El amor es un lazo que une el alma de dos seres, es un sentimiento tan hermoso y tan suave como las plumas de las alas de un ángel y a la vez es la espada mas filosa que cuando menos te lo esperas te atravesara, sin hacerte sangrar te hará pasar por el dolor mas infernal. El destino te unirá al alma con la que debas pasar el resto de tus días y dependiendo de tus decisiones o las suyas, esta se quedara o se alejara para buscar su felicidad en otro lugar.
La vida es el tiempo y el momento en el que las almas se buscan unas a otras con la esperanza de encontrar a aquel que contiene la llave de su corazón y la razón de su existencia.
La muerte es el ser encargado de llevarse a las almas faltas de vida, que han vivido lo suficiente, que han encontrado la razón de su existencia sintiéndose satisfechas, o que aun es muy pronto para buscar ese tipo de respuestas y se ha decidido su regreso con el creador, cuando aun es muy pronto para vivir. Sin embargo este ser es la única alma que no posee un destino, es la única sin una vida y la única sin amor.
-¡INUYASHA ERES UN IDIOTA!-
Escuche gritar a Kagome desde la puerta del salón, suspire con resignación y sentí su mirada penetrante sobre mi, se me acerco corriendo y me soltó una bofetada, no la evite, se la debía. Supuestamente saldríamos al cine el fin de semana pero no asistí dejándola plantada nuevamente por tercera vez consecutiva.
Hace 6 mese salí con Kikyo, la chica mas popular de universidad, pero después de un problema acordamos que lo mejor era terminar, Kagome fue la única persona que estuvo a mi lado y después de que me confesara sus sentimientos acepte salir con ella. Hemos salido por 2 meses y aunque le tengo un gran cariño no he podido amarla.
Salió del salón dando fuertes pisotones y con una cara de decepción total adornada por lágrimas, esta era mi última oportunidad pero lo estropee todo.
-deberías disculparte con ella apropiadamente-
Me dijo Miroku acercándose a mí
-lo haré, pero eso no cambiara nada-
Sonreí y coloque mi morral en mi espalda, soy estudiante de medicina, Miroku es estudiante de filosofía pero esta conmigo en el club de esgrima además de tomar la misma clase de matemáticas, Kagome es estudiante de enfermería la conozco desde la preparatoria por lo que fuimos amigos por un largo tiempo.
-¿enserio vas a terminar con ella?-
Pregunto Miroku mientras caminábamos por el pasillo.
-no puedo salir con alguien a quien no amo, la quiero, si, pero no la amo, además seguramente será ella quien me termine-
Dije deteniéndome en mi casillero, metí mi libreta de matemáticas y saque los libros de anatomía.
-bien, ¡oh! Por cierto, Kouga hará una fiesta en su casa esta noche, pidió que te entregara esto-
Miroku me entrego un pequeño sobre de color dorado, tome el sobre entre mis mano y lo abrí.
-es para su concierto de violín, y es un lugar en primera fila-
Miroku sonrió y saco el suyo
-lo se, a mi también me dio uno, la fiesta será después del concierto, los boletos que dio solo son para sus amigos, ya sabes, Sango, Shippo, Kagome, Kikyo, Ayame, Kagura, tu y yo, pero la fiesta es para la universidad en general-
“Kikyo” pensé y solté un suspiro.
-¿cabra toda la universidad en su casa?-
Miroku se sorprendió por mi pregunta y rio.
-por favor ¿Vas a decirme que nunca has visto su casa?-
Efectivamente, Kouga no tenia una casa, tenia una gran mansión con un súperdupermega jardín que puedo asegurar es del tamaño de un estadio. Claro, no era de extrañarse conociendo a su familia. Su padre, dueño de las tres empresas más grandes del país vendedoras y diseñadoras de aparatos electrónicos, y su madre, una famosa actriz mundial del momento, el resto de su familia no se queda atrás pero eso es otra historia.
-lo se lose pero no puedo creer que lo hayan dejado hacer la fiesta-
Dije recordando la última fiesta organizada en su casa, fue un verdadero desastre.
-ni yo, pero ya le levantaron el castigo así que hay que aprovechar antes de que lo castiguen de nuevo-
Cheque el reloj de mi muñeca e hice una mueca.
-tengo clase de anatomía en cinco minutos, debo irme, saliendo de clases hablare con Kagome así que no me esperes-
Dije dándole la espalda y camine en dirección a mi salón.
Terminando las clases le mande un mensaje a Kagome diciéndole que necesitaba hablar con ella, aceptó con la condición de que fuera en su casa. Espere en la entrada de la universidad mientras escuchaba música con mis audífonos puestos, la vi salir y buscarme con la mirada, me acerque a ella preparándome mentalmente pensando en que podría decirle.
-bueno vamos a mi casa-
Me dijo sin voltear a verme a los ojos. Caminamos en silencio hasta su casa, el camino era corto puesto que vivía a solo dos cuadras de la universidad pero el sentimiento de culpa me hizo el camino mas largo de lo normal, a cada paso que daba mis nervios aumentaban. Sango y Shippo me golpearan mañana pero no puedo continuar con esto y menos si cada vez que la veo pienso en Kikyo sintiendo a Kagome como un sustituto de ella y así terminar lastimándola.
Llegamos a la casa de Kagome, ella toco la puerta y su madre salió a recibirnos.
-hola Inuyasha hace mucho que no te veía-
Me dijo su ya anciana madre con ternura en su voz
-hola anciana Kaede… tenia que hablar con Kagome espero no ser una molestia-
Dije haciendo una reverencia, su madre se hizo a un lado
-no, por favor pasa-
Entre a la casa y vi a Kikyo sentada en el sillón leyendo un libro, levanto la cara y yo evite su mirada, subí con Kagome a su cuarto, bueno al de ella y su hermana, Kikyo y Kagome son gemelas.
Kagome se sentó en su cama y me pidió sentarme a su lado, negué con la cabeza y suspire
-bueno sobre lo de ayer… yo… lo siento-
Kagome no dijo nada pero vi como se tensaba por mis palabras.
-se que falle y no tengo excusa para esto pero… realmente lo siento, no se que puedo hacer para no lastimarte mas, soy un idiota… Kagome perdón-
Mi vista se nublo y espere a que me gritara reclamándome por todo, pero solo la vi sonreír y asentir.
-disculpa aceptada…entonces vamos a…-
-espera… aun tengo algo más que decirte-
La interrumpí, abrió sus ojos y los vi nublarse, ella sabe lo que diré, parece ser que no lastimarla será imposible, suspire.
-Kagome… terminemos-
Espere su respuesta pero esta no llego, su cara estupefacta mostraba un gran horror ante mi petición, cuando logro moverse sonrió de lado y bajo la vista a sus manos.
-¿hice algo mal?-
Me sentí como la peor persona del mundo, negué con la cabeza.
-¿entonces?... ¿es por ella?
Me sorprendí por su pregunta
-no exactamente, más bien soy yo el problema-
Apretó sus dientes con fuerza
-¿Qué problema?-
Me arrodille para quedar a su altura y sujete su cara con mis dos manos
-mmm… ¿recuerdas lo que me decías sobre las parejas y el amor antes de que terminara con Kikyo?-
Pareció comprenderlo y me miro a los ojos
-una pareja no funciona si no hay amor por parte de los dos… tu… no me amas… ¿es… es eso?-
Solté su cara y me levante parándome a un lado de la puerta
-espero lo entiendas… esto no funcionara… solo veo una amiga en ti y no puedo seguir mintiéndote por que eso te dolerá mas en un futuro de lo que duele en este momento… no quiero perder tu amistad pero seria cruel de mi parte pedirte ser amigos… entenderé si no quieres volver a verme-
Kagome no respondió así que cruce la puerta y camine hacia la salida de su casa, sentí como corrió y me abrazo con fuerza por la espalda
-no te muevas-
Me ordenó, me quede quieto y espere a que terminara. Me soltó y se encerró en su habitación fue cuando me percate de que Kikyo nos veía, no le pregunte cuanto escucho pero su mirada me dijo que había sido todo.
-¿iras a la fiesta de Kouga?-
Trague fuertemente antes de responder
-si… ¿y tu?-
Cerró sus ojos y luego los abrió para responder
-creo que si-
Asentí con la cabeza y salí de la casa para dirigirme a la mía. Aunque todo salió bien no pensé que me perdonaría así de fácil, esperaba que me gritara o me golpeara para luego terminarme, pero el que siguiera queriendo estar conmigo es… bueno… supongo que así es el amor.
Llegue a mi casa y prendí las veladoras que estaban frente a la foto de mi madre, ella murió cuando yo era un niño así que vivo solo con mi padre, Inu no Taisho. El es dueño de una tienda de mascotas, y además trabaja en el centro de adopción, yo lo ayudo de vez en cuando a cuidar a los animales, principalmente los perros. Aunque no es mucho nos alcanza para comer y la escuela la mantengo con una beca.
-¿llegaste? Necesito que me ayudes a poner la mesa-
Saludo mi padre, sonreí y lo ayude para después sentarnos a comer.
-hoy es el concierto de Kouga… ¿puedo llevar la moto?-
El hizo una mueca pero asintió
-solo ten cuidado ¿de acuerdo?-
Me dijo revolviendo mi cabello
-oye-
Me queje de su acto, mi cabello es largo y plateado como el de el pero se enreda con facilidad.
-ja ja chillón-
Me dijo sentándose a la mesa
-y… habrá fiesta en la casa de Kouga-
Pareció pensarlo un poco pero no se quejo, me dejo ir siempre y cuando llegue antes de las 3, me levante una vez terminado de comer y fui a alistarme.
-¡YA SIENTATE!-
Le grite a Miroku quien no dejaba de moverse
-es que Sango no ha llegado-
Suspire mientras Miroku caminaba de un lado a otro esperando a su novia, después de un rato la vimos llegar con Kagome y Shippo quienes se sentaron a un lado de nosotros, por la cara de Kagome supe que se había calmado y que todo estaba bien. Volví a mirar hacia la entrada y vi a Kikyo, a Kagura y a Ayame llegar, las tres sonrieron y se sentaron atrás de nosotros.
-¿has visto a Kouga tocando?-
Le pregunto Sango a Ayame, ella negó con la cabeza.
-no le gusta que lo vean a menos que sea en ocasiones especiales como esta, es demasiado penoso con estas cosas. Por cierto ¿que le paso a tu rostro?-
Dijo Ayame señalando al chico sentado a mi lado, Miroku estaba con una mano marcada en la mejilla sonriendo, Shippo solo reía burlándose de lo ocurrido.
-es un pervertido-
Dijo Sango dirigiéndole una mirada asesina a Miroku, todos soltamos una carcajada, la música empezó a sonar mostrándonos al presentador, Kouga entro al escenario junto con un chico mas o menos de nuestra edad, cabellos largos y plateados, alto y aunque es extraño admitirlo tenia un rostro hermoso, su traje negro resaltaba su figura masculina, no escuche su nombre pero se que acompañaba a Kouga con el piano, la función empezó.
Al terminar el concierto había que decidir quien se iría con quien, yo me iría solo, Shippo, Sango y Kagome se irían con Miroku en su auto, Kagura, Kikyo y Ayame se irían con Kouga.
Llegamos a la casa de Kouga, dije mi motocicleta en el estacionamiento que por cierto ya se encontraba lleno y entre a su casa. Chicos y chicas bailaban en el jardín haciendo un gran desastre, el olor a alcohol, drogas y sexo inundaba casi todo el lugar.
-Kouga te mataran-
Le dije mientras recorríamos su mansión para llegar a donde se encontraban SOLO nuestros amigos. Fuimos a buscar más botanas ya que se habían acabado, pero nos entretuvimos por una llamada de la madre de Kouga, fuimos a un lugar donde no hiciera tanto ruido para poder hablar así que nos habíamos tardado y más de una hora.
-lo se… mis padres no están así que los sirvientes prometieron hacerme el paro y ayudarme a limpiar-
Kouga es de los pocos millonarios que por raro que parezca se lleva bien con sus sirvientes, prácticamente son como sus hermanos, realmente es de las personas mas buenas que conozco, bueno, todos mis amigos son así no puedo negarlo.
-que suerte-
Llegamos al salón de juegos donde estaban Miroku, Kagome, Sango, Ayame, Kagura y Shippo. Kikyo no estaba pero trate de no darle importancia. Llevaban rato tomando, o eso pude percatarme por el olor, Shippo es el mas chico de nosotros así que era el único que estaba cuerdo.
-INUYASHA JUGUEMOS-
Gritaron Kagura y Sango aventándose sobre mi, las aparte y me puse detrás de Kouga el cual estaba completamente enojado, se suponía que lo ayudaríamos a mantener el control de la fiesta pero después de verlos todo se había ido al carajo.
-ah olvídalo… estarán fritos para mañana-
Me dijo sentándose en uno de los sillones del cuarto
-¿y Kikyo?-
Pregunto una vez se dio cuenta de que la chica faltaba
-no lo se, creo que mejor me voy nos vemos mañana-
Le dije saliendo del cuarto, salí de la mansión, choque con alguien y caí al piso una vez dentro del estacionamiento.
-lo siento-
Dije levantándome
-no te preocupes-
Me dijo el hombre dándome la espalda, se encamino hacia la entrada del estacionamiento acercándose a una chica a la que pude identificar como Kikyo, me di cuenta de que era el joven que toco el piano con Kouga, no le di importancia y me subí a la moto, muchos ya se estaban yendo, la mayoría borrachos marcaban a su casa para que fueran por ellos, o tomaban taxi, solo unos pocos imprudentes manejaban borrachos.
Arranque la moto y salí a la carretera, Kouga vivía un poco alejado de mi casa, el aire acariciaba mi rostro y me daba una sensación de libertad, el casco impedía a mi cabellera agitarse contra el viento, escuche el chirrido de un carro detrás de mí, la vi dar vueltas en el aire mientras se acercaba.
No pude quitarme a tiempo.