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No lo niegues por deep desire

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Notas del capitulo:

Holas!! Que tal todo? Bueno, quiero agredercerles a todos quienes enviaron sus reviews!! Me hicieron very feliz!! Ajajaj asi que aquí les dejo el siguiente cap, espero que lo disfruten!!

Al abrir sus ojos, Kise se encontró con un techo demasiado blanco y pulcro. A lo lejos se escuchaba un pitido constante y había un fuerte olor a desinfectante…cuando juntó esas tres cosas dedujo donde se podía encontrar: el hospital. ¿Cómo había llegado allí? Ni idea, pero tenía un leve presentimiento.


Comenzó a alterarse cuando pensó en que había dejado a su novia abandonada por culpa de un tarado al que ni siquiera le había visto el rostro. Y casi tiene un ataque de pánico (otra vez) al pensar que podían haberlo violado o peor aún, tal vez él ni siquiera se encontraba en un hospital y todo era un montaje por el hombre que lo secuestró en el baño…de cualquier modo sus latidos aumentaron más y más hasta que logró despertar a la persona que dormía plácidamente a los pies del rubio.


– ¿Has despertado? –preguntó el moreno estirándose en la silla y bostezando.


– ¿Q-quién eres tú? –exclamo Kise sobresaltándose y retrocediendo todo lo que podía sobre la camilla de hospital.


Aomine solo podía mirarlo con más diversión. El rubio apenas acababa de despertar y ya estaba histérico a punto de atacarlo como un gato, y de cierto modo sus ojos dorados tenían un aire salvaje, como una tigresa, y sus pestañas solo le daban un toque más exótico. Daiki decidió en ese momento que el rubio era una belleza exótica de esas que no puedes dejar de observar y que cuando se encuentran en peligro te atacan con todo lo que tienen.


Sin embargo para Kise, la situación no le iba mucho mejor. Sospechaba que la persona a los pies de la camilla era el mismo hombre que lo secuestró. Lo sabía solo con escuchar su voz. Sus ojos eran azules al igual que su pelo y tenía la piel morena. Su cuerpo se veía fuerte y fornido debajo de la ropa que llevaba, pero todo eso hacía a Ryota querer salir corriendo y esconderse en un armario. El moreno expedía una esencia de “peligro” por todos lados, incluso la mirada decía: “ten cuidado”… y a pesar de todo eso, Kise no podía apartar la mirada de él. Había una especie de magnetismo en el aire que se podía tocar.


El primero en moverse fue Aomine, y él ni siquiera se dio cuenta de que sus pies caminaban por si solos. Poco a poco fue acercándose por el borde de la camilla hasta que llegó al lado del rubio.


Ambos no dejaban de mirarse a los ojos y Kise tampoco se percató de que su cuerpo estaba reaccionando a la presencia del otro. Incluso se estaba acercando a él.


Ninguno sabía qué estaba pasando ahí pero solo querían sentir el tacto del otro y estaban a punto de conseguirlo…


– Vaya, nuestro querido paciente ha despertado –dijo el doctor entrando sin percatarse de la escena que estaba a punto de llevarse a cabo.


Kise se sonrojó fuertemente mientras que Aomine solo estaba a punto de matar al doctor inoportuno, que por desgracia, era un amigo de secundaria.


– Shintaro, como siempre tan oportuno –masculló el moreno lanzándole una mirada llena de odio.


– Gracias –respondió Midorima captando el mensaje.


La verdad es que Midorima sabía todo lo que estuvo a punto de pasar, fue por esa razón por la que entró a revisar a su paciente. El peli verde sabía que tener a Aomine junto al rubio iba a ser algo desastroso. Porque la verdad era que cuando vio al moreno cargando en sus brazos a un chico inconsciente, no hicieron falta las palabras. Shintaro le dio una sola mirada al moreno y supo de inmediato que algo pasaría. Y ahora al ver al chico rubio despierto, tuvo la confirmación de sus sospechas.


– Dime, Kise ¿Cómo te encuentras? –dijo el doctor sacando una linterna y un lápiz para luego ponerla frente a sus ojos– mira el lápiz…


– Bien, estoy perfectamente. Solo me desmayé porque no había comido nada desde ayer –respondió Kise siguiendo el movimiento del lápiz.


– ¿Estás seguro de eso? –le interrogó el peli verde mirándolo con detención.


– Sí –respondió con firmeza– ¿Puedo irme ya? -.


Midorima supo que aquel chico no iba a decir nada si el moreno estaba presente ya que podía notar que estaba bastante molesto, y no sabía si era con él o con el moreno.


– Daiki, sal de aquí y espera afuera –ordenó Midorima.


– ¿Qué? No, yo me quedo aquí, debo saber qué pasó…


– No lo repetiré de nuevo. Además necesitas comer algo, ve a la cafetería, allí venden varias cosas. Este chico no se irá de aquí en un buen rato -.


Aomine miro a Midorima y supo que no tendría tiempo para objetar antes de que el peli verde lo tire de una patada fuera de la habitación. Así que se resignó y salió enfurruñado como un niño.


Kise se sintió bastante mejor una vez que el moreno se fue. Pudo sentir como el aire le volvía a los pulmones y su cuerpo se relajaba.


– ¿Vas a hablar o tengo recurrir a leer lo que descubrí al chequearte? De cualquier modo no tengo mucho tiempo así que más te vale hablar –.


El rubio cerró los ojos y se recostó en la cama, incluso sintió la necesidad de taparse con la sábana hasta la cabeza. Pero eso sería demasiado infantil e inútil. Sabía que el doctor no lo dejaría salir invicto.


– Sufro de ataques de pánico desde los ocho años –murmuro Kise– esta vez fue lo mismo, no hace falta que usted sepa el detonante ¿o sí?


– No, no hace falta, pero deberías tratarlo. Un psicólogo te ayudaría bastante, deberías tratar.


– Lo tendré en cuenta, ahora, ¿Puedo irme?


– Sí, te doy el alta en unos minutos –.


Shintaro suspiró con pesadez y salió a buscar alguna enfermera para que ayude al chico a irse. Él ya no podía hacer nada más, si el rubio no quería hablar de sus traumas tendría sus razones para hacerlo. Además él era un médico, no un psicólogo. Pero lo que sí podía hacer era vengarse un poco de su, tan molestoso, compañero de instituto.


                                          ***


Kise se levantó cuando una enfermera vino a quitarle los cables que tenía conectados a su pecho. Le entregaron sus ropas y se vistió muy rápidamente, tenía que escapar antes de que el sujeto de cabellos azules llegara a la habitación. No quería verlo. Sabía que era de mala educación no agradecer a la persona que te “salvó”, pero ese hombre no lo salvo, sino que arruino todos sus planes. Kise solo quería matarlo. Así que mejor no verlo y huir, que verlo y cometer un crimen.


Una vez vestido, firmó un papel y se fue corriendo. Sacó su celular y estaba a punto de llamar a su novia para explicarle todo y pedirle perdón, cuando una llamada de un número desconocido apareció iluminando la pantalla.


– ¿Diga?


– Ryota –dijo una voz femenina del otro lado.


– ¡Cariño! –exclamó Kise feliz de escuchar la voz de su chica– lo siento, yo tuve un incidente que…


– Ryota, me despido de ti –lo cortó la chica con una voz fría y sin sentimiento.


– ¿Qué? –Kise se quedó de piedra ¿Qué significaban esas palabras? Debía de ser una broma para castigarlo.


– Te lo iba a decir esta tarde pero no llegaste y creo que fue lo mejor. Hubiera sido muy patético ver tu cara de perro abandonado –una risa por parte de ella mandó escalofríos por la espalda de Kise


-     A-amor –tartamudeó Kise sonriendo temblorosamente- ¿De qué hablas? No seas malvada, tus bromas a veces son muy pesadas.


– Esta no es una broma Ryota –masculló la chica– terminamos. Estoy aburrida de estar a tu lado. Todos estos años contigo fueron una mierda ¿sabes? Lo único que quería era dinero y tu hiciste mucho modelando…supongo que sabes que viene ahora ¿no?


– No –susurró Kise temblando. Comenzó a sentir mucho frío y aún estaba en las puertas del hospital, no había logrado moverse– cariño, no seas cruel, yo te amo y tú también…


– ¡Maldito idiota! –gruñó la chica– cállate de una vez. Eres un ser despreciable, te odio, te odio, ¡¡te odio!! He vaciado todas tus cuentas bancarias, “amor”, he vendido tu departamento y no tienes nada ¿me escuchas? nada. Eres un idiota. Nunca sospechaste nada, pero ahora ya tengo lo que quiero. No soportaba estar al lado de un hombre que es más femenino que yo. Te odio. Ni siquiera trates de buscarme porque no me encontraras. Púdrete -.


La llamada se cortó y Kise no reaccionó por un largo tiempo. Estaba en una especie de shock y se negaba a creer todo lo que le dijo su novia.


Debía admitir que esta vez su broma fue muy verdadera. Veces anteriores le había jugado algunas bromas pesadas, pero esta le ganó a todas las demás.


Sonrió con un poco de alivio y se convenció de que todo estaba bien. Cuando llegara a casa, ella estaría esperándolo como siempre y se reirían de todo esto…siempre era así. Esta vez no tenía por qué ser diferente. Sin embargo…sin embargo había algo en su interior que le decía que todo era verdad y que era un idiota patético si creía que era una broma.


El corazón se le comenzó a acelerar y respiro hondo un par de veces para calmarse. Estaría lejos de tener una crisis otra vez si se alejaba de los lugares oscuros. Por suerte aún quedaba un poco del atardecer.


Tenía que comprobar si todo lo que su novia le dijo era cierto o no y por suerte había un cajero automático al cruzar la calle. Caminó con rapidez, ni siquiera se fijó si venia algún vehículo, él simplemente quería comprobar sus dudas.


Cuando se detuvo frente a la máquina, sacó su tarjeta y se le cayó. La recogió y volvió a caérsele. La tercera vez que la recogió del suelo, la sujeto con ambas manos y la introdujo como pudo en la ranura. Estaba temblando demasiado, pero esta vez era porque tenía miedo.


Digitó la clave de cuatro números y esperó a recibir el comprobante en papel. Cuando el papel salió, lo sacó y retiró su tarjeta bancaria. Respiró profundo un par de veces más y decidió afrontar la realidad. Habían solo dos desenlaces posibles: que ella le haya dicho la verdad o que ella le haya jugado una broma. Kise solo quería que fuera realidad la segunda opción. Él no creía poder sobrevivir si todo era verdad. No le importaba el dinero ni nada material, sino que le importaba el haber amado a una persona y que ésta nunca le haya correspondido. Eso era lo que le dolía a Ryota.


Levantó el papel entre sus dedos y lo acercó a su rostro. Al inicio se negó a verlo y cerró los ojos, pero luego los abrió y fue como si le hubieran disparado en el pecho con tal intensidad que cayó de rodillas al suelo y el aire se escapó de sus pulmones.


No podía ser cierto. Nada de eso era cierto. Él se encontraba en una pesadilla y despertaría descubriendo que su inconsciente le estaba jugando una mala pasada. Sí, eso debía ser.


Volvió a mirar el pequeño papel y negó con la cabeza. No. Todo aquello era real y aunque le costara creerlo, era la dura verdad.


Kise Ryota no tenía nada. Literalmente nada. No tenía dinero, hogar ni a su novia. Lo perdió todo de un momento a otro. Como si su vida le estuviera jugando una broma. El destino le estaba jugando una broma… para Kise no había felicidad.


Tal vez lo que aprendió estaba mal, pero Kise nunca más confiaría en una persona de nuevo. En ese momento, arrodillado en el suelo, tomó una decisión que para él era la más correcta: no volvería a amar y confiar en una persona. Nunca más.


                                      ***


Aomine sabía que no debía dejar la habitación del chico rubio. Sabía que Midorima le iba a cobrar venganza por aquella vez en que le dijo a Takao (pareja de Shintaro) que el peli verde lo engañaba con una mujer que ni siquiera existía en la vida real. El moreno jamás pensó que Takao le creería la broma…así como jamás pensó que Midorima le guardara rencor desde aquella vez. ¡Eso había ocurrido hace dos años ya!


Así que le sorprendió bastante cuando le dijo con una sonrisa que el chico rubio, Kise, se había marchado hace unos minutos. El moreno solo quería darle un golpe y quebrarle la nariz, pero se contuvo. Él era un policía, no podía dejarse llevar por sus impulsos. En vez de golpearlo con su puño, le dio una palmada en la cabeza con la fuerza necesaria para que sus lentes cayeran al suelo. Luego de eso salió persiguiendo a Kise…


Y se sorprendió cuando lo vio parado justo en las afueras del hospital. Incluso sonrió al verlo aún allí. Estaba a punto de gritarle, cuando el celular del rubio comenzó a sonar y contestó. Esperó a ver que sucedía pero al escuchar la palabra “amor” sintió que algo comenzaba a arder en su pecho. Comenzó a sentir rabia y luego de unos segundos descubrió lo que era ese sentimiento: celos. Sin embargo el peli azul no sabía por qué sentía celos de un chico que no conocía, así que mejor ignoró sus sentimientos y esperó pacientemente a que su conversación terminara.


Él nunca en su vida había querido escuchar conversaciones ajenas, pero esta vez había algo en el tono de aquel chico que le hizo querer hacerlo por primera vez… y tuvo razón. A medida que avanzaba la conversación del rubio, Daiki sintió que algo no andaba bien. Su instinto policial se lo decía. Ni siquiera se atrevió a acercarse al otro chico porque quería ver que iba a hacer.


Por primera vez en su vida tuvo paciencia para esperar…y su paciencia tuvo frutos. Kise cruzó la calle sin mirar si venía algún vehículo, era como si no le importara su vida. El peli azul quería perseguirlo y sacarlo de las calles, pero algo le decía que esperara un poco más. Aomine no sabía qué era tan importante para ver en un cajero. No quería admitirlo pero cuando trajo al chico al hospital, revisó su cartera en busca de sus datos personales y recuerda haber visto un par de billetes…


… su instinto lo hizo ir en busca del rubio y así lo hizo… y algo dentro de su pecho dolió cuando vio al rubio caer de rodillas y negar con la cabeza. Aomine no sabía si estaba bien acercarse o no. No quería que el chico se enojara con él. Pero si lo hacía, tendría que soportarlo y ya. Así que se arrodilló frente a él y le levantó el rostro con suavidad. Esperaba resistencia pero no la obtuvo… todo eso le estaba dando mala espina al moreno, y cuando vio los ojos vacíos y sin vida de Kise se preguntó qué mierda había ocurrido para que ese chico se mostrara tan frío. Le dolió verlo así y no sabía qué hacer para quitarle esa mirada.


– ¿Kise? –le dijo el peli azul con suavidad.


Esperó una de sus respuestas ingeniosas pero todo lo que obtuvo fue una lágrima errante cayendo por su mejilla.

Notas finales:

Muajaja los dejé con la intriga ¿no? Jeje, bueno…tengan paciencia porque subiré pronto. Si les gustó dejen reviews!! Y si no les gustó también!! Ustedes me motivan!

Bye bye


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