitieron unir sus manos y respirar profundo. Eran esposos ahora pero lo cierto era que por algún motivo la distancia se había intensificado, y eso era tan cruel. Muy cruel. No se decían absolutamente nada y poco a poco la soledad comenzaba a chocar con más fuerza, a ahogarlos con rapidez. Era una falta de amor condenante.

 

Murasakibara ya no quería eso. Quería quererlo y ser feliz. Quería hacerlo.

 

Se giró dispuesto a iniciar una conversación con Himuro. Sin embargo; el celular del vibro.

 

Y con eso comenzó todo. Himuro no debió contestarlo, pero lo hizo. Separo su tacto y se llevó el aparato al oído, Tatsuya le dio la espalda, apartándolo completamente de su mundo. Echándolo de su pequeña realidad.

 

Atsushi volvió a su lugar y miro a través de la ventana, entendía que lo mejor por ahora era no interrumpir. Los segundos pasaron lentamente y para cuando Himuro aparto el móvil,  lo observo con pena y entrecerró los ojos. Había algo más, poco a poco todo comenzaba a romperse. —Lo siento Atsushi, pero por ahora tengo que ir a otro lugar. —Argumento —Te veré pronto—dijo sin más, pidiéndole al chofer que se detuviese para poder bajar.

 

Murasakibara no respondió, solo lo vio irse y caminar con rapidez al otro lado de la calle. Himuro lo había dejado, se había ido el día de su boda, lo había dejado completamente solo. Pero ¿Por qué?

 

La duda comenzaba a invadirlo.

 

¿Qué era tan importante?

 

—Síguelo—ordeno al chofer.  Seguido de ello, el auto comenzó a moverse en dirección contraria, se movió hábilmente por el camino que Himuro había tomado,  Atsushi lo vio todo, vio cuando se subió a aquel auto, y más fue su sorpresa cuando distinguió las iniciales de una empresa ajena sobre aquella limosina. Apretó los labios y deseo que nada de eso fuese verdad. El auto llego finalmente a un hotel.

 

Himuro descendió de él junto a una mujer. La presidenta de una gran empresa hotelera. Su corazón tembló al observar aquello, estaba pasando. No quería seguir viendo ello, no quería hacerlo. Himuro la beso, la abrazo y la acaricio sin ningún tipo de impedimento.

 

Dolor.

 

No podía creerlo, su Muro chin no podía hacerle eso, se bajó del auto y se acercó lentamente hacia ellos. Cuando Himuro lo noto fue que detuvo sus pasos, se miraron fijamente por unos segundos. La mujer se mantuvo en el pecho de Tatsuya ajena a todo ello; todo era muy claro. Himuro sonrió de lado y llevo uno de sus dedos a sus labios, le estaba pidiendo silencio.

 

Los ojos de Murasakibara se cristalizaron y sin decir nada más se apartó del lugar, subió nuevamente a su auto y le pidió al chofer que arrancara. Había tanto en su corazón, odio, tristeza, furia; todo era una combinación y una catástrofe en su interior.  Los recuerdos lo invadían, las palabras lo confundían, las imágenes lo atormentaban, la falta de amor lo mataba. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas lentamente y miro nuevamente hacia la ventana. Jamás olvidaría aquella imagen.

 

Lo quería, lo quería, lo quería mucho. A pesar de aquello, lo seguía queriendo. A pesar de que Tatsuya lo lastimaba constantemente.  

 

 

-w-

 

 

Takao suspiro por décima vez en el día, estaba aburrido y cansado de mantenerse escondido en aquel departamento. En primera, ni siquiera creía necesario mantenerse oculto por el simple hecho de que la prensa lo perseguiría. Siendo sincero eso era algo que no le importaba; sin embargo Miyaji había insistido tanto que le fue difícil pronunciar un enfático no.

 

Ya había pasado un día después de su fiesta de compromiso, esperaba que por lo menos en todo ese tiempo las cosas se hubiesen calmado. Movió la cabeza de un lado a otro inquieto, deseaba contactarse cuanto antes con Furihata y los demás; deseaba explicarles todo con tranquilidad y en persona. Así los secretos desaparecerían entre ellos. Además de que la presencia de Kouki en aquella fiesta junto a Akashi lo había perturbado.

 

Porque Akashi no era un desconocido para él.

 

Lo recordaba. 

 

Sin embargo; la primera vez que Furihata narro su historia y escucharon de sus propios testimonios cada una de las acciones de Akashi, Takao no recordó aquel apellido. Era un extraño a su parecer, su primera conclusión fue simple: esa  persona  no era confiable y por supuesto se hacia la imagen mental de que posiblemente Seijuuro fuese un tirano, pero cuando lo vio en aquella fiesta, todo cambio.

 

No era la primera vez que tenía un encuentro con  Akashi, lo recordaba de las reuniones a las cuales asistía con Midorima, Shintaro se lo había presentado en el pasado; pero Takao no lo recordaba.  Seguramente  debido a que en ese tiempo  sucedía que  con frecuencia  conocía a nuevas personas relacionadas con el negocio de su esposo. Eran tantas, que olvidaba sus rostros y nombres con el pasar de los días.

 

Pero ahí estaba.

 

Akashi era una persona con mucho poder.

 

Takao no estaba tranquilo con saber eso.

 

La puerta del departamento se abrió. Kazunari levanto la vista y observo a Miyaji entrar por la pequeña sala. —Miyaji sempai—pronuncio con alegría—dime por favor que ahora si puedo regresar a mi casa. —suplico instantáneamente sin siquiera saludar, estaba demasiado ansioso. Necesitaba irse con urgencia  ahora que tenía la certeza de ciertas cosas, necesitaba hablar con Furihata, cuanto antes mejor.

 

Kiyoshi frunció el ceño y negó con la cabeza—Eres un mocoso impaciente— se sentó sobre el sofá de la sala y observo a Takao— Si, podrás salir hoy día, solo te pediré que no seas ruidoso y descuidado, te sugeriría que andes con unos lentes oscuros si es posible. —Suspiro—Si alguien te ve en la calle se formara todo un escándalo.

 

Takao lanzo una risita—Si lo pienso de manera positiva ahora soy como un tipo de celebridad, todo el mundo quiere tomarme una fotografía comprometedora para subirla a internet e iniciar habladurías—relajo los hombros —La verdad es que no me importa, solo quiero que Shin chan no se vea perjudicado por mis decisiones.

 

—Pues lo que dijiste en aquella fiesta no ayudo.

 

—Lo siento—se disculpó mortificado al recordar aquello, era cierto que aquella declaración en lugar de calmar la batalla campal de los medios, había empeorado todo. Pero no era su culpa, jamás, nunca, jamás de los jamases;  espero que Midorima viniese a su fiesta y mucho menos como un invitado. Estaba tan nervioso que solo había escupido lo que su cerebro formo en ese instante. —No sabía que hacer o como ayudar.

 

—No te preocupes—dijo Miyaji al notar la preocupación en el rostro de Takao. No deseaba mortificarlo más de lo necesario. — De cualquier forma, tarde o temprano esto tenía que pasar—Miyaji también se mostraba preocupado por todo lo sucedido, no quería cometer ningún error, esta vez no deseaba que nadie saliese perjudicado. —Esperemos que todo se arregle con el pasar del tiempo.

 

Takao asintió lentamente, la sola idea de inquietar a Midorima no le era agradable. —Pero Shin chan, ¿está bien? ¿Lo que dije lo perjudico demasiado?—pregunto mortificado.

 

—Está bien, en realidad esto es más una cuestión emocional que física—de alguna forma entendía los sentimientos de Midorima, lo sucedido no era fácil. Además de que aquella osadía le había confirmado sus sospechas. Midorima seguía enamorado de Takao.

 

—No quería lastimarlo.

 

—Pero lo hiciste, más aun con todo lo que siente—Takao lo miro confundido sin entender. Miyaji sonrió — Midorima  continua amándote.

 

Takao abrió los ojos sorprendido al escuchar aquello.

 

Eso no podía ser cierto.

 

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Notas finales:

Bien, aqui termina el capitulo. Espero les haya gustado, de verdad disculpen los errores; literalmente estoy como un zombie(?) Nos vemos.


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