Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El frío...No me desagrada tanto. por mistdowner

[Reviews - 38]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Segundo capítulo. Espero les guste.

Jack no pensaba en nada al momento de volar. Estaba extasiado con el nuevo descubrimiento del niño extraño y su reptil. ¿Qué le diría Norte? ¿Conejo? ¿Sandman? ¡De seguro quedarían con la boca abierta! Y hablando de bocas, el hada de los dientes tampoco se estaría calmada. No perdería la oportunidad de ver dientes literalmente de otro mundo. Bien sabía que uno que otro regaño recibiría por “meterse en un lío” pero no le importaba. En cuanto les comunicara a todos que se trataba de un tema relacionado con el hombre de la luna, de seguro cooperarían. Ya estaba llegando al norte, más específicamente al taller de juguetes, cuando, como de costumbre, un yeti le impidió seguir en la entrada.

-Oh, vamos! ¡Es importante!- Rezongó Jack ante la molesta mirada del más alto. Pero no consiguió nada. El fiel servidor de Norte seguía rígido como una puerta.- ¡Tiene que ver con el hombre de la luna!- Con esa frase, mínimamente logró que una de las cejas del que le impedía el paso se levantara. Pero no se movió. Era obvio que no le creía.-¡Lo juro! ¡Trajo a un chico bajito, mira, así! –y con gesto se puso a querer representar al desconocido chico. Sinceramente, solo parecía un loco con ataque de delirios. - ¡Y una gran cosa negra, como un animal, con escamas! ¡Vamos, es en serio! ¡Tengo que hablar con Norte!

-¿Qué diablos sucede aquí?

-¡Norte, rápido, ha pasado algo genial!-No sabía si era su día de suerte o que, peor como si fuera un milagro, el viejo de Norte se dignó a salir de su taller.

-¡Jack! Te dije que no te metieras en líos.

-¡Oh, vamos, esto es algo importante, y por primera vez…No lo causé yo!-Luego de recibir una mirada desaprobatoria, del hombre de barba, entraron al majestuoso lugar. Como siempre, duendecillos corrían de un lado a otro haciendo sonar sus cascabeles, y los trabajadores yetis pintaban juguetes y se encargaban del trabajo serio. Atravesaron todo el lugar, hasta llegar a donde el hombre de la luna solía comunicarse con Norte.

-Y bien, ¿qué lío has armado? –el hombre de barba, aún con su semblante serio, miraba a Jack como si de un padre a hijo se tratara. Cosa que Jack no pudo soportar. 

-Mira, escucha…me creerás loco, pero andando por el bosque, me encontré con un chico.

-¿Y eso qué?

-¡Escucha! Luego de seguirlo me di cuenta de que… Buscaba a alguien… Y…No me creerás, ¡pero tenía un lagarto gigante! Era negro totalmente y…

-Jack, Jack, espera un segundo. ¿Seguro que no te golpeaste la cabeza?

-¿Qué? ¡Rayos, no! Seguí mirando a los desconocidos, y el niño ese…

-¿No era un chico?

-¡Es lo mismo! ¡Tiene cara de niño, así que le diré como quiera!

-Jack, si vas a estar así…

-¡Mencionó que venía de otro mundo y que la luna lo trajó! ¿¡Bien!? –Cuando hizo mención de la luna, un silencio sepulcral se alzó en la sala. Un exaltado peliblanco esperaba ver la reacción del mayor, mientras este última analizaba las palabras. Luego de soltar unas palabras en ruso, se dirigió a su despacho para abrigarse.

-¿Norte? ¿¡A donde vas!?

-¡Hay que ir a ver a ese niño!

-¿Y los demás?

-¡Iremos a buscarlos!

 **************************

-Chimuelo, que mala suerte, eh?-Dentro de la cueva que Jack les había señalado, se encontraban tanto Hipo como Chimuelo, ambos recibiendo el calor de una fogata. Mientras el dragón descansaba, el castaño trataba sin resultado alguno de unir las piezas de la que una vez fue la cola de su amigo. Había pasado ya algunas horas, y el reptil se preguntaba si realmente ese extraño de pelo blanco volvería con ayuda como mencionó.-Mi padre va a matarme…- aunque el oscuro dragón trataba de escuchar atentamente al castaño, no podía. Simplemente había algo que comenzaba a llamarle la atención. Un ruido, unos gritos tal vez, que se aproximaban rápidos a su ubicación. Sin perder tiempo, se paró y gruñó sacando los dientes.

-¿¡Chimuelo!? ¿¡Qué sucede!?

Pudo escuchar la voz del menor detrás suyo, pero ya era tarde. Porque lo que fuera que venía, ya estaba en la entrada de la cueva. No esperó más, y sobre sus cuatro patas se lanzó a atacar, tan rápido como podía y abriendo la boca para lanzar algún posible ataque. Con lo que no contaba el dragón, es que al salir se encontraría con tan extraña escena.

-AAAAAAAHHHHHH!-un grito de mujer hizo que se detuviera en seco, y aturdido pestañeó como endemoniado.

-¿¡Que rayos es eso!?

-¡¡Les dije que era real!!

-¡Por las barbas de…!-Una serie de palabras le sobrevino sin poder dejar que sus oídos se recuperaran. Recién cuando retrocedió, pudo entender, más o menos, que sucedía. Una mujer con alas y toda colorida era la dueña del grito. Un…lo que fuera peludo lo miraba aterrado abrazado de un ¿hombre? Que brillaba. Y otro tan grande como Estoico, pero con barba blanca dirigía el gran grupo de venados que tiraban de una cosa que no entendía que era…Pero lo más importante era que…¡El de pelo blanco estaba ahí!

-Ufff, que viaje…¿Hiciste lo que te dije?-bajando del trineo, el despreocupado Jack se sacudió el pelo y se dirigió al dragón, el cual asintió feliz. No era que le tuviera confianza a ese tipo, pero si no hubiera llegado, Hipo la pasaría mal. –Buen chico…-Lo siguiente que sintió el reptil negro fue una caricia en su cabeza, lo cual lo sorprendió. Se retiró al instante, mirando en alerta al peliblanco que solo reía.- Bien, bien, sin caricias. Supongo que él está dentro…-otra afirmación, y Jack avanzó al interior de la cueva. Por otro lado, los extraños seguían en el trineo sin moverse, como queriendo asimilar su realidad.

-Y …¿Qué esperan?-Se escuchó el eco de la voz del menor de toda la banda, haciendo que Norte asintiera y sin mediar palabras le siguiera el paso al menor, junto con Conejo, Sandman y una cansada hada de los dientes que miraba con temor a Chimuelo, el último de todo en entrar. Solo cuando entraron en aquella oscura cueva apenas iluminada por el fuego de la fogata, se encontraron con el famoso chico del cual Jack les había estado hablando todo el rato. Norte no lo pensó más, y riendo como es su costumbre, se posicionó en frente de los orbes verdes del menor.

-¡Con que te has perdido! ¡No te preocupes, te ayudaremos! Pero antes….¿Que tienes que ver con el hombre de la luna?

-Si, eso, que tiene que ver un chiquillo como tu con él?

-¡Chicos! No lo asusten, de seguro está impactado de …Vernos…-Las palabras de la colorida hada se fueron apagando en el eco a medida de que caían en la realidad: el pequeño castaño parecía no escucharlos, y mucho menos verlos.

-¡Chimuelo! ¿Por qué te fuiste? Has estado muy extraño desde que vinimos aquí…Es casi como si vieras cosas que yo no…

-Vaya… Esto es nuevo. Puedo comprender que no me vea a mi…Pero a ustedes…-el  semblante tranquilo de Jack hizo que el grupo de guardianes casi soltaran un grito. Era verdad. ¿Por qué rayos no podía el chico verlos? ¿La edad? ¡No! Podía ser que estuviera algo grandecito para creer, pero aún con esos años encima, tendrían que ser capaz…

-Tiene que ser una broma.-Habló Conejo, quitándole las protestas a Norte y el hada de los dientes. Se acercó por detrás al pequeño castaños, y trató de tocarlo. Como se esperaba, su mano no solo traspasó al menor, sino que casi es triturada por Chimuelo, la criatura rara.- ¡No cree en nosotros!-comentó casi espantado el animal parlante, para apartarse y mirar a Sandman, que solo dibujaba signos de interrogación en su cabeza con la arena dorada.

-Tal vez es solo la edad…- El hada de los dientes trataba de calmar el ambiente tenso que se había formado, pero no conseguía más que aumentar la tensión. Norte cerró los ojos y se quedó pensativo, mientras Jack comenzaba a reír y Chimuelo miraba para todos lados, preocupando a Hipo. Luego de unos minutos así, fue el mismo guardian de pelo blanco que decidió dar su opinión.

-Bueno, bueno…Ya sé que para ustedes es una graaaan decepción que él no crea en ustedes…Pero ese no es el punto. Está pasando frío, y como ya dije, es de otro mundo. No tiene a donde volver. Tenemos que ayudarlo.

-Jack tiene razón, pero…Cómo? No podemos tocarlo…-la dama del grupo tomó la palabra, observando como una traviesa sonrisa se formaba en el rostro del peliblanco.

-Sandman lo duerme, lo llevamos a lo de conejo junto con la lagartija esta y…

-Oye, oye, oye…¿Por qué yo? ¿Esa cosa no vuela?-

-¿El dragón? No, al parecer se le averió algo.. y es el mejor lugar. No creo que se sienta a gusto en medio de jaulas de acero o en una “abandonado” taller en medio del polo norte.

-Ya, déjalo seguir.- Norte interrumpió las excusas de Conejo, mirando seriamente al menor.

-Bueno, como decía, los dejamos ahí y…Esta es la parte difícil. Necesitamos que Jamie le haga creer.

-¿Jamie? ¿Pero como haremos para…?- Nuevamente la mujer de alas y coloridos atuendos habló, viendo en la cara del joven guardian la respuesta: “no sé”. Todos guardaron silencio por un rato, tratando de imaginar como harían para que Jamie tuviera contacto seguido con el castaño, pero era difícil. No podían simplemente ir y tirar al pobre chico a la casa del ya conocido niño. Por lo que solo quedaba…

-Ah, no. Eso no.-Conejo se adelantó a las expresiones de todos y se retiró, orgulloso y dispuesto a no dar su brazo a torcer.

-Vamos, Conejo, es la única forma…-Tratando de convencerlo, el hada lo mirada con sus ojos suplicantes, pero eso solo conseguía que el animal parlante solo se negara más.- Solo serían unas horas en la noche, y luego Jamie volvería a su hogar y te dejaría con este pequeño…

-Si, vamos Conejo, no seas malo…-Jack no quería demostrarlo mucho, pero en el fondo se divertía con el gran revuelo que se había armado. No podía negar que en conjunto hacían un buen equipo, pero las veces que surgía una discusión, eran un caos. Un caos divertido.

-Bien, bien! ¡Pero que no toquen mis huevos, ni mis pinturas, ni nada!

-Canguro aburrido…

-¿¡Qué dijiste!?

-Como sea! Sandman…¿Nos haces el honor?-y haciendo una reverencia, Jack indicó al castaño que ingenuo seguía buscando calor cerca de la fogata. El aludido sonrió, y haciendo una bola de arena dorada, simplemente se la disparó al menor.

**************************

-¿Ya llegamos?

-No.

-¿Ya?

-No.

-¿Y ahora?

-¡Jack, deja de molestar!

-¡Tu no sabes lo que es estar cerca de Conejo tanto tiempo, Norte!

-¡Conejo no se queja!

-¡Es porque no tiene una charla de animales con el dragón!

-¡Guarda silencio, falta poco!

-¿Por qué no fuimos por los agujeros que hace el Canguro?

-¿¡Qué dijiste copito!?- el aludido a cargo de las pascuas se molestó y miró fulminante al peliblanco. 

-¡No me gustan, y dije que silencio!

Esa fue la frase que hizo que se callara, no sin primero mostrar toda su molestia en el rostro. Ya estaban a punto de llegar, pero el sentía que faltaba una eternidad. Hada estaba sentada en una esquina, le seguía Sandman… Atrás Conejo y por último el dragón. Claro, él estaba en la otra esquina, al lado de un dormido castaño.  ¿Por qué, si Sandman podía volar y Conejo irse por el suelo, estaban sentados como si nada, acaparando el lugar en el que ahora podría estar de lo más cómodo? Si recordaba lo que había sucedido hace unos minutos, le parecía un chiste. Luego de que Sandman durmiera al desconocido, el dragón enloqueció, y sólo Conejo pudo calmarlo. Cosa extraña a su parecer, pero bueno, entre animales se entienden. Luego de eso Norte le ordenó a la lagartija super desarrollada que cargara al castaño al trineo,  y le dijo que lo cuidara. Y sin más todos subieron.

-Diablos.-susurro por lo bajó. Ya que no tenía nada que hacer, se dedicó a mirar el rostro apacible de quién descansaba cerca. Al parecer tenía un buen sueño, puesto que todo el camino se la había pasado con una sonrisa angelical en el rostro. Suspiró y fijó su mirada en el pie que le faltaba al contrario. No imaginaba en que tipo de accidente la había perdido, o si había nacido así, pero de seguro se sentía diferente. Diferente, tal vez solo… ¿Solo? ¿Por qué empezaba a  pensar en esas cosas? ¡Ni lo conocía! De hecho…¡Ni sabía el nombre!

 Pronto el trineo empezó a descender, hasta llegar a un hermoso prado. Conejo bajó y piso el suelo como de costumbre, abriendo un gran agujero que los tragó. Descendieron por los varios túneles, hasta tocar el suelo y aspirar el tranquilo aire de la “madriguera” del gran conejo.

-Ahora déjenlo ahí y ya. Tengo cosas que hacer.-Sin previo aviso el gran Conejo se perdió rumbo a pintar algunos huevos, dejando a Jack con la boca abierta. ¿No lo iba a ayudar? Se dio media vuelta para pedirles a los demás que lo respaldaran en lo que iba a reclamar, pero cuando lo hizo, sólo el dragón y un adormecido chico descansaban en el suelo.

-Debe ser una broma. ¿¡Entonces seré yo quién traiga a Jamie!? ¡Morirá de frío! –Avanzó unos pasos buscando respuestas en el gran hoyo que al parecer habían usado como pista de ascenso y escape, topándose con una bolsa llena de esferas. Esferas que al parecer tendría que usar para llevar y traer al niño. –Muy graciosos, ja ja…¡Ja! –Si, al parecer el gran plan de hacer que algo divertido ocurriera no había ido de lo mejor. Sabía que le prestarían algo de atención por lo del Hombre de la Luna pero….Al parecer tendría que esperar, y traer a Jamie lo más pronto posible.-Será mañana…-Se habló a sí mismo. El sol comenzaba a caer pintando el atardecer, y muy probablemente, en el país de Jamie, el día recién comenzaba. Miró al muchacho recostado, y sin pensar mucho se sentó a su lado. El dragón se acurrucó al lado de su dueño, e imitándolo Jack también. Aunque no pudieran tocarse, y mucho menos verse, era lindo no estar tan solo como siempre.

Notas finales:

Y bueno xD Ya mañana, con suerte, actualizo de nuevo. Suerte!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).